LA GRACIA 2023/07/29 El dinamismo de la fe y del amor

MEMORIA DE SANTA MARTA DE BETANIA

La fe no existe si no está cambiando tu vida, el amor no existe si no está renovando tu corazón. La fe no existe si no te pone en camino, el amor no existe si no te hace caminar.

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Teología de la Sanación, 4 de 4, Contagio de Vida

[Retiro para la Comunidad Parroquial de “El Señor de los Milagros” en Santa Marta.]

Tema 4 de 4: Contagio de vida

* Ejercicio de “Lectio Divina” a partir del texto del encuentro entre Jesús y el leproso que le suplica: “Si quieres, puedes sanarme.”

* La Ley de Moisés prohibía que el enfermo tocara al sano, porque el enfermo contagiaría de su mal al sano. Jesús muestra que existe el contagio del bien: su salud contagia al leproso, es decir, lo sana.

* Y contagiados por el bien de Cristo, somos capacitados para contagiar a otros: eso se llama evangelización.

Teología de la Sanación, 3 de 4, Comienzo de un lenguaje entre Dios y el hombre

[Retiro para la Comunidad Parroquial de “El Señor de los Milagros” en Santa Marta.]

Tema 3 de 4: Comienzo de un lenguaje entre Dios y el hombre

* Para mucha gente la sanación es como el culmen de su relación con Dios. Sentirse libres de sus limitaciones y enfermedades es lo que más anhelan y por eso, si Cristo les concede esa deseada curación, ello parece como la cumbre y el máximo de su experiencia del amor divino.

* Lo que leemos en la Escritura es muy diferente. Sanarse, sentir la caricia de Dios Padre, poder asirnos a su mano extendida y amorosa, es sólo el comienzo. Cristo no quiere solamente reparar el barco: quiere darle luz y salud al piloto.

* Cabe suponer, incluso, que en su providencia, Dios retrasa algunas de las peticiones que le hacemos porque no nos ve listos para administrar los bienes que Él mismo quiere darnos.

* Avanzar en la sanación consiste, entonces, en no interrumpir la obra divina: al curarnos, él estaba renovando nuestro ser; que esa renovación llegue hasta lo profundo de nuestra alma y de cada una de nuestras decisiones.

Teología de la Sanación, 2 de 4, Señales del Reino de Dios

[Retiro para la Comunidad Parroquial de “El Señor de los Milagros” en Santa Marta.]

Tema 2 de 4: Las curaciones y milagros son señales del Reino de Dios

* Un signo es algo pequeño que remite a algo mucho mayor, como el humo remite al fuego. Uno ve en los Evangelios que cristo parte de realidades muy cercanas a nosotros, y muy materiales, para llevarnos a realidades menos accesibles y más espirituales. Por ejemplo, en Juan 6, de la multiplicación del pan material a la conciencia de que Cristo es el Pan vivo bajado del Cielo, Pan abundante que de verdad sacia el hambre más profunda del corazón humano.

* Según eso, podemos esperar que sus milagros sean más que actos de compasión para personas específicas. La verdad es que son señales de la llegada del Reino de Dios. Esto puede examinarse en cinco curaciones típicas de su ministerio:

(1) La lepra destruye el tejido y asila al enfermo. Otro tanto hace el pecado en el pecador. Cristo sana al leproso y perdona y da conversión al pecador.

(2) La ceguera hace que uno no reconozca los peligros ni sepa de dónde viene verdadero auxilio. Otro tanto hace la ignorancia en el que desconoce a su Dios. Cristo es luz para todos.

(3) La sordera rompe la comunicación. Sordos estamos a la Palabra divina. En Cristo el amor se ha vuelto cercano y comprensible.

(4) La parálisis nos encierra en una prisión de inmovilidad. El pecado nos encarcela en nuestros exiguos intereses. Viene Cristo y abre esa cárcel y nos hace capaces de servir.

(5) Cristo volvió a la vida (re-vivificó) a algunos que habían fallecido, como es el caso de Lázaro. cristo da vida nueva al que cree en él.

Teología de la Sanación, 1 de 4, Obras de Misericordia

[Retiro para la Comunidad Parroquial de “El Señor de los Milagros” en Santa Marta.]

Tema 1 de 4: Las curaciones que realiza Cristo son obras de su compasión

* ¿Qué mueve a Cristo en su ministerio de sanar a los enfermos? Es evidente su compasión pero debemos notar que no se trata solamente de un sentimiento.

* El ser humano es imagen de Dios, nos enseña el Génesis. esa imagen queda deformada por todo aquello que atenta contra la dignidad humana, y principalmente entonces, por el pecado.

* La sanación es, entonces, un camino de restauración de la belleza original que Dios ha querido para cada uno de nosotros. Es un concedernos retornar al plan original suyo: aquello que hemos perdido por nuestras faltas y por la manera como nos han afectado las faltas de los demás.

* ¿Por qué permanecemos ciegos a la fealdad que el pecado trae a la vida? Porque solemos ponernos anteojos que ocultan ciertos tonos y colores. Los principales anteojos de ese disimulo son: (1) “Es normal…” (2) “Es lo actual, es moderno, hoy se piensa o se obra así…”; (3) “Yo no soy ningún santo…”; (4) El fin justifica los medios.

* Ciertamente necesitamos de la luz y la gracia de Cristo para arrojar esos anteojos, ver nuestra realidad y dejar a Dios ser Dios en cambiar nuestra vida.