Carta de la Pascua 2014

La Pascua invita al creyente a beber de la fuente misma de la que mana toda su salvación y su alegría. El Evangelio, la “Buena Nueva,” despliega en la Pascua sus mejores galas, su mejor perfume, su más preciosa música, sus más elocuentes palabras.

La alegría de la Pascua es a la vez profunda y sencilla. Se condensa en el gozo del encuentro con la gracia, es decir, el regalo precioso e inmerecido del amor transformante de Dios, que en Cristo nos ha revelado su rostro y nos ha concedido su herencia.

Gracia, encuentro y alegría forman una hermosa unidad que no envejece ni se gasta; unidad que el cristiano saborea en la comunión con los otros creyentes, en la verdad de los sacramentos, en la luz inagotable de la Palabra, y también en la esperanza del Cielo.

Los extintores de la alegría

¿Cómo es que esa alegría permanece tan distante de tantas vidas? Podemos dar una primera respuesta, de tipo general, y luego otra respuesta más detallada.

De modo general, diremos que, si la alegría de la Pascua es un fuego admirable, hay que saber que existen “extintores” para ese fuego. Podemos mencionar especialmente tres extintores que de manera general apagan o impiden la genuina alegría pascual.

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Renovar en Cristo la vida, 1 de 4, Fundamentos, ¿cómo es en su esencia la vida cristiana?

[Retiro con la Fundación MOCE, de Palmira, Colombia, en Julio de 2013.]

Tema 1 de 4: Fundamentos. ¿Cómo es en su esencia la vida cristiana?

* Muchas personas viven agobiadas y mueren aplastadas bajo el peso del absurdo.

* Ese no es el querer de Dios. Él quiere que tengamos la experiencia de ser hijos suyos, y experiencia entonces de ser genuinamente hermanos de nuestros hermanos.

* La vida cristiana no es “pare de sufrir” pero tampoco es “sufra sin parar.” La vida cristiana es PASCUA, es continuo paso del combate a la victoria, sucedida de muchos modos y en diversas circunstancias.

* Por ser pascual, la vida cristiana tendrá siempre las señas de la cruz y la alegría.

* ¿De qué sirven a Dios nuestros combates? Sirven para entrenamiento (que queda grabado en nuestro cuerpo y alma como “llagas gloriosas”) y aprendizaje (que nos da palabras de sabiduría para compartir con otros).

* ¿Y de qué sirve la alegría? Es la fuente de nuestra celebración y la fuerza de nuestra evangelización.