Cordial saludo, por favor acláreme una inquietud : tengo 61 años de edad y de niño rezábamos el “Padre Nuestro”…..”perdona nuestras deudas , así como nosotros perdonamos a nuestros deudores”…..ahora se dice “perdona nuestras ofensas así como nosotros perdonamos a quienes nos ofenden”…., ¿porqué ese cambio? , muchas gracias. — R. L.
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Cuando queremos valorar una traducción, el criterio siempre es ir al original. En Mateo 6,12 leemos, com parte del Padrenuestro, que Jesús nos enseña esta petición: “Kai aphes hemin ta opheilémata hemon, hos kai hemeis afekamen tois opheilétais hemon.” La palabra central, para el propósito de esta pregunta, es “opheilémata,” que es un sustantivo plural de la palabra de género neutro “opheiléma” (pronunciado: ofeiléma).
La traducción literal más inmediata de “opheiléma” es una “deuda” o más exactamente el efecto de tener una deuda. En efecto, en una deuda hay “algo” que es debido (adeudado) pero también hay dos personas que son implicadas: el que tiene la deuda y aquel a quien se le debe lo adeudado. Opheiléma se refiere a eso que cambia en la relación entre dos personas cuando hay una deuda, sobre todo cuando la deuda es grande o no ha sido pagada.
Una “deuda pendiente” no es sólo un problema, o una cosa, es una barrera entre personas. El ejemplo típico es el un amigo que le ha pedido prestada una suma de millones a su amigo. Y se encuentran casualmente pero la deuda no ha sido pagada. Se sientan a tomar un café, y el tema está ahí, sin mencionarlo, pero muy en el ambiente. Eso es una “opheilema”: un obstáculo, una barrera, algo que separa y que no deja que la relación sea lo que era o lo que pudiera ser.
Por eso está la otra traducción: una “ofensa.” Porque la sola palabra “deuda” deja la impresión de que Dios simplemente quiere que le paguemos lo que le debemos, como quien cumple un contrato. No sólo es una deuda; es una relación deteriorada.
¿Cómo hay que entender entonces aquello de “perdónanos… como nosotros perdonamos…”? El verbo “perdonar” corresponde aquí al verbo griego “aphiémi” que literalmente significa “soltar, dejar de ir.” El sentido de la frase de Jesús parece ser: “Si tu corazón no se deja atrapar por las barreras que tienes con otros, estará libre de obstáculos para el encuentro con Dios, tu Padre.” Es algo así como si dijéramos a Dios Padre: “Concédenos la paz contigo, como la hemos concedido a quienes nos deben algo.”
Lo importante en todo caso es comprender la riqueza de las palabras del Señor y orar y vivir la plegaria que nos dejó como modelo de toda oración.