¿Fueron invasores de Palestina los primeros israelitas?

Padre, si los israelitas llegaron a territorios (la tierra prometida) que YA ESTABAN ocupados por diferentes grupos humanos, se puede afirmar que los israelitas son invasores que vinieron a invadir territorios habitados y a desplazar a sus ocupantes? Con qué derecho ellos vienen a desplazar a los habitantes de estas tierras ? — D.T.

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¡Es muy buena pregunta! Y de muy difícil respuesta, por dos razones principalmente:

1. Carecemos de datos objetivos suficientes para hacernos una idea completa de qué sucedía en aquella región hacia los siglos XIII y XII a.C. Lo que parece seguro es que aquella tierra estaba básicamente bajo dominación egipcia; sin embargo, era lugar de tránsito y de comercio relativamente intenso y carecía de cohesión.

2. Es natural nuestra tendencia a transportar a aquel tiempo nuestras concepciones actuales sobre lo que significa poseer: nuestra tendencia es usar nuestro concepto de “ser dueño” a esa época que, por el contrario, estaba narcada por la fluidez, las invasiones, la movilidad y las luchas entre clanes. Esto significa que lo que hoy entendemos por “mi derecho”, “tu derecho” o “el derecho de ellos” muy difícilmente puede trasladarse a aquellos siglos y lugares.

Un ejemplo interesante de cómo tenemos una enorme distancia cultural con esa región y esa época está en el uso de la palabra “filisteo.” Muchas personas tienden a pensar que los filisteos eran una especie de federación o de país y que ellos fueron invadidos por los israelitas. La verdad es que los filisteos mismos fueron invasores de los cananeos, nombre muy genérico con el que podemos identificar una multitud de pequeños pueblos y clanes que habitaban esa tierra en aquel momento (hacia el 1175 a.C.). Al respecto son ilustrativos los estudios de Mariam Shahin.

Según esto, difícilmente puede hablarse de una “invasión” israelita. El grupo israelita vino a ser, a lo mucho, un grupo más que usó y peleó por una faja de tierra en permanente disputa desde siglos atrás.

De hecho, hay autores, como Finkelstein y Silberman, que en su erudita obra “La Biblia desenterrada,” consideran que la presencia israelita fue mucho más discreta y su llegada mucho más procesual de lo que nos describe, sobre todo, el Libro de Josué en la Biblia. De esta obra cito:

“No hay señales de invasión violenta ni siquiera de infiltración de un grupo étnico claramente definido. En cambio, parecía ser una revolución en el estilo de vida. En las anteriormente escasamente pobladas tierras altas, desde las colinas de Judea en el sur hasta las colinas de Samaria en el norte, lejos de las ciudades cananeas que estaban en proceso de colapso y desintegración, surgieron repentinamente unas doscientas cincuenta comunidades en las cimas de las colinas.”

Un dato que parece corroborar este enfoque es que prácticamente no hay evidencia extrabíblica de grandes batallas o conflictos, como sería de esperar si estuviéramos hablando de una invasión. Y no es por falta de interés en la zona porque, como se ha dicho, era región de tráfico humano, comercial y militar desde tiempos antiguos.

En conclusión: la historia de aquella tierra y aquel tiempo es compleja y no corresponde a nuestras ideas actuales de lo que es habitar o posser un terreno. Se trata de una zona en continua evolución con la intervención de diversos pueblos y etnias. No hay un rastro histórico de una invasión armada o de desplazamiento forzado sino que la versión bíblica parece referirse a algunas de las muchas batallas que aquellos pueblos diversos tuvieron entre sí.

El Patriarcado latino de Jerusalén condena la actuación del estado de Israel en la escalada violenta de estos días

“El Patriarcado latino de Jerusalén asegura en un comunicado que todos los responsables de las Iglesias de Tierra Santa están «consternados y preocupados» por los hechos de violencia en Jerusalén Oriental, en la mezquita de al-Aqsa y en Sheikh Jarrah, ya que violan «la santidad del pueblo y de la ciudad» que debiera ser fuente «de paz»…”

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Las tres grutas místicas de Tierra Santa

“En la época de Constantino existían en la zona de Jerusalén y al sur de la ciudad tres grutas místicas muy importantes para los cristianos: la de la Natividad, la del Calvario y la del monte de los Olivos. Eran tan importantes para los cristianos, que el emperador Constantino creyó conveniente honorarlas oficialmente con la construcción de espléndidos edificios religiosos que son un gran tesoro hasta en la actualidad por lo importante que conmemora, tres eventos trascendentales en la vida de Jesús…”

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Si el Reino del Norte (Israel) fue extinguido, ¿cómo dice Cristo que reunirá a las ovejas de Israel?

Buen día padre, tengo una duda. Si en la época de Roboam el pueblo de Dios se dividió en dos: Israel (reino del norte) y Judá (reino del sur) y después prácticamente desapareció el reino del norte, por qué Jesús habla de las ovejas perdidas de Israel. Gracias por su respuesta y Dios lo bendiga. — S.B.

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Conozco dos explicaciones, ambas muy bellas, sobre el uso del nombre de Israel en tiempos de Jesús.

1. Debe tenerse en cuenta que el pueblo elegido, el pueblo de Dios, utilizó muchos nombres para referirse a sí mismo para destacar distintos aspectos de su propio ser. Por eso encontramos textos en los que se habla de José, que fue uno de los hijos de Jacob, o se habla de Efraín, que fue uno de los hijos de José, o se habla de Israel, que es otro nombre para el mismo Jacob. Con frecuencia estos distintos nombres hacen alusión a la cercanía del amor de Dios por Jacob y su descendencia. Así que al referirse a Israel, posiblemente Jesús estaba haciendo alusión al conjunto del pueblo elegido, que se hallaba disperso, como él mismo dice: “ovejas sin pastor.”

2. Por otra parte sabemos que el nombre de Israel es ambiguo porque puede referirse al conjunto del pueblo, en cuanto que Jacob e Israel denotan a la misma persona, o puede referirse estrictamente al reino de Israel, el reino del Norte. Si Jesús quería hacer referencia al reino del Norte, su manera de hablar también tiene un gran significado; en efecto, en los anuncios de los Profetas se hablaba de la restauración del Reino del Norte; así por ejemplo en Ezequiel 36. Esta restauración parecía imposible a ojos humanos porque la invasión del imperio Asirio había provocado prácticamente la extinción del Reino del Norte; pero Dios anuncia por medio de Ezequiel, y también a través de otros profetas, que realizará esa maravillosa restauración. Se trata claramente de un anuncio mesiánico y escatológico, referido a los últimos tiempos y a la victoria decisiva de Dios. Así pues, cuando Cristo habla de buscar a las ovejas perdidas de Israel, está también declarando que han llegado esos tiempos últimos y definitivos.

El punto de vista palestino ante los recientes incidentes y muertes en Gaza

“El padre Jamal Khader, palestino, es párroco de la Sagrada Familia en Ramallah. Sacerdote en el Patriarcado latino de Jerusalén, es profesor de Teología Dogmática en el seminario de Beit Jala y en la Universidad de Belén. Ha pasado por la sede de la Casa Árabe en Madrid para dar una conferencia sobre los 70 años de la Nakba, por la que miles de palestinos tuvieron que huir de sus hogares tras la creación del Estado de Israel en 1948…”

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Bendecir la tierra de Israel

Buenas noches padre, tengo una consulta, he escuchado a pastores y a un a sacerdotes decir que el que maldijere a la tierra de Israel seria maldecido, y el que bendijere y orare por la tierra de israel seria bendecido, yo tengo duda con lo que esta pasando con la tierra palestina en donde Israel esta haciendo ataques severos. ¿Cuál es su opinion al respecto? – E.B.

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Hay que reconocer que espiritualmente recibimos una herencia preciosa de Israel: son como nuestros padres en la fe, y hay que tratarlos como se trata a los papás. Pero eso no significa que uno apruebe todo lo que hacen los papás!

Sobre todo es importante entender que ninguna maldición saldrá de nuestra boca para nada ni para nadie.

Y en cuanto a bendecir, bendecimos las personas, las historias, los buenos propósitos. No bendecimos los desmanes ni los egoísmos ni las venganzas.

Discurso del Papa Francisco ante el Presidente del Estado de Israel

“La construcción de la paz exige sobre todo el respeto a la libertad y a la dignidad de la persona humana, que judíos, cristianos y musulmanes consideran igualmente creada por Dios y destinada a la vida eterna. A partir de este punto de referencia que tenemos en común, es posible proseguir en el empeño por una solución pacífica de las controversias y los conflictos. A este respecto, renuevo el deseo de que se eviten, por parte de todos, las iniciativas y los actos que contradicen la declarada voluntad de alcanzar un verdadero acuerdo y de que no nos cansemos de perseguir la paz con determinación y coherencia…”

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Invitación a Lumen Fidei, 03 de 10, Israel

[Estudio introductorio a la Encíclica Lumen Fidei, del Papa Francisco. Predicación en los Monasterios de las Dominicas Contemplativas de Murcia y de Lerma, en España, Octubre de 2013.]

Tema 3 de 10: Israel

* El caminar en el desierto supone una fe compartida. El acto personalísimo de creer no se opone sino que se sostiene y a la vez ayuda a alimentar la experiencia comunitaria del creer.

* La presencia de un mediador, Moisés, no es solamente un acto de liderazgo: implica la confianza que lleva a poyarse en lo que otro ha vivido, orado y sufrido; a la vez, el mediador es garante de la unidad en la confesión de la fe del pueblo.

* En el caminar por el desierto el pueblo se ve tentado por la idolatría. ¿Qué es un ídolo? Es el resultado de nuestra impaciencia y nuestro deseo de no soltar el control. El ídolo es obra de nuestras manos y por eso no da sorpresas; en realidad no llama a salir.

* El Dios verdadero, por el contrario, desinstala. Un ejemplo importante se da con la Sagrada Escritura misma: tendemos a omitir o tratar de domesticar aquellos pasajes que nos incomodan. Decimos que son asuntos culturales, de un tiempo remoto, de una cultura primitiva, de un modo de conocer cargado de fantasía e irrealidad. De ese modo quisiéramos limitar la fuerza del llamado de Dios. Mejor sería descubrir que en aquello que más me interpela Dios quiere tocar aquellas áreas de mi vida que, porque siento más mías, son quizás las que más necesitan de Él.

La cercania gratuita de Dios

20 Cualquier experiencia religiosa auténtica, en todas las tradiciones culturales, comporta una intuición del Misterio que, no pocas veces, logra captar algún rasgo del rostro de Dios. Dios aparece, por una parte, como origen de lo que es, como presencia que garantiza a los hombres, socialmente organizados, las condiciones fundamentales de vida, poniendo a su disposición los bienes necesarios; por otra parte aparece también como medida de lo que debe ser, como presencia que interpela la acción humana —tanto en el plano personal como en el plano social—, acerca del uso de esos mismos bienes en la relación con los demás hombres. En toda experiencia religiosa, por tanto, se revelan como elementos importantes, tanto la dimensión del don y de la gratuidad, captada como algo que subyace a la experiencia que la persona humana hace de su existir junto con los demás en el mundo, como las repercusiones de esta dimensión sobre la conciencia del hombre, que se siente interpelado a administrar convivial y responsablemente el don recibido. Testimonio de esto es el reconocimiento universal de la regla de oro, con la que se expresa, en el plano de las relaciones humanas, la interpelación que llega al hombre del Misterio: « Todo cuanto queráis que os hagan los hombres, hacédselo también vosotros a ellos » (Mt 7,12). [Cf. Catecismo de la Iglesia Católica, 1789; 1970; 2510.]

21 Sobre el fondo de la experiencia religiosa universal, compartido de formas diversas, se destaca la Revelación que Dios hace progresivamente de Sí mismo al pueblo de Israel. Esta Revelación responde de un modo inesperado y sorprendente a la búsqueda humana de lo divino, gracias a las acciones históricas, puntuales e incisivas, en las que se manifiesta el amor de Dios por el hombre. Según el libro del Éxodo, el Señor dirige a Moisés estas palabras: « Bien vista tengo la aflicción de mi pueblo en Egipto, y he escuchado su clamor en presencia de sus opresores; pues ya conozco sus sufrimientos. He bajado para librarle de la mano de los egipcios y para subirle de esta tierra a una tierra buena y espaciosa; a una tierra que mana leche y miel » (Ex 3,7-8). La cercanía gratuita de Dios —a la que alude su mismo Nombre, que Él revela a Moisés, « Yo soy el que soy » (Ex 3,14)—, se manifiesta en la liberación de la esclavitud y en la promesa, que se convierte en acción histórica, de la que se origina el proceso de identificación colectiva del pueblo del Señor, a través de la conquista de la libertad y de la tierra que Dios le dona.

Este Compendio se publica íntegramente, por entregas, aquí.

Catequesis sobre el desierto, 3 de 5

Catequesis sobre el desierto. Tema 3 de 5: El desierto de Israel

* El caminar de Israel en el desierto, por su extensión y profundo impacto, ha quedado como referencia de lo que significa esta palabra desde el punto de vista de la fe. El Israel que entró no fue el mismo que salió.

* Tal transformación es fruto de un proceso: el desierto hace aparecer la verdad; así son visibles y pueden ser destruidos los ídolos; así se puede preferir a Dios y experimentar su amor; así llega uno a ser distinto.

* Revisemos algunos eventos más significativos del peregrinar de Israel por el desierto. Si nuestra cultura vive entre-tenida (y también re-tenida por el mundo), y vive distraída (es decir, halada por todo tipo de intereses), el desierto obliga con su monotonía a preferir la sobriedad.

* La experiencia del maná les hizo palpar la providencia divina, y en la escena del agua que brota de la roca el pueblo puede reconocerse del todo dependiente de Dios.

* Cuando son atacados por las serpientes, Dios quiere que miren a al serpiente de bronce en el estandarte–un símbolo de que el enemigo no puede esconderse de la mirada de Dios. Así aquella serpiente se convierte en lugar de encuentro de miradas, y por lo mismo, percepción de cómo Dios hace y reconstruye lo que es suyo.

* Pero el acontecimiento central es la alianza. Es sobre todo Moisés quien va delante del pueblo en cuanto a la fe, y por eso es el primero que descubre que el pacto con Dios no consiste simplemente en mejorar este mundo, sino que ya es anuncio de respuesta al anhelo más hondo del corazón humano: la comunión con Dios.

ATENCIÓN: Enlace para las Cinco Catequesis. Puedes también bajar los apuntes de los cinco temas en PDF.