Las tres oleadas del marxismo

Para entender por qué hay protestas de vándalos en tantos lugares del mundo hay que recordar que la toma del poder mundial es uno de los objetivos claros y proclamados del marxismo, y en general de la Izquierda política de corte comunista o socialista. El mismo Marx decía: “¡Proletarios del mundo, uníos!” Tal unión estaba ligada a su propósito: un poder mundial socialista.

Lo siguiente que hay que entender es que el marxismo no ha muerto sino que se ha transformado. Hoy estamos entre la segunda y la tercera ola de esa filosofía de la acción política.

La primera ola del marxismo fue la postura del mismo Marx, y de Engels, y de Lenin: crear “conciencia” entre el proletariado pobre, explotado económicamente, para realizar el asalto al poder. La segunda ola, la del neomarxismo, quiere repetir ese esquema pero sin limitarse a la economía. Por eso busca otras minorías o mayorías oprimidas: mujeres, indígenas, homosexuales, negros, es decir, todos aquellos que puedan sentirse ofendidos y excluidos y a la vez tengan capacidad de protesta ruidosa, visible y social.

La tercera ola del marxismo ya ha asomado su cresta: es el descrédito continuo a las instituciones y la presión que busca hacer colapsar el conjunto de la sociedad a través del caos. Es aquí donde tienen su importancia los actos de vandalismo. Al cancelar la historia, las instituciones, los puntos de referencia y la autoridad, se crea un vacío de angustia y de incredulidad en todo lo que “había”: es el momento esperado por los oportunistas para dar el zarpazo y presentarse como la única opción viable.

Ahora ya entendemos los que quieren lanzarnos continuamente a la calle, a gritar, a destruir… y a servir a los que quieren ser nuestros amos.

Una de las estrategias para acelerar la insignificancia social de la fe

Estamos llamados, en cuanto cristianos, a ser mansos y humildes, pero no ingenuos ni cómplices de los ataques contra la fe.

En ciudades como Bogotá, y en otros sitios, se han difundido infografías que presentan como “lo más peligroso” para la propagación del coronavirus la realización de actos religiosos con asistencia de personas. Según esas imágenes y según los Decretos oficiales, ir a misa es más peligroso que ir a un restaurante o a una plazoleta de comidas en un centro comercial.

Los católicos no debemos ser ilusos: estamos claramente ante actos de discriminación disfrazados de “medidas de protección.” Y debemos tomar nota de quiénes son los líderes políticos que empujan esas agendas contra nuestra fe porque cuanto más poder tengan mayor será su hostigamiento.

No caeremos en la trampa de ser violentos pero tampoco nos envolverán con sus mentiras bien maquilladas.

¡Viva Cristo Rey!

Joe Biden pretende que su fe católica guía su vida

“La realidad es que Biden apoya el aborto, la ideología de género y el ataque a la libertad religiosa que supone obligar a instituciones católicas a contratar para sus empleados seguros de salud médico que incluyen métodos anticonceptivos y abortivos. Todo ello fue la causa de que el pasado 28 de octubre se le denegara la comunión al político demócrata por parte del P Robert Morey, párroco de la parroquia de San Antonio en la diócesis de Charleston, Carolina del Sur…”

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Aprender a ayudar en tiempos de COVID19

La epidemia de COVID19 se extiende por el mundo aumentando su fuerza en unos lugares y decreciendo en otros. Si tu región o país está siendo azotada por un número considerable de contagios, o incluso de defunciones, las siguientes sugerencias generales pueden servirte como guía cuando se trata de ayudar a personas afectadas, incluyendo tus familiares. Estas recomendaciones se aplican a las situaciones propias de casa.

1. Sigue siempre las indicaciones de los médicos, incluyendo las decisiones difíciles que pueden darse si se llega al caso en que hay que hospitalizar al paciente.

2. En cualquier caso, conviene llevar registros periódicos, ojalá escritos y ordenados, de los signos y síntomas más importantes: temperatura, presión arterial, nivel de dolor, posible dificultad o no para respirar, sensibilidad del olfato y del gusto. Los médicos apreciarán mucho esa información ordenada.

3. Permanece atento y trata de anticiparte en cuanto a las necesidades básicas de la persona afectada: frío o calor; líquido suficiente; medicamentos a mano; alimentación adecuada. Intenta crear un ambiente seguro, estable y en la medida de lo posible, confortable.

4. Tu conocimiento de la persona afectada es muy importante para tratar de hacer más llevadero el tiempo de cuarentena estricta. piensa en términos de lectura, entretenimiento, alguna actividad física, si está recomendada, etc.

5. Facilita que la persona pueda comunicarse con el mundo exterior, no solo para una emergencia (lo cual es obvio) sino también para su vida cotidiana. En el caso de la mujer suele ser recomendable que haya otra mujer con la que pueda expresar sus inquietudes o posibles malestares.

6. Evita preguntar excesivamente “cómo está” la persona afectada, y comparte con otros, incluidos parientes y amigos, esta misma advertencia de no preguntar demasiada información. El tener que describir unos mismos síntomas a tantas personas suele ser tensionante y agotador. Es preferible que en el círculo familiar haya uno o dos que hagan ese tipo de preguntas.

7. Evita que cada persona que habla con el paciente termine dándole nuevos diagnósticos o nuevos remedios. Esto causa preocupación, incertidumbre y puede perjudicar el camino terapéutico que hayan señalado los verdaderos especialistas.

8. Muchas personas se acercan a Dios y a la oración en estas circunstancias. Facilita que puedan conectarse con aquellos programas de televisión, conversaciones telefónicas o servicios de Internet que les dan fortaleza interior. Con las precauciones y normas adecuadas, ora con la persona afectada, si así lo desea, aunque sin causar agotamiento ni hacer presión emocional de ninguna clase.

9. Cuidar el estado de ánimo es fundamental en esta situación de salud, como sucede en todo lo que somos y hacemos los seres humanos. Se dan casos de personas que se sienten culpables o que viven en un estado de alteración de nervios por contagiar o por poder contagiar a otros. Lo correcto es tomar muy en serio las medidas de bioseguridad que recomiendan las entidades de salud sin dramatizar las cosas ni permitir que la persona afectada se culpabilice innecesariamente.

10. ¡Y cuida tú también tu propio estado de ánimo y tu fortaleza interior! Una crisis de COVID19 puede durar desde unas pocas semanas hasta varios meses. Dosifica tus fuerzas, siempre en estado de observación y una actitud de servicio.

El Señor nos bendiga, nos proteja, nos sane y nos guíe por su camino ahora y siempre.

Censurado por no censurar

“La censura solía ser un instrumento de un gobierno autoritario para silenciar opiniones y noticias que le molestaban. Ahora, en sociedades democráticas, la censura puede provenir de grupos que se sienten ofendidos por opiniones discrepantes de otros. El modo más expeditivo para purgar una voz fuera del coro es calificarla de “discurso del odio”…”

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