Conoce la fe de tu pueblo

Desde hace algunos meses he venido haciendo encuestas informales a nuestra gente–católicos de a pie–todo tipo de cuestiones sobre nuestra fe y nuestra vida cristiana. Este enlace te permite asomarte a un horizonte interesante, que ciertamente no agota ningún tema, pero que algo deja intuir de las opiniones, historias y esperanzas de nuestro pueblo católico.

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Te acuerdas del escandalo en la catedral de Bogota el domingo de ramos?

El pasado domingo 17 de abril de 2011, que fue domingo de ramos, un grupo de activistas, que se presentaron como homosexuales y católicos, se acercaron a recibir la sagrada comunión del arzobispo de Bogotá, primado de Colombia, Mons. Rubén Salazar. Fotógrafos que estaban ahí para captar la escena tomaron las imágenes que dieron la vuelta al mundo: el arzobispo dando la comunión a homosexuales, o por lo menos, simpatizantes del colectivo homosexual.

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Sacerdocio y pederastia: rompiendo un mito

mito sacerdocio y pederastia
“Por un lado, los curas merecemos un escrutinio más intenso porque la gente confía más en nosotros, ya que osamos afirmar que representamos a Dios, así que si uno de nosotros hace esas cosas, aunque sólo una diminuta minoría lo haya hecho, es más desagradable. Segundo, me temo que hay muchos por ahí que no aman a la Iglesia y hacen lo que pueden por dañarnos. Este es un tema con el que adoran azotarnos sin descanso. Y tercero, y odio decirlo, se puede sacar mucho dinero denunciando a la Iglesia Católica, mientras que apenas vale la pena denunciar a alguno de los grupos que comenté antes…” Click!

Teologia de la Mision, 05

Fundamentación Teológica de la Misión. Curso a los Estudiantes de Síntesis Teológica del Studium Generale de los Dominicos de Colombia. Tema 5: Al servicio de la comunión eclesial.

– La búsqueda de la verdad de la Iglesia corre el peligro de volverse una serie de acusaciones mutuas en las cuales uno consciente o inconscientemente se afianza en una postura para juzgar desde ella a las demás.

– Por eso hay tres actitudes que han de servirnos de cimiento: (1) Conciencia de la necesidad de la propia conversión, como un llamado que ha de renovarse una y otra vez en la vida. (2) Es necesario salir de la propia “burbuja.” Una característica de las sectas es que pretenden ser auto-suficientes y auto-abastecidas. (3) Servimos en la Iglesia pero no somos sus dueños. Ella no es nuestro diseño, nuestro proyecto o nuestra posesión.

– Sobre esa base, hay que estar atentos a las siguientes semillas de sectarismo y división:

1. Canon dentro del canon: escoger sólo los textos bíblicos (o patrísticos, o conciliares) que favorecen mis tesis.

2. Conciencia de gremio: el ser teólogo (o misionero, o dominico) lo inscribe a uno en una asociación de personas humanas que seguirán ciertas leyes propias de los grupos humanos, incluyendo la pérdida de capacidad crítica frente a algunos líderes, vistos como intocables. Está también el riesgo de valorar el tiempo o esfuerzo que algunos han invertido sin atender a si sus resultados son eclesialmente válidos o correctos.

3. Perfección del arte: cada actividad y campo del saber tiene su dinámica propia que puede llevarle a evolucionar en direcciones que ya no son útiles al propósito inicial de su inserción en la formación sacerdotal o en el discurso teológico. Por ejemplo, si la lógica formal y argumentativa se vuelve lógica matemática ya sirve mucho menos al Evangelio. Hay que tener cuidado también a la expresión “Hoy se piensa, o se dice que…” porque no siempre lo más reciente es mejor.

4. Extrapolación espiritual: imposición de una forma de experiencia de fe como norma única de discernimiento.

5. Extrapolación académica: colonización mental que lleva a imponer modelos o métodos de pensamiento de manera global, identificando peligrosamente al Evangelio con una manera de aproximarse a él.

6. Extrapolación pastoral: traslado de un modelo de trabajo de evangelización a todas las realidades culturales o eclesiales, como si sólo lo propio fuera lo válido.

7. Idolatría de la eficiencia: tomar como criterio que lo que “funciona,” por ejemplo en términos de respuesta numérica, es lo válido. Esta, y las siguientes idolatrías, muestran su fragilidad cuando se ven frente a la Cruz.

8. Idolatría del consenso: seguir el espíritu del mundo; pensar que la mayoría estadística o el parecer democrático han de tener la última palabra. ¿Qué tal que Cristo hubiera sometido a votación si debía morir en el calvario?

9. Idolatría de la certeza: canonizar para la eternidad un cuerpo de conocimientos, hasta llegar a la intolerancia frente a todo otro esquema.

10. Maniqueísmo redivivo: tendencia a caricaturizar, descalificar y satanizar lo que no corresponda con mi modo de ver, sencillamente por eso: porque prefiero quedarme con mi estilo.

El Combate Espiritual – Blog

combate espiritual
“Es un estudiante que se encuentra en proceso de discernimiento vocacional al sacerdocio. Le gusta escribir, enseñar lo poco que sabe y leer sobre historia, liturgia y catecismo. Es Monaguillo y Legionario de María, le gusta la Apologética, la sagrada Liturgia, las artes -especialmente la música- y el estudio en general…” Click!

Teologia de la Mision, 04

Fundamentación Teológica de la Misión. Curso a los Estudiantes de Síntesis Teológica del Studium Generale de los Dominicos de Colombia. Tema 4: Tendencias y tendencias en la Iglesia hoy.

– La sección 3.4 del Documento de Puebla (nn. 460-469) presenta con inusitada lucidez y honestidad los desafios que esperan a la Iglesia Católica en Latinoamérica. El párrafo final resulta profético: “Si la Iglesia no reinterpreta la religión del pueblo latinoamericano, se producirá un vacío que lo ocuparán las sectas, los mesianismos políticos secularizados, el consumismo que produce hastío y la indiferencia o el pansexualismo pagano. Nuevamente la Iglesia se enfrenta con el problema: lo que no asume en Cristo, no es redimido y se constituye en un ídolo nuevo con malicia vieja.” (n. 469).

– Más de treinta años después, el panorama eclesial es aún más complejo. Para muchos no resulta claro qué es “ser iglesia.” Hay además muchos que tienen su propia versión sobre qué significa ser fiel al Evangelio. Estas versiones, que a menudo son reediciones de tendencias de otros siglos, pueden agruparse mayormente en los grupos que aquí se reseñan sin orden especial.

– Iglesia “ELITE ESPIRITUAL” : Es el modelo montanista, y también jansenista: sólo son verdadera iglesia los que muestran que pueden vivir sin pecado.

– Iglesia “VIVENCIA DE LOS POBRES” : Si Cristo vivió pobre y entre pobres, sólo sabe del Evangelio el que viva como él; si el Papa no es pobre, su palara no tiene autoridad ni obliga.

– Iglesia “HIPER-CARISMÁTICA” : Sólo quien conoce el poder del Espíritu (don de lenguas, milagros, liberaciones) es Iglesia. Los que no saben de lo sobrenatural son incrédulos.

– Iglesia “DES-MITOLOGIZADA” : Según la propuesta de Rudulf Bultmann, la Biblia está escrita en un lenguaje pre-científico, d emodo que encierra verdades profundas en un ropaje del que hay que deshacerse. Al quitar ese lenguaje desaparece practicamente todo lo que se ha tenido por milagroso, celestial, angelical o demoníaco.

– Iglesia “SOCIALMENTE RELEVANTE” : El que sepa llegar a los grupos que se han desinteresado del catolicismo tradicional, como es el caso de los jóvenes, es quien tiene la clave de qué es ser Iglesia.

– Iglesia “PROMOTORA SOCIAL” : Son cristianos los que producen un cambio visible, tangible y sociológicamente verificable en las vidas de seres humanos concretos. Lo demás es retórica vacía.

– Iglesias NACIONALISTA o PATRIÓTICAS : La Iglesia es verdad si sabe asumir los valores notables y autoevidentes de mi país, cultura o sistema política. Ejemplo de China, de los Anglicanos o del galicanismo.

– Iglesia “TRADICIONALISTA” : La Iglesia no es ya pero sí era antes. El Concilio Vaticano II fue un mal comienzo al que le siguió una sarta de exabruptos. Lo único que vale es volver al latín y a la liturgia intacta y uniforme de antes.

– Iglesia “PROFÉTICA” : Basada en revelaciones privadas, a las que se da más peso y autoridad que al mismo Magisterio vivo.

Actualidad perenne de la Cruz

Enseñanza en dos partes.

(1) La Iglesia es a menudo atacada porque entra en conflicto con los intereses económicos de quienes hacen su lucro a través del turismo gay, la industria del aborto, la producción de métodos artificiales de anticoncepción, o incluso, a veces, los trámites de divorcio. Las propuestas de reconciliación y dominio propio no generan ingresos de dinero, y ello entra en conflicto con las pretensiones de algunos poderosos que entonces ven en la Iglesia un estorbo.

(2) La Cruz es un recordatorio continuo de la gravedad de la dolencia que aqueja al ser humano. Un remedio semejante indica claramente que nuestro NO a Dios, aunque sea sutil, dicho en voz baja o escondido a ojos del mundo, es siempre una tragedia. Llegar a conocerse es llegar a un horror sereno, a un abismo de confusión sin desesperación en el que brilla la paciencia inconmensurable de Dios.

Sobre los filo-lefebvrianos, escribe el P. Iraburu

Los filo-lefebvrianos obstaculizan en gran medida el regreso de la FSSPX a la plena comunión con la Iglesia católica. Aunque pueda parecer una paradoja, es así. Ellos, sin ser lefebvrianos, asumen gran parte de sus tesis principales, comprenden o incluso justifican la ordenación de los cuatro Obispos, consideran algunos documentos del Concilio inconciliables con el Magisterio anterior, ven con aversión la Misa de forma ordinaria –llegando algunos a negar su validez–, condenan de forma implacable algunos gestos de Juan Pablo II y de la Iglesia en el postconcilio, y de este modo, aunque no lo pretendan, están dando la razón a los lefebvrianos, les fortalecen en sus posiciones, y por eso, sin duda, están dificultando gravemente su reincorporción a la plena comunión de la Iglesia católica. Consiguen de hecho justamente lo contrario de lo que pretenden.

He descrito ya someramente la fisonomía de los católicos filo-lefebvrianos. Pero ya se comprende que su identidad no puede ser definida con exactitud, pues se realiza en innumerables grados. Hay casos en que el filo-lefebvrismo no pasa apenas de ser una valoración grande, pero no del todo bien entendida, de la Tradición católica. Pero en otros casos, hay católicos próximos al lefebvrismo que casi se identifican con los lefebvrianos, sobre todo cuando admiten como legítimas las causas que ocasionaron «el acto cismático» de la ordenación de los Obispos de la FSSPX.

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Nuevo lenguaje para dominar el mundo

‘Governance’, ‘partner’, ‘gender’, ‘salud reproductiva’ son algunos términos de un nuevo vocabulario que se emplea en las instituciones internacionales, sustituyendo conceptos como: gobierno, esposo y esposa, hombre y mujer, o anticoncepción.

Esto unido a una idea extremista de ‘antidiscriminación’ se han transformado en instrumentos que sirven para imponer ideologías contrarias al pensamiento católico y que terminan por incidir incluso en nuestra vida diaria y de los cuales generalmente uno se da cuenta demasiado tarde.

Este fue el tema central de la conferencia de monseñor Silvano Tomasi, “La fuerza de la palabra. Verdad e ideología en los organismos internacionales”, que se realizó ayer en Roma en la sede del Centro Internacional de Comunión y Liberación.

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Double Standard: a new perspective on the sex-abuse scandal

Now in a book-length study, entitled simply Double Standard, Pierre lays out the argument that the media coverage of the sex-abuse scandal has provided ample evidence of this imbalance. For anyone who wants to defend the Church against unfair attacks—or simply to separate the unfair attacks from those that are on target—this book is a useful resource.

Understand this at the outset: Pierre does not attempt to defend the indefensible. He does not deny that some priests were guilty of unspeakable crimes, or that many bishops were guilty of covering up the evidence and giving known predators more opportunities to molest children. He does not attempt to squelch the discussion of clerical abuse by blaming the messenger, as so many ordinarily sensible Catholics tried to do when the scandal first hit the headlines. He recognizes that in many respects the media did a service to the Church by exposing corruption.

At the same time, Pierre is equally clear in saying that if the media helped the Church, they did not do so out of love for Catholicism. Although the scandal they were investigating was genuine enough, secular reporters pursued the story with unusual zeal, often tinged with overt hostility toward the Church. The result was a series of reports that offered a great deal of information, but not much perspective. The standard media coverage thoroughly exposed the sex-abuse scandal within the Catholic Church, but left the public unaware of how other institutions have handled the same problem.

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