Hay que responder a las mociones del Espíritu

11. El Pueblo de Dios, movido por la fe, que le impulsa a creer que quien lo conduce es el Espíritu del Señor, que llena el universo, procura discernir en los acontecimientos, exigencias y deseos, de los cuales participa juntamente con sus contemporáneos, los signos verdaderos de la presencia o de los planes de Dios. La fe todo lo ilumina con nueva luz y manifiesta el plan divino sobre la entera vocación del hombre. Por ello orienta la menta hacia soluciones plenamente humanas.

El Concilio se propone, ante todo, juzgar bajo esta luz los valores que hoy disfrutan la máxima consideración y enlazarlos de nuevo con su fuente divina. Estos valores, por proceder de la inteligencia que Dios ha dado al hombre, poseen una bondad extraordinaria; pero, a causa de la corrupción del corazón humano, sufren con frecuencia desviaciones contrarias a su debida ordenación. Por ello necesitan purificación.

¿Qué piensa del hombre la Iglesia? ¿Qué criterios fundamentales deben recomendarse para levantar el edificio de la sociedad actual? ¿Qué sentido último tiene la acción humana en el universo? He aquí las preguntas que aguardan respuesta. Esta hará ver con claridad que el Pueblo de Dios y la humanidad, de la que aquél forma parte, se prestan mutuo servicio, lo cual demuestra que la misión de la Iglesia es religiosa y, por lo mismo, plenamente humana.

[Constitucion Gaudium et Spes, del Concilio Vaticano II, n. 11]

Amor a Cristo, amor a la Iglesia – 7 de 7

Retiro Espiritual en el Seminario de Bogotá. Tema 7: La fuente del amor a la Santa Iglesia. Desde un punto de vista externo, de mentalidad “carnal” o “puramente humana” (que equivale a “mundana”) la Iglesia será vista como estorbo o como sierva de un orden que en realidad no la necesita. Bien distinto es el cuadro que brota del mensaje y noticia de la Cruz. Es allí donde se entiende que ser iglesia es ser asamblea de los convocados por el amor que redime.

Amor a Cristo, amor a la Iglesia – 6 de 7

Retiro Espiritual en el Seminario de Bogotá. Tema 6: El imposible de una Iglesia “puramente humana.” San Pablo distingue en el hombre que es “sólo” humano (ánthropos psychikós) y el hombre que conoce y ha experimentado la gracia del Espíritu (ánthropos pneumatikós). Lo “sólo humano” no rechaza a la Iglesia pero quiere redefinirla con condiciones específicas: (1) Que acepta la democracia; (2) Que se pliegue ante la opinión pública y el consenso social; (3) Que limite su acción a lo intra-mundano, relegando lo demás al carácter de fábula o mito; (4) Que no pretenda juzgar en la vida privada de las personas. Por supuesto, una “iglesia” que aceptara eso no sería más la Iglesia de Cristo.

El Vaticano y los pederastas en Irlanda

En el curso de un programa televisivo en Irlanda se hizo referencia a una carta escrita por el entonces nuncio en Irlanda, Luciano Sotero, a los miembros de la conferencia episcopal en 1997. Esa fue presentada en modo tendencioso por algunos medios de comunicación como prueba de una indicación, de parte vaticana, de cobertura de casos de abuso sexual contra menores.

La carta -escrita en base a indicaciones de la Congregación para el Clero- se refiere a un documento específico de estudio de un comité de obispos irlandeses y pone de relievo los aspectos problemáticos, indicando la necesidad de una profundización que tuviera en cuenta también situaciones análogas en otros países y que fuera conducido en diálogo y colaboración con las conferencias episcopales de los países involucrados.

Es necesario, ante todo, hacer notar que la carta no dice en modo alguno que no deban ser respetadas las leyes en vigor en el país.

Además la carta insiste justamente en el hecho que es importante que la legislación canónica sea siempre respetada, precisamente para evitar que los culpables tengan motivo fundados para un recurso y obteniendo, por lo tanto, el resultado contrario al deseado.

Es necesario finalmente recordar que la carta fue escrita en un tiempo precedente a las normas de 2001 y a aquella unificación de las competencias en la materia bajo la jurisdicción de la Congregación para la Doctrina de la Fe, que ha ciertamente ayudado a la claridad de los ordenamientos y a la eficacia de los procesos.

Publicado via email a partir de Palabras de camino

Juan Pablo II, beato el próximo 1 de mayo

El papa Juan Pablo II será beatificado el próximo 1 de mayo, que este año coincide con la fiesta de la Divina Misericordia, segundo domingo de Pascua.

Lo anunció este viernes el portavoz de la Santa Sede, padre Federico Lombardi, tras hacerse pública la aprobación del decreto sobre el milagro atribuido a la intercesión de Karol Wojtyla.

Una nota informativa de la Congregación para las Causas de los Santos publicada este viernes por la Oficina de Información de la Santa Sede detalla el Iter de la causa de beatificación de Juan Pablo II.

La fecha de la beatificación del papa polaco se hace pública después de que el pasado 11 de enero, los cardenales y obispos de esta Congregación consideraran “milagrosa” la curación de la religiosa Marie Pierre Simon por intercesión de Juan Pablo II.

Publicado via email a partir de Palabras de camino

Cambios psicologicos, morales y religiosos

7. El cambio de mentalidad y de estructuras somete con frecuencia a discusión las ideas recibidas. Esto se nota particularmente entre jóvenes, cuya impaciencia e incluso a veces angustia, les lleva a rebelarse. Conscientes de su propia función en la vida social, desean participar rápidamente en ella. Por lo cual no rara vez los padres y los educadores experimentan dificultades cada día mayores en el cumplimiento de sus tareas.

Las instituciones, las leyes, las maneras de pensar y de sentir, heredadas del pasado, no siempre se adaptan bien al estado actual de cosas. De ahí una grave perturbación en el comportamiento y aun en las mismas normas reguladoras de éste.

Las nuevas condiciones ejercen influjo también sobre la vida religiosa. Por una parte, el espíritu crítico más agudizado la purifica de un concepto mágico del mundo y de residuos supersticiosos y exige cada vez más una adhesión verdaderamente personal y operante a la fe, lo cual hace que muchos alcancen un sentido más vivo de lo divino. Por otra parte, muchedumbres cada vez más numerosas se alejan prácticamente de la religión. La negación de Dios o de la religión no constituye, como en épocas pasadas, un hecho insólito e individual; hoy día, en efecto, se presenta no rara vez como exigencia del progreso científico y de un cierto humanismo nuevo. En muchas regiones esa negación se encuentra expresada no sólo en niveles filosóficos, sino que inspira ampliamente la literatura, el arte, la interpretación de las ciencias humanas y de la historia y la misma legislación civil. Es lo que explica la perturbación de muchos.

[Constitucion Gaudium et Spes, del Concilio Vaticano II, n. 7]

Las riquezas del Vaticano

Las riquezas del Papa… Curioso que se presente ese tono de acusación y sospecha contra una persona como Joseph Ratzinger, famoso por su frugalidad y sobriedad. Eso me hace suponer que la gente confunde la vida del Papa, como ser individual, el papel del Papa, como Jefe de Estado, y el ministerio del Papa, como cabeza visible del orbe católico. Si vamos a hablar de eficiencia, ¿no es verdad que todos esperamos y deseamos que los organismos de gobierno de la Iglesia sean eficientes y competentes? Bueno, eso requiere de oficinas, empleados, equipos, seguridad. Requiere también de un banco, dineros, cuidar que no haya déficit, tomar precauciones de seguridad informática y de impedir el lavado de dineros. Supongo que cuando la gente se queja de “las riquezas del Papa” no se refiere a las oficinas y dependencias del Vaticano.

Quizás hay personas que se refieren a los Museos del Vaticano. Como en todo museo, hay riquezas inmensas, sobre todo de orden cultural, en los museos “del Papa.” ¿Qué espera la gente? ¿Que el Papa venda al Museo Británico, o al Louvre de París, lo que tiene, de modo que esos museos ganen más dinero, y entonces el Papa como individuo dilapide los presentes que naciones y reinos le han dado a la Santa Sede a lo largo de los siglos? ¿Por qué no le pedimos a Estados Unidos que venda el Smithsonian, por qué no le pedimos a Italia que venda el David de Miguel Angel? ¿No sería buena idea que Francia vendiera la Mona Lisa a Rusia, por ejemplo, para que luegio obliguemos a Rusia a que se la venda, por ejemplo, a la India? ¿En qué cabeza cabe eso? Los bienes culturales tienen una procedencia y un destinatario, y lo normal es que quien recibe, agradezca y comparta el uso y disfrute de lo recibido–no que lo venda.

Dicho de modo más sencillo: Joseph Ratzinger no es el dueño de los códices de la biblioteca vaticana, ni puede moralmente venderlos. Las obras de caridad del Papa tienen que tener otras fuentes de ingreso. Y sí que lo tienen: miremos el presupuesto del Vaticano, y miremos cuánto se da en donaciones para el hambre, calamidades, los refugiados, los desplazados. Saquemos esa proporción. En un año típico una cuarta parte del dinero que ingresa al Vaticano se destina directamente a donaciones. ¿Le pediremos lo mismo a los millones de millones de dólares de Canadá, Alemania o Italia? O volvamos a la escala de las personas: ¿les exigimos esa proporción a quienes hacen esta clase de preguntas?

Otro aspecto de este análisis es cuestionar los orígenes de la pobreza. Resulta que se quiere que el Papa alivie el hambre. Pero a menudo esa hambre tiene origen en causas perfectamente controlables, como son la corrupción política y el capitalismo salvaje. Esta última expresión, capitalismo salvaje, alude a un hecho claro: hay empresas multinacionales que están haciendo muchísimo dinero con procedimientos que son bastante conocidos, como por ejemplo, comprando materias primas a precios ridículos, para luego vender los productos manufacturados, a los mismos países proveedores de la materia prima, determinando por segunda vez el precio, esta vez el precio de venta. Esta clase de mecanismos, denunciados a su tiempo por los Papas, hacen que los ricos sean cada vez más ricos y los pobres más pobres. Y una vez que las multinacionales han hecho todo el dinero que han querido, se insulta al Papa reclamándole que arregle la pobreza del mundo…

Estoy convencido de que el Vaticano, el Papa, nuestros obispos y nosotros, los sacerdotes, podemos hacer todavía más por aliviar las necesidades de más hermanos, pero un poco de información ayuda ciertamente a que uno no se deje llevar por leyendas negras.

La Iglesia en la prensa

Iglesia en la prensa
“La experiencia de corresponsal en Roma me hizo ver, en contra de mi prejuicio inicial, que un porcentaje elevado de las noticias sobre la Iglesia católica tocan cuestiones relevantes para el ser humano, sea creyente o no. Son temas de envergadura con los que, antes o después, acabamos por confrontarnos…” Click!

Cambios en el orden social

6. Son cada día más profundos los cambios que experimentan las comunidades locales tradicionales, como la familia patriarcal, el clan, la tribu, la aldea, otros diferentes grupos, y las mismas relaciones de la convivencia social.

El tipo de sociedad industrial se extiende paulatinamente, llevando a algunos países a una economía de opulencia y transformando profundamente concepciones y condiciones milenarias de la vida social. La civilización urbana tiende a un predominio análogo por el aumento de las ciudades y de su población y por la tendencia a la urbanización, que se extiende a las zonas rurales.

Nuevos y mejores medios de comunicación social contribuyen al conocimiento de los hechos y a difundir con rapidez y expansión máximas los modos de pensar y de sentir, provocando con ello muchas repercusiones simultáneas.

Y no debe subestimarse el que tantos hombres, obligados a emigrar por varios motivos, cambien su manera de vida.

De esta manera, las relaciones humanas se multiplican sin cesar y el mismo tiempo la propia socialización crea nuevas relaciones, sin que ello promueva siempre, sin embargo, el adecuado proceso de maduración de la persona y las relaciones auténticamente personales (personalización).

Esta evolución se manifiesta sobre todo en las naciones que se benefician ya de los progresos económicos y técnicos; pero también actúa en los pueblos en vías de desarrollo, que aspiran a obtener para sí las ventajas de la industrialización y de la urbanización. Estos últimos, sobre todo los que poseen tradiciones más antiguas, sienten también la tendencia a un ejercicio más perfecto y personal de la libertad.

[Constitucion Gaudium et Spes, del Concilio Vaticano II, n. 6]

Cambios profundos del mundo actual

5. La turbación actual de los espíritus y la transformación de las condiciones de vida están vinculadas a una revolución global más amplia, que da creciente importancia, en la formación del pensamiento, a las ciencias matemáticas y naturales y a las que tratan del propio hombre; y, en el orden práctico, a la técnica y a las ciencias de ella derivadas. El espíritu científico modifica profundamente el ambiente cultural y las maneras de pensar. La técnica con sus avances está transformando la faz de la tierra e intenta ya la conquista de los espacios interplanetarios.

También sobre el tiempo aumenta su imperio la inteligencia humana, ya en cuanto al pasado, por el conocimiento de la historia; ya en cuanto al futuro, por la técnica prospectiva y la planificación. Los progresos de las ciencias biológicas, psicológicas y sociales permiten al hombre no sólo conocerse mejor, sino aun influir directamente sobre la vida de las sociedades por medio de métodos técnicos. Al mismo tiempo, la humanidad presta cada vez mayor atención a la previsión y ordenación de la expansión demográfica.

La propia historia está sometida a un proceso tal de aceleración, que apenas es posible al hombre seguirla. El género humano corre una misma suerte y no se diversifica ya en varias historias dispersas. La humanidad pasa así de una concepción más bien estática de la realidad a otra más dinámica y evolutiva, de donde surge un nuevo conjunto de problemas que exige nuevos análisis y nuevas síntesis.

[Constitucion Gaudium et Spes, del Concilio Vaticano II, n. 4]

Al servicio del hombre

3. En nuestros días, el género humano, admirado de sus propios descubrimientos y de su propio poder, se formula con frecuencia preguntas angustiosas sobre la evolución presente del mundo, sobre el puesto y la misión del hombre en el universo, sobre el sentido de sus esfuerzos individuales y colectivos, sobre el destino último de las cosas y de la humanidad. El Concilio, testigo y expositor de la fe de todo el Pueblo de Dios congregado por Cristo, no puede dar prueba mayor de solidaridad, respeto y amor a toda la familia humana que la de dialogar con ella acerca de todos estos problemas, aclarárselos a la luz del Evangelio y poner a disposición del género humano el poder salvador que la Iglesia, conducida por el Espíritu Santo, ha recibido de su Fundador. Es la persona del hombre la que hay que salvar. Es la sociedad humana la que hay que renovar. Es, por consiguiente, el hombre; pero el hombre todo entero, cuerpo y alma, corazón y conciencia, inteligencia y voluntad, quien será el objeto central de las explicaciones que van a seguir.

Al proclamar el Concilio la altísima vocación del hombre y la divina semilla que en éste se oculta, ofrece al género humano la sincera colaboración de la Iglesia para lograr la fraternidad universal que responda a esa vocación. No impulsa a la Iglesia ambición terrena alguna. Sólo desea una cosa: continuar, bajo la guía del Espíritu, la obra misma de Cristo, quien vino al mundo para dar testimonio de la verdad, para salvar y no para juzgar, para servir y no para ser servido.

[Constitucion Gaudium et Spes, del Concilio Vaticano II, n.3]

Predicador del Papa: La respuesta cristiana al secularismo

La secularización es un fenómeno complejo y ambivalente. Puede indicar la autonomía de las realidades terrenas y la separación entre reino de Dios y reino del César y, en este sentido, no sólo no está contra el Evangelio sino que encuentra en él una de sus raíces profundas; puede, sin embargo, indicar también todo un conjunto de actitudes contrarias a la religión y a la fe, para el que se prefiere utilizar el término de secularismo. El secularismo es a la secularización lo que el cientificismo a la cientificidad y el racionalismo a la racionalidad.

Publicado via email from Palabras de camino

La Iglesia quiere explicarse ante el mundo

2. El Concilio Vaticano II, tras haber profundizado en el misterio de la Iglesia, se dirige ahora no sólo a los hijos de la Iglesia católica y a cuantos invocan a Cristo, sino a todos los hombres, con el deseo de anunciar a todos cómo entiende la presencia y la acción de la Iglesia en el mundo actual.

Tiene pues, ante sí la Iglesia al mundo, esto es, la entera familia humana con el conjunto universal de las realidades entre las que ésta vive; el mundo, teatro de la historia humana, con sus afanes, fracasos y victorias; el mundo, que los cristianos creen fundado y conservado por el amor del Creador, esclavizado bajo la servidumbre del pecado, pero liberado por Cristo, crucificado y resucitado, roto el poder del demonio, para que el mundo se transforme según el propósito divino y llegue a su consumación.

[Constitucion Gaudium et Spes, del Concilio Vaticano II, n.2]

Conoce a la Guardia Suiza

guardia suiza
“Es una tradición ser un Guardia Suizo. Hace más de 500 años estamos aquí, escogidos por Julio II. Creo que es raro para un suizo, que hizo un trabajo normal, poder tornarse un guardia del Papa y estar tan cerca del Sucesor de Pedro…” Click!

Proemio de una Constitucion que marco la vida de la Iglesia

1. Los gozos y las esperanzas, las tristezas y las angustias de los hombres de nuestro tiempo, sobre todo de los pobres y de cuantos sufren, son a la vez gozos y esperanzas, tristezas y angustias de los discípulos de Cristo. Nada hay verdaderamente humano que no encuentre eco en su corazón. La comunidad cristiana está integrada por hombres que, reunidos en Cristo, son guiados por el Espíritu Santo en su peregrinar hacia el reino del Padre y han recibido la buena nueva de la salvación para comunicarla a todos. La Iglesia por ello se siente íntima y realmente solidaria del genero humano y de su historia.

[Constitucion Gaudium et Spes, del Concilio Vaticano II, n.1]