Las Catequesis de la Misericordia, 4 de 6, Jesucristo, Rey de Misericordia

[Predicación en el Cuarto Congreso de la Divina Misericordia, de la Arquidiócesis de Chicago.]

Tema 4 de 6: Jesucristo, Rey de Misericordia

* En el Antiguo Testamento abundan las señales de la bondad y la compasión de Dios. Pero es sobre todo en la persona de Cristo en donde encontramos que brilla con mayor intensidad el amor de misericordia. San pedro, en Hechos 10, resume la vida de Cristo en las palabras. “Pasó haciendo el bien.” Ciertamente ese es nuestro programa de vida cristiana.

* ¿Quiénes son particulares destinatarios de la misericordia de Cristo? Podemos recordarlos usando cuatro veces la letra “p.” Son los pequeños, los pobres, los perdedores y los pecadores.

* En cuanto a los PEQUEÑOS, es decir, lo que están aún en el desarrollo de sus fuerzas y cualidades, hay que recordar dos cosas: que Cristo destaca la manera como los niños reciben el reinado de Dios; y que a la vez nos muestra que amar a los niños significa tomar actitudes y acciones robustas para defender su inocencia, de modo que no sean discípulos del mal.

* Aprendemos así que la misericordia no es un simple sentimiento dulce sino que ha de traducirse en actos que defienden al inocente y al pequeño.

Las Catequesis de la Misericordia, 3 de 6, Misericordia día a día

[Predicación en el Cuarto Congreso de la Divina Misericordia, de la Arquidiócesis de Chicago.]

Tema 3 de 6: Misericordia día a día

* A veces se cree que los destinatarios de la misericordia son solamente los que pasan por circunstancias particularmente duras, como son los accidentes, las catástrofes, la pobreza extrema o el pecado más tenebroso.

* La verdad es que, a poco de examinar nuestra propia vida en su cotidiana realidad, encontramos que el lenguaje que Dios ha usado y usa con nosotros todo el tiempo es siempre don, siempre misericordia.

* Esto supone un cambio en nuestra manera de tratar a las demás personas. Por ejemplo, cada persona ha de llegar a este mundo con la certeza de ser un regalo, y no de ser objeto de un derecho, producto de un diseño o solución de un problema de alguien más.

Las Catequesis de la Misericordia, 2 de 6, Pasado, Presente y Futuro

[Predicación en el Cuarto Congreso de la Divina Misericordia, de la Arquidiócesis de Chicago.]

Tema 2 de 6: Pasado, Presente y Futuro

* Dios, nuestro Dios, es generoso sobre toda medida. Su generosidad es especialmente patente cuando nos concede su misericordia, precisamente porque el amor de compasión no es debido sino solamente donado.

* ¿En dónde experimentamos esa misericordia? Ante todo, en la línea del tiempo, es decir, en la secuencia que va desde nuestro pasado y presente hacia el futuro.

* Experimentar misericordia en nuestro pasado es poder entregarlo en manos de Dios. La mejor manera de liberarse de antiguos resentimientos y dolores es seguir la espiritualidad del Padrenuestro con oraciones como esta: “Señor, cumple en (tal persona) tu voluntad…”

* Nuestro presente se llena de la misericordia divina cuando comprendemos que no decidimos solos. Y nuestro futuro se llena de la misericordia cuando estamos ciertos de que el señorío de Dios e levanta por encima de todo principado, poder y majestad.

Las Catequesis de la Misericordia, 1 de 6, Necesidad de la misericordia

[Predicación en el Cuarto Congreso de la Divina Misericordia, de la Arquidiócesis de Chicago.]

Tema 1 de 6: Necesidad de la misericordia

* Enseña Santo Tomás de Aquino que frente a las dificultades seguimos una de estas dos respuestas: o luchamos o aceptamos. Se necesita sabiduría para discernir cuándo enfrentar las cosas y cuándo aceptarlas. Pero además se necesita sabiduría para saber lucha cuando hay que luchar, y cómo asumir las cosas cuando toca asumirlas.

* Cuando la lucha se llena de arrogancia, o cuando la aceptación se llena de depresión terminamos fallando no sólo ante Dios sino también en contra de nosotros mismos.

* La misericordia divina, señal elocuente y patente de su presencia, nos preserva de estos males. por eso no hay quien no necesite de misericordia.

Teología de la Sanación, 1 de 4, Obras de Misericordia

[Retiro para la Comunidad Parroquial de “El Señor de los Milagros” en Santa Marta.]

Tema 1 de 4: Las curaciones que realiza Cristo son obras de su compasión

* ¿Qué mueve a Cristo en su ministerio de sanar a los enfermos? Es evidente su compasión pero debemos notar que no se trata solamente de un sentimiento.

* El ser humano es imagen de Dios, nos enseña el Génesis. esa imagen queda deformada por todo aquello que atenta contra la dignidad humana, y principalmente entonces, por el pecado.

* La sanación es, entonces, un camino de restauración de la belleza original que Dios ha querido para cada uno de nosotros. Es un concedernos retornar al plan original suyo: aquello que hemos perdido por nuestras faltas y por la manera como nos han afectado las faltas de los demás.

* ¿Por qué permanecemos ciegos a la fealdad que el pecado trae a la vida? Porque solemos ponernos anteojos que ocultan ciertos tonos y colores. Los principales anteojos de ese disimulo son: (1) “Es normal…” (2) “Es lo actual, es moderno, hoy se piensa o se obra así…”; (3) “Yo no soy ningún santo…”; (4) El fin justifica los medios.

* Ciertamente necesitamos de la luz y la gracia de Cristo para arrojar esos anteojos, ver nuestra realidad y dejar a Dios ser Dios en cambiar nuestra vida.

La Vocación, 12 de 16, Amor de caridad

[Retiro espiritual en el Monasterio de la Inmaculada Concepción, en Floridablanca, Santander, Colombia. Julio de 2013.]

Tema 12 de 16: Amor de caridad

* El Concilio Vaticano II apunta al corazón de la vida consagrada con el título que ha querido dar al Decreto sobre los institutos religiosos: Perfectae Caritatis. De lo que se trata es siempre, y en primer lugar, de amar.

* Toda forma de consagración dentro de la Iglesia es un llamado del amor y un servicio de amor. Puede decirse que, faltando el amor, se puede todavía empujar una vida de consagración, por lo menos por un trayecto, pero sólo como quien remolca un carro sin motor.

* Ahora bien, no todo amor corresponde al ejemplo y camino propuesto por Cristo. Para su funcionamiento, la sociedad requiere de “amor de transacción” en el cual es natural esperar una contraprestación. Pero Cristo anuncia e instaura el Reino desde el “amor de caridad,” aquel que apunta de modo directo al bien que se quiere propiciar, y no a los merecimientos previos ni a las utilidades futuras.

* Este amor de caridad, o amor de gracia, o amor de misericordia, es el que hace posible la vida de los pequeños, los débiles y los excluidos. Es el tipo de amor que puede verdaderamente volverse al prójimo porque no busca el agrado, ni tampoco juega con la imaginación, sino que se fundamenta en el dato teológico firme y fundamental de la imagen de Dios en el hermano; imagen quizás deformada, oscurecida o sepultada pero siempre presente.

* Lo que amamos en el hermano no es entonces lo que resulte amable de lo que ahora es, sino aquello que llegará a ser precisamente por la acción transformante del amor que Dios le ofrece, por ejemplo, a través nuestro.

Renovar en Cristo la vida, 2 de 4, Misericordia de verdad

[Retiro con la Fundación MOCE, de Palmira, Colombia, en Julio de 2013.]

Tema 2 de 4: Misericordia de verdad

* El camino de la misericordia empieza por la experiencia de un amor superabundante, perfectísimo, compasivo y fiel.

* La misericordia siempre es fuerza hacia el bien objetivamente considerado. El bien puramente subjetivo mira sólo a la propia conveniencia o gusto. La misericordia no es puro sentimiento; requiere de luz y sabiduría para detectar y ver cómo favorecer el mayor bien real.

* Toda misericordia implica llegar a la acción: crear una realidad nueva. No es pura percepción ni escueto sentimiento. De suyo, la misericordia quiere lograr algo.

* La misericordia apunta al Bien Mayor, al bien por excelencia, que es Dios mismo. No se limita a lo físico y visible, sino que no quiere detenerse antes de llegar a los brazos del Padre celestial.