LA GRACIA 2024/01/28 Predicar con verdad, bondad y en unidad

DOMINGO IV DEL TIEMPO ORDINARIO, CICLO B

Para continuar la ardua labor de Nuestro Señor en la Iglesia debemos trabajar en predicar y enseñar con verdad, con bondad y en unidad.

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LA GRACIA 2023/01/22 El llamado de Cristo está unido a su predicación

DOMINGO III DEL TIEMPO ORDINARIO, CICLO A

A Jesús nada lo vence, nada lo acobarda. Cristo se establece en el corazón mismo de las tinieblas, donde el mensaje de confusión y de muerte había echado raíces Él comienza a predicar con fuerza y elocuencia de cielo el Evangelio.

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«La fe viene de la predicación» (Rom. 10,17)

«La fe viene de la predicación» (Rom. 10,17)

Esta insistencia de San Pablo en la importancia del valor de la evangelización nace de una convicción fundamental: la predicación está en la base de todo; es el cimiento del edificio de la vida cristiana de cada hombre y de la vida de la Iglesia toda (1 Cor. 3,10).

Es muy significativa en el texto de Rom. 10,13-17 la concatenación de los verbos: al «ser enviado» sucede el «predicar»; al «predicar» sucede el «oír»; al «oír» sucede el «creer»; al «creer» sucede el «invocar»; y al «invocar» sucede el «ser salvado». En consecuencia, todo arranca de la predicación. La fe es la que justifica al hombre y le reconcilia con Dios, hace del hombre una criatura nueva; ahora bien, la fe es esencialmente acogida del kerygma, es decir, del anuncio de Cristo muerto y resucitado para nuestra salvación (este es el «Evangelio» que Pablo predica y en el que invita a todos a creer, cuyo resumen más antiguo encontramos en 1 Cor. 15,3-5; ver desde el v. 1 hasta el 11).

Pues bien, es a esta misión sublime a la que Pablo se sabe llamado sobre todo. Pues sin la evangelización -sin el anuncio de Cristo- no puede suscitarse la fe, ni -en consecuencia- tampoco la vida cristiana en toda su extensión, ni puede construirse la comunidad cristiana, ni es posible la salvación… Ciertamente podrá haber «diez mil pedagogos» que eduquen y cultiven la vida en Cristo; pero esta vida no existirá sin alguien que -mediante el anuncio del Evangelio- la «engendre» en el corazón de los hombres (1 Cor. 4,15).

Será preciso que alguien «riegue», abone y cuide la planta de la fe y de la vida nueva en Cristo; pero todo ello sería inútil y sin sentido si no fuera porque alguien antes «ha plantado» mediante la predicación la semilla de la fe y la raíz de la vida nueva (1 Cor. 3,6)


El autor de esta obra es el sacerdote español Julio Alonso Ampuero, a quien expresamos nuestra gratitud. Aquí la obra se publica íntegra, por entregas. Lo ya publicado puede consultarse aquí.

LA GRACIA 2021/04/13 Intención clara del libro de los Hechos de los Apóstoles

La intención de los Hechos de los Apóstoles es ganar las mentes y los corazones para Cristo con la unción del Espíritu Santo en la predicación y el testimonio, lo demás se da por añadidura.

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San Gregorio Magno, Papa, nos habla del poder de la Palabra de Dios en su vida

Cuando hablo de Cristo, ni a mí mismo me perdono

Hijo de Adán, te he puesto de atalaya en la casa de Israel. Fijémonos cómo el Señor compara sus predicadores a un atalaya. El atalaya está siempre en un lugar alto para ver desde lejos todo lo que se acerca. Y todo aquel que es puesto como atalaya del pueblo de Dios debe, por su conducta, estar siempre en alto, a fin de preverlo todo y ayudar así a los que tiene bajo su custodia.

Estas palabras que os dirijo resultan muy duras para mí, ya que con ellas me ataco a mí mismo, puesto que ni mis palabras ni mi conducta están a la altura de mi misión.

Me confieso culpable, reconozco mi tibieza y mi negligencia. Quizá esta confesión de mi culpabilidad me alcance el perdón del Juez piadoso. Porque, cuando estaba en el monasterio, podía guardar mi lengua de conversaciones ociosas y estar dedicado casi continuamente a la oración. Pero desde que he cargado sobre mis hombros la responsabilidad pastoral, me es imposible guardar el recogimiento que yo querría, solicitado como estoy por tantos asuntos.

Me veo, en efecto, obligado a dirimir las causas, ora de las diversas Iglesias, ora de los monasterios, y a juzgar con frecuencia de la vida y actuación de los individuos en particular; otras veces tengo que ocuparme de asuntos de orden civil, otras, de lamentarme de los estragos causados por las tropas de los bárbaros y de temer por causa de los lobos que acechan al rebaño que me ha sido confiado. Otras veces debo preocuparme de que no falte la ayuda necesaria a los que viven sometidos a una disciplina regular, a veces tengo que soportar con paciencia a algunos que usan de la violencia, otras, en atención a la misma caridad que les debo, he de salirles al encuentro.

Estando mi espíritu disperso y desgarrado con tan diversas preocupaciones, ¿cómo voy a poder reconcentrarme para dedicarme por entero a la predicación y al ministerio de la palabra? Además, muchas veces, obligado por las circunstancias, tengo que tratar con las personas del mundo, lo que hace que alguna vez se relaje la disciplina impuesta a mi lengua. Porque, si mantengo en esta materia una disciplina rigurosa, sé que ello me aparta de los más débiles, y así nunca podré atraerlos adonde yo quiero. Y esto hace que, con frecuencia, escuche pacientemente sus palabras, aunque sean ociosas. Pero, como yo también soy débil, poco a poco me voy sintiendo atraído por aquellas palabras ociosas, y empiezo a hablar con gusto de aquello que había empezado a escuchar con paciencia, y resulta que me encuentro a gusto postrado allí mismo donde antes sentía repugnancia de caer.

¿Qué soy yo, por tanto, o qué clase de atalaya soy, que no estoy situado, por mis obras, en lo alto de la montaña, sino que estoy postrado aún en la llanura de mi debilidad? Pero el Creador y Redentor del género humano es bastante poderoso para darme a mí, indigno, la necesaria altura de vida y eficacia de palabra, ya que por su amor, cuando hablo de él, ni a mí mismo me perdono.

LA GRACIA 2020/08/04 Santo Cura de Ars modelo de sacerdote

MEMORIA DE SAN JUAN MARÍA VIANNEY, PRESBÍTERO

El Santo Cura de Ars es modelo para los párrocos y para todos los sacerdotes porque la fuerza de su oración y su predicación hicieron el milagro de la conversión de su parroquia.

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LA GRACIA del Viernes 22 de Junio de 2018

A medida que escuchas la palabra que realmente ilumina y trae la verdad nuestros ojos se despejan y el corazón descubre que el tesoro está en el amor y la amistad con Cristo.

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Sobre las homilías

Fray Nelson, gracias por su servicio en las redes sociales. Se oyen decir muchas cosas sobre cómo deben ser y prepararse las homilías pero muchos laicos seguimos sintiendo que hay mucho trabajo por hacer al respecto. ¿Puede dar algunas indicaciones que nos sirvan a todos? — H.G.

* * *

Voy a ofrecer aquí simplemente una lista que Catholic.net compiló hace un tiempo sobre las limitaciones y recursos en cuanto a la preparación de la homilía:

Limitaciones

No hay suficiente preparación de la homilía
Mensaje ambiguo
Mala pronunciación
Lenguaje lejano de la realidad
Hermenéutica complicada de los textos bíblicos
Homilía repetitiva, regañona, reiterativa, recolecta, etc.
Mal manejo de la voz
Uso deficiente o mala calidad de micrófonos
Monotonía del rito
Fatiga del discurso
Falta de religiosidad de los fieles
Sociedad esclava de lo audio-visual
Distracción de los feligreses
Pobre cultura de fe de la asamblea
Crisis de fe en muchos oyentes
Templos ruidosos
Mala acústica
Pobre iluminación
Poca ventilación
Insuficiente vivencia del Evangelio, falta de credibilidad

Recursos

Buena expresión oral y corporal
Establecer ideas principales y secundarias
Espiritualidad
Tono y volumen de voz adecuados
Preparar la homilía
Ejercicios de vocalización
Creatividad
Excelente presentación personal
Calidez en la voz
Manejo de los silencios y pausas
Mensaje claro, convincente y actual
Conocimiento del público y el contexto
Formación en homilética
Reconocimiento del espacio donde va a celebrar
Empatía con los fieles

LA GRACIA del Viernes 10 de Noviembre de 2017

Un buen predicador anuncia el amor de Dios con sus palabras, con su testimonio de vida y obrando prodigios con el poder del Espíritu Santo quien hace nuevas todas las cosas.

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Consejos para líderes y predicadores católicos

Esto va para las personas que han emprendido un camino espiritual, especialmente aquellos que dejan notar ciertos rasgos de liderazgo o empiezan a trabajar en un apostolado en particular.

1. ¡A ustedes no les van a pasar ni una! Así como lo leen, quien sale a la luz con un carisma marcado, se pondrá en el centro del huracán, será visto, señalado y a veces, fuertemente criticado. En muchas ocasiones serán tratados sin compasión, especialmente cuando cometan errores, así que no sean muy notorios. Sus principales críticos o detractores, serán aquellos que quieran ocupar su lugar, o esos líderes que tienen dones o talentos similares a los de ustedes. Sin embargo, sosténganse, perseveren, sigan adelante y no se llenen de resentimientos. El maligno quiere desanimarlos.

2. No digan mentiras. Cuando prediquen, hablen, o cuenten una anécdota, sean humildes en sus descripciones y también veraces. No agranden las historias, no inventen, ni exageren: quítenle la lupa; de ser necesario, obvien detalles. Recuerden quién dijo “Yo soy la verdad” y también, quién es el padre de la mentira. Por lo tanto, den testimonio desde la sencillez, aunque no tengan algo que contar fuera de lo común o muy notorio, pero a las almas se conducen hacia Dios con armas Divinas y no humanas y de todos modos, nosotros no convertimos a nadie: es el Señor quien lo hace.

3. Deje usted los negocios de lado. No mire a su hermano viendo si de pronto le puede sacar provecho; al contrario, usted sea de provecho para el. No busque socios capitalistas para sus sueños empresariales, no juegue monopolio con las almas que Dios a puesto bajo su cuidado y vigilancia. Usted está trabajando por el bien de esa persona y su conversión–y no escaneando su capital o buscando su propio beneficio.

4. No se ponga como un ejemplo a seguir. Estamos siguiendo a Cristo y no a los hombres. No resalte sus cualidades, deje de hablar en primera persona, no sea excluyente, ni muestre cuán amado es usted por Dios; al contrario, recuérdele a su hermano, lo mucho que lo ama el Señor. Usted es un servidor, una persona amada por Dios, pero como los demás; por lo tanto, no permita que lo idealicen. No estamos buscando brillar y crear un club de fans, sino queremos que brille la luz de Cristo. Que El crezca y nosotros disminuyamos.

5. No exponga puntos de vista subjetivos, simplemente comulgue con el pensamiento de la iglesia o terminará armando su propia secta. “Yo creo, a mi modo de ver, los obispos debieron hacer esto, yo opino que la iglesia debería actuar así, para mi, que el papa en esto se equivoca, etc”, eso definitivamente no lo digan. Discútanlo en privado con un buen sacerdote o un conocedor del tema a tratar, pero no se ufanen de su posición y empiecen a disparar tiros al aire sobre su parecer. Algo que debe distinguir a un líder católico es su objetividad, y su fidelidad a la iglesia, a los obispos y al magisterio.

6. Cuidado, si usted es soltero, no ande de aquí para allá como un colibrí buscando mujeres, y si es casado, mantenga su prudente distancia con el sexo opuesto. Lo primero, porque pone en riesgo su castidad, puede volverse un rompe-corazones, y fomentará peleas, celos y divisiones. También hay muchas madres solteras que se dejaron conquistar por avivatos disfrazados de líderes espirituales. Lo segundo, porque un adulterio sería bastante escandaloso en su apostolado, haría pecar a los demás, y le haría mucho daño a los suyos.

7. Cuidado con el dinero. Que mala cosa, que a un servidor del Señor, lo reconozcan como un mercader de la fe, un predicador o músico que cobra costosas tarifas, un negociante o un mercenario disfrazado de apóstol. En los caminos del Señor, algo que daña radicalmente el trabajo apostólica es el amor al dinero. Cuidado con hacer promoción a la “diezmadera”, y también obviamente: hay que dar ejemplo de austeridad.

Por ahora los dejo con estos puntos. Oremos y animo! Dios los bendiga.

[Tomado del muro de Facebook de Felipe Gómez]

LA GRACIA del Viernes 22 de Septiembre de 2017

La doctrina la presentamos fielmente por amor a Aquel que nos salvó y por amor a nuestra gente que tiene derecho a conocer en plenitud quién es el Dios que los ha amado.

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