Podemos ya declarar el proyecto Universidad Catolica como ruidoso fracaso?

Barack Obama, el presidente norteamericano más pro-aborto de toda la historia, va a recibir el Doctorado Honorario en Leyes de la Universidad Católica más grande y emblemática de los Estados Unidos, Notre Dame. Obama tendrá a su cargo también el discurso de comienzo de curso: todo sucederá el Domingo 17 de Mayo. Hay una campaña on-line para quejarse ante el presidente de esa otrora prestigiosa institución católica, que para más dolor y confusión, es un sacerdote, P. Jenkins; sí, el mismo que hace años justificó la presentación de los Monólogos “V” en las mismas instalaciones.

Incluso si se pretende argüír que otros presidentes, incluyendo a George W. Bush, con su propia carga de crímenes o excesos, han hablado en ese mismo foro, ello no aminora el escándola del contra la vida naciente de Obama. En fin, esta es una de esas ocasiones en que entiendo la ira santa de Luis Fernando Pérez. Uno sólo puede preguntarse: ¿es que el P. Jenkins no tiene un superior? ¿Él se manda solo? Su postura en esto y otras cosas va en choque frontal con las declaraciones de los mismos obispos de Estados Unidos. ¿Eso importa algo, o nada?

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Todos llamados a su pleno desarrollo

Cada uno es miembro de la sociedad, pertenece a la humanidad entera. Y no es solamente este o aquel hombre sino que todos los hombres están llamados a [su] desarrollo pleno. Las civilizaciones nacen, crecen y mueren. Pero como las olas del mar en flujo de la marea van avanzando, cada una un poco más, en la arena de la playa, de la misma manera la humanidad avanza por el camino de la historia. Herederos de generaciones pasadas y beneficiándonos del trabajo de nuestros contemporáneos, estamos obligados para con todos y no podemos desinteresarnos de los que vendrán a aumentar todavía más el círculo de la familia humana. La solidaridad universal, que es un hecho y un beneficio para todos, es también un deber.

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Espiritualidad Trinitaria

(Gen 1,26-27; Hech 2, 1-47)

Les invito a reflexionar sobre la espiritualidad que surge de la vida Trinitaria de Dios, espiritualidad esencial y primera del ser humano, creado a imagen y semejanza de Dios, creado para la comunión con Dios y con sus semejantes. Para que pudiera vivir la unidad, Dios le dotó: de sentidos, ellos le ayudan a comunicarse con el hombre y con el mundo material; de virtudes teologales o sentidos sobrenaturales: fe, esperanza y caridad, para que pudiera comunicarse con Dios y con el mundo sobrenatural. Ha sido estructurado para dar y recibir amor. Si esto no acontece en su vida, se frustrará en una de las necesidades fundamentales de su ser. Es por esto que: “La pobreza de comunicación debilita la persona, debilita la comunidad y convierte en extraño al hermano y en anónima la relación” (VFC 32).

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Buscando la Gran Esperanza

La experiencia demuestra que las cualidades personales y los bienes materiales no son suficientes para asegurar esa esperanza que el ánimo humano busca constantemente. Como he escrito en la citada Encíclica Spe salvi, la política, la ciencia, la técnica, la economía o cualquier otro recurso material por sí solos no son suficientes para ofrecer la gran esperanza a la que todos aspiramos. Esta esperanza «sólo puede ser Dios, que abraza el universo y que nos puede proponer y dar lo que nosotros por sí solos no podemos alcanzar» (n. 31). Por eso, una de las consecuencias principales del olvido de Dios es la desorientación que caracteriza nuestras sociedades, que se manifiesta en la soledad y la violencia, en la insatisfacción y en la pérdida de confianza, llegando incluso a la desesperación. Fuerte y clara es la llamada que nos llega de la Palabra de Dios: «Maldito quien confía en el hombre, y en la carne busca su fuerza, apartando su corazón del Señor. Será como un cardo en la estepa, no verá llegar el bien» (Jr 17,5-6).

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La vida de la Trinidad es vida de amistad

(Lc 10,21-22; Jn 14,5-17; 15, 1-17)

Les invito a reflexionar sobre la vida de amistad en la Trinidad, el más alto grado de comunión vivido entre personas. La Escritura nos ofrece material para nuestra profundización. La amistad es el sacramento primario de toda solidaridad entre personas. Por esto, entre las Personas divinas se vive la amistad. Más aún, ellas son la fuente de la amistad. Hay personas que viven juntas toda una vida y no llegan a ser amigos: padres que no han podido ser amigos de sus hijos; hermanos entre los cuales no ha podido florecer la amistad; religiosos que se han quedado en los inicios del amor, sin llegar a saborear la amistad. Pero, también hay encuentros entre personas, que se convierten en amistades muy hondas.

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Notas de Teologia, 04

La afirmación de un Dios “personal” resulta difícil de admitir para aquellos que ven en ella sólo una proyección de nuestra propia manera de ser, o de nuestras necesidades o deseos. Dos respuestas–insuficientes–han sido: (1) La de Einstein, o sea, reconocer un misterio y una trascendencia pero sin nombre, y sin una revelación posible. (2) La del averroísmo (por Averroes): sostener que hay como dos ámbitos de lo verdadero: la verdad de la inteligencia y la verdad de la fe–o en el caso de nuestro mundo postmoderno, la verdad de la ciencia y la de la emoción/devoción/tradición.

El apostolado de los laicos en las misiones

Los fieles cristianos, en cuanto miembros de un organismo vivo, no pueden mantenerse cerrados en sí mismos, creyendo les baste con haber pensado y proveído en sus propias necesidades espirituales, para cumplir todo su deber. Cada uno, por lo contrario, contribuya de su propia parte al incremento y a la difusión del reino de Dios sobre la tierra. Nuestro predecesor Pío XII ha recordado a todos este su deber universal:

La catolicidad es una nota esencial de la verdadera Iglesia: hasta el punto que un cristiano no es verdaderamente devoto y afecto a la Iglesia si no se siente igualmente apegado y devoto de su universalidad, deseando que eche raíces y florezca en todos los lugares de la tierra.

Todos han de emularse saludablemente unos a otros, y dar asiduos testimonios de celo por el bien espiritual del prójimo, por la defensa de la propia fe, para darla a conocer a quien la ignora del todo o a quien no la conoce bien y, por ello, malamente la juzga. Ya desde la niñez y la adolescencia, en todas las comunidades cristianas, aun en las más jóvenes, se necesita que clero, familias y las varias organizaciones locales de apostolado inculquen este santo deber.

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Notas de Teologia, 03

¿Cuál podría ser una categoría central para la teología y la vida de la Iglesia en el siglo XXI, que estamos empezando? Es posible que sea la noción de “persona” y las razones por las que este nombre se postula tienen que ver con muchos frentes, empezando por la crítica del ateísmo reciente que abomina de la idea de un Dios que diseña detalles e interviene en los asuntos del universo.

La Vida Religiosa en las raices de la Vida Trinitaria

La Comunión entre las Personas divinas “se realiza” mediante la participación; sin ella no hay comunión. Entre ellas hay una participación infinita de conocimiento y amor, desde toda la eternidad. Cuando se afirma que “la Trinidad es un misterio inaccesible,” se puede pensar que es muy distante de nuestra vida. Si así fuese, no sería el misterio principal de nuestra fe. Y gracias a Dios no es así. La Santísima Trinidad no es algo frío, abstracto, lejano. Al contrario, siendo amor infinito, es un misterio íntimo, próximo, sorprendentemente vital, generador de comunión y referencia obligatoria de toda comunión (de la Iglesia, de la humanidad, del cosmos).

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Notas de Teologia, 02

La nota característica del siglo XX, en cuanto a la teologia, puede ser la relacion entre la Iglesia y el Mundo.

Acercarse a los textos primeros, para mejor comprender la Biblia

Al intérprete católico que emprendiese la tarea de entender y exponer las Sagradas Escrituras ya le recomendaban encarecidamente los Padres de la Iglesia, y en primer término San Agustín, que estudiara las lenguas antiguas y volviera siempre a los textos primitivos; pero en aquellos tiempos pocos conocían la lengua hebrea, y eso sólo imperfectamente.

Luego en la Edad Media, cuando la teología escolástica florecía más que nunca, desde mucho tiempo antes se había disminuido el conocimiento de la lengua griega de tal manera entre los occidentales, que hasta los mismos supremos doctores de aquellos tiempos, al explicar los divinos libros, solamente se apoyaban en la versión latina llamada Vulgata.

Por el contrario, en estos nuestros tiempos no solamente la lengua griega, que desde el Renacimiento literario en cierto sentido ha sido resucitada a su nueva vida, es ya familiar a casi todos los cultivadores de la antigüedad, sino que aun el conocimiento de la lengua hebrea y de otras lenguas orientales ha aumentado grandemente entre los estudiosos.

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Quien es nuestro Dios

(Hech 17, 22-34; Mt 15,16,17); Jn 14,1-31)

Les invito a revisar la imagen que tenemos de nuestro Dios. ¿Cómo es esa imagen? La mayoría de los cristianos nos hemos quedado con una imagen humana, más bien filosófica, como el UNO trascendente. Hemos dejado a un lado la imagen bíblica, la imagen trinitaria, la imagen que el mismo Dios nos ha revelado por Jesucristo. Y la hemos relegado porque nos parecía inalcanzable, sin consecuencias prácticas para la vida y, menos para la salvación. Por eso, en este trabajo abordaremos primero el tema de la unidad de Dios, de la Comunión Trinitaria, para detenernos, después, en cada una de las Personas divinas, y de manera especial, en la adorable Persona del Padre. Qué lindo que en estos días abandonemos la idea que nos hemos formado de Dios, y nos dejemos sorprender por el adorable Jesucristo para que nos pueda revelar su imagen de Dios! El es misericordia, amor, es como las entrañas maternas que se estremecen por nosotros. Entonces, y sólo entonces, nuestra visión de la vida cambiará. Quiero iniciar recordando una experiencia del santo Cura de Ars. Un día se le presentó en la casa cural un hombre que quería discutir sobre Dios y expresarle unas dudas sobre El. El padre Vianney le pidió que, primero se arrodillara y confesara sus pecados. El hombre no quería aceptar, pues buscaba sobre Dios pruebas de razón, argumentos intelectuales. El cura de Ars se mantuvo firme en su pedido, hasta que el hombre convino y le pidió que lo confesara. Acabada la confesión de sus pecados, y habiendo recibido la absolución, el padre le dijo: ahora sí veamos sus dudas sobre Dios. Nuestro hombre, agradecido, replicóque ya no tenía dudas. Todo estaba claro. Con su confesión había eliminado sus dudas y ahora estaba tranquilo con Dios. Ya lo dijo el mismo Jesús: Dichosos los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios (Mt 5,8).

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Penitencia interior y exterior

El carácter eminentemente interior y religioso de la penitencia, y los maravillosos aspectos que adquiere «en Cristo y en la Iglesia», no excluyen ni atenúan en modo alguno la práctica externa de esta virtud, más aún, exigen con particular urgencia su necesidad y estimulan a la Iglesia -atenta siempre a los signos de los tiempos- a buscar, además de la abstinencia y el ayuno, nuevas expresiones, más capaces de realizar, según la condición de las diversas épocas, el fin de la penitencia.

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Llamalo un desahogo, si te parece

Sí, ya sé que no es buena idea hablar en términos políticos de la Iglesia, cuya realidad es esencialmente teológica. Y sí, tengo claro también que para nadie que ame a Cristo puede ser una buena noticia que los discípulos y los ministros de Cristo sean ocasión de escandalo. Pero también veo con claridad que el silencio es una forma de complicidad, a veces, y veo del mismo modo que tenemos que aprender a sacar las lecciones de la historia, según aquello de que ignorar la historia es repetirla.

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