Nuevo caso de manipulación de las palabras del Papa Francisco

Los medios de comunicación se apresuraron a decir que el Papa autorizaba el uso de anticonceptivos para evitar la propagación del zika. Es urgente que cada vez que oigas cosas así vayas a las fuentes. La agencia de noticias del Vaticano (news.va) trae la transcripción completa del diálogo del Papa con los periodistas en su vuelo de regreso a Roma después de su viaje apostólico a México.

En particular, lo que dijo el Papa es que no es comparable el daño de evitar un embarazo con el daño de eliminar a un ser humano. Y dijo que en circunstancias EXTREMAS, como por ejemplo: religiosas en peligro continuo y cercano de violación, cabe el uso de anticonceptivos. Esto no es invención ni magisterio de Francisco sino del Beato Papa Pablo VI. Ahora bien: ¿es comparable la situación de una pareja que vive en su casa amenazada de mosquitos y la situación de religiosas misioneras en riesgo inminente y continuo de ser violadas por tribus salvajes? ¿Se entiende ahora cómo los medios de comunicación han manipulado lo dicho por el Papa?

Mensaje conjunto del Patriarca Kiril y el Papa Francisco

“Por la voluntad de Dios Padre, de quien procede todo don, en el nombre de Nuestro Señor Jesucristo, con la ayuda del Espíritu Santo Consolador, nosotros, Francisco, Papa y Obispo de Roma, y Kiril, Patriarca de Moscú y Toda Rusia, reunimos hoy en La Habana. Damos gracias a Dios, glorificado en la Santísima Trinidad, por este encuentro, el primero en la historia…”

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La unidad se construye en torno al Sucesor de Pedro

Es visible el disgusto que muchos católicos sienten frente a las actitudes y algunas declaraciones del Papa Francisco. Después de la abundante doctrina de Juan Pablo II y de la admirable altura y precisión de lenguaje de Benedicto XVI, un buen número de expresiones y gestos del Papa Francisco parecen insuficientes o demasiado próximos a una interpretación contraria a nuestra fe. Creo que puedo entender el malestar de quienes sienten de esa manera.

Por otro lado, hay palabras y acciones de Francisco que han tenido un impacto muy grande en personas que ven sencillez, cercanía y caridad donde a menudo sólo habían encontrado dureza y puertas cerradas. Es verdad que algunos católicos más afectos a la tradición siempre pueden decir que toda la simpatía que Francisco despierta se debe a que le hace el juego a los valores y modas de este mundo pero yo creo que esa es una acusación simplista e injusta. Su estilo de vida llano y sobrio no es una pose. Su amor por los excluidos, los enfermos y los pobres no es ideología, a menos que veamos también ideología en las multitudes que se volcaban sobre la persona de Cristo. Su anhelo de abrir un camino, algún camino, a todos los que pueden sentirse rechazados puede parecer exagerado y puede poner a temblar a quienes amamos la hermosura doctrinal de nuestra fe católica pero no podemos negar que Jesús, estando rodeado de una multitud de judíos, elogió la fe de un centurión romano. Continuar leyendo “La unidad se construye en torno al Sucesor de Pedro”

Mensaje del Papa Francisco para la cuaresma 2016

1. María, icono de una Iglesia que evangeliza porque es evangelizada

En la Bula de convocación del Jubileo invité a que «la Cuaresma de este Año Jubilar sea vivida con mayor intensidad, como momento fuerte para celebrar y experimentar la misericordia de Dios» (Misericordiae vultus, 17). Con la invitación a escuchar la Palabra de Dios y a participar en la iniciativa «24 horas para el Señor» quise hacer hincapié en la primacía de la escucha orante de la Palabra, especialmente de la palabra profética. La misericordia de Dios, en efecto, es un anuncio al mundo: pero cada cristiano está llamado a experimentar en primera persona ese anuncio. Por eso, en el tiempo de la Cuaresma enviaré a los Misioneros de la Misericordia, a fin de que sean para todos un signo concreto de la cercanía y del perdón de Dios.

María, después de haber acogido la Buena Noticia que le dirige el arcángel Gabriel, canta proféticamente en el Magnificat la misericordia con la que Dios la ha elegido. La Virgen de Nazaret, prometida con José, se convierte así en el icono perfecto de la Iglesia que evangeliza, porque fue y sigue siendo evangelizada por obra del Espíritu Santo, que hizo fecundo su vientre virginal. En la tradición profética, en su etimología, la misericordia está estrechamente vinculada, precisamente con las entrañas maternas (rahamim) y con una bondad generosa, fiel y compasiva (hesed) que se tiene en el seno de las relaciones conyugales y parentales.

2. La alianza de Dios con los hombres: una historia de misericordia

El misterio de la misericordia divina se revela a lo largo de la historia de la alianza entre Dios y su pueblo Israel. Dios, en efecto, se muestra siempre rico en misericordia, dispuesto a derramar en su pueblo, en cada circunstancia, una ternura y una compasión visceral, especialmente en los momentos más dramáticos, cuando la infidelidad rompe el vínculo del Pacto y es preciso ratificar la alianza de modo más estable en la justicia y la verdad. Aquí estamos frente a un auténtico drama de amor, en el cual Dios desempeña el papel de padre y de marido traicionado, mientras que Israel el de hijo/hija y el de esposa infiel. Son justamente las imágenes familiares —como en el caso de Oseas (cf. Os 1-2)— las que expresan hasta qué punto Dios desea unirse a su pueblo.

Este drama de amor alcanza su culmen en el Hijo hecho hombre. En él Dios derrama su ilimitada misericordia hasta tal punto que hace de él la «Misericordia encarnada» (Misericordiae vultus, 8). En efecto, como hombre, Jesús de Nazaret es hijo de Israel a todos los efectos. Y lo es hasta tal punto que encarna la escucha perfecta de Dios que el Shemà requiere a todo judío, y que todavía hoy es el corazón de la alianza de Dios con Israel: «Escucha, Israel: El Señor es nuestro Dios, el Señor es uno solo. Amarás, pues, al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma y con todas tus fuerzas» (Dt 6,4-5). El Hijo de Dios es el Esposo que hace cualquier cosa por ganarse el amor de su Esposa, con quien está unido con un amor incondicional, que se hace visible en las nupcias eternas con ella.

Es éste el corazón del kerygma apostólico, en el cual la misericordia divina ocupa un lugar central y fundamental. Es «la belleza del amor salvífico de Dios manifestado en Jesucristo muerto y resucitado» (Exh. ap. Evangelii gaudium, 36), el primer anuncio que «siempre hay que volver a escuchar de diversas maneras y siempre hay que volver a anunciar de una forma o de otra a lo largo de la catequesis» (ibíd., 164). La Misericordia entonces «expresa el comportamiento de Dios hacia el pecador, ofreciéndole una ulterior posibilidad para examinarse, convertirse y creer» (Misericordiae vultus, 21), restableciendo de ese modo la relación con él. Y, en Jesús crucificado, Dios quiere alcanzar al pecador incluso en su lejanía más extrema, justamente allí donde se perdió y se alejó de Él. Y esto lo hace con la esperanza de poder así, finalmente, enternecer el corazón endurecido de su Esposa.

3. Las obras de misericordia

La misericordia de Dios transforma el corazón del hombre haciéndole experimentar un amor fiel, y lo hace a su vez capaz de misericordia. Es siempre un milagro el que la misericordia divina se irradie en la vida de cada uno de nosotros, impulsándonos a amar al prójimo y animándonos a vivir lo que la tradición de la Iglesia llama las obras de misericordia corporales y espirituales. Ellas nos recuerdan que nuestra fe se traduce en gestos concretos y cotidianos, destinados a ayudar a nuestro prójimo en el cuerpo y en el espíritu, y sobre los que seremos juzgados: nutrirlo, visitarlo, consolarlo y educarlo. Por eso, expresé mi deseo de que «el pueblo cristiano reflexione durante el Jubileo sobre las obras de misericordia corporales y espirituales. Será un modo para despertar nuestra conciencia, muchas veces aletargada ante el drama de la pobreza, y para entrar todavía más en el corazón del Evangelio, donde los pobres son los privilegiados de la misericordia divina» (ibíd., 15). En el pobre, en efecto, la carne de Cristo «se hace de nuevo visible como cuerpo martirizado, llagado, flagelado, desnutrido, en fuga… para que nosotros lo reconozcamos, lo toquemos y lo asistamos con cuidado» (ibíd.). Misterio inaudito y escandaloso la continuación en la historia del sufrimiento del Cordero Inocente, zarza ardiente de amor gratuito ante el cual, como Moisés, sólo podemos quitarnos las sandalias (cf. Ex 3,5); más aún cuando el pobre es el hermano o la hermana en Cristo que sufren a causa de su fe.

Ante este amor fuerte como la muerte (cf. Ct 8,6), el pobre más miserable es quien no acepta reconocerse como tal. Cree que es rico, pero en realidad es el más pobre de los pobres. Esto es así porque es esclavo del pecado, que lo empuja a utilizar la riqueza y el poder no para servir a Dios y a los demás, sino parar sofocar dentro de sí la íntima convicción de que tampoco él es más que un pobre mendigo. Y cuanto mayor es el poder y la riqueza a su disposición, tanto mayor puede llegar a ser este engañoso ofuscamiento. Llega hasta tal punto que ni siquiera ve al pobre Lázaro, que mendiga a la puerta de su casa (cf. Lc 16,20-21), y que es figura de Cristo que en los pobres mendiga nuestra conversión. Lázaro es la posibilidad de conversión que Dios nos ofrece y que quizá no vemos. Y este ofuscamiento va acompañado de un soberbio delirio de omnipotencia, en el cual resuena siniestramente el demoníaco «seréis como Dios» (Gn 3,5) que es la raíz de todo pecado. Ese delirio también puede asumir formas sociales y políticas, como han mostrado los totalitarismos del siglo XX, y como muestran hoy las ideologías del pensamiento único y de la tecnociencia, que pretenden hacer que Dios sea irrelevante y que el hombre se reduzca a una masa para utilizar. Y actualmente también pueden mostrarlo las estructuras de pecado vinculadas a un modelo falso de desarrollo, basado en la idolatría del dinero, como consecuencia del cual las personas y las sociedades más ricas se vuelven indiferentes al destino de los pobres, a quienes cierran sus puertas, negándose incluso a mirarlos.

La Cuaresma de este Año Jubilar, pues, es para todos un tiempo favorable para salir por fin de nuestra alienación existencial gracias a la escucha de la Palabra y a las obras de misericordia. Mediante las corporales tocamos la carne de Cristo en los hermanos y hermanas que necesitan ser nutridos, vestidos, alojados, visitados, mientras que las espirituales tocan más directamente nuestra condición de pecadores: aconsejar, enseñar, perdonar, amonestar, rezar. Por tanto, nunca hay que separar las obras corporales de las espirituales. Precisamente tocando en el mísero la carne de Jesús crucificado el pecador podrá recibir como don la conciencia de que él mismo es un pobre mendigo. A través de este camino también los «soberbios», los «poderosos» y los «ricos», de los que habla el Magnificat, tienen la posibilidad de darse cuenta de que son inmerecidamente amados por Cristo crucificado, muerto y resucitado por ellos. Sólo en este amor está la respuesta a la sed de felicidad y de amor infinitos que el hombre —engañándose— cree poder colmar con los ídolos del saber, del poder y del poseer. Sin embargo, siempre queda el peligro de que, a causa de un cerrarse cada vez más herméticamente a Cristo, que en el pobre sigue llamando a la puerta de su corazón, los soberbios, los ricos y los poderosos acaben por condenarse a sí mismos a caer en el eterno abismo de soledad que es el infierno. He aquí, pues, que resuenan de nuevo para ellos, al igual que para todos nosotros, las lacerantes palabras de Abrahán: «Tienen a Moisés y los Profetas; que los escuchen» (Lc 16,29). Esta escucha activa nos preparará del mejor modo posible para celebrar la victoria definitiva sobre el pecado y sobre la muerte del Esposo ya resucitado, que desea purificar a su Esposa prometida, a la espera de su venida.

No perdamos este tiempo de Cuaresma favorable para la conversión. Lo pedimos por la intercesión materna de la Virgen María, que fue la primera que, frente a la grandeza de la misericordia divina que recibió gratuitamente, confesó su propia pequeñez (cf. Lc 1,48), reconociéndose como la humilde esclava del Señor (cf. Lc 1,38).

Palabras del Papa Francisco

Mensaje sencillo y claro: “El apego a las riquezas es el inicio de todo tipo de corrupción… ¿Por qué? Porque aquellos que viven apegados al propio poder, a las propias riquezas, creen que están en el paraíso. Están cerrados, no tienen horizonte, no tienen esperanza. Y al final, deberán dejar todo.”

Mensaje del Papa Francisco para el 1 de Enero de 2016

Mensaje para la Jornada Mundial de la Paz 1 de enero 2016

Vence la indiferencia y conquista la paz

1. Dios no es indiferente. A Dios le importa la humanidad, Dios no la abandona. Al comienzo del nuevo año, quisiera acompañar con esta profunda convicción los mejores deseos de abundantes bendiciones y de paz, en el signo de la esperanza, para el futuro de cada hombre y cada mujer, de cada familia, pueblo y nación del mundo, así como para los Jefes de Estado y de Gobierno y de los Responsables de las religiones. Por tanto, no perdamos la esperanza de que 2016 nos encuentre a todos firme y confiadamente comprometidos, en realizar la justicia y trabajar por la paz en los diversos ámbitos. Sí, la paz es don de Dios y obra de los hombres. La paz es don de Dios, pero confiado a todos los hombres y a todas las mujeres, llamados a llevarlo a la práctica.
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LA GRACIA del Sábado 26 de Diciembre de 2015

FIESTA SAN ESTEBAN, PROTOMÁRTIR

El mismo Dios que hizo santo a Esteban y que le permitió ser libre, es el mismo Dios que quiere hacer su obra en nosotros: santos, enamorados, gozosos y testigos para la gloria de Cristo Jesús.

[REPRODUCCIÓN PERMITIDA – Ayúdanos a divulgar este archivo de audio en las redes sociales, blogs, emisoras de radio, y otros medios.]

El Doctor de la Nada

Uno de los títulos más extraños que alguien ha recibido es este que ha sido aplicado a San juan de la Cruz. Su exquisita poesía, llena de preciosos símbolos no menos que de luminosas ideas, atrajo la mente y el corazón del joven Karol Wojtila, que se sintió fascinado por la lengua castellana simplemente porque era la utilizada por el humilde e ilustre fraile carmelita.

Juan de la Cruz es un testimonio visible, cercano y perdurable de una vida cristiana tomada con particular intensidad y profundo amor. En efecto, ¿para qué nos llamamos cristianos si no es para ser discípulos del Nazareno, y ello hasta sus últimas consecuencias? ¿Y cómo llamarnos seguidores suyos si volteamos la mirada y tapamos nuestros oídos cuando va a ofrecernos sus más sublimes enseñanzas, esto es, a la hora de la Cruz?

Frente a la coherencia de vida, cargada de sencillez, del gran fraile carmelita, uno se siente simplemente mediocre y tibio. Lo cual es un buen comienzo. Las ráfagas de luz que brotan de las páginas inmortales de este santo hieren nuestros ojos perezosos pero no como reproches que fastidian sino como invitaciones que cautivan y que sólo puedo comparar con lo que pudiera decirnos quien ha visitado un mundo nuevo y trata de resumir en concisas palabras lo que allí ha encontrado y vivido.

Pueblo cristiano: hay adónde mirar, bendito Dios. No te contentes con el chisme del día, los megapixeles adicionales del último celular, la enésima película en la saga de los agujeros negros, o el penúltimo escándalo de algún monseñor de tercera categoría. Si quieres saber qué es la fe, cuáles son sus alturas y hasta dónde puede crecer tu esperanza, mira a los santos; y entre ellos, deja que tus ojos se estrellen con los místicos de verdad, los que tomaron en serio su bautismo, los que corrieron bien su carrera. Gente como Juan de la Cruz.

Aquí tienes una oportuna catequesis sobre la misericordia

[Predicación a un grupo de frailes agustinos recoletos.]

1. La misericordia destaca como atributo singular de Dios.

2. El mundo actual necesita del mensaje de la misericordia; no cualquiera sino la que va unida a la sabiduría que apunta a los bienes verdaderos.

3. La falsa misericordia se limita a ver, aceptar y acoger; la verdadera misericordia hace el camino completo: ver, aceptar, acoger, iluminar, acompañar, orar y transformar.

4. Como consagrados necesitamos experiencia viva de la misericordia para irradiarla en primer lugar con nuestro testimonio.

5. Lugares singulares de experiencia de la misericordia son: la predicación, los sacramentos, las obras de promoción humana unidas a la evangelización. No hay mayor misericordia que conectar un corazón con el Corazón de Cristo.

Oración para el Año de la Misericordia

Señor Jesucristo,
tú nos has enseñado a ser misericordiosos como el Padre del cielo,
y nos has dicho que quien te ve, lo ve también a Él.
Muéstranos tu rostro y obtendremos la salvación.
Tu mirada llena de amor liberó a Zaqueo y a Mateo de la esclavitud del dinero;
a la adúltera y a la Magdalena de buscar la felicidad solamente en una creatura;
hizo llorar a Pedro luego de la traición,
y aseguró el Paraíso al ladrón arrepentido.
Haz que cada uno de nosotros escuche como propia la palabra que dijiste a la samaritana:
¡Si conocieras el don de Dios!
Tú eres el rostro visible del Padre invisible,
del Dios que manifiesta su omnipotencia sobre todo con el perdón y la misericordia:
haz que, en el mundo, la Iglesia sea el rostro visible de Ti, su Señor, resucitado y glorioso.
Tú has querido que también tus ministros fueran revestidos de debilidad
para que sientan sincera compasión por los que se encuentran en la ignorancia o en el error:
haz que quien se acerque a uno de ellos se sienta esperado, amado y perdonado por Dios.
Manda tu Espíritu y conságranos a todos con su unción
para que el Jubileo de la Misericordia sea un año de gracia del Señor
y tu Iglesia pueda, con renovado entusiasmo, llevar la Buena Nueva a los pobres
proclamar la libertad a los prisioneros y oprimidos
y restituir la vista a los ciegos.
Te lo pedimos por intercesión de María, Madre de la Misericordia,
a ti que vives y reinas con el Padre y el Espíritu Santo por los siglos de los siglos.
Amén.

Consejos a los matrimonios

“Recientemente el Papa Francisco exhortaba a los matrimonios a “nunca terminar el día sin hacer las paces,” (Audiencia, 13 de mayo de 2015). Ofrecemos a continuación, un extracto de Conversaciones donde san Josemaría habla sobre las discusiones entre marido y mujer…”

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Curso de Mariología 2015, Tema 4: San Bernardo y Santo Tomás de Aquino

[Curso ofrecido en la Universidad Santo Tomás de Bogotá, en el segundo semestre de 2015.]

2015-09-17 09.41.53

Tema 4: San Bernardo y Santo Tomás de Aquino

* 04 San Bernardo y Santo Tomás de Aquino

San Bernardo de Claraval (1090-1153)

Notas biográficas:

* Pertenece a un momento de renovación dentro de la familia Benedictina. A mediados del siglo XI, en una población francesa llamada Cîteaux (Cister) es donde Bernardo realiza su gran aporte en la reforma de su orden.

* Se considera como el hombre que cambió su siglo (XII) gracias a la profundidad de su doctrina, la elocuencia de su palabra y la santidad de su vida.

* Consejero de reyes, predicador popular pero sobre todo fue un maestro espiritual. Como abad era el padre espiritual de su hermanos monjes cistercienses a los que alimentaba y guiaba espiritualmente.

* En su tiempo surge el fenómeno de las Cruzadas (portadores de la Cruz), que intenta recuperar el norte de África del dominio musulmán. Para la mentalidad musulmana de lo que se trata no es de convertirse personalmente sino de conquistar terrenos. Para ello habrá que entregar a Alá y destruir todo lo que sea contrario a la fe islámica.

Temas:

* Le debemos la primera gran sistematización de la Mística Cristiana. Presenta el camino de la unión con Dios de una manera sistemática: ese es su gran tema. Se apoya en la Sagrada Escritura, Padres de la Iglesia y en su propia experiencia.

* En su famoso Sermón del Acueducto habla de que de la abundancia de Dios nos llega la Gracia y la posibilidad de unirnos con Dios. María se convierte en el medio y canal para que la Gracia nos llegue y además Ella es puerta abierta hacia el Cielo.

Santo Tomás de Aquino (1225-1274)

Contexto

* Nacimiento de las Universidades

* La tercera entrada de Aristóteles en el mundo cristiano

* Nueva generación de clérigos formados en la reflexión sistemática

Averroes, el comentador.

* Posee una cosmovisión. Solo hay una posibilidad de encontrar y entender lo invisible (forma o concepto) y es a través de un único Entendimiento Agente. Dios (Alá) es el único entendimiento agente y una discrepancia o ignorancia significa enemistad con Dios.

* Santo Tomás piensa que hay un entendimiento agente en cada alma. No podemos igualar nuestro entendimiento con el de Dios ni juzgar a los demás porque tenga un entendimiento diferente al mío.

* Averroes llega una doble verdad. Así, averroísmo sostiene ideas que son incompatibles diciendo que son incomparables.

Obras principales:

* Comentario del Ave María

* III Suma Teológica: Dentro de la Cristología nos encontramos la Mariología que es la custodia de la verdad de los misterios de Cristo. María es fuente única de la Naturaleza humana de Cristo, pero es más que madre de la Naturaleza de Cristo porque es madre de la Persona de Cristo.

* Santo Tomás piensa María tiene una Omnipotencia Suplicante no por sí misma, sino por la ausencia de pecado en Ella.

Alcance de la Gracia.

* Para Santo Tomás, antes de nacer María fue purificada de todo pecado pero no la califica como Inmaculada. Piensa que sucedida la animación (recepción del alma mandada por Dios), se da una purificación (en el alma de María).

* También afirma el Santo que desde que hay ser humano en el seno materno, ya hay vida humana y ese ser tiene ya dignidad humana. Cuándo empieza a haber vida humana dependerá de los avances de la ciencia de cada tiempo, pero el principio tomista está claro y siempre se aplica.

* Los grandes argumentos en favor de la Inmaculada Concepción y de la Impecabilidad de María ya están en Santo Tomás: Ella es verdadera Madre de Uno que es Dios, porque es madre de la persona de Cristo.