Apuntes de la Guerra Semantica, 3 de 4

[Curso de formación permanente ofrecido a los sacerdotes de la Diócesis de Pereira, en Colombia. Abril-Mayo de 2013.]

Tema 3 de 4: El Poder del Yo

* Historia de una transición

  • De la verdad a la certeza (Kant)
  • De la certeza a la autenticidad (Heidegger)
  • De la autenticidad a la espontaneidad (John Lenon)

* Historia de una división

  • La certeza queda asegurada en la ciencia; la autenticidad queda asegurada en la espontaneidad del yo.
  • Luego la certeza no necesariamente coincide con la autenticidad: se dan así dos verdades, una externa y otra interna.

* Historia de un vacío

  • La verdad externa, científica, constata hechos: habla del ser pero no puede establecer un deber-ser.
  • La verdad interna, espontaneista, constata deseos: habla del querer-ser pero no puede establecer un deber-ser.
  • El deber-ser queda a merced de la sola legislación y capricho de cada país.

* Historia de otro vacío

  • La verdad externa, científica, provee de recursos y medios: tecnología.
  • La verdad interna, espontaneista, provee de fines gobernados por el mercado, la moda, la opinión.
  • La vida misma carece entonces de significado: es una “pasión inútil.”

* Historia de un malentendido

  • El vacío de fines y significados se interpreta como posibilidad inagotable de definirse como uno quiera y de reinventarse sin cesar.
  • La imagen de libertad que subsiste es la proclamación del absoluto de la voluntad, desligada de la tarea, ahora imposible, de buscar la verdad.

* Historia de otro malentendido: Si “ser verdadero” es “ser espontáneo” y ser “libre” es seguir el instinto, impulso, moda o pasión del momento, entonces la Iglesia es la institución más mentirosa y más asfixiante. Es la gran hipócrita.

* Pero no es el final de la historia… El curso completo de Apuntes de Guerra Semántica puede seguirse aquí.

Apuntes de la Guerra Semantica, 2 de 4

[Curso de formación permanente ofrecido a los sacerdotes de la Diócesis de Pereira, en Colombia. Abril-Mayo de 2013.]

Tema 2 de 4: El Poder del Conocimiento

* Bases de la Gnosis

  • En la vida enfrentamos desafíos y debemos tomar opciones.
  • Si uno opta de una manera necia o sin la necesaria información, lo más probable es que se equivoque, y luego sufra las consecuencias.
  • Por eso uno necesita el conocimiento acertado y oportuno (GNOSIS) para vivir de una manera más productiva y más feliz.
  • Los problemas no son nuevos ni son nuevas las soluciones.
  • La sabiduría no es algo nuevo sino antiguo, milenario, que ha sido buscado en todas las culturas.
  • Las religiones y filosofías son expresiones de esa búsqueda, que es común a toda la humanidad.
  • Los libros sagrados recogen elementos esencialmente comunes.
  • Los grandes líderes y fundadores son gente que llegó a esa luz común.
  • Pero los representantes de las religiones (clero) han sido envidiosos y egoístas en compartir los verdaderos secretos que conducen a una vida fecunda, plena y feliz.
  • Lo que tienen en común esas religiones puede ser enseñado de manera universal y lógica: GNOSIS.
  • Lo que la gente necesita es trascender, ser iluminada, alcanzar sabiduría, recuperar su verdadero yo, fundirse en la armonía del cosmos.

* Qué omite la Gnosis

  • Reducción cristológica: Cristo pasa a ser un maestro: un mensajero que no importa en sí mismo.
  • La encarnación no interesa, ni el ser de Cristo, ni su dolor, ni su Cruz, ni su muerte, ni su resurrección.
  • Reducción soteriológica: No hay mención de la gracia, ni hay donación que nos transforma, ni hay comunidad reconciliada (Iglesia).
  • Los sacramentos no interesan. Se les reemplaza por un re-encantamiento del mundo (neo-paganización).
  • Reducción espiritual: La oración pasa a ser “meditación,” y la meditación pasa a ser una apuesta por el vacío y la nada.
  • La presencia de Dios pasa a ser reemplazada por un estado mental- cerebral a criterio del solo sujeto.

* El curso completo de Apuntes de Guerra Semántica puede seguirse aquí.

Apuntes de la Guerra Semantica, 1 de 4

[Curso de formación permanente ofrecido a los sacerdotes de la Diócesis de Pereira, en Colombia. Abril-Mayo de 2013.]

Tema 1 de 4: El Poder del Lenguaje

* Ejemplos recientes de eufemismo:

  • Interrupción voluntaria del embarazo (Aborto)
  • Matrimonio igualitario (“Matrimonio” gay)
  • Muerte digna (Eutanasia)
  • Examen prenatal (Prospecto de Eugenesia)

* Hay también ejemplos menos recientes:

  • Tener una “aventura” (Ser adúltero)
  • Fulanito estaba “alegrón” (Es un borracho)
  • “Bautizar” la leche (Engañar al comprador agregando agua)

* ¡Estos no son sólo cambios de palabras!

* Detrás de la expresión “Interrupción voluntaria del embarazo” hay esta ideología:

  • El embrión / feto es parte del cuerpo de la mujer.
  • Cada quien dispone voluntariamente de sí mismo, y por tanto, de su cuerpo.
  • Es un derecho de la mujer abortar.
  • El Estado debe proclamar y defender ese derecho de la mujer.

* Detrás de “Matrimonio igualitario” hay esto:

  • El género es un constructo. Es potestad de cada uno descubrir / definir su género.
  • La orientación sexual es entonces un absoluto que puede ser reconocido pero no interferido.
  • Por eso la orientación sexual debe equipararse a la raza o la religión: todas las orientaciones equivalen.
  • Si existe matrimonio para unos debe entonces haberlo para otros.
  • El Estado debe proclamar y defender ese derecho.

* Detrás del lenguaje de “muerte digna” hay esto:

  • El bienestar físico, definido desde el sujeto, es criterio único de calidad de vida.
  • Tiene “dignidad” sólo aquella vida que tiene el bienestar así entendido.
  • La vida sin esa dignidad carece de sentido y de propósito.
  • Es lógico, coherente e incluso valiente terminar con una vida así.

* Detrás del modo como se practican algunos exámenes prenatales hay esto:

  • Hay unos estándares de lo que significa una vida digna.
  • Y hay estándares de lo que puede exigirse a unos papás.
  • Por debajo de esos estándares, el feto no merece vivir.
  • Luego, debe ser desechado.

* El curso completo de Apuntes de Guerra Semántica puede seguirse aquí.

La Iglesia, signo y salvaguardia de la trascendencia de la persona humana

49 La Iglesia, comunidad de los que son convocados por Jesucristo Resucitado y lo siguen, es « signo y salvaguardia del carácter trascendente de la persona humana ».[Concilio Vaticano II, Const. past. Gaudium et spes, 76: AAS 58 (1966) 1099] La Iglesia « es en Cristo como un sacramento, o sea signo e instrumento de la unión íntima con Dios y de la unidad de todo el género humano ».[Concilio Vaticano II, Const. dogm. Lumen gentium, 1: AAS 57 (1965) 5] Su misión es anunciar y comunicar la salvación realizada en Jesucristo, que Él llama « Reino de Dios » (Mc 1,15), es decir la comunión con Dios y entre los hombres. El fin de la salvación, el Reino de Dios, incluye a todos los hombres y se realizará plenamente más allá de la historia, en Dios. La Iglesia ha recibido « la misión de anunciar el reino de Cristo y de Dios e instaurarlo en todos los pueblos, y constituye en la tierra el germen y el principio de ese reino ».[Concilio Vaticano II, Const. dogm. Lumen gentium, 5: AAS 57 (1965) 8]

50 La Iglesia se pone concretamente al servicio del Reino de Dios, ante todo anunciando y comunicando el Evangelio de la salvación y constituyendo nuevas comunidades cristianas. Además, « sirve al Reino difundiendo en el mundo los “valores evangélicos”, que son expresión de ese Reino y ayudan a los hombres a escoger el designio de Dios. Es verdad, pues, que la realidad incipiente del Reino puede hallarse también fuera de los confines de la Iglesia, en la humanidad entera, siempre que ésta viva los “valores evangélicos” y esté abierta a la acción del Espíritu, que sopla donde y como quiere (cf. Jn 3,8); pero además hay que decir que esta dimensión temporal del Reino es incompleta si no está en coordinación con el Reino de Cristo, presente en la Iglesia y en tensión hacia la plenitud escatológica ».[Juan Pablo II, Carta enc. Redemptoris missio, 20: AAS 83 (1991) 267] De ahí deriva, en concreto, que la Iglesia no se confunda con la comunidad política y no esté ligada a ningún sistema político.[Cf. Concilio Vaticano II, Const. past. Gaudium et spes, 76: AAS 58 (1966)1099; Catecismo de la Iglesia Católica, 2245] Efectivamente, la comunidad política y la Iglesia, en su propio campo, son independientes y autónomas, aunque ambas estén, a título diverso, « al servicio de la vocación personal y social del hombre ».[Concilio Vaticano II, Const. past. Gaudium et spes, 76: AAS 58 (1966)1099] Más aún, se puede afirmar que la distinción entre religión y política y el principio de la libertad religiosa —que gozan de una gran importancia en el plano histórico y cultural— constituyen una conquista específica del cristianismo.

51 A la identidad y misión de la Iglesia en el mundo, según el proyecto de Dios realizado en Cristo, corresponde « una finalidad escatológica y de salvación, que sólo en el siglo futuro podrá alcanzar plenamente ».[Concilio Vaticano II, Const. past. Gaudium et spes, 40: AAS 58 (1966) 1058] Precisamente por esto, la Iglesia ofrece una contribución original e insustituible con la solicitud que la impulsa a hacer más humana la familia de los hombres y su historia y a ponerse como baluarte contra toda tentación totalitaria, mostrando al hombre su vocación integral y definitiva.[Cf. Catecismo de la Iglesia Católica, 2244]

Con la predicación del Evangelio, la gracia de los sacramentos y la experiencia de la comunión fraterna, la Iglesia « cura y eleva la dignidad de la persona, consolida la firmeza de la sociedad y concede a la actividad diaria de la humanidad un sentido y una significación mucho más profundos ».[Concilio Vaticano II, Const. past. Gaudium et spes, 40: AAS 58 (1966) 1058] En el plano de las dinámicas históricas concretas, la llegada del Reino de Dios no se puede captar desde la perspectiva de una organización social, económica y política definida y definitiva. El Reino se manifiesta, más bien, en el desarrollo de una sociabilidad humana que sea para los hombres levadura de realización integral, de justicia y de solidaridad, abierta al Trascendente como término de referencia para el propio y definitivo cumplimiento personal.

Este Compendio se publica íntegramente, por entregas, aquí.

Cristo SI, Iglesia NO?

Padre Nelson, en mi trabajo se ha vuelto casi una moda la cuestión de la religión. Yo me acuerdo que hace un tiempo la gente halaba poco de esas cosas pero ahora resulta que han llegado varios cristianos y ellos no pierden oportunidad para contar de sus reuniones y de cómo Cristo les ha dado una vida nueva y maravillosa. Yo me considero católica pero no fanática, y en general me molesta que todo el mundo quiera meterse en la vida de uno, como buscando uno de qué sufre para luego presentarle su remedio. Lo último con lo que me ha salido una compañera es que una cosa es Cristo y otra cosa es la Iglesia. Yo le digo que ella lo que hizo fue cambiar su iglesia de siempre, la católica, por ese grupo pentecostal o evangélico en que se ha metido y que le ocupa todo el tiempo libre. (Yo le digo a duras penas le dan permiso de cambiarle los pañales a la hija que tiene, que le nació hace unos ocho meses). de todas maneras, ella insiste en que Cristo no es una religión y que la Iglesia en vez de revelar a Cristo lo esconde y lo oculta. ¿Cuál es la mejor manera de responderle? –Susana H., C. Corp.

* * *

No hace mucho ofrecí una entrevista sobre ese tema exactamente. Creo que puede serte verdaderamente útil, y por eso te invito a que veas y escuches lo propuesto en este enlace:

¿Cristo sí, Iglesia no?

Dios te bendiga.

Firmes en la Fe, 3 de 3

[Predicación a los Misioneros de Jesús,en Guatemala. Abril de 2013.]

* Creer sólo puede significar una cosa: que el trono, el centro de mi vida es para Cristo. Los santos, lejos de estorbar, son testimonio precioso de lo que implica y el fruto que trae que Cristo tome su lugar.

* El gran obstáculo para que Dios reine el pecado. No pensemos del pecado como error, ignorancia, defecto o equivocación. No es un juego porque implica rebeldía y de suyo conduce a la muerte eterna.

* Lo primero que libera Cristo es el corazón: es ahí donde estamos realmente ciegos, paralíticos, sordos y a veces muertos.

* Necesitamos aprender a orar como hijos y no como esclavos. No pedir más parches para seguir sobreviviendo sino clamar por una vida nueva en su amor.

Firmes en la Fe, 2 de 3

[Predicación a los Misioneros de Jesús,en Guatemala. Abril de 2013.]

El “cubo” de San Patricio

cubo

* Vemos que es estrategia del diablo mantenernos en la confusión, la ignorancia, la duda. Lo suyo es llevarnos a la inestabilidad, porque los corazones inestables son manipulables, como los de aquellos de quienes habla San Pablo en Efesios 4,14.

* Nuestra estabilidad viene de Cristo, que es roca firme. Pero para que esa firmeza llegue a nosotros hay que vigilar cada flanco desde el que puede venir algún ataque que nos desestabilice. Así razonó San Patricio cuando, en gran necesidad y soledad evangelizaba en la antigua Irlanda, y por eso oraba como revistiéndose de una coraza que debía rodearlo por todas partes.

* En efecto, de atrás, de nuestro pasado, viene el recuerdo de errores cometidos, que nos repiten que no merecemos amor no bendición.

* De adelante, del futuro, nos vienen duras incertidumbres y una persistente desconfianza.

* De abajo, de nuestras bases, recibimos recio impacto y tambalean cuando suceden cosas dolorosas o imprevistas, como los accidentes, las enfermedades terminales, los secuestros y otras cosas muy graves.

* De arriba, de las alturas de la inteligencia, vienen las preguntas de mucha especulación, que al final llenan de duda.

* De la izquierda, imagen de lo siniestro, viene el escándalo de los antitestimonios, que apagan la alegría y dividen las comunidades.

* De la derecha, es decir, de nuestro deseo de ser correctos, viene un peligro: hay ocasiones en que tratamos de ser coherentes y obrar bien pero las cosas salen mal, o lo que es peor, recibimos como pago dura ingratitud.

* Y de adentro mismo, del corazón, brota a veces una especie de rebeldía cínica: la tentación misma de excluir a Dios y tomar el trono que sólo el debe ocupar en el alma.

* Por todo eso San Patricio entendió que la única forma de recuperar la estabilidad y permanecer firmes en Cristo era reclamar para Cristo cada puerta, cada flanco de nuestra vida.

Firmes en la Fe, 1 de 3

[Predicación a los Misioneros de Jesús,en Guatemala. Abril de 2013.]

* Cuando Cristo dice que la verdad nos hará libres está haciendo una promesa de liberación. Mas no debemos entender la liberación sólo para los casos de opresión o posesión diabólica. Si el pecado o el engaño aún tienen poder en nuestra vida quiere decir que en esa misma media necesitamos ser liberados.

* A menudo nuestros engaños tienen que ver con la medida incorrecta.

* Por ejemplo: es tentación frecuente en los hombres sentir que su trabajo es rutinario y carente de significado. Su autoestima es baja y se consideran como basura. De ese extremo pasamos al contrario: con un lenguaje agresivo, dominante e intransigente, ese mismo hombre se impone con arrogancia a su esposa o a sus hijos. Ese juego de extremos es estrategia muy usada por el demonio para debilitarnos y finalmente vencernos.

* Algo parecido, otro juego de extremos, acecha con frecuencia a las mujeres, cuando pasan de la idea de que no pueden gustar a nadie a la sensación embriagante de atraer la atención y el deseo, sobre todo cuando exhiben su cuerpo. Pero después de exhibirse es inevitable descubrir que esos ojos miran con desprecio, compasión o lujuria. Saber eso hunde en un nuevo ciclo de soledad, de vuelta al primer extremo.

* Hay un tercer “juego de extremos” que nos ataca a todos, y que quizás es el más perverso: vivir en la inconsciencia para luego mirar en la desesperación. Dice Santa Catalina de Siena que el demonio quiere mantenernos vendados en vida para arrancamos la vendrá justo a la hora de la muerte, de modo que pasemos de vivir como si no existiera la justicia de Dios a morir como si no existiera la misericordia de Dios.

* De todos esos y muchos otros engaños hemos de ser liberados, y para eso ha venido Cristo como nuestra única y preciosa verdad.

ESCUCHA, Nacer y renacer en la fe

[Predicación en la parroquia de San Pedro y San Pablo, de San José Villanueva, Guatemala, en Abril de 2013.]

* Para responder a la pregunta, siempre importante: ¿Cómo crecer en la fe?, a veces es provechoso preguntarse qué clase de cosas hacen que perdamos o disminuyamos la fe. La historia de algo que sucedió en una antigua población de Asia sirve de buena ilustración.

* Una terrible hambruna llegó a la ciudad de Samarcanda, y aunque el líder de la región, el príncipe Ismael, envió algo de alimento, la gente en el pueblo sintió que era demasiado poco para el número de necesitados. El alcalde Mustafá dispuso además que un contingente de soldados bien armados debían mantener a la multitud hambrienta a suficiente distancia de los alimentos, y también ordenó que fueron provistos en primer lugar las familias relacionadas con el gobierno de la ciudad, es decir, la gente más rica y poderosa. Todos estos hechos y decisiones llevaron a la gente a una sensación de desolación y desprotección: su fe y su esperanza se apagaban rápidamente.

* De ese relato es posible extraer las cosas que apagan la fe: (1) Sentir que nuestros problemas son demasiado grandes, y que ya no hay solución. (2) Pensar que lo que Dios o la oración puedan hacer será muy poco, o que ya es demasiado tarde, o que en realidad uno no merece que le llegue nada. (3) Tener la idea de que si Dios al fin sí da algo valioso y oportuno, será sólo para otras personas, por ejemplo: la gente buena, con instrucción en la fe, o que siempre ha estado cercana a la Iglesia. (4) Tener suspicacia de los planes o la manera como Dios da las cosas, y optar por excluirse uno mismo por no hacerse ilusiones.

* Pero la manera como Cristo habla, y sobre todo actúa, lleva una lógica distinta. Su estilo queda bien plasmado en las Bienaventuranzas (Mateo 5). Cristo es el Dios cercano que derriba nuestros prejuicios, que no se deja detener por el asco, la simple costumbre, la conveniencia, o el pasado que haya tenido una persona. Su actitud es refrescante y liberadora y despierta la alegría que sólo se siente ante una auténtica sorpresa de amor. Así se cumple que en el renace nuestra fe.

Trascendencia de la salvacion y autonomia de las realidades terrenas

45 Jesucristo es el Hijo de Dios hecho hombre en el cual y gracias al cual el mundo y el hombre alcanzan su auténtica y plena verdad. El misterio de la infinita cercanía de Dios al hombre —realizado en la Encarnación de Jesucristo, que llega hasta el abandono de la cruz y la muerte— muestra que lo humano cuanto más se contempla a la luz del designio de Dios y se vive en comunión con Él, tanto más se potencia y libera en su identidad y en la misma libertad que le es propia. La participación en la vida filial de Cristo, hecha posible por la Encarnación y por el don pascual del Espíritu, lejos de mortificar, tiene el efecto de liberar la verdadera identidad y la consistencia autónoma de los seres humanos, en todas sus expresiones.

Esta perspectiva orienta hacia una visión correcta de las realidades terrenas y de su autonomía, como bien señaló la enseñanza del Concilio Vaticano II: « Si por autonomía de la realidad terrena se quiere decir que las cosas creadas y la sociedad misma gozan de propias leyes y valores, que el hombre ha de descubrir, emplear y ordenar poco a poco, es absolutamente legítima esta exigencia de autonomía… y responde a la voluntad del Creador. Pues, por la propia naturaleza de la creación, todas las cosas están dotadas de consistencia, verdad y bondad propias y de un propio orden regulado, que el hombre debe respetar con el reconocimiento de la metodología particular de cada ciencia o arte ».[Concilio Vaticano II, Const. past. Gaudium et spes, 36: AAS 58 (1966) 1054; cf. Id., Decr. Apostolicam actuositatem, 7: AAS 58 (1966) 843-844]

46 No existe conflictividad entre Dios y el hombre, sino una relación de amor en la que el mundo y los frutos de la acción del hombre en el mundo son objeto de un don recíproco entre el Padre y los hijos, y de los hijos entre sí, en Cristo Jesús: en Él, y gracias a Él, el mundo y el hombre alcanzan su significado auténtico y originario. En una visión universal del amor de Dios que alcanza todo cuanto existe, Dios mismo se nos ha revelado en Cristo como Padre y dador de vida, y el hombre como aquel que, en Cristo, lo recibe todo de Dios como don, con humildad y libertad, y todo verdaderamente lo posee como suyo, cuando sabe y vive todas las cosas como venidas de Dios, por Dios creadas y a Dios destinadas. A este propósito, el Concilio Vaticano II enseña: « Pero si autonomía de lo temporal quiere decir que la realidad creada es independiente de Dios y que los hombres pueden usarla sin referencia al Creador, no hay creyente alguno a quien se le escape la falsedad envuelta en tales palabras. La criatura sin el Creador desaparece ».[Concilio Vaticano II, Const. past. Gaudium et spes, 36: AAS 58 (1966) 1054]

47 La persona humana, en sí misma y en su vocación, trasciende el horizonte del universo creado, de la sociedad y de la historia: su fin último es Dios mismo,[Cf. Catecismo de la Iglesia Católica, 2244] que se ha revelado a los hombres para invitarlos y admitirlos a la comunión con Él: [Cf. Concilio Vaticano II, Const. dogm. Dei Verbum, 2: AAS 58 (1966) 818] « El hombre no puede darse a un proyecto solamente humano de la realidad, a un ideal abstracto, ni a falsas utopías. En cuanto persona, puede darse a otra persona o a otras personas y, por último, a Dios, que es el autor de su ser y el único que puede acoger plenamente su donación ».[Juan Pablo II, Carta enc. Centesimus annus, 41: AAS 83 (1991) 844] Por ello « se aliena el hombre que rechaza trascenderse a sí mismo y vivir la experiencia de la autodonación y de la formación de una auténtica comunidad humana, orientada a su destino último que es Dios. Está alienada una sociedad que, en sus formas de organización social, de producción y consumo, hace más difícil la realización de esta donación y la formación de esa solidaridad interhumana ».[Juan Pablo II, Carta enc. Centesimus annus, 41: AAS 83 (1991) 844-845]

48 La persona humana no puede y no debe ser instrumentalizada por las estructuras sociales, económicas y políticas, porque todo hombre posee la libertad de orientarse hacia su fin último. Por otra parte, toda realización cultural, social, económica y política, en la que se actúa históricamente la sociabilidad de la persona y su actividad transformadora del universo, debe considerarse siempre en su aspecto de realidad relativa y provisional, porque « la apariencia de este mundo pasa » (1 Co 7,31). Se trata de una relatividad escatológica, en el sentido de que el hombre y el mundo se dirigen hacia una meta, que es el cumplimiento de su destino en Dios; y de una relatividad teológica, en cuanto el don de Dios, a través del cual se cumplirá el destino definitivo de la humanidad y de la creación, supera infinitamente las posibilidades y las aspiraciones del hombre. Cualquier visión totalitaria de la sociedad y del Estado y cualquier ideología puramente intramundana del progreso son contrarias a la verdad integral de la persona humana y al designio de Dios sobre la historia.

Este Compendio se publica íntegramente, por entregas, aquí.

ESCUCHA y descubre a Dios como Padre

Escuela de Vida Interior, Tema 23: Dios Padre

* El centro de nuestra vida cristiana radica en estas dos revelaciones: (1) La revelación de Dios como Padre de Nuestro Señor Jesucristo; y (2) La revelación de Dios como Padre de cada uno de quienes en Cristo acogen el don del Espíritu Santo. Hay santos, como Teresa del Niño de Jesús y Francisco de Asís que han vivido con particular intensidad ese sentido de filiación. Otros, como San Agustín o San Cipriano, son reconocidos por sus comentarios a la oración cristiana por excelencia, el Padrenuestro. Finalmente, hemos de considerar como normativo y especialmente rico lo que nos enseña el catecismo sobre Dios como Padre, y lo que nos enseña sobre la oración de Jesús.

* Es rasgo común a muchas culturas el hablar de una mezcla o fusión de lo humano y lo divino pero a excepción del cristianismo, esta combinación o mezcla es privilegio de unos pocos. Son los “héroes” de la mitología griega o la casta real de los egipcios o los incas. La audacia de la fe cristiana hunde su raíz en la audacia del dato biblico fundamental del génesis: el hombre, todo hombre, es imagen y semejanza de Dios. Por ello mismo, todo ser humano es, cuando menos en potencia, hijo de Dios, y ello le da una dignidad inmensa que es anterior a toda institución humana y que por consiguiente nadie le puede arrebatar. Históricamente, este ha sido el origen de la enseñanza, tan apreciada en Occidente, sobre los Derechos Humanos. Allí donde se ha proclamado a Dios como Padre, y allí donde se ha reconocido a todo ser humano como potencial hijo de Dios, avanzan los Derechos Humanos.

* En cambio, cuando se oscurece la idea de Dios, a lo sumo queda un respeto por la capacidad pensante del hombre. Pero esta capacidad no se puede detectar en todos. Sucede en nuestra sociedad, que adora la racionalidad, que los embriones y fetos humanos, los enfermos terminales, los intelectualmente deficientes, los que padecen Alzheimer u otra enfermedad degenerativa ya no son tan “humanos” como los demás, y por eso se impone la idea funesta de que puede disponerse de ellos.

* La fuente de la novedad cristiana está en la novedad que es Cristo mismo. Sus contemporáneos se maravillan de que habla con autoridad (Marcos 1,27). Sus adversarios quedan avergonzados y confundidos frente a la luminosa sencillez de su lenguaje (véase por ejemplo la controversia con los saduceos en Lucas 20,27-38) y la perfecta coherencia de su vida (véase Juan 8,46). No acepta elogios ni grandezas mundanas sino que cuando todos los aclaman, él prefiere retirarse a la soledad y a la oración (Juan 6,15). Todo su secreto está en esa oración.

* De esa misma oración nos habló el Señor en el Sermón de la montaña cuando dijo: “tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cuando hayas cerrado la puerta, ora a tu Padre que está en secreto, y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará” (Mateo 6,6). En aquel espacio y aquel tiempo en el que tú no tienes que ser nada para nadie, allí es donde está tu secreto; allí es donde sencillamente “eres,” y allí es donde la oración y la unión con Dios Padre acontecen. El Papa Juan Pablo II identifica ese lugar espiritual con el santuario de la conciencia, y afirma: “todos los condicionamientos y esfuerzos por imponer el silencio no logran sofocar la voz del Señor que resuena en la conciencia de cada hombre. De este íntimo santuario de la conciencia puede empezar un nuevo camino de amor, de acogida y de servicio a la vida humana” (Evangelium Vitae, 24).

* En la experiencia de simplemente “ser,” que no es otra cosa que experiencia de recibir el ser, el orante se descubre hijo amadísimo. Tal amor lo hace libre porque le quita la durísima tarea de estar mendigando amor de las creaturas. Amado sin condiciones, y transparente a un amor que le sobrepasa, se hace capaz de amar sin negociar.

* Son así tres los principales frutos de la experiencia de ser hijo: (1) la paz, más allá de la tranquilidad frágil que promete el mundo; (2) la libertad, que no degenera en egoísmo ni en indiferencia; (3) el amor, que no depende de la retribución y que verdaderamente refleja de quién somos y qué naturaleza hemos recibido.

* * *

Este tema pertenece al Capítulo 03 de la Escuela de Vida Interior; la serie completa de los diez temas de este Capítulo 03 está aquí:

is.gd/vida_interior_03

La serie de TODOS los temas de esta Escuela de Vida Interior está aquí:

is.gd/vidainterior

La fe que transforma el mundo, 3 de 3, Consignas y propuestas

[Encuentros con seminaristas, capellanes y docentes de Colegios de la Arquidiócesis de Guayaquil, en Abril de 2013.]

En esta conferencia entendemos por “misiles” a los procesos legales, jurídicos y ejecutivos, artificialmente acelerados y sospechosamente financiados, que avanzan prácticamente en todo el mundo, en contra del respeto a la vida humana, en contra de la dignidad única del amor y la sexualidad humanos, y en contra de la institución básica de la sociedad: la familia. Nos queda claro que esos misiles han avanzado o ya impactado de modo más grave en unos lugares que en otros. Es nuestro deber entonces aprender de las experiencias ajenas. Y en cuanto al propio país o lugar: conocer las plataformas desde las que se lanzan esos misiles; evitar con todas nuestras fuerzas su lanzamiento; minimizar su impacto, si han sido lanzados; corregir prontamente los daños si ya han caído.

He aquí algunas de los consignas y propuestas más urgentes:

  1. Ver y hacer ver lo que está sucediendo.
  2. No sucumbir al espíritu de secta; por ejemplo, haciendo el juego a los que quieren que la Iglesia se encierre en su culto, o en un mundo exótico sin verdadera relevancia para las cuestiones que importan hoy.
  3. No caer tampoco en la tentación de la relevancia: tratar de hacernos visibles y mediáticos a cualquier costo.
  4. Es indispensable, sobre todo en materia de educación, vincular todas las fuerzas: padres de familia, docentes, estudiantes, directivos, administrativos.
  5. Y sobre todo: ser audaces en proponer la militancia, el heroísmo y la santidad.

La fe que transforma el mundo, 2 de 3, Cuestiones de fondo

[Encuentros con seminaristas, capellanes y docentes de Colegios de la Arquidiócesis de Guayaquil, en Abril de 2013.]

Hay presupuestos antropológicos y y filosóficos que sirven de terreno fértil para los sofismas de nuestro tiempo:

  1. La pretensión de que sólo puede darse justicia si se afirma la igualdad: de género, clase, religión, y demás. La respuesta católica es que la igualdad fundamental en la dignidad no riñe con que seamos distintos ni se opone a una sana y enriquecedora complementariedad. Lo que hay buscar es el servicio mutuo, y no tomar como objetivo fundamental y único la supresión de las diferencias.
  2. La tiranía de la mayoría numérica que degenera en el gobierno de los lobbies o grupos de presión (“colectivos,” que llaman en España). Respuesta católica: hay que dejar en alto la conciencia de que la verdad no se determina por mayorías, y educar en las grandes virtudes que no pasan de modo, como la sabiduría y la prudencia.
  3. El uso reflejo de las ciencias humanas: “ingeniería social.” A medida que conocen más del ser humano saben también más cómo manipularlo; por ejemplo, cómo hacer aceptables comportamientos que al principio son rechazados. La respuesta católica implica la educación en la virtud, por ejemplo, en la templanza, y además supone la persistencia en la tarea de la evangelización.

La fe que transforma el mundo, 1 de 3, Sobre algunos sofismas de nuestro tiempo

[Encuentros con seminaristas, capellanes y docentes de Colegios de la Arquidiócesis de Guayaquil, en Abril de 2013.]

He aquí algunos de los sofismas más repetidos:

  1. Sólo puede juzgar de religión el que es neutro ante la religión, es decir, el que no cree en la religión.
  2. Allí donde hay una mayoría católica hay que prohibir las manifestaciones de fe católica porque ofender a las minorías no-católicas
  3. Controlar la población es controlar la economía
  4. Para mejorar la salud pública el camino son las campañas de sexo seguro
  5. Liberar a la mujer es hacerla semejante al varón
  6. La orientación sexual es como la raza, y hay que darle tratamiento de “derecho humano”
  7. Los cambios sociales que se impulsan en todas partes, en contra de la dignidad del amor humano, y en contra de la vida misma, son inevitables e irreversibles

El discipulo de Cristo como nueva criatura

41 La vida personal y social, así como el actuar humano en el mundo están siempre asechados por el pecado, pero Jesucristo, « padeciendo por nosotros, nos dio ejemplo para seguir sus pasos y, además, abrió el camino, con cuyo seguimiento la vida y la muerte se santifican y adquieren nuevo sentido ».[Concilio Vaticano II, Const. past. Gaudium et spes, 22: AAS 58 (1966) 1043] El discípulo de Cristo se adhiere, en la fe y mediante los sacramentos, al misterio pascual de Jesús, de modo que su hombre viejo, con sus malas inclinaciones, está crucificado con Cristo. En cuanto nueva criatura, es capaz mediante la gracia de caminar según « una vida nueva » (Rm 6,4). Es un caminar que « vale no solamente para los cristianos, sino también para todos los hombres de buena voluntad, en cuyo corazón obra la gracia de modo invisible. Cristo murió por todos, y la vocación suprema del hombre en realidad es una sola, es decir, la divina. En consecuencia, debemos creer que el Espíritu Santo ofrece a todos la posibilidad de que, en la forma de solo Dios conocida, se asocien a este misterio pascual ».[Concilio Vaticano II, Const. past. Gaudium et spes, 22: AAS 58 (1966) 1043]

42 La transformación interior de la persona humana, en su progresiva conformación con Cristo, es el presupuesto esencial de una renovación real de sus relaciones con las demás personas: « Es preciso entonces apelar a las capacidades espirituales y morales de la persona y a la exigencia permanente de su conversión interior para obtener cambios sociales que estén realmente a su servicio. La prioridad reconocida a la conversión del corazón no elimina en modo alguno, sino, al contrario, impone la obligación de introducir en las instituciones y condiciones de vida, cuando inducen al pecado, las mejoras convenientes para que aquéllas se conformen a las normas de la justicia y favorezcan el bien en lugar de oponerse a él ».[Catecismo de la Iglesia Católica, 1888]

43 No es posible amar al prójimo como a sí mismo y perseverar en esta actitud, sin la firme y constante determinación de esforzarse por lograr el bien de todos y de cada uno, porque todos somos verdaderamente responsables de todos.[Cf. Juan Pablo II, Carta enc. Sollicitudo rei socialis, 38: AAS 80 (1988) 565-566] Según la enseñanza conciliar, « quienes sienten u obran de modo distinto al nuestro en materia social, política e incluso religiosa, deben ser también objeto de nuestro respeto y amor. Cuanto más humana y caritativa sea nuestra comprensión íntima de su manera de sentir, mayor será la facilidad para establecer con ellos el diálogo ».[Concilio Vaticano II, Const. past. Gaudium et spes, 28: AAS 58 (1966) 1048] En este camino es necesaria la gracia, que Dios ofrece al hombre para ayudarlo a superar sus fracasos, para arrancarlo de la espiral de la mentira y de la violencia, para sostenerlo y animarlo a volver a tejer, con renovada disponibilidad, una red de relaciones auténticas y sinceras con sus semejantes.[Cf. Catecismo de la Iglesia Católica, 1889]

44 También la relación con el universo creado y las diversas actividades que el hombre dedica a su cuidado y transformación, diariamente amenazadas por la soberbia y el amor desordenado de sí mismo, deben ser purificadas y perfeccionadas por la cruz y la resurrección de Cristo. « El hombre, redimido por Cristo y hecho, en el Espíritu Santo, nueva criatura, puede y debe amar las cosas creadas por Dios. Pues de Dios las recibe y las mira y respeta como objetos salidos de las manos de Dios. Dándole gracias por ellas al Bienhechor y usando y gozando de las criaturas en pobreza y con libertad de espíritu, entra de veras en posesión del mundo como quien nada tiene y es dueño de todo: Todo es vuestro; vosotros sois de Cristo, y Cristo es de Dios (1 Co 3,22-23) ».[Concilio Vaticano II, Const. past. Gaudium et spes, 37: AAS 58 (1966) 1055.]

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