LA GRACIA 2024/05/19 Lenguas de fuego que nos purifican e iluminan

SOLEMNIDAD DE PENTECOSTÉS, CICLO B

Supliquemos a Dios Padre el fuego del Santo Espíritu para que mate los ardores del pecado y encienda en nosotros la gracia.

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LA GRACIA 2023/05/28 Dios no quiso dejarnos a medio hacer

DOMINGO DE PENTECOSTÉS, CICLO A

Solo el Espíritu Santo nos da el auxilio y nos levanta, fortalece nuestra voluntad, nos saca del pecado y nos une a la Iglesia para así avanzar hacia la santidad.

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LA GRACIA 2022/06/04 La vigilia de Pentecostés

La Vigilia de Pentecostés no es una fiesta divertida ni un concierto, es la mejor ocasión para una buena predicación sobre el Espíritu Santo, para orar pidiendo sus dones; ideal que en la vigilia el culmen sea la Eucaristía.

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Homilía para Pentecostés

Texto completo de la homilía del Papa Francisco en Pentecostés:

«Cuando venga el Paráclito, a quien yo les enviaré desde mi Padre» (Jn 15,26). Con estas palabras Jesús promete a los discípulos el Espíritu Santo, el don definitivo, el don de los dones. Acojamos hoy esta palabra, que no es fácil de traducir porque encierra varios significados. Paráclito quiere decir esencialmente dos cosas: Consolador y Abogado.

1. El Paráclito es el Consolador. Todos nosotros, especialmente en los momentos difíciles como el que estamos atravesando, por la pandemia, buscamos consolaciones. Pero frecuentemente recurrimos sólo a las consolaciones terrenas, que desaparecen pronto. Son consolaciones del momento.

Jesús nos ofrece hoy la consolación del cielo, el Espíritu, el consolador perfecto. ¿Cuál es la diferencia? Las consolaciones del mundo son como los analgésicos, que dan un alivio momentáneo, pero no curan el mal profundo que llevamos dentro. Evaden, distraen, pero no curan las raíces. Calman superficialmente, en el ámbito de los sentidos y difícilmente del corazón.

Porque sólo quien nos hace sentir amados tal y como somos da paz al corazón. El Espíritu Santo, el amor de Dios, actúa así: «entra hasta el fondo del alma», pues como Espíritu obra en nuestro espíritu. Visita lo más íntimo del corazón como «dulce huésped del alma» (ibíd.). Es la ternura misma de Dios, que no nos deja solos; porque estar con quien está solo es ya consolar.

Hermana, hermano, si adviertes la oscuridad de la soledad, si llevas dentro un peso que sofoca la esperanza, si tienes en el corazón una herida que quema, si no encuentras una salida, ábrete al Espíritu Santo. Él, escribía san Buenaventura, «lleva mayor consolación donde hay mayor tribulación, no como hace el mundo que en la prosperidad consuela y adula, y en la adversidad se burla y condena» (Sermón en la octava de la Ascensión).

Eso hace el mundo, eso hace sobre todo el espíritu enemigo, el diablo. Primero nos halaga y nos hace sentir invencibles, así actúa así el diablo: nos hace crecer la vanidad. Después nos echa por tierra y nos hace sentir inadecuados. Juega con nosotros. Hace todo lo posible para que caigamos, mientras que el Espíritu del Resucitado quiere realzarnos.

Miremos a los Apóstoles: estaban solos y perdidos, tenían las puertas cerradas, vivían en el temor y ante sus ojos estaban todas sus debilidades y sus fracasos. Sus pecados. Habían renegado de Jesucristo, todos. Los años pasados con Jesús no los habían cambiado. Continuaban siendo los mismos.

Después recibieron el Espíritu y todo cambió, los problemas y los defectos siguieron siendo los mismos, pero, sin embargo, ya no los temían y tampoco temían a quienes les querían hacer daño. Se sentían consolados interiormente y querían difundir la consolación de Dios. Los que antes estaban atemorizados, ahora sólo temen no dar testimonio del amor recibido. Jesús les había profetizado: «el Espíritu […] dará testimonio de mí. Y también ustedes darán testimonio» (Jn 15,26-27).

Demos un paso adelante. También nosotros estamos llamados a dar testimonio en el Espíritu Santo, a ser paráclitos, consoladores. Sí, el Espíritu nos pide que demos forma a su consolación. ¿Cómo? No con grandes discursos, sino haciéndonos próximos; no con palabras de circunstancia, sino con la oración y la cercanía. Recordamos que la cercanía, la compasión y la ternura es el estilo de Dios. Siempre.

El Paráclito dice a la Iglesia que hoy es el tiempo de la consolación. Es el tiempo del gozoso anuncio del Evangelio más que de la lucha contra el paganismo. Es el tiempo de llevar la alegría del Resucitado, no de lamentarnos por el drama de la secularización. Es el tiempo para derramar amor sobre el mundo, sin amoldarse a la mundanidad.

Es el tiempo de testimoniar la misericordia más que de inculcar reglas y normas. ¡Es el tiempo del Paráclito! Tiempo de la libertad del corazón en el Paráclito.

2. El Paráclito, además, es el Abogado. En el contexto histórico de Jesús, el abogado no desarrollaba sus funciones como hoy, más que hablar en lugar del imputado, normalmente estaba junto a él y le sugería al oído los argumentos para defenderse. Así hace el Paráclito, «el Espíritu de la Verdad» (v. 26), que no nos remplaza, sino que nos defiende de las falsedades del mal inspirándonos pensamientos y sentimientos.

Lo hace con delicadeza, sin forzarnos. Se propone, pero no se impone. El espíritu de la falsedad, el maligno, por el contrario, trata de obligarnos, quiere hacernos creer que siempre estamos obligados a ceder a las sugestiones malignas y a las pulsiones de los vicios. Intentemos ahora acoger tres sugerencias típicas del Paráclito, de nuestro Abogado. Son tres antídotos básicos contra sendas tentaciones, hoy difusas.

El primer consejo del Espíritu Santo es “vive el presente”. El presente, no el pasado o el futuro. El Paráclito afirma la primacía del hoy contra la tentación de paralizarnos por las amarguras y las nostalgias del pasado, como también de concentrarnos en las incertidumbres del mañana y dejarnos obsesionar por los temores del porvenir. El Espíritu nos recuerda la gracia del presente. No hay otro tiempo mejor para nosotros. Ahora, justo donde nos encontramos, es el momento único e irrepetible para hacer el bien, para hacer de la vida un don. ¡Vivamos el presente!

Asimismo, el Paráclito aconseja: “busca el todo”. El todo, no la parte. El Espíritu no plasma individuos cerrados, sino que nos constituye como Iglesia en la multiforme variedad de carismas, en una unidad que no es nunca uniformidad. El Paráclito afirma la primacía del conjunto. Es en el conjunto, en la comunidad, donde el Espíritu prefiere actuar y llevar la novedad.

Miremos a los Apóstoles. Eran muy distintos. Entre ellos, por ejemplo, estaba Mateo, publicano que había colaborado con los romanos, y Simón, llamado el Zelota, que se oponía a ellos. Había ideas políticas opuestas, visiones del mundo muy diferentes. Pero cuando recibieron el Espíritu aprendieron a no dar la primacía a sus puntos de vista humanos, sino al todo de Dios.

Hoy, si escuchamos al Espíritu, no nos centraremos en conservadores y progresistas, tradicionalistas e innovadores, derecha e izquierda. No. Si estos son los criterios, quiere decir que en la Iglesia se olvida el Espíritu. El Paráclito impulsa a la unidad, a la concordia, a la armonía en la diversidad. Nos hace ver como partes del mismo cuerpo, hermanos y hermanas entre nosotros. ¡Busquemos el todo! El enemigo quiere que la diversidad se transforme en oposiciones, y por eso les hace dirigirse hacia las ideologías. Decid no a las ideologías, sí al juntos.

Y finalmente, el tercer gran consejo: “Pon a Dios antes que tu yo”. Es el paso decisivo de la vida espiritual, que no es una serie de méritos y de obras nuestras, sino humilde acogida de Dios. El Paráclito afirma el primado de la gracia. Sólo si nos vaciamos de nosotros mismos dejamos espacio al Señor; sólo si nos abandonamos en Él nos encontramos a nosotros mismos; sólo como pobres en el espíritu seremos ricos de Espíritu Santo.

Esto vale también para la Iglesia. No salvamos a nadie, ni siquiera a nosotros mismos con nuestras propias fuerzas. Si ponemos en primer lugar nuestros proyectos, nuestras estructuras y nuestros planes de reforma caeremos en el pragmatismo, en el eficientismo, en el horizontalismo, y no daremos fruto.

Los “ismo” son ideologías que dividen, que separan. La Iglesia no es una organización humana. Es humana, pero no es solo una organización humana. La Iglesia es el templo del Espíritu Santo. Jesús ha traído el fuego del Espíritu a la tierra y la Iglesia se reforma con la unción de la gracia, con la fuerza de la oración, con la alegría de la misión, con la belleza desarmante de la pobreza. ¡Pongamos a Dios en el primer lugar!

Espíritu Santo, Espíritu Paráclito, consuela nuestros corazones. Haznos misioneros de tu consolación, paráclitos de misericordia para el mundo. Abogado nuestro, dulce consejero del alma, haznos testigos del hoy de Dios, profetas de unidad para la Iglesia y la humanidad, apóstoles fundados sobre tu gracia, que todo lo crea y todo lo renueva.

Una melodía para la Secuencia de Pentecostés

Ven, Espíritu divino,
manda tu luz desde el cielo.
Padre amoroso del pobre,
don en tus dones espléndido,
luz que penetra las almas,
fuente del mayor consuelo.

Ven, dulce huésped del alma,
descanso de nuestro esfuerzo,
tregua en el duro trabajo,
brisa en las horas de fuego,
gozo que enjuga las lágrimas
y reconforta en los duelos.

Entra hasta el fondo del alma,
divina luz, y enriquécenos.
Mira el vacío del hombre,
si tú faltas por dentro;
mira el poder del pecado,
cuando no envías tu aliento.

Riega la tierra en sequía,
sana el corazón enfermo,
lava las manchas, infunde
calor de vida en el hielo,
doma el espíritu indómito,
guía al que tuerce el sendero.

Reparte tus siete dones,
según la fe de tus siervos;
por tu bondad y tu gracia,
dale al esfuerzo su mérito;
salva al que busca salvarse
y danos tu gozo eterno.

Amén.

LA GRACIA 2021/05/23 La obra del Espíritu Santo no tiene límite

SOLEMNIDAD DE PENTECOSTÉS, CICLO B

Lo que era imposible para nuestras fuerzas como la victoria sobre el pecado personal, sobre los límites en nuestra familia, las relaciones de pareja y de amistad ahora se hacen posible por la acción y efusión del Espíritu Santo.

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El Espíritu Santo nos concede amar como Cristo

“El fruto de la presencia y de la acción del Espíritu Santo en nosotros es el amor divino, la caridad. Si por un lado el Espíritu Santo suscita en nosotros la gracia del amor divino, por el cual somos amados por Dios, por otro lado, ese mismo amor debe suscitar en nosotros que amemos como condición de que Dios pueda habitar en nuestras almas…”

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LA GRACIA 2020/05/31 El Espíritu Santo, la Promesa del Padre

DOMINGO DE PENTECOSTÉS, CICLO A

La Promesa de Dios es el Espíritu Santo, no hay don mayor por eso hemos de anhelarlo y pedirlo con frecuencia porque todo lo que es bello, bueno y que tiene la Iglesia viene de Él.

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Un himno para Pentecostés

Hoy desciende el Espíritu de fuego
al corazón creyente de la Iglesia,
el Señor que la quema y atraviesa
enciende con su llama al universo.

Ebrios del Santo Espíritu, los Doce
rebosan de carismas y alabanzas;
Dios baja al Sinaí, y en llamarada
y en ímpetu de amor retumba el monte.

Razas y pueblos quedan convocados;
Dios se muestra en Sión, la bella altura,
y en voz concorde aquí a los hombres junta,
desde Babel dispersos en pecado.

Se lanzan por el mundo los testigos;
y sin ceñir espadas lo conquistan,
y sin oro a los pobres dan la vida;
el Espíritu guía y Cristo invicto.

El Viento es brisa y fuerza de huracanes,
y el Agua viva mueve los océanos;
alzan los brazos y oran bendiciendo
y el gozo transfigura sus semblantes.

Espíritu de amor y de verdad,
Espíritu confín de las promesas,
oh Santo, a ti la gloria siempre sea,
y a nosotros de ti la santidad.

Amén.

Empieza a preparar Pentecostés!

Te doy varias opciones para que prepares, con tu familia o amigos, la hermosa fiesta de Pentecostés:

Preparar Pentecostés con la Virgen María (6 charlas) :
https://www.youtube.com/playlist?list=PLRmr1_QLb8pf7hGomRWrd4SagHvkEsXSR

Cuatro enseñanzas sobre el Nuevo Pentecostés (4 charlas) :
https://www.youtube.com/playlist?list=PLRmr1_QLb8pdNS6xtJHqUkrNeBoVJUVfW

Conocer al Espíritu Santo (3 charlas) :
https://www.youtube.com/playlist?list=PLRmr1_QLb8pcl1ZCfv3mD1uNx0cTXMSpR

Dios renueva su pueblo con el Espíritu Santo (4 charlas) :
https://www.youtube.com/playlist?list=PLRmr1_QLb8pe7gBmTh7ooJxU7aJNhO_pO

Discípulos con la unción del Espíritu Santo (3 charlas) :
https://www.youtube.com/playlist?list=PLRmr1_QLb8peNfzZ1xeV0OvghBVp8Nmcc

El Espíritu Santo y tu familia (2 charlas) :
https://www.youtube.com/playlist?list=PLRmr1_QLb8pd-OEw-T4sN5SBhQuzRCeyV

La gracia del Espíritu Santo (4 charlas) :
https://www.youtube.com/playlist?list=PLRmr1_QLb8pclCeqqFQyUFA-mR4vAEYxU

Conoce al Espíritu Santo por sus obras (3 charlas) :
https://www.youtube.com/playlist?list=PLRmr1_QLb8pezXFsGz3-7xTM-3XgglGUw

Por qué necesitamos del Espíritu Santo (2 charlas) :
https://www.youtube.com/playlist?list=PLRmr1_QLb8pfTq9RWDbMIIzK-jw_hnzDc

LA GRACIA del Domingo 9 de Junio de 2019

SOLEMNIDAD DE PENTECOSTÉS, CICLO C
El Espíritu Santo limpia, transforma, da fecundidad, nos envía como testigos para que otros se contagien de esta gracia y alegría, para que también vivan Pentecostés.

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Pentecostés 2019!

Con gozo vemos la llegada de la fecha tan querida: PENTECOSTÉS.

El Espíritu de Dios, derramándose con abundancia sobre los discípulos de Cristo, hace de ellos verdaderos testigos, con una convicción interior inquebrantable y con todos los dones y carismas necesarios para combatir y vencer frente a las armas de las tinieblas.

El Espíritu es siempre don y hace de nosotros dones, regalos del amor de Dios para el mundo. El Espíritu es siempre promesa y hace de nosotros anuncia del mundo nuevo, de la esperanza que nadie más puede dar sino solo Dios.

Feliz, Feliz Pentecostés para todos!