Traditionis Custodes, Motu Proprio del Papa Francisco

Advertencia: la mayor parte de lo que sigue apoya la decisión del Papa Francisco expresada en el reciente Motu Proprio “Traditionis Custodes.” Continúe Usted leyendo bajo su propia responsabilidad.

En amplio y abierto diálogo con amigos cercanos, de esos que aman a Cristo y su Iglesia, pronto ha quedado patente qué es lo que disgusta más del último documento del Papa, el Motu Proprio “Traditionis Custodes” (TC, de aquí en adelante): es algo que el querido P. Santiago Martín ha expresado muy bien en un video reciente, y que se resume en: agilidad y dureza con los conservadores; pasividad, que raya en complicidad, con los progresistas o sincréticos. Frente a ese reparo yo no tengo nada que decir porque expresa la misma extrañeza que yo mismo tengo, junto con muchos sacerdotes e incontables fieles: uno tiene que hacer malabarismos mentales cada vez más altos e irreales para tratar de entender o de explicarse cómo tantos obispos y sacerdotes se burlan de la fe católica sin que suceda absolutamente nada, y ello mientras vemos caer castigos y restricciones, implacables, sobre todo lo que tenga talante conservador, ya sea en política civil, en teología dogmática o en la vida litúrgica. Baste mencionar los episodios de la pachamama o de la bendición de parejas homosexuales.

Así que queda claro dónde está la raíz del disgusto y rechazo que muchos sienten con respecto a TC. Podemos decir que se trata de objeciones externas, en la medida en que comparan, en bloque, la acción propuesta en TC con la acción mínima o inexistente que se ha tomado u omitido en otros casos, terriblemente dolorosos para la fe del pueblo de Dios.

Dejando eso claro, quiero en este escrito referirme más bien a un análisis interno de TC, y con esta expresión me refiero a la conveniencia y oportunidad de abordar las siguientes preguntas:

(1) ¿Cuál era el propósito de Summorum Pontificum (SP) de Benedicto XVI? ¿Se trataba de una definición “para siempre” o tenía condiciones?

(2) ¿En qué medida el propósito de SP se consiguió en los años siguientes a su publicación?

(3) ¿Qué ventajas y desventajas se encontraron en la aplicación real de SP?

(4) ¿Qué quiere lograrse con TC? ¿Se trata de una definición “para siempre” o tiene condiciones?

(5) ¿Cuál podría ser una ruta constructiva hacia el futuro?
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Palabras directas del Papa Francisco a los jóvenes

Tomado de Fratelli tutti, n. 13:

[En nuestro tiempo] se alienta también una pérdida del sentido de la historia que disgrega todavía más. Se advierte la penetración cultural de una especie de “deconstruccionismo”, donde la libertad humana pretende construirlo todo desde cero. Deja en pie únicamente la necesidad de consumir sin límites y la acentuación de muchas formas de individualismo sin contenidos. En esta línea se situaba un consejo que di a los jóvenes: «Si una persona les hace una propuesta y les dice que ignoren la historia, que no recojan la experiencia de los mayores, que desprecien todo lo pasado y que sólo miren el futuro que ella les ofrece, ¿no es una forma fácil de atraparlos con su propuesta para que solamente hagan lo que ella les dice? Esa persona los necesita vacíos, desarraigados, desconfiados de todo, para que sólo confíen en sus promesas y se sometan a sus planes. Así funcionan las ideologías de distintos colores, que destruyen —o de-construyen— todo lo que sea diferente y de ese modo pueden reinar sin oposiciones. Para esto necesitan jóvenes que desprecien la historia, que rechacen la riqueza espiritual y humana que se fue transmitiendo a lo largo de las generaciones, que ignoren todo lo que los ha precedido» [Exhortación Apostólica Christus vivit, n. 128].

El sentido de las palabras del Papa sobre la propiedad privada

“Las palabras del Papa son escuchadas con mucha atención no solo por ser la autoridad de la Iglesia, sino que a menudo son usadas por personas inescrupulosas para apoyar o no hechos o mandatos de la Iglesia. El arzobispo de La Plata en Argentina, monseñor Víctor Fernández ha publicado un artículo haciendo referencia a unas declaraciones que realizó el Papa sobre la propiedad privada…”

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Joven rebelde a su manera: San Luis Gonzaga

La cualidad por la que es más recordado, exaltado e invocado San Luis Gonzaga es la pureza. Este joven jesuita parece que vino a esta tierra a dejar un mensaje breve, luminoso y alegre sobre el sentido de esta virtud tan poco apreciada en nuestro tiempo.

Su ejemplo es tanto más notable cuanto que suele pensarse que el tiempo del desarrollo corporal y de la fuerza de la juventud hace poco menos que imposible predicar palabras como castidad o pureza. En lo personal, considero que solemos subestimar la capacidad de combate y victoria que hay en nuestros jóvenes, si sabemos presentar con claridad los verdaderos ideales. Al fin y al cabo, la juventud es también el tiempo de los ideales que marcarán toda la vida.

Hace poco tuvimos en Colombia una serie de protestas que a menudo degeneraron en violencia. Sus efectos no han terminado todavía. Y fueron muchos los jóvenes, incluyendo universitarios, que participaron en esas marchas dando voz a los reclamos por la justicia, o en algunos casos, prestando sus brazos para destruir propiedad pública. Yo sólo me pregunto: ¿qué sucedería si ellos, esos mismos que tienen tanta resistencia para rebelarse contra el orden injusto del mundo, pusieran su juventud al servicio de Cristo, Rey de Reyes?

Jornada de los Pobres 2021

“En su Mensaje para la Jornada Mundial de los Pobres del 14 de noviembre próximo, el Papa Francisco hace un llamamiento a los cristianos y a los gobiernos de todo el mundo para que intervengan con urgencia y de una manera nueva, porque los pobres, también a causa de la pandemia, han aumentado de manera desproporcionada. Además dice que es necesario cambiar los estilos de vida, porque es el egoísmo el que causa la pobreza…”

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LA GRACIA 2021/06/01 Ser discípulos de sabiduría, buscadores de la verdad

FIESTA DE SAN JUSTINO, MÁRTIR

Necesitamos ser como San Justino, capaces de estudiar y llegar hasta el fondo de las cuestiones para darnos cuenta que no es razonable descartar a Dios.

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Conoce los datos mínimos de Sor Isabel de la Trinidad

Isabel Catez nació el 18 de julio de 1880, en el campo militar de Avor, cerca de Bourges (Francia). Sus padres se llamaron Francisco José Catez y María Rolland. Tuvo una hermana, llamada Margarita (Guita, en lenguaje familiar), a la que dirigió muchas cartas, que son una fuente importante para conocer su mensaje espiritual.

—El 22 de julio recibió el sacramento del bautismo. Se le impuso el nombre de María Josefa Isabel. Este último nombre fue para ella una revelación de su vocación, como veremos.

La familia Catez se trasladó pronto a Dijon, habitando en una casa cercana al monasterio de las Carmelitas Descalzas. El 2 de octubre de 1887 murió su padre. Cuando se confesó por primera vez e hizo su primera comunión manifestó su deseo de abrazar la vida religiosa (19. 4. 1891).

Isabel recibió una educación esmerada en el orden espiritual y humano, bajo la vigilancia de su madre. Estaba dotada de muy buenas cualidades humanas, con una disposición connatural para la música. Inclinada al recogimiento interior, le atraía fuertemente la vida de las carmelitas y su dedicación a la oración mental. A los catorce años hizo voto de virginidad y se acentuó en ella su vocación al Carmelo. En 1897 manifestó por primera vez este deseo a su madre, que no se manifestó muy favorable a sus propósitos y procuró distraer la atención de su hija, manteniéndola en la vida social de Dijón. Isabel viajó, practicó la música, la danza, hizo amistades y tuvo ofertas de matrimonio; pero nada de eso, dice C. de Meester, sació su sed de absoluto, sino sólo Dios.

—Enero de 1899. Durante unos ejercicios espirituales, dirigidos por el P. Chesnay, recibió la primera experiencia extraordinaria de la inhabitación trinitaria. Sus visitas a las Carmelitas se hicieron más frecuentes. Durante este tiempo comenzó a leer el Camino de Perfección de Santa Teresa. Se avivó su deseo de ingresar en el Carmelo, consiguiendo al fin el beneplácito de su madre, para cuando cumpliese los 21 años de edad.

En 1900 participó en un retiro, dirigido por el jesuita P. Hoppenot e hizo el firme propósito de vivir en adelante en el mundo en espíritu de oración, al estilo de las carmelitas. El 2 de agosto de 1901 vio cumplido su deseo. Ingresó como postulante en el monasterio de las Carmelitas Descalzas de Dijon, del que era priora la Madre Germana de Jesús. El 8 de diciembre vistió el hábito. Se dirigía espiritualemente en este tiempo con el P. Vallée.

El 19 de enero de 1903 hizo su profesión solemne con el nombre de Isabel de la Trinidad. La profesión religiosa fue para ella como un segundo sacramento, que disipó las dudas que le habían atormentado. Entró en contacto con los escritos de san Juan de la Cruz, que fueron para ella como una nueva revelación luminosa en su vocación a la intimidad con Dios y a la vivencia del misterio de la Trinidad. Un año más tarde (1904) escribió su conocida Elevación a la Santísima Trinidad, que revela su profunda vivencia de este misterio.

—En los primeros meses de 1905 se inició el proceso de una penosa enfermedad. Obtuvo dispensa de algunas prácticas de la vida religiosa; pero su vivencia interior no sufrió merma. En la pascua de este año descubrió lo que ella llamó: su misión en el mundo: ser alabanza de gloria de la Trinidad.

En 1906 su vivencia interior se centró plenamente en Cristo y en el misterio trinitario. Vivía revestida de los sentimientos de Jesucristo y asumió sus dolores y sufrimientos para configurarse a su imagen doliente y llenarse más de su amor. En 24 de mayo el Señor le concedió la gracia mística de vivir en su presencia. En este ambiente leyó y saboreó la doctrina de san Pablo, que le ayudó a profundizar en su vocación de alabanza de gloria. En los meses siguientes escribió lo más importante de su mensaje espiritual.

Su enfermedad iba agravándose lentamente. Se sentía asociada a los sufrimientos de Jesús y deseaba ser como una humanidad suplementaria a su pasión. A finales de octubre redactó su testamento espiritual, dirigido a la Madre Germana de Jesús.

El día primero de noviembre recibió su última comunión. Entró en una noche oscura del espíritu, que la configuró aun más con Cristo. La Comunidad la rodeó con el amor fraterno y la plegaria. El día 6 por la mañana, víctima del mal de Adisón, expiró dulce y suavemente, iniciando su canto glorioso de alabanza de la Santísima Trinidad.

San Felipe Neri: Datos que quizás no conocías de su vida

“El 26 de mayo [o día 28, en otros lugares] se celebra la fiesta de San Felipe Neri, Patrono de educadores y humoristas, fundador del Oratorio en Roma, recordado por haber recibido el don de la curación, de profecía y poder leer los pensamientos de otros. Aquí algunos datos sobre la increíble vida del llamado “Apóstol de Roma”…”

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Adán y el Espíritu Santo

P . Fray Nelson pregunto : Adan y Eva tenian o mejor dicho, Dios les habia dado el Espiritu Santo o no, por el hecho que se paseaban con EL? ¿Tenian EL Espíritu Santo como nosotros los bautizados? — E.H.

* * *

La presencia viva del Espíritu Santo en el hombre se identifica con la acción de la gracia santificante. Ahora bien, es doctrina propia de la Iglesia Católica (enseñada expresamente en el Concilio de Trento, por ejemplo) que Adán, antes del pecado, gozó del don de esa gracia que expresaba nada menos que su unión de amistad con Dios. por ello debemos decir que, aunque los dones expresos del Espíritu Santo se manifestaran de otra manera en nuestros primeros padres, lo esencial de la obra del Espíritu, que es su gracia que santifica, estaba en ellos.

Paul Claudel y la luz del misterio

“Paul Claudel (1868-1955) fue diplomático y miembro de la Academia francesa si bien es célebre por haber sido uno de los grandes nombres de las letras francesas en el siglo XX. El 25 de diciembre de 1886 asistió en Notre Dame de Paris a la misa de Navidad. Entró por mera curiosidad pero al oír cantar el Magnificat, según él mismo cuenta, “en un instante mi corazón fue tocado y creí. Creí con tal fuerza de adhesión que […] todos los libros, todos los razonamientos, todas las vicisitudes de una vida agitada, no han podido perturbar mi fe ni, a decir verdad, tocarla”…”

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Homilía para Pentecostés

Texto completo de la homilía del Papa Francisco en Pentecostés:

«Cuando venga el Paráclito, a quien yo les enviaré desde mi Padre» (Jn 15,26). Con estas palabras Jesús promete a los discípulos el Espíritu Santo, el don definitivo, el don de los dones. Acojamos hoy esta palabra, que no es fácil de traducir porque encierra varios significados. Paráclito quiere decir esencialmente dos cosas: Consolador y Abogado.

1. El Paráclito es el Consolador. Todos nosotros, especialmente en los momentos difíciles como el que estamos atravesando, por la pandemia, buscamos consolaciones. Pero frecuentemente recurrimos sólo a las consolaciones terrenas, que desaparecen pronto. Son consolaciones del momento.

Jesús nos ofrece hoy la consolación del cielo, el Espíritu, el consolador perfecto. ¿Cuál es la diferencia? Las consolaciones del mundo son como los analgésicos, que dan un alivio momentáneo, pero no curan el mal profundo que llevamos dentro. Evaden, distraen, pero no curan las raíces. Calman superficialmente, en el ámbito de los sentidos y difícilmente del corazón.

Porque sólo quien nos hace sentir amados tal y como somos da paz al corazón. El Espíritu Santo, el amor de Dios, actúa así: «entra hasta el fondo del alma», pues como Espíritu obra en nuestro espíritu. Visita lo más íntimo del corazón como «dulce huésped del alma» (ibíd.). Es la ternura misma de Dios, que no nos deja solos; porque estar con quien está solo es ya consolar.

Hermana, hermano, si adviertes la oscuridad de la soledad, si llevas dentro un peso que sofoca la esperanza, si tienes en el corazón una herida que quema, si no encuentras una salida, ábrete al Espíritu Santo. Él, escribía san Buenaventura, «lleva mayor consolación donde hay mayor tribulación, no como hace el mundo que en la prosperidad consuela y adula, y en la adversidad se burla y condena» (Sermón en la octava de la Ascensión).

Eso hace el mundo, eso hace sobre todo el espíritu enemigo, el diablo. Primero nos halaga y nos hace sentir invencibles, así actúa así el diablo: nos hace crecer la vanidad. Después nos echa por tierra y nos hace sentir inadecuados. Juega con nosotros. Hace todo lo posible para que caigamos, mientras que el Espíritu del Resucitado quiere realzarnos.

Miremos a los Apóstoles: estaban solos y perdidos, tenían las puertas cerradas, vivían en el temor y ante sus ojos estaban todas sus debilidades y sus fracasos. Sus pecados. Habían renegado de Jesucristo, todos. Los años pasados con Jesús no los habían cambiado. Continuaban siendo los mismos.

Después recibieron el Espíritu y todo cambió, los problemas y los defectos siguieron siendo los mismos, pero, sin embargo, ya no los temían y tampoco temían a quienes les querían hacer daño. Se sentían consolados interiormente y querían difundir la consolación de Dios. Los que antes estaban atemorizados, ahora sólo temen no dar testimonio del amor recibido. Jesús les había profetizado: «el Espíritu […] dará testimonio de mí. Y también ustedes darán testimonio» (Jn 15,26-27).

Demos un paso adelante. También nosotros estamos llamados a dar testimonio en el Espíritu Santo, a ser paráclitos, consoladores. Sí, el Espíritu nos pide que demos forma a su consolación. ¿Cómo? No con grandes discursos, sino haciéndonos próximos; no con palabras de circunstancia, sino con la oración y la cercanía. Recordamos que la cercanía, la compasión y la ternura es el estilo de Dios. Siempre.

El Paráclito dice a la Iglesia que hoy es el tiempo de la consolación. Es el tiempo del gozoso anuncio del Evangelio más que de la lucha contra el paganismo. Es el tiempo de llevar la alegría del Resucitado, no de lamentarnos por el drama de la secularización. Es el tiempo para derramar amor sobre el mundo, sin amoldarse a la mundanidad.

Es el tiempo de testimoniar la misericordia más que de inculcar reglas y normas. ¡Es el tiempo del Paráclito! Tiempo de la libertad del corazón en el Paráclito.

2. El Paráclito, además, es el Abogado. En el contexto histórico de Jesús, el abogado no desarrollaba sus funciones como hoy, más que hablar en lugar del imputado, normalmente estaba junto a él y le sugería al oído los argumentos para defenderse. Así hace el Paráclito, «el Espíritu de la Verdad» (v. 26), que no nos remplaza, sino que nos defiende de las falsedades del mal inspirándonos pensamientos y sentimientos.

Lo hace con delicadeza, sin forzarnos. Se propone, pero no se impone. El espíritu de la falsedad, el maligno, por el contrario, trata de obligarnos, quiere hacernos creer que siempre estamos obligados a ceder a las sugestiones malignas y a las pulsiones de los vicios. Intentemos ahora acoger tres sugerencias típicas del Paráclito, de nuestro Abogado. Son tres antídotos básicos contra sendas tentaciones, hoy difusas.

El primer consejo del Espíritu Santo es “vive el presente”. El presente, no el pasado o el futuro. El Paráclito afirma la primacía del hoy contra la tentación de paralizarnos por las amarguras y las nostalgias del pasado, como también de concentrarnos en las incertidumbres del mañana y dejarnos obsesionar por los temores del porvenir. El Espíritu nos recuerda la gracia del presente. No hay otro tiempo mejor para nosotros. Ahora, justo donde nos encontramos, es el momento único e irrepetible para hacer el bien, para hacer de la vida un don. ¡Vivamos el presente!

Asimismo, el Paráclito aconseja: “busca el todo”. El todo, no la parte. El Espíritu no plasma individuos cerrados, sino que nos constituye como Iglesia en la multiforme variedad de carismas, en una unidad que no es nunca uniformidad. El Paráclito afirma la primacía del conjunto. Es en el conjunto, en la comunidad, donde el Espíritu prefiere actuar y llevar la novedad.

Miremos a los Apóstoles. Eran muy distintos. Entre ellos, por ejemplo, estaba Mateo, publicano que había colaborado con los romanos, y Simón, llamado el Zelota, que se oponía a ellos. Había ideas políticas opuestas, visiones del mundo muy diferentes. Pero cuando recibieron el Espíritu aprendieron a no dar la primacía a sus puntos de vista humanos, sino al todo de Dios.

Hoy, si escuchamos al Espíritu, no nos centraremos en conservadores y progresistas, tradicionalistas e innovadores, derecha e izquierda. No. Si estos son los criterios, quiere decir que en la Iglesia se olvida el Espíritu. El Paráclito impulsa a la unidad, a la concordia, a la armonía en la diversidad. Nos hace ver como partes del mismo cuerpo, hermanos y hermanas entre nosotros. ¡Busquemos el todo! El enemigo quiere que la diversidad se transforme en oposiciones, y por eso les hace dirigirse hacia las ideologías. Decid no a las ideologías, sí al juntos.

Y finalmente, el tercer gran consejo: “Pon a Dios antes que tu yo”. Es el paso decisivo de la vida espiritual, que no es una serie de méritos y de obras nuestras, sino humilde acogida de Dios. El Paráclito afirma el primado de la gracia. Sólo si nos vaciamos de nosotros mismos dejamos espacio al Señor; sólo si nos abandonamos en Él nos encontramos a nosotros mismos; sólo como pobres en el espíritu seremos ricos de Espíritu Santo.

Esto vale también para la Iglesia. No salvamos a nadie, ni siquiera a nosotros mismos con nuestras propias fuerzas. Si ponemos en primer lugar nuestros proyectos, nuestras estructuras y nuestros planes de reforma caeremos en el pragmatismo, en el eficientismo, en el horizontalismo, y no daremos fruto.

Los “ismo” son ideologías que dividen, que separan. La Iglesia no es una organización humana. Es humana, pero no es solo una organización humana. La Iglesia es el templo del Espíritu Santo. Jesús ha traído el fuego del Espíritu a la tierra y la Iglesia se reforma con la unción de la gracia, con la fuerza de la oración, con la alegría de la misión, con la belleza desarmante de la pobreza. ¡Pongamos a Dios en el primer lugar!

Espíritu Santo, Espíritu Paráclito, consuela nuestros corazones. Haznos misioneros de tu consolación, paráclitos de misericordia para el mundo. Abogado nuestro, dulce consejero del alma, haznos testigos del hoy de Dios, profetas de unidad para la Iglesia y la humanidad, apóstoles fundados sobre tu gracia, que todo lo crea y todo lo renueva.

LA GRACIA 2021/05/14 Vigencia de la vocación apostólica

FIESTA DE SAN MATÍAS, APÓSTOL

En la medida que tenemos experiencia de la Palabra, el ministerio y la obra de Cristo podemos participar de la vocación apostólica.

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