LA GRACIA 2022/08/08 Santo Domingo, un hombre de contrastes

MEMORIA DE SANTO DOMINGO DE GUZMÁN, PRESBÍTERO

Santo Domingo de Guzmán fue un hombre de contrastes: era hombre de estudio y un gran predicador, capaz de estar en soledad y a la vez ser verdadero hermano, permanecer en oración prolongada con tremendo sentido práctico.

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Síntesis biográfica de Santo Domingo de Guzmán

Es el 6 de agosto de 1221 [¡Acaban de cumplirse 800 años!]. Agotado por la fatiga, Domingo murió en el convento de Bolonia. Nacido en 1170 en Caleruega, España, dedicó su vida a las Sagradas Escrituras, a los pobres y a la oración. De joven se aplicó a sus estudios. Se encontraba en la ciudad de Palencia cuando, sacudido por la miseria y el sufrimiento causados por el hambre, vendió sus libros para ayudar a los pobres. Tras ser ordenado sacerdote, fue elegido canónigo del cabildo catedralicio de su diócesis natal, Osma. A principios de los años 1200, fundó la Orden de los Frailes Predicadores para difundir y defender, mediante el ministerio de la predicación, las verdades de la fe católica. La naturaleza específica de la Orden es resumida por Santo Tomás en la fórmula “contemplata aliis tradere”: transmitir a otros las cosas contempladas. El retrato de Santo Domingo se condensa en las palabras del Beato Jordán de Sajonia, su sucesor en la dirección de la Orden de Predicadores: “Inflamado por el celo de Dios y el ardor sobrenatural, por tu caridad sin límites y el fervor de tu espíritu vehemente”, escribió el Beato Jordán de Sajonia, “te consagraste enteramente con el voto de pobreza perpetua a la observancia apostólica y a la predicación evangélica”. Santo Domingo, contemporáneo de San Francisco de Asís, fue canonizado por el Papa Gregorio IX el 3 de julio de 1234.

Antífona a Santo Domingo de Guzmán

Texto y traducción:

O Lumen Ecclesiae — Oh Luz de la Iglesia
Doctor veritatis — Doctor (Maestro) de la Verdad
Rosa patientiae — Rosa de paciencia (Ejemplo en el padecer)
Ebur castitatis — Marfil de castidad
Aquam sapientiae — El agua de la sabiduría
Propinasti gratis — Nos diste gratis
Predicator gratiae — Predicador de la gracia
Nos iunge beatis — Únenos a los bienaventurados.

Escúchalo cantado en su melodía clásica gregoriana aquí

Carta del Papa al Maestro de la Orden de Predicadores

“Praedicator Gratiae: entre los títulos atribuidos a santo Domingo, el de “Predicador de la Gracia” se destaca por su consonancia con el carisma y la misión de la Orden que fundó. En este año en que se cumple el octavo centenario de la muerte de santo Domingo, me uno con alegría a los Frailes Predicadores para dar gracias por la fecundidad espiritual de ese carisma y esa misión, que se manifiesta en la rica variedad de la familia dominicana a lo largo de los siglos. Mis saludos, mi oración y mis mejores deseos se dirigen a todos los miembros de esa gran familia, que abarca la vida contemplativa y la obra apostólica de sus monjas y hermanas religiosas, sus fraternidades sacerdotales y laicales, sus institutos seculares y sus movimientos juveniles…”

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Muerte de Domingo de Guzmán, hace 800 años

Muerte de Domingo

Antes de morir Domingo tuvo tiempo de convocar dos Capítulos Generales (en 1220 y en 1221). Estando en Bolonia en el lecho de muerte, llamó a algunos frailes del convento que existía en esta ciudad con el fin de entregarles en herencia todo lo que poseía y les habló así: “Esto es, hermanos queridos, lo que os dejo en posesión, como corresponde a hijos con derecho de herencia: tened caridad, conservad la humildad, poseed la pobreza voluntaria”. Además de otras confidencias les dijo que les sería más útil cuando muriera -mediante su intercesión- de lo que lo había sido en vida.

El viernes 6 de agosto de 1221, fiesta de la Transfiguración del Señor, rodeado de sus hijos, entregó su último suspiro. Su buen amigo, el cardenal Hugolino, que se encontraba por aquellos días en Bolonia, presidió personalmente el oficio de sepultura en presencia de muchas personas que estaban convencidas de la santidad de vida del “Padre de los Predicadores”. Fue también el cardenal Hugolino quien, más tarde, siendo papa le canonizó (1234). Pronto se despertó la devoción en la gente sencilla que acudía a orar ante su tumba o a depositar exvotos en acción de gracias por las curaciones de las que se había beneficiado mediante su intercesión.

Fray Manuel Ángel Martínez de Juan, OP

LA GRACIA 2020/08/08 Santo Domingo sembró profundamente la Verdad

MEMORIA DE SANTO DOMINGO DE GUZMÁN, PRESBÍTERO

No somos dueños de la Verdad, pero queremos que la Verdad se adueñe de nosotros y del mundo.

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Hablaba con Dios o de Dios

De varios escritos de la Historia de la Orden de Predicadores

La vida de Santo Domingo era tan virtuosa y el fervor de su espíritu tan grande, que todos veían en él un instrumento elegido para la gloria divina. Estaba dotado de una firme ecuanimidad de espíritu, ecuanimidad que sólo lograban perturbar los sentimientos de compasión o de misericordia; y, como es norma constante que un corazón alegre se refleja en la faz, su porte exterior, siempre gozoso y afable, revelaba la placidez y armonía de su espíritu.

En todas partes, se mostraba, de palabra y de obra, como hombre evangélico. De día, con sus hermanos y compañeros, nadie más comunicativo y alegre que él. De noche, nadie más constante que él en vigilias y oraciones de todo género. Raramente hablaba, a no ser con Dios, en la oración, o de Dios, y esto mismo aconsejaba a sus hermanos.

Con frecuencia, pedía a Dios una cosa: que le concediera ­una auténtica caridad, que le hiciera preocuparse de un modo efectivo en la salvación de los hombres, consciente ­de que la primera condición para ser verdaderamente miembro de Cristo era darse totalmente y con todas sus energías a ganar almas para Cristo, del mismo modo que el Señor Jesús, salvador de todos, ofreció toda su persona por nuestra salvación. Con este fin, instituyó la Orden de Predicadores, realizando así un proyecto sobre el que había reflexionado profundamente desde hacía ya tiempo.

Con frecuencia, exhortaba, de palabra o por carta, a los hermanos de la mencionada Orden, a que estudiaran constantemente el nuevo y el antiguo Testamento. Llevaba siempre consigo el evangelio de san Mateo y las cartas de san Pablo, y las estudiaba intensamente, de tal modo que casi las sabía de memoria.

Dos o tres veces fue elegido obispo, pero siempre rehu­só, prefiriendo vivir en la pobreza, junto con sus hermano­s, que poseer un obispado. Hasta el fin de su vida, conservó intacta la gloria de la virginidad. Deseaba ser flagelado, despedazado y morir por la fe cristiana. De él afirmó el papa Gregorio noveno: «Conocí a un hombre tan fiel seguidor de las normas apostólicas, que no dudo que en el cielo ha sido asociado a la gloria de los mis­mos apóstoles».

¿Por qué se representa a Santo Domingo de Guzmán con una estrella en la frente?

El portal dominicos.org lo explica: Una antigua Leyenda cuenta que durante el bautismo de Domingo apareció una estrella sobre su frente. Por medio de su vida y predicación, Domingo fue como un faro guiando almas hacia Cristo. Desde sus años de estudiante en Palencia, España, donde vendió sus valiosos libros para conseguir dinero para ayudar a los pobres que estaban sufriendo por una gran sequía, y donde llegó a ofrecerse él mismo a ser vendido como esclavo para redimir a cristianos cautivos por los Moros, a aquella noche, en un viaje a Dinamarca, que pasó en conversación con el hospedero hereje, atrayéndole por fin otra vez a la fe verdadera, a su etapa en el Languedoc, donde pasó los mejores años de su vida, hasta su enseñanza y predicación, hasta la fundación de su Orden, Santo Domingo fue siempre una estrella brillante que atrajo almas perdidas a Cristo.

Vida contemplativa dominicana

“Como contemplativas de la Orden de Predicadores han guardado en sus corazones todo lo que Santo Domingo les ha enseñado. En este sentido, las contemplativas han de ser como la reserva de ese patrimonio que Nuestro Padre quiso para impulsar la misión de la predicación…”

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LA GRACIA del Martes 8 de Agosto de 2017

MEMORIA DE SANTO DOMINGO DE GUZMÁN, PRESBÍTERO

Pidamos al Señor por la Orden de Predicadores para sean llevados por un espíritu de conversión y sigan las huellas de su padre y fundador, Santo Domingo de Guzmán.

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Una vida marcada por la Pascua, 09 de 12: Pascua de algunos santos

9. La Pascua de algunos santos

San Juan Bautista

* Dios le otorga a los profetas (Jeremías, Oseas y también a Juan Bautista) que el gran mensaje que comuniquen sea su propia vida. No es de extrañar que el Espíritu Santo, la Ley Nueva, marque y selle en nuestra vida la Pascua. Juan Bautista llevó una vida marcada por la Pascua, de ahí su nombre de Precursor. Aunque el primero y el último es Jesucristo.

* La vida de Juan está marcada por la Pascua porque no ve la Alianza de Dios como algo distante que se pierde en el pasado. Juan es el santo que reconoce los derechos de Dios. En Malaquías 4 dice que el Precursor reconcilia el Padre con los hijos y los hijos con el Padre. La Alianza está viva.

* Juan bautiza en el Jordán porque en el libro de Josué vemos que el Pueblo de Israel cruza el río Jordán. Aquí no es la vara de Moisés sino el arca de la Alianza la señal que mantiene las aguas separadas. La Alianza con Dios es la que da paso libre al Pueblo hacia Dios. Hay toda una liturgia para que se pueda producir el milagro. En el caso de Juan las aguas no se separan sino que la gente se sumerge en el agua (muerte es el símbolo). El Bautismo es una muerte simbólica del Pueblo que se bautiza.

* El acto de bautizar significa que
(1) soy un pecador, y al mismo tiempo
(2) pertenezco a un Pueblo que ha sido infiel.

* Eso explica porqué Cristo va a bautizarse: el bautismo de Jesús no es porque él sea pecador sino porque Él está encarnado en un pueblo pecador. El bautismo de Cristo es la señal del bautismo del pueblo judío.

* La vida Pascual de Juan tiene que ver con la libertad. El tipo de vida de Juan es un mensaje de libertad. Juan dice que su único dueño es Dios. Una libertad que le permite hablar a todos claramente.

* Aparentemente una vida así no tiene lugar para la alegría. En su vida hay una solo alegría: Jesucristo. Desde antes de nacer y durante toda su vida y hasta el final, según había anunciado: ahora mi alegría es perfecta.

San Pablo

* Cuenta su propia Pascua en 1Tim 1, 12-17, donde dice: Doy gracias a aquel que me revistió de fortaleza, a Cristo Jesús… Su Pascua es su conversión, su salvación, sobreabundancia de Gracia, el impacto de misericordia en su vida, la transformación de todo su ser. San Pablo ha conocido el amor de Dios.

* En el Gálatas 2, 19-21, el santo dice: yo por la ley he muerto a la ley, a fin de vivir para Dios: con Cristo estoy crucificado: y no vivo yo, sino que es Cristo quien vive en mí; la vida que vivo al presente en la carne, la vivo en la fe del Hijo de Dios que me amó y se entregó a sí mismo por mí. No tengo por inútil la gracia de Dios, pues si por la ley se obtuviera la justificación, entonces hubiese muerto Cristo en vano. En el libro de los Hechos ya se cuenta su conversión; ¿qué nos agrega este texto de Gálatas? Tres componentes: misericordia, ley y cruz:

(1) Cuanto más intensa y extensa es nuestra experiencia de la misericordia más fácil se nos hace poder ver (entender) a los otros. La misericordia es algo más que un sentimiento. Ilumina nuestro entendimiento para descubrir y liberarnos de nuestras cadenas. El poder liberador de la misericordia hace que la miseria del pasado se convierte en gloria.

(2) “… por la ley he muerto a la ley …” ¿qué quiere decir? La ley fue dada para nuestra vida y no para morir. Escoge la vida (Deut 30, 19). Tu palabra me da vida. (Sal. 118) La ley me muestra el camino perfecto pero no me da la fuerza para recorrerlo. Sin ley antes obraban mal sin saberlo. Con la ley ahora siguen haciéndolo pero a conciencia. En Rom. 2, 23, dice San Pablo Tú que te glorías en la ley, transgrediéndola deshonras a Dios. Según la carta a los Hebreos, por la ley he descubierto mi miseria y he confesado mi pecado y la ley ya hizo su misión (ya no tiene sentido, por eso: “muero a la ley”).
La referencia a la Pascua es que para nosotros una vida Pascual y esperanza de salvación no está en las normas externas. Si nos fijamos los capítulos 5 y 6 de la carta a los Romanos vemos lo que la ley quería no se cumplía y ahora sin la ley se cumple. Una vida Pascual es la que cumple lo que pide la ley pero sin la ley. Para llegar a donde quería la ley de Moisés había que superar la ley de Moisés. Ese “ir más allá de la ley de Moisés” es lo que nos ha dado el sacrificio redentor de Jesús y la efusión del Espíritu en Pentecostés.

(3) …Con Cristo estoy crucificado… “Vivir para Dios” lo equipara a “morir crucificado”. Si bien es cierto que lo que Jesús sufrió (su Cruz) fue suficiente para nuestra justificación, también es verdad que la vida cristiana es algo más que el perdón de los pecados. Se trata del camino que en nuestras vidas hace el Espíritu y que tiene que florecer con obras de amor. La fe sin obras está muerta. … Completo en mi carne lo que falta a la Pasión de Cristo.

Romanos 5, 1ss: Habiendo, pues, recibido de la fe nuestra justificación, estamos en paz con Dios, por nuestro Señor Jesucristo, por quien hemos obtenido también, mediante la fe, el acceso a esta gracia en la cual nos hallamos, y nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios. Más aún; nos gloriamos hasta en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación engendra la paciencia;…

Después de la justificación vienen las tribulaciones. La cruz es necesaria pero es cruz de victoria. La justificación no lo cubre todo. La vida marcada por la Pascua es una vida con victoria en medio de las tribulaciones.

Santo Domingo de Guzmán.

* El santo que experimenta la Gracia y la predica. Una vida marcada por la Pascua es una vida marcada por la Gracia. Lo que Santo Domingo ve en los herejes no es una montaña de errores, sino un abismo de necesidades. El gran pecado de nuestra época es la indiferencia, según el Papa Francisco. De ahí que tengamos que salir de nosotros mismos y salir de nuestro egoísmo e interesarnos en los demás.

* Tiene que dolernos todos aquellos que están apostatando. El santo se preocupaba de consolar. Su anhelo es la santificación en comunidad.

* Su don de la alegría era muy especial. Por ser un cristiano estable, le permitía estar por encima de todas las vicisitudes y tribulaciones de la vida. Su gozo y vivencia de la alegría eran admirables e impresionantes.

LA GRACIA del Lunes 8 de Agosto de 2016

MEMORIA DE SANTO DOMINGO DE GUZMÁN, PRESBÍTERO

Demos gracias a Dios por Santo Domingo y pidamos a él protección y que los Dominicos sean fieles al hermoso carisma de la predicación desde la misericordia.

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Perfil de un santo: Domingo de Guzmán

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Jordán de Sajonia fue un fraile de la primera generación dominicana. Entró en la Orden fascinado por la personalidad de Domingo. Y se convirtió en el primer sucesor del propio Domingo en el gobierno de al Orden, cuando era aún muy joven y apenas llevaba unos años de Dominico. Pero no murió sin dejar testimonio vivo de aquella personalidad de Domingo que tanto le había fascinado. Jordán nos transmite un retrato espiritual de Domingo lleno de afecto y sencillez. Es obligado comenzar cualquier meditación sobre Domingo con este retrato espiritual.

Dice así:

“Por lo demás, lo que es de mayor esplendor y magnificencia que los milagros, (Domingo) estaba adornado de costumbres tan limpias, dominado por tal ímpetu en el fervor divino, que revelaban plenamente en él un vaso de honor y gracia, un vaso guarnecido de toda suerte de piedras preciosas.

Su ecuanimidad era inalterable, a no ser cuando se turbaba por la compasión o la misericordia hacia el prójimo. Y, como el corazón alegre alegra el semblante, la hilaridad y benignidad del suyo transparentaban la placidez y equilibrio del hombre interior.

Tal constancia mostraba en aquellas cosas que entendía ser del agrado divino, que, una vez deliberada y dada una orden, apenas se conocerá un caso en que la retractase.

Y como la alegría brillase siempre en su cara, fiel testimonio de su buena conciencia, según se ha dicho, la luz de su semblante, sin embargo, no se proyectaba sobre la tierra.

Con ella se atraía fácilmente el afecto de todos. Cuantos le miraban quedaban de él prendados. Dondequiera que se hallase, fuese de viaje con sus compañeros, en las casas con sus hospederos y sus familiares, entre los magnates, los príncipes y los prelados, siempre tenía palabras de edificación y abundaba en ejemplos, con los cuales inclinaba los ánimos de los oyentes al amor de Cristo y al desprecio del mundo. En todas partes, sus palabras y sus obras revelaban al varón evangélico.

Durante el día nadie más accesible y afable que él en su trato con los frailes y los acompañantes.

Por la noche nadie más asiduo a las vigilias y a la oración. En las Vísperas demoraba el llanto, y en los Maitines, la alegría. Dedicaba el día al prójimo; la noche, a Dios; sabiendo que en el día manda el Señor su misericordia, y en la noche, su cántico. Lloraba abundantemente con mucha frecuencia, siendo las lágrimas su pan día y noche; de día principalmente cuando celebraba la Santa Misa, y de noche, cuando se entregaba más que nadie a sus incansables vigilias.

Era costumbre tan arraigada en él la de pernoctar en la iglesia, que parece haber tenido muy rara vez lecho fijo para descansar. Pasaba, pues, la noche en oración, perseverando en las vigilias todo el tiempo que podía resistir su frágil cuerpo. Y cuando venía el desfallecimiento y el espíritu cansado reclamaba el sueño, entonces descansaba un poco, reclinando la cabeza delante del altar, o en algún otro sitio, o sobre una piedra, como el patriarca Jacob, para volver de nuevo al fervor del espíritu en la oración.

Todos los hombres cabían en la inmensa caridad de su corazón y, amándolos a todos, de todos era amado.

Consideraba ser un deber suyo alegrarse con los que se alegran y llorar con los que lloran, y, llevado de su piedad, se dedicaba al cuidado de los pobres y desgraciados.

Otra cosa le hacía también amabilísimo a todos: que, procediendo siempre por la vía de la sencillez, ni en sus palabras ni en sus obras se observaba el menor vestigio de ficción o doblez.

Verdadero amigo de la pobreza, usaba siempre vestidos viles.

En la comida y en la bebida era templadísimo: rechazaba las viandas delicadas; gustoso se contentaba con un solo plato y usaba del vino aguándolo de tal forma y tenía tal imperio sobre su carne, que atendía a las necesidades corporales sin embotar la sutileza de su espíritu.

¿Quién será capaz de imitar en todo la virtud de este hombre? Podemos admirarla, y a su vista considerar la desdicha de nuestros días: poder lo que él pudo, fruto es no ya de su virtud humana, sino de una gracia singular de Dios que podrá reproducir en algún otro esa cumbre acabada de perfección. Mas, para tal empresa, ¿quién será idóneo?

Imitemos, hermanos, en la medida de nuestras fuerzas, las huellas paternas, dando al mismo tiempo gracias al Redentor, que concedió tal caudillo a sus siervos por él regenerados, y pidamos al Padre de las misericordias que, regidos por aquel espíritu que mueve a los hijos de Dios, caminando por las sendas de nuestros padres, merezcamos llegar sin descarríos a la misma meta de la perpetua felicidad y sempiterna bienaventuranza en la que nuestro Padre felizmente entró. Amén” (B. Jordán de Sajonia).

Otros biógrafos reproducen casi literalmente este retrato espiritual de Domingo. Es la fisonomía del Padre presente en el recuerdo de los primeros frailes dominicos y transmitida por quienes habían sido testigos oculares del itinerario humano, evangélico y apostólico de Domingo.

¿Por qué el perro junto a Santo Domingo?

Fray Nelson, tengo una pregunta, para cuando me la pueda responder: ¿Por qué Santo Domingo es representado en sus imágenes con un perro al lado? Gracias. -SVR.

* * *

SaintDominic

En esta ocasión es bueno el artículo de la Wikipedia: La leyenda (primera biografía de Santo Domingo) narra una visión que su madre, la Beata Juana de Aza, tuvo antes de que Santo Domingo naciera. Soñó que un perrito salía de su vientre con una antorcha encendida en su boca. Incapaz de comprender el significado de su sueño, decidió buscar la intercesión de Santo Domingo de Silos, fundador de un famoso monasterio Benedictino de las cercanías. Hizo una peregrinación al monasterio para pedir al Santo que le explicara el sueño. Allí comprendió que su hijo iba a encender el fuego de Jesucristo en el mundo por medio de la predicación. En agradecimiento, puso a su hijo por nombre Domingo, como el santo de Silos. Es un nombre muy apropiado, por cuanto Domingo viene del Latín Dominicus, que significa del Señor. De Dominicus (Domingo) viene Dominicanus (Dominico, que es el nombre de la Orden de Santo Domingo). No obstante, utilizando un juego de palabras, se dice que Dominicanus es un compuesto de Dominus (Señor) y canis (perro), significando el perro del Señor o el vigilante de la viña del Señor).