¿Por qué se gasta dinero público en la visita de un Papa?

Padre Nelson: me considero católico, aunque no tan preparado ni tampoco tan entusiasta. Quizás es pereza mía. Quizás es que lo que veo de nuestra Iglesia no me genera mayor entusiasmo. El hecho es que un amigo que sí es muy escéptico en estas cosas me preguntó que por qué se gasta dinero público en la visita de un líder religioso. Su argumento es que Colombia no es un país confesional, y que por tanto si los católicos quieren que venga “su” Papa, que lo paguen ellos pero que el dinero no se saque del erario público. A mí me dolió esa manera desobligante de referirse al Papa pero me di cuenta que no tenía muchos argumentos. ¿Me ayuda? — H.H.C.

* * *

Ese tipo de objeciones son frecuentes cuando el Papa va a alguna parte. Como el único argumento que suelen entender esas personas es el del dinero, lo mejor es mostrar con cifras que, incluso desde el punto de vista económico, la visita de un Papa es también favorable. Aquí sólo voy a compartir una información de cuando el Papa Bendecito fue a México pero igual puedes ver de otros países. Lo que sigue es tomado del periódico Excelsior de ese país:

La visita del papa Francisco a la Ciudad de México congregará a cerca de dos millones 190 mil personas en las diversas actividades que se tienen programadas, dejando una derrama económica por 870 millones de pesos, informó el secretario de Turismo del gobierno capitalino, Miguel Torruco Marqués.

El funcionario precisó que la presencia del Sumo Pontífice en la capital del país los días 12, 13 y 14 de febrero de 2016, motivará la llegada a hoteles y a casas de familiares y amigos, u otra forma de alojamiento, de 191 mil 220 visitantes, 439 mil 461 excursionistas de la Zona Metropolitana del Valle de México y de los estados circunvecinos.

Ello, además del desplazamiento de un millón 560 mil capitalinos por las diferentes delegaciones que visitará el Papa.

Asimismo, se prevé que los hoteles de la Ciudad de México reciban alrededor de 77 mil turistas, que generarán un ocupación promedio del 64.5 por ciento en los establecimientos desde una estrella hasta Gran Turismo, con una estadía promedio de dos noches por turista. Sin embargo, agregó el titular de la Sectur en el Distrito Federal, en las zonas de convergencia la ocupación oscilará entre 78 y un 82 por ciento.

Torruco Marqués detalló que para las actividades del día 13 de febrero se estima una asistencia de 628 mil 647 personas, con un gasto de 31 millones 572 pesos.

En tanto, en Michoacán existe la confianza de que la visita del papa Francisco programada para el 16 de febrero de 2016, deje un beneficio para todos los sectores económicos de la entidad, que sufre problemas financieros, aunque el cardenal Alberto Suárez Inda, destacó que el Sumo Pontífice, no viene a salvar al estado del bache financiero que atraviesa, ni de turista, sino como un mensajero de paz.

Oración oficial para la visita del Papa Francisco a Colombia

Padre de misericordia,
Tú has sembrado en nosotros la semilla de la fe,
para que seamos hijos tuyos y discípulos misioneros de Jesucristo.
Haz que nuestra vida sea testimonio visible de tu Reino
y demos a conocer a todos tu Palabra.
Te damos gracias por el papa Francisco,
y te suplicamos que su visita a Colombia
sea un tiempo de bendición,
que nos conrme en la fe
y nos ayude a dar el primer paso,
para comenzar con Cristo algo nuevo
en bien de todos los colombianos.
Suscita en nuestros corazones
esperanza, perdón, amor y paz,
para que con la ayuda de tu Espíritu
hagamos posible el reencuentro entre los colombianos
por medio de la reconciliación.
Te suplicamos, Padre de bondad,
que, por intercesión de la Virgen del Rosario de Chiquinquirá,
esta visita del Santo Padre,
nos abra la mente y el corazón
al Evangelio de Cristo nuestro Señor.
Amén.

Meditación del Papa Francisco sobre el Padrenuestro

Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!

Había algo de atractivo en la oración de Jesús, era tan fascinante que un día sus discípulos le pidieron que les enseñara. El episodio se encuentra en el Evangelio de Lucas, que entre los Evangelistas es quien ha documentado mayormente el misterio del Cristo “orante”: el Señor oraba. Los discípulos de Jesús están impresionados por el hecho de que Él, especialmente en la mañana y en la tarde, se retira en la soledad y se “inmerge” en la oración. Y por esto, un día, le piden de enseñarles también a ellos a orar. (Cfr. Lc 11,1).

Es entonces que Jesús transmite aquello que se ha convertido en la oración cristiana por excelencia: el “Padre Nuestro”. En verdad, Lucas, en relación a Mateo, nos transmite la oración de Jesús en una forma un poco abreviada, que inicia con una simple invocación: «Padre» (v. 2).

Todo el misterio de la oración cristiana se resume aquí, en esta palabra: tener el coraje de llamar a Dios con el nombre de Padre. Lo afirma también la liturgia cuando, invitándonos a recitar comunitariamente la oración de Jesús, utiliza la expresión «nos atrevemos a decir».

De hecho, llamar a Dios con el nombre de “Padre” no es para nada un hecho sobre entendido. Somos conducidos a usar los títulos más elevados, que nos parecen más respetuosos de su trascendencia. En cambio, invocarlo como “Padre” nos pone en una relación de confianza con Él, como un niño que se dirige a su papá, sabiendo que es amado y cuidado por él. Esta es la gran revolución que el cristianismo imprime en la psicología religiosa del hombre. El misterio de Dios, que siempre nos fascina y nos hace sentir pequeños, pero no nos da más miedo, no nos aplasta, no nos angustia. Esta es una revolución difícil de acoger en nuestro ánimo humano; tanto es así que incluso en las narraciones de la Resurrección se dice que las mujeres, después de haber visto la tumba vacía y al ángel, «salieron corriendo del sepulcro, porque estaban temblando y fuera de sí» (Mc 16,8). Pero Jesús nos revela que Dios es Padre bueno, y nos dice: “No tengan miedo”.

Pensemos en la parábola del padre misericordioso (Cfr. Lc 15,11-32). Jesús narra de un padre que sabe ser sólo amor para sus hijos. Un padre que no castiga al hijo por su arrogancia y que es capaz incluso de entregarle su parte de herencia y dejarlo ir fuera de casa. Dios es Padre, dice Jesús, pero no a la manera humana, porque no existe ningún padre en este mundo que se comportaría como el protagonista de esta parábola. Dios es Padre a su manera: bueno, indefenso ante el libre albedrio del hombre, capaz sólo de conjugar el verbo “amar”. Cuando el hijo rebelde, después de haber derrochado todo, regresa finalmente a su casa natal, ese padre no aplica criterios de justicia humana, sino siente sobre todo la necesidad de perdonar, y con su brazo hace entender al hijo que en todo ese largo tiempo de ausencia le ha hecho falta, ha dolorosamente faltado a su amor de padre.

¡Qué misterio insondable es un Dios que nutre este tipo de amor en relación con sus hijos!

Tal vez es por esta razón que, evocando el centro del misterio cristiano, el Apóstol Pablo no se siente seguro de traducir en griego una palabra que Jesús, en arameo, pronunciaba: “abbà”. En dos ocasiones San Pablo, en su epistolario (Cfr. Rom 8,15; Gal 4,6), toca este tema, y en las dos veces deja esa palabra sin traducirla, de la misma forma en la cual ha surgido de los labios de Jesús, “abbà”, un término todavía más íntimo respecto a “padre”, y que alguno traduce “papá, papito”.

Queridos hermanos y hermanas, no estamos jamás solos. Podemos estar lejos, hostiles, podemos también profesarnos “sin Dios”. Pero el Evangelio de Jesucristo nos revela que Dios no puede estar sin nosotros: Él no será jamás un Dios “sin el hombre”; es Él quien no puede estar sin nosotros, y esto es un gran misterio. Dios no puede ser Dios sin el hombre: ¡este es un gran misterio! Y esta certeza es la fuente de nuestra esperanza, que encontramos conservada en todas las invocaciones del Padre Nuestro. Cuando tenemos necesidad de ayuda, Jesús no nos dice de resignarnos y cerrarnos en nosotros mismos, sino de dirigirnos al Padre y pedirle a Él con confianza. Todas nuestras necesidades, desde las más evidentes y cotidianas, como el alimento, la salud, el trabajo, hasta aquellas de ser perdonados y sostenidos en la tentación, no son el espejo de nuestra soledad: existe en cambio un Padre que siempre nos mira con amor, y que seguramente no nos abandona.

Ahora les hago una propuesta: cada uno de nosotros tiene tantos problemas y tantas necesidades. Pensemos un poco, en silencio, en estos problemas y en estas necesidades. Pensemos también en el Padre, en nuestro Padre, que no puede estar sin nosotros, y que en este momento nos está mirando. Y todos juntos, con confianza y esperanza, oremos: “Padre nuestro, que estas en los cielos…”. Gracias.

Una oración por el Papa Francisco

“A mi juicio, conviene que recemos mucho por el Papa, porque lo necesita. Si cualquiera de nosotros necesita las oraciones de los demás, ¿cómo no las va a necesitar el Papa, que tiene una tremenda responsabilidad? Especialmente en tiempos difíciles para la Iglesia, estamos llamados a sostenerlo con nuestra oración, igual que Aarón y Jur sostenían en alto los brazos de Moisés durante la batalla contra los amalecitas (Ex 17,8-16)…”

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La teología de las periferias y la defensa de la dignidad de la vida humana

I. POR QUÉ IMPORTAN LAS PERIFERIAS DESDE EL PUNTO DE VISTA BÍBLICO

* El pecado supone siempre rebeldía contra Dios. El pecado quiere excluir el parecer y querer de Dios de la vida. El trono que el pecado le quita a Dios se lo otorga inmediatamente al propio YO. Eso explica el sobre-centramiento que trae el pecado: lo que interesa es mi parecer, mi gusto, mi conveniencia, mi ganancia, mi placer. Por ello los discípulos de Jesús, a pesar de tenerle tan cerca, estaban como “impermeabilizados” a algunos aspectos de su enseñanza: porque dentro de ellos se revolvía un YO que quiere estar en el centro.

La Cruz trae remedio a tales tragedias porque (1) revela la gravedad del pecado; (2) muestra genuina solidaridad hacia las necesidades que todos tenemos alguna vez; y sobre todo (3) revela la sublime misericordia de Dios Padre.

Mas es el Espíritu Santo el que completa la obra: es Él quien imprime en nosotros la certeza y a la vez la alegría, y a la vez la obediencia al Reinado de Dios. Con ese mismo vigor, el Espíritu nos empuja lejos de nuestro centro de comodidades y conveniencias, para anunciar la Buena Nueva a nuestros hermanos, como lo hizo Cristo.

Por eso el cristiano sabe que su misión no es la disputa del poder sino el gozo y fruto sobrenatural del servicio a imagen de Jesús.

II. QUÉ PRETENDEN EL MARXISMO Y EL NEO-MARXISMO

La Revolución Francesa dejó una enseñanza clara para todos los que quisieron aprovecharse de ella: si logras convencer a un porcentaje considerable de la población de que: (1) Se les han burlado sus derechos, y por ello son “víctimas;” (2) Nadie hará nada por ellos si ellos no lo hacen; (3) Ellos pueden conmocionar los cimientos de la sociedad en que viven si se dejan dirigir por un cierto líder X. Ese esquema produce poder. Marx, por eso, llamó a los proletarios del mundo a unirse. Podría ser cualquier otro colectivo humano, como se ve en el neomarxismo: las mujeres, los arcoiris, los cubanos cortadores de caña.

Puede decirse que el sistema marxista, con todas sus derivaciones, es una máquina a la que, si le echa la medida conveniente de odio, genera poder. Pero el odio hay que sembrarlo en los excluidos, en las periferias, como en un Evangelio al revés, que acude al mismo tipo de personas pero no para servirles sino para usarlos como medio de conseguir poder.

III. LECCIONES QUE DEBE APRENDER EL MOVIMIENTO PRO-VIDA

El marxismo y sus derivados buscan nuevas poblaciones que hayan sido menospreciadas o atacadas para aplicarles el mismo procedimiento: inocular odio, crear fuerza, y eternizarse en el poder. No podemos entonces desatender a nadie que esté sufriendo injusticia, sea no-nacido o ya nacido.

Programa del Papa Francisco para los 100 años de Fátima

“El programa del viaje del papa Francisco al santuario de Nuestra Señora de Fátima el sábado 12 y el domingo 13 de mayo, con motivo del centenario de las apariciones marianas. En total el Papa tendrá cuatro alocuciones y las hará en portugués…”

LA GRACIA del Jueves 4 de Mayo de 2017

FIESTA DE LOS APÓSTOLES FELIPE Y SANTIAGO

El apóstol Santiago con su radicalidad llena de amor y su claridad llena de sabiduría nos invita a que no disimulemos nuestra fe siendo fieles servidores de la sociedad.

En los lugares donde la fiesta de los apóstoles Felipe y Santiago se celebra el 3 de mayo, y hoy por lo tanto es un día de feria del tiempo pascual, haz clic aquí.

[REPRODUCCIÓN PERMITIDA – Ayúdanos a divulgar este archivo de audio en las redes sociales, blogs, emisoras de radio, y otros medios.]

El ejemplo del Papa en su viaje a Egipto

En su debido momento hemos solicitado oraciones para rodear al Papa Francisco en su valiente viaje de paz a las tierras de Egipto. Hoy solamente quiero que demos gracias a Dios por su testimonio generoso y coherente marcado por los siguientes hechos:

(1) Visitar la iglesia cristiana-copta que fue agredida y lugar de ataque a cristianos. Eso se llama solidaridad y cercanía.

(2) Proclamar abiertamente que es absurdo usar el nombre de Dios o de la religión para incitar a la violencia.

(3) Invitar al diálogo como camino de convivencia y como único instrmento genuinamente humano de avanzar desde la conciencia de que no son iguales nuestras creencias ni nuestros valores.

Es importante que estos ejemplos no caigan en el vacío sino que cada uno los haga propios, cultivando un espíritu sereno, orante, compasivo y capaz de construir mirando al bien común posible.

De ningún modo este mensaje ha de interpretarse como una renuncia a la misión propia de la Iglesia, que es la evangelización: es sólo que evangelizar no es imponer sino testificar y ofeecer con la vida y luego con las palabras.

Gracias, Papa Francisco.

Recomendaciones prácticas del Papa Francisco para los predicadores y los misioneros

“Es necesario salir donde Jesús es desconocido, donde es perseguido, o donde es desfigurado, para proclamar el verdadero Evangelio”, dijo. Invitó así a “salir para anunciar” sea “en camino físico que espiritual, o en un camino de sufrimientos” como lo hacen “tantos enfermos que ofrecen su dolor por la Iglesia, por los cristianos, pero siempre salen de si mismos”.

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Mensaje del Papa Francisco para la Pascua 2017

Queridos hermanos y hermanas,

Feliz Pascua.

Hoy, en todo el mundo, la Iglesia renueva el anuncio lleno de asombro de los primeros discípulos: Jesús ha resucitado. Era verdad, ha resucitado el Señor, como había dicho (cf. Lc 24,34; Mt 28,5-6).

La antigua fiesta de Pascua, memorial de la liberación de la esclavitud del pueblo hebreo, alcanza aquí su cumplimiento: con la resurrección, Jesucristo nos ha liberado de la esclavitud del pecado y de la muerte y nos ha abierto el camino a la vida eterna.

Todos nosotros, cuando nos dejamos dominar por el pecado, perdemos el buen camino y vamos errantes como ovejas perdidas. Pero Dios mismo, nuestro Pastor, ha venido a buscarnos, y para salvarnos se ha abajado hasta la humillación de la cruz. Y hoy podemos proclamar: ‘Ha resucitado el Buen Pastor que dio la vida por sus ovejas y se dignó morir por su grey. Aleluya’ (Misal Romano, IV Dom. de Pascua, Ant. de la Comunión).

En toda época de la historia, el Pastor Resucitado no se cansa de buscarnos a nosotros, sus hermanos perdidos en los desiertos del mundo. Y con los signos de la Pasión –las heridas de su amor misericordioso– nos atrae hacia su camino, el camino de la vida. También hoy, él toma sobre sus hombros a tantos hermanos nuestros oprimidos por tantas clases de mal.

El Pastor Resucitado va a buscar a quien está perdido en los laberintos de la soledad y de la marginación; va a su encuentro mediante hermanos y hermanas que saben acercarse a esas personas con respeto y ternura y les hacer sentir su voz, una voz que no se olvida, que los convoca de nuevo a la amistad con Dios.

Se hace cargo de cuantos son víctimas de antiguas y nuevas esclavitudes: trabajos inhumanos, tráficos ilícitos, explotación y discriminación, graves dependencias. Se hace cargo de los niños y de los adolescentes que son privados de su serenidad para ser explotados, y de quien tiene el corazón herido por las violencias que padece dentro de los muros de su propia casa.

El Pastor Resucitado se hace compañero de camino de quienes se ven obligados a dejar la propia tierra a causa de los conflictos armados, de los ataques terroristas, de las carestías, de los regímenes opresivos. A estos emigrantes forzosos, les ayuda a que encuentren en todas partes hermanos, que compartan con ellos el pan y la esperanza en el camino común.

Que en los momentos más complejos y dramáticos de los pueblos, el Señor Resucitado guíe los pasos de quien busca la justicia y la paz; y done a los representantes de las Naciones el valor de evitar que se propaguen los conflictos y de acabar con el tráfico de las armas.

Que en estos tiempos el Señor sostenga en modo particular los esfuerzos de cuantos trabajan activamente para llevar alivio y consuelo a la población civil de Siria, víctima de una guerra que no cesa de sembrar horror y muerte. El vil ataque de ayer a los prófugos que huían ha provocado numerosos muertos y heridos. Que conceda la paz a todo el Oriente Medio, especialmente a Tierra Santa, como también a Irak y a Yemen.

Que los pueblos de Sudán del Sur, de Somalia y de la República Democrática del Congo, que padecen conflictos sin fin, agravados por la terrible carestía que está castigando algunas regiones de África, sientan siempre la cercanía del Buen Pastor.

Que Jesús Resucitado sostenga los esfuerzos de quienes, especialmente en América Latina, se comprometen en favor del bien común de las sociedades, tantas veces marcadas por tensiones políticas y sociales, que en algunos casos son sofocadas con la violencia. Que se construyan puentes de diálogo, perseverando en la lucha contra la plaga de la corrupción y en la búsqueda de válidas soluciones pacíficas ante las controversias, para el progreso y la consolidación de las instituciones democráticas, en el pleno respeto del estado de derecho.

Que el Buen Pastor ayude a Ucrania, todavía afligida por un sangriento conflicto, para que vuelva a encontrar la concordia y acompañe las iniciativas promovidas para aliviar los dramas de quienes sufren las consecuencias.

Que el Señor Resucitado, que no cesa de bendecir al continente europeo, dé esperanza a cuantos atraviesan momentos de dificultad, especialmente a causa de la gran falta de trabajo sobre todo para los jóvenes.

Queridos hermanos y hermanas, este año los cristianos de todas las confesiones celebramos juntos la Pascua. Resuena así a una sola voz en toda la tierra el anuncio más hermoso: «Era verdad, ha resucitado el Señor». Él, que ha vencido las tinieblas del pecado y de la muerte, dé paz a nuestros días. Feliz Pascua.

Artífices de unidad

Somos conscientes de que el tiempo que vive nuestra Iglesia Católica está marcado por tensiones e incluso divisiones. Con facilidad el lenguaje se vuelve agresivo, descalificador y crispado.

Es evidente también que las dificultades doctrinales y disciplinarias que están detrás de esas tensiones no se van a resolver en poco tiempo, por lo que es preciso preparar el corazón para un proceso largo, que pide fe, paciencia y gran amor a Cristo y a la Iglesia.

Por eso puedo decir que el lenguaje de “cisma” no ayuda a resolver ni siquiera eso mismo que quiere denunciar. Propongo un ejemplo: el caso de una pareja que está pasando por una crisis fuerte. Abundan las peleas y cada uno se concentra cada vez más en el modo de ganarle las discusiones al otro, o aún peor: cómo herirlo. ¿Ayuda en ese ambiente que, cada vez que logran sentarse a hablar, el esposo empiece siempre diciendo algo como: “Llevamos tres semanas y cuatro días insultándonos;” para luego decir a la mañana siguiente: “Llevamos tres semanas y cinco días insultándonos”? Lo que está diciendo es verdad pero ¿ayuda a mejorar las cosas?

Lo que quiero destacar es precisamente eso: no todo lo que es verdad ayuda por el solo hecho de ser verdad. No es difícil encontrar ejemplos en que la repetición de una verdad se convierte en un arma arrojadiza, útil para herir, y nada más. Así por ejemplo una mujer casada puede recordarle al esposo los detalles de las infidelidades que él ya ha confesado y que supuestamente ella ya le ha perdonado. Y al hablar así ella está diciendo la verdad pero a la vez está usando la verdad para lastimar y destruir.

El desafío que tenemos entonces los católicos es inmenso. No podemos ceder en el terreno de cuál es la verdad de nuestra fe, ni cuál es la verdad del matrimonio, ni cual es la verdad de la Eucaristía. En eso no podemos ceder. Pero a la vez, hemos de cuidarnos de no convertir la doctrina sana en un arma de soberbia, agresión o humillación.

De aquí la importancia de la oración perseverante: esa que implora y logra del Cielo que haya la claridad y la caridad en todos, pero principalmente en nuestros legítimos pastores, empezando por el Papa Francisco.

En cuanto a los temas dudosos, lo mejor es afirmar con sencillez algo como esto: “La doctrina de la Iglesia ha sido muy clara sobre esos temas. Si el Papa de verdad quiere cambiar algo en lo que se ha dicho tan claramente en encíclicas como Familiaris consortio, o como se lee en el Catecismo de la Iglesia, tendrá que decirlo expresa y unívocamente porque una orden ambigua no obliga.” Y parar ahí. Y no ir más allá ni más acá. Y volver a orar, y ofrecer caridad, escucha, amor de comprensión a todos, sin movernos un milímetro de la sana enseñanza que la Iglesia nos ha dado desde siempre.

Mis oraciones están siempre con ustedes.