FIESTA DEL APÓSTOL SAN MATÍAS
El número 12, propio de Israel, y el plan de Dios para Israel, no se detienen por una traición.

Alimento del Alma: Textos, Homilias, Conferencias de Fray Nelson Medina, O.P.
FIESTA DEL APÓSTOL SAN MATÍAS
El número 12, propio de Israel, y el plan de Dios para Israel, no se detienen por una traición.
Descubrir la coherencia y belleza del mensaje cristiano es un buen comienzo pero es sólo el comienzo.
La Ascensión de Cristo manifiesta su completa victoria, y así lo proclama como superior a toda potestad, es decir: revela su divinidad.
De la palabra de Jesús aprendemos que no es grande la distancia entre la seguridad y la calamidad, pero tampoco es grande entre el desastre y la salvación.
Orar en Nombre de Cristo implica colmarse primero de su presencia y su vida misma.
Sobran las preguntas cuando el amor llega y a todo da respuesta.
Sólo quien se reconoce necesitado de defensa aprecia la cercanía del Espíritu Defensor, Paráclito.
La medida del amor es la medida de la tristeza de la separación y también la medida del gozo en el reencuentro.
El Espíritu, vida plena que brota del más hondo ser de Dios, nos revela el misterio del Padre y del Hijo.
La sola autenticidad no basta: es preciso buscar con amor la verdad.
La meta queda bien dibujada en el Apocalipsis: la Jerusalén del cielo. Pero allá no llega la Iglesia por sus medios sino movida y guida por el Espíritu.
¿En qué sentido nos podía convenir que Cristo se fuera para que el Espíritu Santo viniera?
Con énfasis en el centro de la vida cristiana: el amor a Dios y al prójimo. Y la necesidad de la práctica de la fe en la familia.
¿Qué es dar testimonio? Es un proceso que nace cuando primero recibimos el testimonio interior y fortísimo del Espíritu Santo.
Los nombres mismos de los apóstoles, como sucede hoy con Felipe y Santiago (Jacobo, Jacob), indican una pluralidad querida por el mismo Cristo, como camino hacia la unidad.
DOMINGO VI DEL TIEMPO PASCUAL, CICLO C
Relato de cómo los primeros cristianos realizaron un difícil discernimiento: ¿Los paganos convertidos al cristianismo tienen que cumplir la Ley de Moisés?