El juego del telefono y otros mitos acerca de la resurreccion

“Mi punto es que el evangelio y el mensaje de la resurrección no era un jueguito para los primeros cristianos, ni una frase ilógica y sin sentido. En la palestina del S. I existía una enorme expectativa mesiánica, gatillada porque se cumplían por esa época las 70 “semanas” del profeta Daniel, y este ambiente que quedó registrado en las Antigüedades de los Judíos, de Flavio Josefo, de modo que el mensaje de NSJC naturalmente encontró un suelo fértil y arado donde propagarse…”

Mitos sobre la resurrección

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ESCUCHA una catequesis y semblanza espiritual del Papa Francisco

[Conferencia en la Parroquia de María Reina, en Puerto Azul, Guayaquil.]

Papa Francisco

(1) ¿Qué es un Papa? ¿Cuál es el fundamento bíblico e histórico del ministerio del Obispo de Roma?

(2) Algunos datos biográficos y semblanza de Mons. Jorge Mario Bergoglio.

(3) El programa espiritual que propone el Papa Francisco: Caminar, Edificar y Confesar a Jesucristo.

(4) Nosotros y el Papa.

Una idea. Un regalo. Una gracia.

El Año de la Fe promulgado por S.S. Benedicto XVI, con feliz continuación en el pontificado de S.S. Francisco, ha dado ya muchos frutos, y estoy seguro que con el tiempo se irá mostrando, más y más, como una ocasión de gracia y renovación para todos. Desde fraynelson.com deseamos dar un regalo especial a los sacerdotes porque sin duda son ellos–somos nosotros, los sacerdotes–los primeros que necesitamos renovar nuestra fe, y proclamarla con ardor, rectitud y convicción.

La idea es regalar a 500 sacerdotes, en todo el mundo, la serie completa de videos del Retiro Espiritual que prediqué en Febrero del año 2013, y que lleva por título “La fe del sacerdote.” El Retiro consiste de un total de cuatro DVDs.

Hay dos modalidades para que este regalo llegue a sus destinatarios:

1. Si eres diácono en camino al sacerdocio, o eres sacerdote, o eres obispo, puedes enviar un mensaje a amigos [arroba] fraynelson.com incluyendo tus nombres completos, dirección física, teléfono privado o personal dónde localizarte, y la diócesis o comunidad religiosa a la que perteneces. Añade, como cortesía indispensable, los correos electrónicos de por lo menos cinco personas a las que les puede servir este boletín. Ni los videos, en formato DVD, ni el envío tiene ningún costo para ti. Sólo se envía un ejemplar por sacerdote, después de que los datos hayan sido verificados a nuestra satisfacción. Este regalo vale hasta agotar existencias, pero el total de regalos es considerable: 500 en total.

2. Si deseas hacer este regalo a un diácono temporal, un sacerdote o un obispo, te pedimos que colabores con el envío por correo, y algo del costo de producción. Haz, por favor, una donación de cinco dólares o más, envía por correo electrónico amigos [arroba] fraynelson.com copia de la transacción realizada, y añade los siguientes datos del beneficiario: nombres completos, dirección física, teléfono dónde localizarle directamente, y la diócesis o comunidad religiosa a la que pertenece. De nuevo: cuando los datos hayan sido verificados a satisfacción, se procederá al envío.

Es evidente que este regalo requiere de varios miles de dólares. Ya está prometido con amor a Jesucristo, y se dará, con el favor de Dios, pero aquí va un llamado: Por favor, los que puedan ayudar con donaciones voluntarias para esta causa no dejen de visitar nuestra página de apoyo económico:

Para todo el hombre y todos los hombres

La salvación cristiana: para todos los hombres y de todo el hombre

38 La salvación que, por iniciativa de Dios Padre, se ofrece en Jesucristo y se actualiza y difunde por obra del Espíritu Santo, es salvación para todos los hombres y de todo el hombre: es salvación universal e integral. Concierne a la persona humana en todas sus dimensiones: personal y social, espiritual y corpórea, histórica y trascendente. Comienza a realizarse ya en la historia, porque lo creado es bueno y querido por Dios y porque el Hijo de Dios se ha hecho uno de nosotros.[Cf. Concilio Vaticano II, Const. past. Gaudium et spes, 22: AAS 58 (1966) 1043] Pero su cumplimiento tendrá lugar en el futuro que Dios nos reserva, cuando junto con toda la creación (cf. Rm 8), seremos llamados a participar en la resurrección de Cristo y en la comunión eterna de vida con el Padre, en el gozo del Espíritu Santo. Esta perspectiva indica precisamente el error y el engaño de las visiones puramente inmanentistas del sentido de la historia y de las pretensiones de autosalvación del hombre.

39 La salvación que Dios ofrece a sus hijos requiere su libre respuesta y adhesión. En eso consiste la fe, por la cual « el hombre se entrega entera y libremente a Dios »,[Concilio Vaticano II, Const. dogm. Dei Verbum, 5: AAS 58 (1966) 819] respondiendo al Amor precedente y sobreabundante de Dios (cf. 1 Jn 4,10) con el amor concreto a los hermanos y con firme esperanza, « pues fiel es el autor de la Promesa » (Hb 10,23). El plan divino de salvación no coloca a la criatura humana en un estado de mera pasividad o de minoría de edad respecto a su Creador, porque la relación con Dios, que Jesucristo nos manifiesta y en la cual nos introduce gratuitamente por obra del Espíritu Santo, es una relación de filiación: la misma que Jesús vive con respecto al Padre (cf. Jn 15-17; Ga 4,6-7).

40 La universalidad e integridad de la salvación ofrecida en Jesucristo, hacen inseparable el nexo entre la relación que la persona está llamada a tener con Dios y la responsabilidad frente al prójimo, en cada situación histórica concreta. Es algo que la universal búsqueda humana de verdad y de sentido ha intuido, si bien de manera confusa y no sin errores; y que constituye la estructura fundante de la Alianza de Dios con Israel, como lo atestiguan las tablas de la Ley y la predicación profética.

Este nexo se expresa con claridad y en una síntesis perfecta en la enseñanza de Jesucristo y ha sido confirmado definitivamente por el testimonio supremo del don de su vida, en obediencia a la voluntad del Padre y por amor a los hermanos. Al escriba que le pregunta: « ¿cuál es el primero de todos los mandamientos? » (Mc 12,28), Jesús responde: « El primero es: Escucha, Israel: El Señor, nuestro Dios, es el único Señor, y amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas. El segundo es: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. No existe otro mandamiento mayor que éstos » (Mc 12,29-31).

En el corazón de la persona humana se entrelazan indisolublemente la relación con Dios, reconocido como Creador y Padre, fuente y cumplimiento de la vida y de la salvación, y la apertura al amor concreto hacia el hombre, que debe ser tratado como otro yo, aun cuando sea un enemigo (cf. Mt 5,43- 44). En la dimensión interior del hombre radica, en definitiva, el compromiso por la justicia y la solidaridad, para la edificación de una vida social, económica y política conforme al designio de Dios.

Este Compendio se publica íntegramente, por entregas, aquí.

No tantas primaveras, por favor

Se necesitaba un nombre para el surgimiento, hace unos dos años, de una oleada de exitosas protestas en el Norte de África. Ver que el mundo podía superar los oscuros años de Gadaffi, y que Túnez o Egipto podían abrirse a posibilidades nuevas de gobierno fue como dejar atrás un largo invierno, y ver nacer una primavera. De modo explicable se volvió viral la expresión: “primavera árabe.”

floresComo suele suceder, el uso relativamente exitoso de un término conduce a una multitud de usos exagerados o forzados. Pero antes de continuar, nótese que cabe cuestionar qué tan primaveral ha sido la situación en varios de los lugares que han cambiado drásticamente su horizonte social en estos últimos 30 meses. Creo que varios analistas vieron en esas revueltas una expresión unánime y contundente de opción por la democracia, y luego, sobre la base presupuesta de que la democracia tiene que ser un gran bien, se sentaron a esperar a que en el mundo islámico se constituyeran partidos políticos, plataformas de pensamiento y elecciones populares, de modo que se pudiera decir que, ahora sí, esos pueblos han tomado responsablemente las riendas de su propio destino. No fue así. Los hechos están demostrando que parte del daño que un tirano deja en su caída es un país dividido no sólo por facciones sino por verdaderos odios. Y el odio no deja pensar; no admite diálogo; detesta los comicios justos.

Otro problema es que no resulta tan sencillo para un musulmán admitir que su voto, y por consiguiente: su palabra, valga lo mismo que el de un “infiel,” es decir, de un no-musulmán, y eso, por supuesto, incluye a los cristianos. De hecho, la idea de que hay ciudadanos de pleno derecho, y otros que nunca lo serán enteramente, resulta de lo más natural en buena parte del mundo árabe. Si en algunos de esos lugares una mujer no puede legalmente conducir un automóvil, pues ya puedes imaginarte si los cambios de la primavera árabe los harán a ellos muy semejantes a lo que nosotros solemos entender por una vida justa, libre y digna. Caso dramático, por ejemplo, el de Siria, donde no se ve un futuro brillante ni mejor para los cristianos, aunque cayera el régimen de Bashar al-Assad. Todo esto para decir que cantar triunfo, y sobre todo: triunfo “occidental,” en los países árabes es, cuando menos, muy apresurado.

A pesar de estas y otras ambigüedades, el término “primavera” gusta demasiado para ser relegado sin más. Ya algunos hablan de una “primavera vaticana,” aludiendo sin duda a lo se quiere esperar y también exigir a partir del modo “Francisco” de ser Obispo de Roma. En medio de las incertidumbres naturales de una transición, que además ha sido atípica, pueden leerse cosas como esta:

…en Europa viene haciendo camino el concepto Primavera Vaticana que nos es otra cosa que el resurgir o florecer de una iglesia cuyos dos últimos monarcas mantuvieron una tradición medieval. El papa emérito Benedicto XVI pese a lo plausible de su retiro dejo entrever los problemas que se ciernen sobre una iglesia anquilosada que no ha podido incorporar a los jóvenes, que no define y respeta el papel de las mujeres en su institución y en particular que no toma posición ante el sinnúmero de denuncias de abuso sexual soportado en una justicia civil tímida de poca reacción ante delitos cometidos.

Difícil sintetizar el número de mentiras, falsas premisas y medias verdades que trae ese artículo pero ya se ve qué pretenden los que usan el término de marras.

Hans Küng, que a mi entender es quien ha acuñado el “meme,” sintió el deber de ser más explícito en declaraciones anteriores:

La primavera árabe sacudió toda una serie de regímenes autoritarios. Ahora que ha dimitido el papa Benedicto XVI, ¿será posible que ocurra algo similar en la Iglesia católica, una primavera vaticana? Por supuesto, el sistema de la Iglesia católica, más que a Túnez o Egipto, se parece a una monarquía absoluta como Arabia Saudí. En ambos casos, no se han hecho auténticas reformas, sino concesiones sin importancia. En ambos casos, se invoca la tradición para oponerse a la reforma. En Arabia Saudí, la tradición solo se remonta a 200 años atrás; en el caso del papado, a 20 siglos.

Hay varias cosas que tienen en común estas dos llamadas primaveras, la árabe y la vaticana. En primer lugar, en ambos casos se cree que se trata de un avance de la democracia, y que lo democrático sólo puede ser bueno. En segundo lugar, muchos piensan que las redes sociales y los nuevos recursos de comunicación, tipo Internet o SMS, han sido y serán fundamentales en los cambios que vengan. Quizás con esa esperanza algunos abrieron una página en inglés sobre la Primavera Vaticana, la cual, a estas horas (finales del Viernes Santo) cuenta con la impresionante presencia y respaldo de… 52 personas. Permítaseme algo de ironía, pues el subtítulo de la tal página se traduce así: “Movimiento global para presionar al Papa Francisco y a la Iglesia Católica hacia acciones decisivas con respecto a la crisis por el abuso sexual de menores.”

floresLo que más me llama la atención es esa confianza ilimitada en los movimientos populares y en aquello que surja de la base, potenciado quizás por los medios de comunicación de la tecnología contemporánea. Esta gente de las primaveras de verdad cree que el poder de decisión y de acción reside en el pueblo. Y exactamente ese es el error bíblico, teológico e histórico fundamental. La Iglesia no nace del pueblo. No es entonces fruto de una transferencia parcial de poder al modo que el gobierno en una república civil recibe del constituyente primero, es decir, del pueblo la delegación para ejercer unas funciones legislativas, judiciales o ejecutivas.

Así que, por favor, no tantas primaveras. Bien nos basta con la primavera de eterna y bendita luz que resplandece en el Cuerpo del Resucitado.

De acuerdo, vamos a mejorar nuestros sacerdotes

Y “vamos a mejorar nuestros sacerdotes” quiere decir esto:

  1. No vamos a permitir la murmuración. Ni cuando parece bien intencionada. Ni cuando parece que la persona necesita desahogarse. Ni siquiera cuando el crimen que señala ha sucedido. Una cosa es luchar por la erradicación de un crimen–como caso extremo, digamos, el abuso de un menor de edad–y otra cosa es que alguien se sienta con autorización para regar veneno contra la Iglesia cada vez que abra su boca. Las denuncias hay que hacerlas: claras, certeras, serenas, objetivas, y sobre todo: ante la autoridad civil o eclesiástica pertinente. Y no más. Lo que sigue de ahí se llama: darle uno la lengua a Satanás para que la use como instrumento contra Cristo y el valor de su Sangre en la Iglesia.
  2. sacerdoteNo vamos a permitir la indiferencia vocacional. Que haya un sacerdote ante el altar es asunto que me concierne a mí. Y a ti. Y a todos. No es “su” problema ni “su” negocio. El sacerdocio toca todas las fibras de la Iglesia. Sin sacerdotes no hay plena vida sacramental. La vitalidad de la predicación, la solidez de los principios morales, la guía de camino a la santidad, la libertad frente a la idolatría del mundo… todo ello es posible con muchos y muy buenos sacerdotes. Eso nos importa a todos, en todas partes, y siempre. La animación vocacional, la oración por las vocaciones, el apoyo económico, cuando es necesario, para los seminaristas y jóvenes religiosos, es un deber que brota del hecho mismo de ser bautizados.
  3. No vamos a descuidar nuestros sacerdotes. Demasiado cómodo resulta para algunos sacerdotes encerrarse en su egoísmo, sus comodidades o sus miedos. Demasiado cómodo para nosotros encerrarnos en nuestros hogares, nuestros intereses o nuestros prejuicios. Y luego demasiado cómodo para ellos llevar dobles vidas, o buscar consuelos mundanos o ilícitos. Y demasiado irresponsable de nuestra parte esperar a que caigan, ellos solos, para entonces señalarlos, y juzgarlos, y hundirlos. Necesitamos un ambiente de calidez en el respeto, y de amistad en Cristo para con todos nuestros sacerdotes, para que amen su vocación, se sientan útiles, y a la vez puedan liderarnos en una vida cristiana plena.
  4. Sí vamos a proclamar con gozo que somos rebaño de Jesucristo. Si el Señor no se avergüenza de nosotros, ¿qué tal está que nosotros nos avergoncemos de pertenecerle? Muy al contrario, proclamaremos que “somos su pueblo y ovejas de su rebaño,” y diremos sin temor que los Apóstoles y sus sucesores, es decir, nuestros obispos, han recibido el encargo de alimentarnos y cuidar de nuestros corazones. Frente a un mundo que levanta la bandera de una supuesta “autonomía” para detrás de ella clavar el puñal de la soledad amarga y el absurdo, nosotros haremos frente común con nuestros diáconos, sacerdotes y obispos. Bajo el cayado del Papa, permaneceremos unidos como pueblo que confiesa la fe en el Dios uno y único, Padre, Hijo y Espíritu Santo. Amén.

Con motivo del Jueves Santo de 2013. Laudetur Iesus Christus!

Una Carta al Papa Francisco

Son tan grandes y evidentes las muestras de cercanía con que has querido iniciar tu pontificado que parece casi natural escribirte y tratarte de “tú,” o de “vos,” como se usa en Argentina. Permite entonces que de modo fraterno, como es tu estilo, y con el corazón lleno de afecto, como se deja sentir el tuyo, te dirija estas palabras.

Papa FranciscoMe motiva el amor; así de sencillo. De joven novicio dominico pude acercarme por primera vez a la vida y los escritos de Santa Catalina de Siena. Pronto quedé contagiado del fuego de su amor por la Iglesia, así como de su certeza inconmovible en la presencia del Señor Jesús en su Vicario, a quien raramente llamaba de otra manera que no fuera el “Dulce Cristo en la Tierra.” Mi vida religiosa, toda ella, y mi servicio sacerdotal, todo él, han estado siempre impregnados de ese amor por el Papa, en la certeza de que “confirmar en la fe” es ministerio que toca, levanta y santifica todos y cada uno de los aspectos de la vida de la Iglesia. Nada hay en el Cuerpo de Cristo que no tenga su sustento último y su razón de ser en el misterio de la fe, y por eso, nada hay que sea ajeno al Sucesor de Pedro.

Mas no pretendo desarrollar, ni en bosquejo, la teología del papado. Mi propósito es solamente señalar algunas amenazas que veo cernirse, ya desde tempranas horas, sobre el servicio que el Espíritu Santo te ha pedido y encomendado desde el día 13 de Marzo de 2013. Bien sé que te rodean muchos consejeros de abundante luz y sincero afecto a la Iglesia. Quizás por ello mis palabras sobren. Pero aún si sobraran en el Vaticano creo que no harán daño sino algún bien en otros lugares, a otros hermanos y hermanas que puedan leerlas, porque así seremos más los que tendremos renovados motivos para rodearte con nuestra oración, amistad, obediencia y apoyo.

Mencionaré cinco amenazas.

1. Algunos grupos de presión (“lobbies”) van a querer usar tu lenguaje sobre una Iglesia humilde y pobre como arma en contra de la enseñanza moral y ministerial propia de la Iglesia.
Continuar leyendo “Una Carta al Papa Francisco”

La persona humana en el designio de amor de Dios

El Amor trinitario, origen y meta de la persona humana

34 La revelación en Cristo del misterio de Dios como Amor trinitario está unida a la revelación de la vocación de la persona humana al amor. Esta revelación ilumina la dignidad y la libertad personal del hombre y de la mujer y la intrínseca sociabilidad humana en toda su profundidad: « Ser persona a imagen y semejanza de Dios comporta… existir en relación al otro “yo” »,[Juan Pablo II, Carta ap. Mulieris dignitatem, 7: AAS 80 (1988) 1664] porque Dios mismo, uno y trino, es comunión del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

En la comunión de amor que es Dios, en la que las tres Personas divinas se aman recíprocamente y son el Único Dios, la persona humana está llamada a descubrir el origen y la meta de su existencia y de la historia. Los Padres Conciliares, en la Constitución pastoral «Gaudium et spes», enseñan que « el Señor, cuando ruega al Padre que todos sean uno, como nosotros también somos uno (Jn 17, 21-22), abriendo perspectivas cerradas a la razón humana, sugiere una cierta semejanza entre la unión de las personas divinas y la unión de los hijos de Dios en la verdad y en la caridad. Esta semejanza demuestra que el hombre, única criatura terrestre a la que Dios ha amado por sí mismo, no puede encontrar su propia plenitud si no es en la entrega sincera de sí mismo a los demás (cf. Lc 17,33) ».[Concilio Vaticano II, Const. past. Gaudium et spes, 24: AAS 58 (1966) 1045]

35 La revelación cristiana proyecta una luz nueva sobre la identidad, la vocación y el destino último de la persona y del género humano. La persona humana ha sido creada por Dios, amada y salvada en Jesucristo, y se realiza entretejiendo múltiples relaciones de amor, de justicia y de solidaridad con las demás personas, mientras va desarrollando su multiforme actividad en el mundo. El actuar humano, cuando tiende a promover la dignidad y la vocación integral de la persona, la calidad de sus condiciones de existencia, el encuentro y la solidaridad de los pueblos y de las Naciones, es conforme al designio de Dios, que no deja nunca de mostrar su Amor y su Providencia para con sus hijos.

36 Las páginas del primer libro de la Sagrada Escritura, que describen la creación del hombre y de la mujer a imagen y semejanza de Dios (cf. Gn 1.26-27), encierran una enseñanza fundamental acerca de la identidad y la vocación de la persona humana. Nos dicen que la creación del hombre y de la mujer es un acto libre y gratuito de Dios; que el hombre y la mujer constituyen, por su libertad e inteligencia, el tú creado de Dios y que solamente en la relación con Él pueden descubrir y realizar el significado auténtico y pleno de su vida personal y social; que ellos, precisamente en su complementariedad y reciprocidad, son imagen del Amor trinitario en el universo creado; que a ellos, como cima de la creación, el Creador les confía la tarea de ordenar la naturaleza creada según su designio (cf. Gn 1,28).

37 El libro del Génesis nos propone algunos fundamentos de la antropología cristiana: la inalienable dignidad de la persona humana, que tiene su raíz y su garantía en el designio creador de Dios; la sociabilidad constitutiva del ser humano, que tiene su prototipo en la relación originaria entre el hombre y la mujer, cuya unión « es la expresión primera de la comunión de personas humanas »; [Concilio Vaticano II, Const. past. Gaudium et spes, 12: AAS 58 (1966) 1034] el significado del actuar humano en el mundo, que está ligado al descubrimiento y al respeto de las leyes de la naturaleza que Dios ha impreso en el universo creado, para que la humanidad lo habite y lo custodie según su proyecto. Esta visión de la persona humana, de la sociedad y de la historia hunde sus raíces en Dios y está iluminada por la realización de su designio de salvación.

Este Compendio se publica íntegramente, por entregas, aquí.

XXI Aniversario de mi Ordenacion Sacerdotal

La primera palabra
que asoma a mis labios
es siempre gracias.

Cuando veo el altar,
sus cirios encendidos,
y la hermosa asamblea,
hermosa por ser tuya, Jesús,
y pienso que también es mía,
y que tu altar es el mío,
y tus palabras mías también son,
¿qué quieres que diga?
¿Qué puedo yo pensar?
Antes que cualquier pensamiento
la primera palabra
que asoma a mis labios
es siempre gracias.

Cuando tomo asiento cerca
del pecador arrepentido,
y escucho que el miedo cede
y da paso a la confianza;
y veo que los ojos brillan
con lágrimas de un gozo de pascua;
y de sus guaridas huye el diablo
incapaz de la luz con que le hieres,
¿qué quieres que diga?
¿Qué puedo yo sentir?
Antes que cualquier sentimiento
la primera palabra
que asoma a mis labios
es siempre gracias.

Cuando recibo a aquellos dos,
que tanto se han amado y se aman:
ella, hermosa como princesa,
él, galante como un rey;
y les veo esperar de mi boca una voz
que enlace su amor con el de Dios;
y sé que la Iglesia me pide
que sea testigo cualificado
de ese fuego que les une
y que les funde en el Eterno,
¿qué quieres que diga?
¿Qué puedo yo cantar?
Antes que cualquier melodía
la primera palabra
que asoma a mis labios
es siempre gracias.

Cuando tomo en mis brazos
aquella pequeña criatura,
toda vestida de Pascua,
que tan a menudo duerme,
y que sólo sabe confiar.
Y los papás y los padrinos,
felices e impacientes,
aguardan que la Iglesia
reciba su hijo como propio,
y que, del agua y del Espíritu
renazca para ya nunca morir,
¿qué quieres que diga?
¿Qué puedo yo imaginar?
Antes que cualquier maravilla
la primera palabra
que asoma a mis labios
es siempre gracias.

Cuando me acerco al lecho
de uno que ya agoniza,
y en su mirada entreabierta
me dice, sin duda alguna,
que ya no ve tanto este mundo
sino aquel otro que se le acerca;
y con solemne gesto le unjo
bendiciendo sus manos y su frente,
por despertar aún más la fe en el alma
y en su rostro, una sonrisa,
¿qué quieres que diga?
¿Qué puedo yo recordar?
Antes que cualquier recuerdo
la primera palabra
que asoma a mis labios
es siempre gracias.

Sí, mi Señor y mi Dios:
Gracias, Gracias y Gracias.

Gracias que me has dado
para ser ministro tuyo,
y gracias que yo te doy,
por ser ministro tuyo.

Sí, mi bendito Salvador:
Gracias, Gracias y Gracias.

Lo bueno sea para tu honra;
lo malo para mi conversión.

Jesús: te amo.
Jesús: misericordia.
Jesús: alabado seas, y amado y obedecido.

Amén.

Josue y su familia, 1 de 3, El Dios Verdadero

[Predicación para la comunidad hispana de la Parroquia de Santa Margarita de Escocia, en Morristown, NJ, Marzo de 2013.]

* Muchos hebreos salieron de Egipto hacia el desierto; y muchos hebreos llegaron del desierto a la tierra de Canaán, la tierra prometida. Pero los que salieron no fueron los mismos que llegaron. Ni siquiera Moisés pudo completar el camino. Sólo hubo un hombre que tuvo ese privilegio: conoció la esclavitud de Egipto, la dureza del desierto y las seducciones y engaños de Canaán.

* Josué tiene entonces una posición de privilegio para distinguir al Dios verdadero, el de la Alianza, de los muchos dioses falsos. Cuando Josué dice: “Yo y mi casa serviremos al Señor” (Josué 24,15), ¡él sabe de qué está hablando!

* En hebreo Josué y Jesús se escriben de la misma manera. Su nombre significa: “El Señor salva.” Por eso resulta natural comparar lo que hizo Josué, llevando al pueblo a la tierra prometida, y lo que hizo Jesús, conduciéndonos a la gloria del Cielo.