Por qué Fátima es más actual hoy que hace 100 años

Un estudio del contexto social que abrió las puertas al primer marxismo, basado en análisis económicos.

Y luego, una exploración del motor creado por Carlos Marx: el odio como oferta de desquite para distintos sectores de la sociedad.

Al final, una clarificación sobre los tres frentes en que se está ya desenvolviendo la lucha anunciada por la Santísima Virgen en Fátima:

(1) Un frente INTELECTUAL, que debe desenmascarar al cientificismo.

(2) Un frente SOCIAL, que debe matar de hambre al odio, que busca su justificación en las injusticias. Este frente implica un compromiso serio contra los diversos modos de opresión a los más diversos sectores de la sociedad.

(3) Un frente ESPIRITUAL, pedido expresamente por la Virgen María en Fátima, en la forma de conversión, penitencia y oración.

Mensaje del Papa Francisco para la Pascua 2017

Queridos hermanos y hermanas,

Feliz Pascua.

Hoy, en todo el mundo, la Iglesia renueva el anuncio lleno de asombro de los primeros discípulos: Jesús ha resucitado. Era verdad, ha resucitado el Señor, como había dicho (cf. Lc 24,34; Mt 28,5-6).

La antigua fiesta de Pascua, memorial de la liberación de la esclavitud del pueblo hebreo, alcanza aquí su cumplimiento: con la resurrección, Jesucristo nos ha liberado de la esclavitud del pecado y de la muerte y nos ha abierto el camino a la vida eterna.

Todos nosotros, cuando nos dejamos dominar por el pecado, perdemos el buen camino y vamos errantes como ovejas perdidas. Pero Dios mismo, nuestro Pastor, ha venido a buscarnos, y para salvarnos se ha abajado hasta la humillación de la cruz. Y hoy podemos proclamar: ‘Ha resucitado el Buen Pastor que dio la vida por sus ovejas y se dignó morir por su grey. Aleluya’ (Misal Romano, IV Dom. de Pascua, Ant. de la Comunión).

En toda época de la historia, el Pastor Resucitado no se cansa de buscarnos a nosotros, sus hermanos perdidos en los desiertos del mundo. Y con los signos de la Pasión –las heridas de su amor misericordioso– nos atrae hacia su camino, el camino de la vida. También hoy, él toma sobre sus hombros a tantos hermanos nuestros oprimidos por tantas clases de mal.

El Pastor Resucitado va a buscar a quien está perdido en los laberintos de la soledad y de la marginación; va a su encuentro mediante hermanos y hermanas que saben acercarse a esas personas con respeto y ternura y les hacer sentir su voz, una voz que no se olvida, que los convoca de nuevo a la amistad con Dios.

Se hace cargo de cuantos son víctimas de antiguas y nuevas esclavitudes: trabajos inhumanos, tráficos ilícitos, explotación y discriminación, graves dependencias. Se hace cargo de los niños y de los adolescentes que son privados de su serenidad para ser explotados, y de quien tiene el corazón herido por las violencias que padece dentro de los muros de su propia casa.

El Pastor Resucitado se hace compañero de camino de quienes se ven obligados a dejar la propia tierra a causa de los conflictos armados, de los ataques terroristas, de las carestías, de los regímenes opresivos. A estos emigrantes forzosos, les ayuda a que encuentren en todas partes hermanos, que compartan con ellos el pan y la esperanza en el camino común.

Que en los momentos más complejos y dramáticos de los pueblos, el Señor Resucitado guíe los pasos de quien busca la justicia y la paz; y done a los representantes de las Naciones el valor de evitar que se propaguen los conflictos y de acabar con el tráfico de las armas.

Que en estos tiempos el Señor sostenga en modo particular los esfuerzos de cuantos trabajan activamente para llevar alivio y consuelo a la población civil de Siria, víctima de una guerra que no cesa de sembrar horror y muerte. El vil ataque de ayer a los prófugos que huían ha provocado numerosos muertos y heridos. Que conceda la paz a todo el Oriente Medio, especialmente a Tierra Santa, como también a Irak y a Yemen.

Que los pueblos de Sudán del Sur, de Somalia y de la República Democrática del Congo, que padecen conflictos sin fin, agravados por la terrible carestía que está castigando algunas regiones de África, sientan siempre la cercanía del Buen Pastor.

Que Jesús Resucitado sostenga los esfuerzos de quienes, especialmente en América Latina, se comprometen en favor del bien común de las sociedades, tantas veces marcadas por tensiones políticas y sociales, que en algunos casos son sofocadas con la violencia. Que se construyan puentes de diálogo, perseverando en la lucha contra la plaga de la corrupción y en la búsqueda de válidas soluciones pacíficas ante las controversias, para el progreso y la consolidación de las instituciones democráticas, en el pleno respeto del estado de derecho.

Que el Buen Pastor ayude a Ucrania, todavía afligida por un sangriento conflicto, para que vuelva a encontrar la concordia y acompañe las iniciativas promovidas para aliviar los dramas de quienes sufren las consecuencias.

Que el Señor Resucitado, que no cesa de bendecir al continente europeo, dé esperanza a cuantos atraviesan momentos de dificultad, especialmente a causa de la gran falta de trabajo sobre todo para los jóvenes.

Queridos hermanos y hermanas, este año los cristianos de todas las confesiones celebramos juntos la Pascua. Resuena así a una sola voz en toda la tierra el anuncio más hermoso: «Era verdad, ha resucitado el Señor». Él, que ha vencido las tinieblas del pecado y de la muerte, dé paz a nuestros días. Feliz Pascua.

Este año tiene varias fechas que hay que tener presentes

Por distintas razones, unas felices y otras tristes, este año nos recuerda momentos importantes y coyunturas críticas de nuestra Iglesia Católica. Conviene tenerlas en cuenta e informarse oportunamente.

100 años (1917):

  • 5 febrero, Constitución de México, sellada por la ideología de la masonería
  • Revolución rusa: el 15 de marzo (2 de marzo en el calendario juliano), comienza la Revolución rusa en Petrogrado, abdica el zar Nicolás II.
  • Fátima: 13 de mayo primeras apariciones, 13 octubre milagro del Sol.

200 años (1817):

  • La Corona Española declara abolida la trata de negros: 46 años antes que los Estados Unidos de América

500 años (1517)

  • 31 octubre, 95 tesis de Lutero. V Centenario de la Reforma.

600 años (1417)

  • 11 noviembre, fin del Cisma de Occidente, con la elección del Papa Martin V.

Feliz y bendecido 2017!

Una homilía para el 1 de Enero – Todos hemos sido llamados a ser bendición para nuestros hermanos; especial cuidado han de tener los padres y educadores, de modo que los que están a su cuidado avancen al encuentro del Rostro radiante del Señor.

Mis SIETE DESEOS y SÚPLICAS para el año 2017

Mis SIETE DESEOS y SÚPLICAS para el año 2017:

1. Renovada luz para el Magisterio de la Iglesia, de modo que en todos los niveles de nuestra jerarquía se enseñe con verdad y claridad sobre las graves cuestiones morales en las que actualmente abunda la confusión.

2. Abundancia de vocaciones generosas para el sacerdocio y la vida consagrada, bajo el signo de la fidelidad a Cristo Crucificado y a las enseñanzas de los santos y de la gran Tradición de la Iglesia.

3. Consolidación decisiva de organizaciones de laicos, conscientes de su fe católica y del valor innegociable de la vida humana, que puedan detener e incluso hacer retroceder los deplorables avances de la ideología de género y de la mentalidad abortista.

4. Conversión de algunos–y Dios quiera, muchos–de los más visibles enemigos de la fe y de la Iglesia, de modo que su testimonio cause confusión y fracaso en los planes del adversario, mientras que el fervor de los recuperados para el Evangelio otorga fuerza y esperanza al Pueblo de Dios.

5. Como una señal que resonará en el mundo entero: paz estable en Siria, que abra camino al aporte civilizado de las diversas etnias y fuerzas hoy en conflicto.

6. Creación e implementación de sistemas humanitarios globales de acogida a los desplazados por la pobreza y la violencia, de modo tal que el servicio de la solidaridad no deje puertas abiertas al terrorismo, al proselitismo islámico en el mundo occidental o al oportunismo político o económico.

7. Victoria decisiva sobre el autodenominado Estado Islámico, y control posterior que vigile cualquier posibilidad de resurgimiento.