INFIERNO E INFIEL
Dos palabras bastante similares
Todo pecado trae consigo consecuencias, pero la infidelidad es tal vez, uno de los pecados que mayores heridas deja en quien la comete y en todo su entorno.
Se hiere de gravedad un compromiso hecho ante Dios por medio del sacramento; se lastima a la pareja, se hieren con la infidelidad a los hijos, se les escandaliza y se les enseña que el amor verdadero es una mentira.Se les enseña a engañar y a mentir.
La infidelidad trae consigo ruina económica, resentimiento y enfermedad y como última consecuencia, la condenación eterna.
Conocí hace algunos años a una mujer piadosa e intachable que terminó muriendo de un SIDA producto de las constantes infidelidades de su marido.
Es también conocida una posesión que tuvo que lidiar un famoso exorcista Español, pues una mujer compartía el lecho con su marido, mientras el sostenía una relación con su amante, con el agravante que “la otra” hacia espiritismo y brujería, lo cual desató un verdadero infierno en ese hogar que terminó destruido.
En algunas zonas o culturas, la infidelidad no es tan mal vista, a tal punto que las amantes o queridas se conocen y conviven entre si. Esas costumbres, no dejan de ser pecados de gravedad, ni dejan tampoco de oponerse rotundamente al querer de Dios.
Si somos conscientes que la infidelidad es pecado, y que Dios la aborrece, es necesario también comprender, que quien cae en la infidelidad a su pareja, retira de si las bendiciones del Señor y rompe su amistad con El.
¿Que hacer si se ha caído en infidelidad?
Arrepentirse, pedir perdón a Dios y a la pareja, huir de toda situación o amistades que puedan conducir a este pecado. Reconocer la gravedad de esta falta y buscar la ayuda de los sacramentos, orar y reparar.
“¿Como dejo a mi secretaria sin trabajo?”, insistía un empresario que había hecho de las suyas con su empleada, lo grave no es que ella se quede sin trabajo, más trabajos se consiguen, lo grave es perder a su familia, a su esposa y sus hijos, perder el alma y quedarse eternamente sin el amor de Dios.
Hoy las mujeres caen en infidelidad casi con la misma frecuencia que los hombres, muchos han dejado entrar al “usurpador” a sus hogares.
El mal viene a destruir a muchas familias disfrazado de un falso amor. Disfrazado de “los mejores amigos”, de intimar con quien no se debe.
Nunca olvidemos la exclusividad del amor entre esposos.
Es tiempo de arrepentirse, de romper con los lazos que nos atan al pecado. Y si aún no se ha caído en la infidelidad, hay que estar alertas, estar escarbando en internet páginas de pornografía, enviarse vulgaridades en los chats con los amigos o sostener amistades con personas sin escrúpulos que ven con buenos ojos este grave pecado, son puertas abiertas a caer presas de este mal tan común y de tanta gravedad. Un mal amigo puede traer sobre nosotros la maldición, pero también los buenos amigos son un escudo contra todo mal y peligro.
Infiel e Infie-rno, son palabras bastante similares.
Dios nos proteja y perdone toda infidelidad. Es tiempo de volver nuestros ojos a Dios. Es tiempo de ser fieles porque Dios es fiel.
[Una reflexión de FELIPE GÓMEZ].