FIESTA DEL APÓSTOL SANTO TOMÁS
¿Por qué es más perfecto creer sin haber visto?
Alimento del Alma: Textos, Homilias, Conferencias de Fray Nelson Medina, O.P.
FIESTA DEL APÓSTOL SANTO TOMÁS
¿Por qué es más perfecto creer sin haber visto?
“Hoy quiero llamar vuestra atención hacia la historia de Edward Feser, escritor y filósofo que cuenta cómo, luego de abandonar su catolicismo de infancia y permanecer firmemente en el campo ateísta, recobró su vínculo con la Iglesia. El largo camino que tuvo que recorrer está relatado en un post de su blog titulado Camino desde el ateísmo (en inglés), pero me interesa compartir con Uds. los párrafos que dedica a la forma como re descubrió a Santo Tomás de Aquino y las pruebas de las existencia de Dios…”
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FIESTA DE SANTO TOMÁS DE AQUINO
Doble ha de ser la humildad del teólogo católico: respeto a la verdad, y servicio abnegado a la Iglesia.
[Curso a las Monjas Dominicas del Monasterio de Santa Ana, en Murcia, España.]
Tema 4 de 6: Santo Tomás de Aquino y la fe como perfección de la inteligencia
Los preámbulos de la fe y el atrio de los gentiles
* Una clara distinción entre razón y fe: se distinguen tanto por sus contenidos (aun cuando el objeto final de las dos sea Dios) por el método del que se valen para acceder a los mencionados contenidos: la razón se vale de la abstracción, mientras que la fe se vale de la revelación.
* Frente a Averroes mantiene que no hay contradicción entre ambas, pero sí una zona de confluencia. Santo Tomás niega la teoría de la doble verdad pero admite que hay dos tipos de verdades independientes entre sí: 1) Los artículos de fe, verdades a las que sólo se puede acceder a través de la fe. 2) Verdades que son dominio de la razón cuyo objeto de estudio es el mundo natural.
* Junto a estos dos tipos de verdades que son materia exclusiva de la fe o materia exclusiva de la razón Santo Tomás admite un tercer tipo de verdades a las que se puede acceder desde los dos ámbitos: ese tercer tipo de verdades las llama preámbulos de la Fe y son verdades tales como que Dios existe, que es uno, que es creador del mundo, etcétera.
La teología como ciencia
* Tomás se apoya en la distinción, común en el periodo clásico griego, entre “opinión” (dóxa) y “ciencia” (epistéme). Sólo le interesa lo segundo, que podemos llamar “conocimiento cierto.”
* Pero la certeza, en el caso de la teología, no viene de la posesión clara de los primeros principios, como si uno lo tuviera demostrado todo. Esa posesión clara y plena la tiene sólo Dios, y por eso sólo Dios es Sujeto de la teología y es el verdadero teólogo.
* Nosotros poseemos los principios a partir de los cuales razonamos en teología pero los poseemos no por vía de plena comprensión sino porque los acogemos a partir de la revelación. El acto de la fe resulta así intrínseco al quehacer del teólogo.
La existencia de Dios
* Es una de las verdades que pueden ser conocidas por fe o por razón. En cuanto razonable, es accesible como “noticia” de Dios, no como pleno conocimiento, porque el verdadero conocer implica la “connaturalidad” con Dios: el vivir con él.
* Lo que puede ofrecerse, en cuanto a la existencia de Dios, no son entonces pruebas como tales, sino “vías” que a su vez abren en nosotros caminos para reconocer al Dios que nos habla. Estas vías las resume así Guillermo Villaverde:
1) La primera vía se funda en el movimiento. Procede materialmente de Aristóteles, si bien su espíritu no es aristotélico ni podía serlo. Un ser en potencia adquiere en acto una perfección que antes no tenía. Esta perfección no se la puede dar a sí misma el ser en potencia, pues carece de ella, por lo que la ha de recibir de otro ser que ya posea esa perfección. Pero éste segundo ser tampoco se la pudo dar a sí mismo, sino que la recibió de otro ser, y así sucesivamente; pero como no podemos remontar la cadena de seres hasta el infinito, hemos de llegar a un primer ser que sea la causa originaria y absoluta de toda perfección y movimiento de la naturaleza. Así es como llegamos a Dios como primer motor del universo. El argumento es el siguiente: “En el mundo hay cosas que se mueven (hecho de experiencia), pero todo lo que se mueve es movido por otro. Pero, si lo que mueve a otro es, a su vez, movido, es necesario que lo mueva un tercero, y a éste otro. Mas no se puede seguir al infinito, porque así no habría un primer motor y, por consiguiente, no habría motor alguno, pues los motores intermedios no mueven más que en virtud del movimiento que reciben del primero, lo mismo que un bastón nada mueve si no lo impulsa la mano. Por consiguiente, es necesario llegar a un primer motor que no sea movido por nadie, y éste es el que todos entienden por Dios.” (Suma teológica, I, q. 2, a. 3)
2) La segunda vía se basa en la causalidad eficiente. Encontramos en las cosas naturales un orden de causas eficientes, y según este orden no es posible que una cosa sea causa de sí misma (puesto que la causa tiene que ser anterior al efecto, y ello obligaría a que una cosa fuese anterior a sí misma). Y como aquí tampoco podemos proceder hasta el infinito en el encadenamiento de las causas, hemos de admitir una causa eficiente primera, a la que llamamos Dios.
3) La tercera vía es la vía de la contingencia. Hay cosas que aunque son (=existen), podrían no ser (=no existir), esto es, hay cosas contingentes. Ahora bien, o todo es contingente, o hay algo necesario. Así, si todo lo que en el mundo existe pudiera no existir es porque alguna vez de hecho no existió. Y como lo que es no puede darse a sí mismo el ser, tiene que haber algo que no puede dejar de ser, que existe necesariamente y del cual todo lo demás ha recibido la existencia. Tal es el ser necesario, al cual llamamos Dios. Es decir, si todo es contingente, significa que alguna vez no hubo nada. Y entonces nada pudo empezar a ser. Y ahora no habría nada. Pero es una contradicción. Tiene que haber por tanto algo necesario.
4) La cuarta vía es la vía de los grados de perfección. En lo sensible percibimos la existencia misma de grados de perfección (cosas más o menos buenas, más o menos nobles, etc.). Como todo grado de perfección existe en virtud de una causa de grado superior, debe haber algo ‘absolutamente bueno’, ‘absolutamente verdadero’. Es decir, el que de una cosa se pueda decir que es más o menos en un orden cualquiera sólo se explica porque el más o menos incluya una relación a algo que en ese orden es lo máximo. Debe, pues, haber un ser que sea lo más verdadero, bueno, justo, y que sea la causa de las perfecciones de los demás seres: Dios.
5) La quinta vía se toma del orden de las cosas. En el mundo reina un orden, que no puede ser fruto del azar, de la casualidad, sino de una inteligencia superior al mundo que lo sujeta a leyes y le imprime una finalidad; esta inteligencia ordenadora del mundo es Dios. En otras palabras, vemos que cosas carentes de inteligencia se mueve a un fin, que están ordenadas a conseguir algo. Vemos, en definitiva, que hay un “orden” del mundo. Puesto que no tienen conocimiento, esto sólo puede suceder si están dirigidas por algo inteligente (una causa eficiente por la cual las cosas son llevadas a su fin esencial). Esa inteligencia ordenadora ordena porque tiene ella misma un fin esencial. Como este proceso no se puede repetir indefinidamente tiene que haber una inteligencia suprema que sea ella misma a la vez causa eficiente primera y fin absoluto; ahora bien, el fin es acto, y la causalidad eficiente es actualidad; luego esa inteligencia suprema es acto puro (Dios).
* Como podemos observar, las cinco pruebas poseen una estructura similar: 1) Se constata un hecho de experiencia: movimiento, orden de las causas, seres contingentes, grados de perfección, orden del mundo. 2) Se aplica el principio de causalidad al hecho constatado. 3) Se excluye por imposible una serie infinita de causas. 4) La conclusión es la afirmación de la existencia de Dios.
* No hay ente finito alguno, ni conjunto alguno de entes finitos, que pueda ser causa de sí o de sus propiedades; esto es, de su existencia, su movilidad, sus perfecciones, su poder de causalidad tanto eficiente como final. Pero como todas estas son realidades que precisan explicación, esa causa, razón o explicación deberá encontrarse, so pena de nuevo absurdo, en una fuente de esas realidades que, a su vez, sea por sí misma, y no precise ya de ulterior fundamentación: Dios.
El papel de la razón en cuanto a la fe
* La razón no demuestra la fe. El razonar por curiosidad hace daño a la fe. Pero hay usos correctos de la razón: ayuda a exponer el contenido de la fe, y sobre todo ayuda a deshacer las objeciones contra la fe.
* A su vez, la fe lleva a la inteligencia a su máxima perfección en cuanto es posible en esta tierra, porque la acerca a su objeto propio que es la verdad de Dios.
Renueva tu Fe. Serie de Enseñanzas sobre el don de creer, para el “Año de la Fe” promulgado por el Papa Benedicto XVI.
Tema 2 de 5: El itinerario de fe del apóstol Tomás.
* El que se aparta de la comunidad se pierde de la presencia de Cristo.
* El don de la fe es como luz muy intensa que lleva a reconocer nuestra verdad, y en ella, la mugre que no hemos querido reconocer.
* Pero Cristo no llega a recriminarnos sino a devolvernos la dulce y transformadora experiencia de su amor que salva. Al mostrarnos sus llagas nos muestra la espantosa realidad del pecado pero también la increíble misericordia divina.
* Cristo invita a Tomás a que “entre” en su costado. La Palabra no dice que le dijera luego que saliera. Señal es de que debemos permanecer en la experiencia de su sangre redentora y del palpitar de su amor.
FIESTA DEL APÓSTOL SANTO TOMÁS
El que se aparta de la comunidad creyente con facilidad pierde la posibilidad de experimentar al Señor vivo y resucitado.
Sustancia
El ser independiente del cual se predican los atributos. Del latín substantia, que se usó para traducir los términos griegos ousía, y a veces, hipóstasis. Significa etimológicamente, “lo que está debajo”, pero tiene un significado complejo pues designa:
el sujeto en el que descansan las propiedades: el ser Sócrates, por ejemplo, del cual predicamos ciertos rasgos como el ser ateniense, ser maestro de Platón…
lo que permanece en el cambio accidental: el ser el mismo individuo, Sócrates, aunque modifique su aspecto a lo largo del tiempo;
el ser independiente, lo que tiene su ser no en otro sino en sí: debemos distinguir el nivel de los atributos (ser blanco, pequeño e inteligente, por ejemplo, que son seres puesto que tienen realidad, pero que no pueden darse por sí mismos sino que siempre descansan en otra cosa de la cual decimos que son sus propiedades) y el nivel de la substancia (el que tiene una existencia propia e independiente, como el ser Sócrates o ser una piedra, o un tigre…).
Accidentes
Lo que le corresponde a algo de manera contingente, es decir, que no depende de su esencia; aquello que le pertenece a un ser de tal modo que lo puede perder sin llegar a aniquilarse.
Sustancias Primeras y Segundas
Las sustancias primeras son los sujetos individuales, que si son corporales, estarán compuestos de materia y forma.
Las sustancias segundas equivalen a los géneros y las especies. Al preguntar “¿qué es esto?”, se puede buscar qué tipo de sustancia es. Al responder indicando que es un libro, estamos apuntando a una sustancia segunda.
Esencia y Existencia
Lo que tienen los seres concretos de estable e inteligible; los rasgos que hacen de algo lo que es y no otra cosa, de modo que si se pierde uno de esos rasgos, ya no estamos ante el mismo ser. La esencia es la respuesta más directa a la pregunta “¿qué es?” y por eso se le llama quidditas, o quididad.
La esencia:
descubierta en un ser corpóreo concreto, es la forma sustancial;
en el entendimiento se capta por medio de conceptos;
cuando se expresa en palabras corresponde a una definición.
La esencia no implica la existencia. Cosas imaginadas pueden tener su esencia, que también será imaginaria. Cuando hablamos, entonces, de que algo existe, ese existir no es una idea que se une a los rasgos de la esencia; es decir, el existir, al que Santo Tomás en latín llama esse, no es una ampliación de la esencia, que en latín se dice essentia. Existencia y esencia son distintos, y la existencia no es algo pensado pero tampoco es irracional. Para Santo Tomás, que lo pensable (la esencia) tenga además existencia, es como el paso de la potencia al acto; tal es el paso que realiza Dios al crear.
Naturaleza
Principio intrínseco de movimiento (cambio, acción, operación) y reposo de los seres naturales. Etimológicamente quiere decir: lo que se tiene “por nacimiento,” es decir: de por sí, no por acción de otro. Viene del vocablo latino natura, traducción del griego physis.
Hay dos sentidos básicos de “naturaleza”, aunque es mucho más importante el segundo que el primero: (a) la Naturaleza entendida como la totalidad de seres naturales; (b) la naturaleza como el actuar que sigue al ser propio de las cosas. En esta última acepción, “naturaleza” se aproxima mucho al concepto de “esencia,” pero, aunque todo lo esencial es natural, no todo lo natural es esencial, porque hay cosas que son naturales porque provienen o fluyen de la esencia, sin ser la esencia. El uso de un lenguaje conceptual y articulado es propio de la naturaleza humana pero no es necesario considerar esa nota en sí misma como propia de la esencia, porque es algo que fluye del ser racional.
La naturaleza se identifica con el ser propio de las cosas, con su esencia, y lo que fluye de la esencia, pero sólo en las cosas capaces de cambiar a partir de sí mismas.
La naturaleza no sólo determina el tipo posible de movimientos de un objeto sino también el tipo de reposo que le conviene (por ejemplo, a la piedra le corresponde estar quieta en el suelo y ello en virtud de su naturaleza).
La serie de la SUMA CONVERSACIÓN tiene un único propósito: acercar el pensamiento de Santo Tomás a las cuestiones de nuestro tiempo, así como mostrar la fecundidad permanente de las grandes cuestiones de todos los tiempos.
Estos son los volúmenes disponibles en Youtube: 1, 2, 3, 4, 5, 6.
¡Conoce y difunde esta iniciativa de formación profunda en nuestra fe católica!
Para nosotros, Tomás de Aquino es, ante todo, un hermano en la fe.
¿Cómo surge la pregunta por la Trinidad en la Sagrada Escritura?
* En el A.T. no se encuentra de modo expreso el misterio trinitario: hay sólo algunas expresiones que, con la llegada de la Nueva Alianza, podían interpretarse como prefiguraciones de la Trinidad.
* Ya en el contexto del N.T., en cuanto se afirma que el Padre envió a su Hijo, y se afirma también que este Hijo merece adoración y obediencia a la par de Dios Padre, ahí surge el problema teológico de la Trinidad.
* Si uno pretende negar la divinidad de Cristo, deja sin sentido la autoridad con que Cristo se presenta en numerosos pasajes, y la manera como admite que se le ore y adore. Pasajes especialmente significativos son el prólogo de San Juan (Juan 1,1-14), y también Juan 10,33; Lucas 7,47; Marcos 1,5; Mateo 12,8; Juan 8,28 (con Éxodo 3,14); Juan 18,6. En cuanto a la divinidad del Espíritu, véase 1 Corintios 3,16; Romanos 8,15; Mateo 12,31-32.
Este capítulo pertenece al volumen 5 de la Suma Conversación.
¿De qué manera conocemos a Dios en la Biblia?
* No es un asunto de versículos. El Sola Scriptura está superado hace mucho tiempo.
* Hay una gran complejidad en la revelación, porque es narración y testimonio. Dios no e sobjeto que pongamos al frente nuestro. Sabemos de Dios a través de un camino, es decir, a lo largo de un diálogo progresivo entre Dios y su pueblo.
* El punto de partida es no solamente el desconocimiento de Dios sino la ignorancia de nosotros mismos. Se entrelazan estos procesos:
* Trípode propuesto por la Constitución Dei Verbum, del Vaticano II: 1. Escritura; 2. Tradición; 3. Magisterio.
* El estilo de Santo Tomás: de la Biblia aprendemos qué puede saberse con certeza sobre lo que Dios no es. Nuestra palabras sólo alcanza a rodear su misterio; no lo penetran ni lo comprenden.
* Las elaboraciones intelectuales sobre Dios son necesarias no para reemplazar la fe sino para protegerla.
Este capítulo pertenece al volumen 5 de la Suma Conversación.
¿Cómo leyó, comentó y aprovechó Santo Tomás el texto de la Escritura?
* En la Edad Media, los dos años del “Bachillerato Bíblico” llevaban a estudiantes y profesores a una extraordinaria familiaridad con la Escritura.
* La “Catena Aurea” es una colección ordenada de comentarios de los Padres de la Iglesia a cada versículo de los Cuatro Evangelios.
* La “Glosa” es una especie de comentario estándar a los textos bíblicos. La Glosa solía escribirse como un recuadro que rodeaba el rectángulo donde iba el texto bíblico como tal.
* Las obras bíblicas más elaboradas por Santo Tomás, como su comentario al Evangelio de Juan, intentan ver todo un libro de la Escritura como si fuera el despliegue de una sola idea central. Se trata de un esfuerzo intelectual muy grande, que por lo menos tiene el mérito de obligar a pensar a fondo el contenido revelado.
* Además de la Catena Aurea, los Comentarios bíblicos de Tomas incluyen, entre otros: los Salmos, Job, Isaías, Mateo, Juan, Romanos, 1 y 2 Corintios, 1 y 2 Tesalonicenses, Hebreos.
Este capítulo pertenece al volumen 5 de la Suma Conversación.
¿Qué se estudiaba en la Edad Media, y qué lugar tenía la Biblia en esos estudios?
* La fe como lenguaje “total” : arte, arquitectura, literatura.
* Los santos, las devociones, las peregrinaciones, las “misiones populares.”
* Advertencia: el peligro de la “Sola Scriptura.”
* Mentiras protestantes sobre la presencia y conocimiento de la Biblia en al Edad Media.
* Secuencia del estudio formal en la Edad Media: “Artes liberales” (Trivium y Quadrivium); “Bachiller Bíblico”; Sentencias de Pedro Lombardo; Lector de Biblia; Lector de Teología.
Este capítulo pertenece al volumen 5 de la Suma Conversación.
Contexto histórico de la vida intelectual a la caída del Imperio Romano.
* A la caída del Imperio Romano, la única institución de amplio alcance y de ideales claros es la Iglesia Católica.
* La Iglesia como “casa común” y punto de referencia universal.
* Presencias de Iglesia: las catedrales, en las ciudades, y los monasterios, en los campos. Ambos se convierten en centros de cultura y evangelización a la vez.
* San Benito “humaniza” la vida monástica sin disminuir su impulso hacia la santidad. El ideal benedictino va conformando una red de monasterios unidos por los ideales de oración y trabajo: serán ellos, en gran parte, la base de la futura Europa.
Este capítulo pertenece al volumen 5 de la Suma Conversación.