Con motivo del Encuentro de Familias en Dublín

Si yo no viera a Cristo bebiendo su cáliz no tendría fuerzas para beber el mío ni para entender que, por su piedad, en realidad bebemos del mismo.

¡Cómo sangras por los golpes que te dan los de fuera! Eso ya se sabía. Pero, ¿cómo entender que te apartes del agua limpia de tu Esposo y Señor, y prefieras lavarte con agua inmunda, la que te da el mundo, con la falsa promesa de hacer caso a tus voces?

Tan grave es tu enfermedad que no quieres enterarte de que estás enferma. Caen sobre ti las palabras de Isaías: ahora quieres llamar bien al mal, y por fuerza terminas entonces llamando mal al bien.

Pero Dios no te ha desechado. Los que hoy te drogan con doctrinas que niegan el pecado, y así oscurecen la salvación, no tendrán la voz para siempre. No importa si veo la victoria en el breve espacio de mi vida terrena. Sé que un día con estos ojos la veré.

#MeDuelesIglesia

Curso Bíblico Básico (4 de 4)

Segunda parte sobre el NT, y Conclusión. Relación mutua entre el Antiguo y el Nuevo testamento, que están entre sí como el hambre y el alimento. Importancia de Romanos 7,24, que puede decirse que resume al AT. Características más salientes de cada uno de los cuatro evangelios. Importancia del género epistolar en el NT. Algo sobre el valor de los símbolos en el Apocalipsis.

Curso Bíblico Básico (3 de 4)

Jesús en el centro de la Biblia: En el centro de la revelación que nos ofrece la Sagrada Escritura está la persona de Cristo. La Iglesia quiere que evitemos dos extremos: la ignorancia de la Biblia y la idea de la interpretación privada de la Biblia. La Iglesia protege a la Biblia, en su texto, su contexto y su sentido, y la Biblia protege a la Iglesia conservándola en la verdad de Dios que ella revela, y que tiene su culminación en Jesucristo; particularmente en la Pasión de Cristo.

Curso Bíblico Básico (2 de 4)

Una mirada al Antiguo Testamento: El protagonista central del AT es el pacto con Moisés, en la que concurren varias cosas: (1) El sentido de la verdadera liberación, que conlleva servir a Dios desde la gratitud y el amor; (2) El enunciado de los mandamientos, que según nos muestra Jesús, tienen un valor permanente; (3) El comienzo de una historia de alianza. Precisamente ahí revela su límite el AT, porque logra mostrar el bien pero no da las fuerzas para alcanzar ese bien. En este sentido, el AT queda como una pregunta abierta, como un grito de dolor que clama, a la espera de la salvación. Véase Isaías 63,15-19.