QUINTO DOMINGO DE CUARESMA
El corazón que se deja fascinar por el mal ha de ser renovado radicalmente por el poder de amor que brilla en el sacrificio de Cristo.

Alimento del Alma: Textos, Homilias, Conferencias de Fray Nelson Medina, O.P.
QUINTO DOMINGO DE CUARESMA
El corazón que se deja fascinar por el mal ha de ser renovado radicalmente por el poder de amor que brilla en el sacrificio de Cristo.
La predicación de Jesús en el templo es la abierta contradicción a los usurpadores que consideraban suyo ese terreno.
La verdad del justo se convierte en denuncia de los que no lo son.
Frente a Cristo quedan al final sólo dos posibilidades: o le acoges como revelación definitiva del Dios verdadero, o lo tratas como un loco y un impostor.
No es puramente económica o sociológica la causa de la oposición que Cristo despierta. Le rechazan a Él porque rechazan al Dios que Él revela.
Cristo es el verdadero templo del que brota agua que lava, perdona, sana y restaura.
SOLEMNIDAD DE SAN JOSÉ
En la vida de San José lo elocuente son los hechos, más que las palabras.
CUARTO DOMINGO DE CUARESMA
Aún de la experiencia del destierro, que fue un morir, Dios saca un fruto admirable, presagio de resurrección.
Ningún sacrificio puede darle a Dios algo que Él no tenga; la misericordia, en cambio, dona el corazón que Él ha querido no tener sino sólo cuando se lo damos.
Los verdaderos ídolos no son los de papel, madera o yeso, sino las codicias y mimos que le entregamos a nuestro “yo.”
No existe verdadera “neutralidad” frente a la religión. Quien sólo tolera, acabará persiguiendo.
Quien no reconoce una naturaleza humana tampoco reconoce que hay leyes vinculantes que nos ayudan a encontrar nuestro genuino bien.
El perdón, como otras bendiciones de Dios, sólo puede abundar en nosotros si lo pasamos a otros.
Nadie se perdió tanto de conocer a Jesús como aquellos que creían que ya lo conocían.
Hay un valor permanente en los mandamientos que Dios nos dio por medio de Moisés, pero la plenitud de su voz sólo resuena en su Hijo, palabra eterna.
Perdonar es algo tan próximo a crear, que uno de los elogios mayores al poder de Dios es la afirmación de que Él sí perdona.