La herencia de Benedicto XVI, agenda del Papa Francisco

“¿Cuál es la herencia que Benedicto XVI deja a su Sucesor? La respuesta a esta pregunta pasa a través del entero pontificado del Papa emérito, teólogo profundo, creyente enamorado, humilde trabajador en la viña del Señor y, sobre todo ahora, peregrino de Dios en el silencio de la adoración y en la oración de intercesión…”

Benedicto y Francisco

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ESCUCHA, El peregrinar de la fe

[Predicación al Grupo de Oración de la Parroquia de Santa Margarita de Escocia, en Morristown, NJ, Marzo de 2013.]

* Es característico de las religiones paganas ver el trato con los dioses como una repetición o prolongación del trato de intercambio, trueque comercio que se da entre seres humanos.

* Según esa visión de las cosas, a cada necesidad humana hay que dar un “pago” a los dioses, que a menudo consiste en una forma de sacrificio proporcional a lo que se quiere obtener. En casos particularmente difíciles habrá que ofrecer la muerte de personas humanas.

* Todo cambia en Génesis capítulo 12, cuando Dios habla con Abraham y marca de manera unilateral, gratuita e irreversible una línea, una flecha que señala un antes y un después; un origen, camino y meta.

* Pero aún más importante es descubrir que este Dios le promete a Abraham su presencia y su guía: Dios hace el camino con su amigo, y le invita a buscar cada día la cercanía y la presencia del Señor.

* El peregrinar exterior engendra así un peregrinar interior, que se nota más en otros ejemplos bíblicos, como sucedió a los israelitas en el desierto: a medida que avanzaban sus pies, llegaban también a palpar sus propias rebeldías y resistencias interiores.

* El fruto de ese peregrinar exterior y sobre todo interior es una experiencia intransferible e imborrable de la presencia de Dios. Revestido de esa certeza, el creyente es como aquella casa que está verdaderamente cimentada sobre roca (Mateo 7).

La revelacion del Amor trinitario

30 El testimonio del Nuevo Testamento, con el asombro siempre nuevo de quien ha quedado deslumbrado por el inefable amor de Dios (cf. Rm 8,26), capta en la luz de la revelación plena del Amor trinitario ofrecida por la Pascua de Jesucristo, el significado último de la Encarnación del Hijo y de su misión entre los hombres. San Pablo escribe: « Si Dios está por nosotros ¿quién contra nosotros? El que no perdonó ni a su propio Hijo, antes bien le entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará con él graciosamente todas las cosas? » (Rm 8,31-32). Un lenguaje semejante usa también San Juan: « En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó y nos envió a su Hijo como propiciación por nuestros pecados » (1 Jn 4,10).

31 El Rostro de Dios, revelado progresivamente en la historia de la salvación, resplandece plenamente en el Rostro de Jesucristo Crucificado y Resucitado. Dios es Trinidad: Padre, Hijo y Espíritu Santo, realmente distintos y realmente uno, porque son comunión infinita de amor. El amor gratuito de Dios por la humanidad se revela, ante todo, como amor fontal del Padre, de quien todo proviene; como comunicación gratuita que el Hijo hace de este amor, volviéndose a entregar al Padre y entregándose a los hombres; como fecundidad siempre nueva del amor divino que el Espíritu Santo infunde en el corazón de los hombres (cf. Rm 5,5).

Con las palabras y con las obras y, de forma plena y definitiva, con su muerte y resurrección,[Cf. Concilio Vaticano II, Const. dogm. Dei Verbum, 4: AAS 58 (1966) 819] Jesucristo revela a la humanidad que Dios es Padre y que todos estamos llamados por gracia a hacernos hijos suyos en el Espíritu (cf. Rm 8,15; Ga 4,6), y por tanto hermanos y hermanas entre nosotros. Por esta razón la Iglesia cree firmemente « que la clave, el centro y el fin de toda la historia humana se halla en su Señor y Maestro ».[Concilio Vaticano II, Const. past. Gaudium et spes, 10: AAS 58 (1966) 1033]

32 Contemplando la gratuidad y la sobreabundancia del don divino del Hijo por parte del Padre, que Jesús ha enseñado y atestiguado ofreciendo su vida por nosotros, el Apóstol Juan capta el sentido profundo y la consecuencia más lógica de esta ofrenda: « Queridos, si Dios nos amó de esta manera, también nosotros debemos amarnos unos a otros. A Dios nadie le ha visto nunca. Si nos amamos unos a otros, Dios permanece en nosotros y su amor ha llegado en nosotros a su plenitud » (1 Jn 4,11-12). La reciprocidad del amor es exigida por el mandamiento que Jesús define nuevo y suyo: « como yo os he amado, así amaos también vosotros los unos a los otros » (Jn 13,34). El mandamiento del amor recíproco traza el camino para vivir en Cristo la vida trinitaria en la Iglesia, Cuerpo de Cristo, y transformar con Él la historia hasta su plenitud en la Jerusalén celeste.

33 El mandamiento del amor recíproco, que constituye la ley de vida del pueblo de Dios,[Cf. Concilio Vaticano II, Const. dogm. Lumen gentium, 9: AAS 57 (1965) 12-14] debe inspirar, purificar y elevar todas las relaciones humanas en la vida social y política: « Humanidad significa llamada a la comunión interpersonal »,[Juan Pablo II, Carta ap. Mulieris dignitatem, 7: AAS 80 (1988) 1666] porque la imagen y semejanza del Dios trino son la raíz de « todo el “ethos” humano… cuyo vértice es el mandamiento del amor ».[Juan Pablo II, Carta ap. Mulieris dignitatem, 7: AAS 80 (1988) 1665-1666] El moderno fenómeno cultural, social, económico y político de la interdependencia, que intensifica y hace particularmente evidentes los vínculos que unen a la familia humana, pone de relieve una vez más, a la luz de la Revelación, « un nuevo modelo de unidad del género humano, en el cual debe inspirarse en última instancia la solidaridad. Este supremo modelo de unidad, reflejo de la vida íntima de Dios, Uno en tres personas, es lo que los cristianos expresamos con la palabra “comunión” ».[Juan Pablo II, Carta enc. Sollicitudo rei socialis, 40: AAS 80 (1988) 569]

Este Compendio se publica íntegramente, por entregas, aquí.

ESCUCHA, Dios Creador

Escuela de Vida Interior, Tema 22: Dios Creador

* Muchos asocian la enseñanza sobre la creación con el dato científico del “Big Bang,” que establece que el universo visible, tal como lo conocemos, proviene de una colosal explosión sucedida algo más de 13.500 millones de años. Pero, ¿es eso lo que enseña la Biblia? ¿Es la enseñanza sobre la creación un simple dato cosmológico que pueda demostrarse o negarse sobre la base objetiva del conocimiento que da la ciencia?

* La verdad es que el pueblo de Dios llegó a la fe en el Dios Creador por un camino muy distinto. Se puede decir que fue un camino “experiencial,” en el sentido de que ellos experimentaron su “nada” y en ella descubrieron que Dios está más allá de todo lo que existe y a la vez es sustento de todo lo que existe. El contexto para este descubrimiento fue, con gran probabilidad, el tiempo del destierro a Babilonia.

* Y para entender qué significó para los hebreos el destierro conviene hacer la comparación con el tiempo en que fueron liberados de la esclavitud en Egipto. En el libro del Éxodo se explica bien cómo el faraón egipcio pretendía actuar como dueño de vidas humanas, es decir, pretendía asumir el lugar de un “dios” que dispone quién tiene derecho a crecer, y quién puede multiplicarse. La victoria de YHWH sobre faraón no es sólo una prueba de fuerza sino sobre todo una demostración de quién es el verdadero Dios. Esto sucedió en el siglo XIII antes de Cristo.

* Unos siete siglos después, un general caldeo, Nabucodonosor, se burla con arrogancia de todo lo que es sagrado para los hebreos: profana, saquea y destruye el templo; asesina a los hijos del rey judío, Sedecías, y luego lo deja ciego y lo lleva como esclavo a Babilonia. La multitud de exiliados experimenta de modo espantoso la humillación, o podemos decir: el sabor de la muerte y la aniquilación. En contraste con lo que se narra en el Éxodo, esta vez parece que los dioses caldeos han sido más poderosos. Parece que YHWH es falso o no existe. Las contradicciones y preguntas quemantes se amontonan en la mente atribulada de ese grupo de desterrados.

* Para que sea mayor su dolor, los judíos saben para qué los han llevado a Babilonia: ellos son un pueblo, entre muchos otros, y su tarea es trabajar como esclavos en la edificación y embellecimiento de Babilonia. La confusión de lenguas no oculta el hecho de que los caldeos quieren levantar su ciudad hasta los cielos. Se supone que todos, incluidos aquellos judíos, deben servir a esa meta que parece la expresión más pura del orgullo y la idolatría. En el colmo de la humillación, los caldeos tratan las oraciones y cánticos de los judíos como si fueran materia de entretenimiento: “¡Cantadnos un cantar de Sión!”

* Desde su nada, los judíos se atreven a preguntarse qué ha sucedido para que lleguen a tal calamidad. Y dan varios pasos:

(1) Se dan cuenta que son pecadores. No se puede echar la culpa a nadie de fuera: el pueblo mismo debe reconocer que ha sido infiel, y que pecar tiene consecuencias. ya lo advirtieron los profetas, desde Amós, especialmente.

(2) Pero Dios no los ha extinguido. ¿Por qué? Si es verdad que nada merecen, sino muerte, cual ha sucedido a otros pueblos, y también a las Diez Tribus del Norte, que se llamaron “Israel,” ¿por qué ha sobrevivido el Reino del Sur, que se llamó “Judá”? La única explicación es el amor: ni siquiera la violencia y la arrogancia de los caldeos ha podido destruir el amor de Dios. Después de todo, parece que hay algo que es mayor y más fuerte que los horrendos dioses caldeos.

(3) Además, el odio y la violencia no son verdadera victoria. El pueblo que hoy oprime mañana será oprimido. A todo astuto le sale otro astuto peor, y cada violento debe esperar la hora de caer a manos de otro violento. El único triunfo es el del amor que permanece, es decir, el triunfo de la misericordia y la fidelidad, y ese es el triunfo del Dios verdadero. Lo demás es vanidad; es confusión, y se disuelve en el caos y en la nada.

* Dios aparece así como “el Dios de los comienzos,” el Dios que abre caminos insospechados; el Dios que, a partir de la nada, y sin pedir consejo ni ayuda a ningún otro, realiza su voluntad con poder, bondad y sabiduría. Sólo es Señor de todos, y su señorío es real y verdadero, en contraste con las vanas seguridades de los ídolos. Dios es Creador, y su actuar no se puede comparar con la de nadie porque a todos supera, y todos le son deudores.

* * *

Este tema pertenece al Capítulo 03 de la Escuela de Vida Interior; la serie completa de los diez temas de este Capítulo 03 está aquí:

is.gd/vida_interior_03

La serie de TODOS los temas de esta Escuela de Vida Interior está aquí:

is.gd/vidainterior

SANCTUS, ser comunidad o morir

[Predicación a la Comunidad SANCTUS – Santo Domingo Guzmán, de México, DF.]

* El mayor desafío que enfrenta la Iglesia en nuestro tiempos es la transmisión de la fe a la próxima generación. En muchas partes la fe de los papás ya no es la fe de los hijos. Casos como ele de Irlanda muestran que la práctica de la fe puede irse a mínimos en cosa de dos o tres generaciones.

* El ser humano pasa por varias crisis. Hay quien habla de las crisis de cada siete años. Entre los cuarenta y los cincuenta años de edad llega una crisis fuerte: la de afrontar que habrá cosas que ya NO voy a hacer. Es el momento de definir en la propia mente no lo que uno es sino lo que uno dejará, lo que uno habrá sido.

* Para quienes han vivido sólo atentos a su presente, esta crisis de la edad madura es especialmente dura porque implica darse cuenta que en ellos y con ellos murieron muchas cosas valiosas, por ejemplo: la práctica de la fe.

* Ser comunidad no es un favor que uno le hace a la Iglesia, sino una posibilidad, la única viable, de experimentar y transmitir con provecho la fe.

Los Catolicoperos

Tristemente y en los últimos tiempos estamos escuchando personas y grupos que hacen de esta frase algo consciente, voluntario y sobre la que se llegan a diseñar toda una estrategia de vida y acción, y que afirman cosas como “yo soy católico, pero mi grupo y yo rechazamos al papa”, “yo soy católico, pero pertenezco a una asociación de apoyo al aborto”, “yo soy católico, pero creo que en la Eucaristía no hay una presencia real de Jesús si no que es solo un símbolo”…son los “catolicoperos”.

Religión de supermercado

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En Jesucristo se cumple el acontecimiento decisivo de la historia de Dios con los hombres

28 La benevolencia y la misericordia, que inspiran el actuar de Dios y ofrecen su clave de interpretación, se vuelven tan cercanas al hombre que asumen los rasgos del hombre Jesús, el Verbo hecho carne. En la narración de Lucas, Jesús describe su ministerio mesiánico con las palabras de Isaías que reclaman el significado profético del jubileo: « El Espíritu del Señor sobre mí, porque me ha ungido para anunciar a los pobres la Buena Nueva, me ha enviado a proclamar la liberación a los cautivos y la vista a los ciegos, para dar la libertad a los oprimidos y proclamar un año de gracia del Señor » (4,18-19; cf. Is 61,1-2). Jesús se sitúa, pues, en la línea del cumplimiento, no sólo porque lleva a cabo lo que había sido prometido y era esperado por Israel, sino también, en un sentido más profundo, porque en Él se cumple el evento decisivo de la historia de Dios con los hombres. Jesús, en efecto, proclama: « El que me ha visto a mí, ha visto al Padre » (Jn 14,9). Expresado con otras palabras, Jesús manifiesta tangiblemente y de modo definitivo quién es Dios y cómo se comporta con los hombres.

29 El amor que anima el ministerio de Jesús entre los hombres es el que el Hijo experimenta en la unión íntima con el Padre. El Nuevo Testamento nos permite penetrar en la experiencia que Jesús mismo vive y comunica del amor de Dios su Padre —Abbá— y, por tanto, en el corazón mismo de la vida divina. Jesús anuncia la misericordia liberadora de Dios en relación con aquellos que encuentra en su camino, comenzando por los pobres, los marginados, los pecadores, e invita a seguirlo porque Él es el primero que, de modo totalmente único, obedece al designio de amor de Dios como su enviado en el mundo.

La conciencia que Jesús tiene de ser el Hijo expresa precisamente esta experiencia originaria. El Hijo ha recibido todo, y gratuitamente, del Padre: « Todo lo que tiene el Padre es mío » (Jn 16,15); Él, a su vez, tiene la misión de hacer partícipes de este don y de esta relación filial a todos los hombres: « No os llamo ya siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su amo; a vosotros os he llamado amigos, porque todo lo que he oído a mi Padre os lo he dado a conocer » (Jn 15,15).

Reconocer el amor del Padre significa para Jesús inspirar su acción en la misma gratuidad y misericordia de Dios, generadoras de vida nueva, y convertirse así, con su misma existencia, en ejemplo y modelo para sus discípulos. Estos están llamados a vivir como Él y, después de su Pascua de muerte y resurrección, a vivir en Él y de Él, gracias al don sobreabundante del Espíritu Santo, el Consolador que interioriza en los corazones el estilo de vida de Cristo mismo.

Este Compendio se publica íntegramente, por entregas, aquí.

Congreso de la Fe, 4 de 4, Creer en todo tiempo y saber celebrar nuestra fe

[Congreso en Poza Rica, México, en Marzo de 2013.]

Tema 4 de 4: Creer en todo tiempo y saber celebrar nuestra fe

* La fe es necesaria en todo tiempo. En el momento malo para evitar la desesperación; en el momento bueno para evitar la soberbia.

* La fe es necesaria en todos los oficios y profesiones, porque sin ella se pierde la perspectiva sobre quién es el ser humano, de modo que sin la verdad de Dios se disuelve la verdad del hombre hecho a imagen de Dios.

* Puesto que la fe es don; puesto que es regalo de tantísimo valor e importancia, es justo agradecerla y celebrarla.

* Para celebrar la fe, los cristianos seguimos el esquema general que viene del pueblo judío. Es un esquema basado en la secuencia temporal pasado – presente – futuro.

* Celebramos la fe en primer lugar mirando al pasado y haciendo MEMORIA de las maravillas del Señor. Esta fase la podemos llamar “anámnesis.”

* Celebramos luego la fe reconociendo en el hoy la PRESENCIA actuante y transformante de Dios por su Espíritu, cuya venida imploramos en la “epíclesis.”

* Y mirando hacia el futuro, confiamos en la PROMESA del señor, y aguardamos su “parusía.”

* Al celebrar la fe nos disponemos también para compartirla, de modo que todo discípulo está llamado a ser un misionero.

Congreso de la Fe, 3 de 4, Enemigos falsos y verdaderos de la fe

[Congreso en Poza Rica, México, en Marzo de 2013.]

Tema 3 de 4: Enemigos falsos y verdaderos de la fe

* La fe es un don que no podemos construir, pero sí está en nosotros, por lo menos, hasta un cierto punto, el cuidar, cultivar y defender ese don.

* Hay conflictos ficticios que oscurecen la naturaleza de la fe y del acto de creer. Son tres principalmente:

(1) La razón y la fe. No son opuestas: tienen su origen en Dios y buscan la verdad. El Nuevo Testamento no nos pide dejar de pensar cuando nos invita a creer. De hecho, la razón ayuda a clarificar, exponer y defender la fe frente a las objeciones contrarias. Razón y fe no se oponen pero racionalismo y fideísmo, sí crean incompatibilidades insolubles. Pero el racionalismo no es racional, ni el fideísmo es genuina fe.

(2) La ciencia y la fe. No son opuestas: la ciencia establece hechos y datos; descubre patrones y suele expresarse en leyes matemáticas, pero cuál sea el sentido de esas leyes, y cuál su origen último, trasciende a la ciencia. No es la ciencia sino el cientificismo lo que se opone a la fe.

(3) El dolor y la fe. No son opuestos, pues, ¿qué se resuelve con no creer? Además, Cristo nunca anunció una vida sin dificultades, sino que dijo que había que tomar la cruz cada día.

* Hay también conflictos reales; tres principalmente:

(1) El ídolo de la prosperidad, que nos llena de arrogancia y falsa seguridad.

(2) La ignorancia, que lleva a herejía o sincretismo.

(3) La lucha contra el poder de las tinieblas. Siempre hemos de recordar que el carácter de don de la fe implica que necesitamos del donante para conservarla: “Líbranos de la tentación.”

Congreso de la Fe, 2 de 4, Renovados al contacto con Jesucristo

[Congreso en Poza Rica, México, en Marzo de 2013.]

Tema 2 de 4: Renovados al contacto con Jesucristo

* Aunque sean diversas las presencias de Cristo, es siempre el mismo Cristo.

* El actuar sigue al ser, decían los filósofos medievales. Cristo no está pasivamente presente sino “activamente” presente. Donde está actúa.

* Memoria, ayuda pedagógica o referencia: ese es el tipo de presencia de los personajes históricos. ¿Es así la presencia de Cristo? Una comparación ayuda a ver que no es así.

* Una expresión como “¡Mao vive!” en realidad significa sólo que sus ideas o su lucha permanecen vigentes.

* Por el contrario, los Evangelios nos muestran que el Resucitado tuvo prácticamente que imponerse sobre los discípulos, que no estaban mal dispuesto sino completamente indispuestos para aceptar algo tan absolutamente nuevo como es la noticia de la resurrección.

* Así pues, la expresión “¡Cristo vive!” no es, como en el caso de Mao, un modo de referirnos a la vida que nosotros le damos a su memoria, sino la vida que él nos da.

* Recibir vida de Jesús es entonces permitirle que él actúe en nosotros, y entrar en interacción con él. Y conviene ver que en cada una de las formas de presencia mencionadas en la primera predicación hay un camino abierto para interactuar de modo vivo con Cristo.

Congreso de la Fe, 1 de 4, La fe y los modos de presencia de Cristo

[Congreso en Poza Rica, México, en Marzo de 2013.]

Tema 1 de 4: La fe y los modos de presencia de Cristo

* ¿Por qué celebrar un “Congreso de Fe”? Porque la fe brota en el encuentro con Cristo, siempre: en el Antiguo Testamento, es encuentro con el Cristo esperado, anunciado, anhelado; en el Nuevo Testamento, es encuentro con la Palabra hecha carne, cuya gloria hemos contemplado, dice San Juan (1, 14); en el tiempo de la Iglesia, es encuentro con el Cristo Total, según expresión de San Agustín.

* Pueden destacarse siete modos principales de presencia de Cristo:

(1) En la Comunidad creyente: “Donde dos o tres se reúnen en mi Nombre, ahí estoy yo,” dice el Señor.

(2) En la creación entera: “Todo fue hecho por él y para él.”

(3) En la Divina Eucaristía, de la que dijo el Señor: “Tomad y comed; esto es mi Cuerpo.”

(4) En los pobres: “Lo que hicisteis a uno de mis humildes hermanos, a mí me lo hicisteis.”

(5) En las Escrituras: “Ellas hablan de mí,” dice Jesús.

(6) En el Cielo: “A la derecha de Dios Padre,” según expresión de San Pablo.

(7) Con los que anuncian el Evangelio: “Cooperando con los que anuncian por todas partes,” según dice el Evangelista Marcos.

Principio de la creacion y accion gratuita de Dios

26 La reflexión profética y sapiencial alcanza la primera manifestación y la fuente misma del proyecto de Dios sobre toda la humanidad, cuando llega a formular el principio de la creación de todas las cosas por Dios. En el Credo de Israel, afirmar que Dios es Creador no significa solamente expresar una convicción teorética, sino también captar el horizonte original del actuar gratuito y misericordioso del Señor en favor del hombre. Él, en efecto, libremente da el ser y la vida a todo lo que existe. El hombre y la mujer, creados a su imagen y semejanza (cf. Gn 1,26-27), están por eso mismo llamados a ser el signo visible y el instrumento eficaz de la gratuidad divina en el jardín en que Dios los ha puesto como cultivadores y guardianes de los bienes de la creación.

27 En el actuar gratuito de Dios Creador se expresa el sentido mismo de la creación, aunque esté oscurecido y distorsionado por la experiencia del pecado. La narración del pecado de los orígenes (cf. Gn 3,1-24), en efecto, describe la tentación permanente y, al mismo tiempo, la situación de desorden en que la humanidad se encuentra tras la caída de nuestros primeros padres. Desobedecer a Dios significa apartarse de su mirada de amor y querer administrar por cuenta propia la existencia y el actuar en el mundo. La ruptura de la relación de comunión con Dios provoca la ruptura de la unidad interior de la persona humana, de la relación de comunión entre el hombre y la mujer y de la relación armoniosa entre los hombres y las demás criaturas [Cf. Concilio Vaticano II, Const. past. Gaudium et spes, 13: AAS 58 (1966) 1035]. En esta ruptura originaria debe buscarse la raíz más profunda de todos los males que acechan a las relaciones sociales entre las personas humanas, de todas las situaciones que en la vida económica y política atentan contra la dignidad de la persona, contra la justicia y contra la solidaridad.

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Que hay que pensar de las supuestas profecias de San Malaquias

“Con el anuncio de la renuncia de Benedicto XVI, mucha gente habla de “la profecía de los Papas” atribuida a San Malaquías. Pero ¿qué importancia tiene esto? ¿Es algo que deba inquietar o quitar a la paz a los creyentes? Lo analizamos en 9 puntos, que siguen bastante de cerca un análisis del popular bloguero y evangelizador Jimmy Akin…”

San Malaquías

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10 lecciones de Benedicto XVI para la posteridad

“Para mí, hablar de Benedicto XVI es hablar de un maestro, en el sentido más clásico y noble del término, del que he aprendido algunas lecciones inestimables. Algunas de ellas son fruto de su comportamiento, las más, de su magisterio. Todas: expresión de su extraordinaria honradez intelectual y profunda humildad…”

10 Lecciones de Benedicto

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