La fe madura y sus signos propios

Del Sermón de la Montaña, de la Carta a los Efesios, capítulo 4, y de aquella expresión de Cristo: que cada uno cargue con su cruz, si quiere ser discípulo suyo, aprendemos cuál es el perfil de un cristiano maduro.

La predicación toma luego como referencia de crecimiento y madurez en la fe a la Madre de Jesús, y muestra de cuántos modos ella ayuda a esa maduración en nosotros.

LA GRACIA del Martes 26 de Julio de 2011

En María, concebida de unión de varón y mujer, descubrimos que el sexo no tiene por qué ser ocasión para el pecado, sino instrumento de santidad. Por ello sugiero que la Iglesia proclame a San Joaquín y Santa Ana como Patronos de la Sexualidad Humana.

Cinco armas de Maria

Una vez que uno descubre que la vida cristiana implica combate es grande ver que la Virgen María aporta “armas de paz” que nos ayudan a alcanzar la victoria. Enumeramos cinco:

(1) La belleza, si es armonía en Dios, precisamente para combatir el poder siniestro de la belleza como tentación hacia el deleite egoísta o estéril.

(2) La humildad, que nos devuelve una mirada sensata y realista, y que nos hace suficientemente pequeños como para escapar de las tupidas redes enemigas.

(3) La oración, que nos permite repetir con san Pablo: “todo lo puedo en aquel que me fortalece.”

(4) La maternidad, el arma que desarma, porque desactiva las bombas del resentimiento, la venganza y el individualismo.

(5) La virginidad, que asegura un espacio claro para Dios y sus planes en nuestra vida.

LA GRACIA del Sabado 16 de Julio de 2011

El monte carmelo es el monte en que el profeta Elías desafió al pueblo para que se resolviera de una buena vez por Dios como único Señor. Que la Virgen María interceda por nosotros y nos haga auténticos y creíbles en nuestra fe cristiana.

Testimonios de alianza y amistad con Maria

testimonios marianos

Hicimos esta pregunta:

Tradicionalmente los católicos recordamos con afecto y devoción a la Virgen María en el mes de mayo. Para algunos puede ser sólo una costumbre; para otros, no significa casi nada; para otros, la devoción raya en superstición. Sin embargo, hay un buen número, un enorme número de católicos que han descubierto en María su gran amiga y aliada: aquella que nos ofrece a Jesús, y que por eso, sobre todo por eso, es nuestra Madre en el orden de la gracia. Ahora la pregunta es: ¿En qué momento María se volvió tu amiga y aliada?

Y hemos recibido preciosos testimonios. Click!

Maria y la sanacion de relaciones intrafamiiares

Cristo utilizó algunas palabras solamente cuando había llegado su “hora,” es decir, en el contexto de la Cruz, de la redención y del amor hasta el extremo. Una de esas palabras, en cuanto referida a los discípulos, es “madre.” La verdad es que sólo a través de la lente de la Cruz podemos aprender a mirar a los demás como Dios los ve.

En particular, el misterio de la Cruz abraza por igual a Juan, el discípulo amado, y a María. Uno ve que la mejor manera de entender qué es una madre, y de sanar la relación con la madre, es descubriéndola primero como hermana, es decir, peregrina en la fe junto a nosotros.

Eso vale también para las relaciones intrafamiliares. Si el hijo se obstina en mirar al papá en primer y único lugar como “papá,” termina leyendo la vida de él sólo desde la óptica de los deberes que tendría que haber cumplido como papá; y lo mismo si el papá se queda viendo al hijo en primer lugar como “hijo.”

Por eso, la mejor forma de reconciliarse dentro de la familia es buscar que el otro primero se encuentre con Dios, sin pretender hacer valer los supuestos derechos que uno cree tener frente a la otra persona.