[Retiro para el clero de la Diócesis de Chiquinquirá en el Año de la Fe.]
Tema 4. Igualdad y diferencia entre los discípulos
Son semejantes en: Son elegidos, amados, purificados; No captan el lenguaje profundo de Cristo; Buscan los primeros puestos; Son cobardes y huyen.
Hay diferencias: En las responsabilidades (ej. Judas Iscariote); experiencias de fe (ej. la transfiguración); niveles de confianza (ej. Última Cena); encargos (ej. Pedro).
[Retiro para el clero de la Diócesis de Chiquinquirá en el Año de la Fe.]
Tema 3. Los discípulos y la gente
Hay palabras que son para todos: Las Bienaventuranzas; el principio básico de la humildad y el servicio; el anuncio de los estertores de la escatología.
Hay palabras sólo para los discípulos: La explicación de las parábolas; el anuncio de la Cruz; la verdad de la resurrección; la Eucaristía como Pascua definitiva; la venida del Paráclito.
[Retiro Espiritual “De Nazareth a la Cruz; de la Cruz a la Luz,” ofrecido a las Hermanas Dominicas Nazarenas, con ocasión de su IX Capítulo General Electivo en Diciembre de 2012.]
Tema 4: Los Discípulos
* Al referirnos a los discípulos, lo primero es quitar la idea de que se trataba de un grupo de amigos de Jesús en el sentido que esa palabra “amigo” tiene hoy. En nuestra época se llama amigos a aquellas personas que escogemos y nos escogen por una compatibilidad y gusto mutuos. Típicamente, los amigos son el tipo de gente con que nos sentimos a gusto; personas de las que no esperamos rechazo sino aceptación incondicional e incluso complicidad. No son personas que nos hacen mejores sino que hacen amable la vida, a veces a precio de dejarnos instalados en nuestras deficiencias y pecados. Esa noción contemporánea de amistad no sirve para acercarnos a un grupo tan diverso y complejo como el delos Doce que acompañan a Cristo.
* De hecho, en los discípulos vemos competencia, orgullo, vanidad… Lo más repetido de sus discusiones internas es la pregunta: “¿Quién es el primero?” No debemos juzgarlos con dureza hipócrita: también en nuestro tiempo sucede que quienes están consagrados al servicio de Dios y de la Iglesia esperan, implícita o explícitamente, hacer una especie de carrera, de modo que pasen de una parroquia pobre y lejana a otra más afluente y central, y así sucesivamente en ascensos de puestos, recursos y honores, con los que se busca finalmente… ser el primero.
* El espíritu de competencia lleva pronto a celos y resentimientos. Cuando los Zebedeos piden ser los primeros, los demás discípulos no esconden su resentimiento ante estos dos hermanos. El contraste entre el lenguaje de Cristo, que habla de servicio, y las actitudes y palabras de ellos, que compiten por honores y poder, no podía ser mayor.
* No falta tampoco el egoísmo en esos corazones. Consta que Judas Iscariote “era ladrón” (Juan 12,6). Pero además, como anunció Cristo, cuando el pastor fue herido se dispersaron todas las ovejas (Marcos 14,27), es decir, cada discípulo mostró lo que llevaba dentro: preocupación sólo por lo suyo.
* La síntesis es que los discípulos claramente están desconectados de su Maestro, aun teniéndolo cerca, y que por la misma razón están desconectados unos de otros. Un nuevo comienzo será pensable sólo sobre bases nuevas.
[Predicación en la Fundación MOCE en Palmira, Valle – Colombia, Noviembre de 2012.]
Tema 3 de 3: ¿Cómo conseguir discípulos para Jesús?
* Ser evangelizador es el fruto natural y propio de ser evangelizado. La renovación que Cristo hace EN nosotros prepara el camino para lo que Él quiere, sabe y puede hacer CON nosotros. Y eso que hace CON nosotros es propagar la Buena Nueva a muchos hermanos.
* Pero evangelizar no es un pasatiempo. Es quitarle su presa al demonio: una bestia enloquecida por el odio. Debemos esperar combate–y victoria!
* La clave de la victoria empieza cuando descubre que la primera víctima de la explotación es el explotador y no el explotado. La primera víctima de la mentira es el mentiroso y no el engañado. Por eso Jesús ora por los que le crucifican: le hacen daño a Él pero a precio de dañarse mucho más ellos mismos.
* Y por eso vamos a evangelizar cargados de paciencia, sabiendo cuánto nos ha esperado el Señor, y de misericordia, entendiendo que el pecado daña sobre todo al pecador.
[Predicación en la Fundación MOCE en Palmira, Valle – Colombia, Noviembre de 2012.]
Tema 2 de 3: ¿Qué es ser discípulo de Jesús?
* En el encuentro con Cristo, y luego en la vida cristiana, uno suele seguir un proceso que puede relacionarse con tre spreposiciones de la lengua castellana: por, en y con.
* Lo primero que a uno le interesa es: ¿Qué puede hacer Cristo POR mí? Esta es la etapa en que se buscan y se disfrutan los favores divinos de sanación, serenidad, prosperidad. La persona ve claramente el contraste entre lo que era y lo que está empezando a ser, y se goza en esa diferencia, pero a la vez sigue conservando el timón de su propia vida. Quiere que Cristo haga algo por ella pero luego quiere seguir obrando según su parecer, criterio y gusto.
* En un cierto momento uno descubre que se necesita más. Uno puede estar sano de salud y de finanzas y sin embargo ser una persona egoísta o mediocre. Cuando uno ve que los problemas van más al fondo, entonces se pregunta: ¿Qué puede hacer Cristo EN mí? Es el momento de la renovación interior, menos espectacular pero mucho más necesaria. Es el tiempo para implorar y recibir un nuevo corazón.
* Una vez sanados interiormente, la pregunta que sigue es: ¿Qué puede hacer Cristo CON mi vida? Es aquí donde descubrimos que somos o podemos ser instrumentos útiles en la búsqueda de la gloria divina, y en el compartir del Evangelio a otros que han de empezar su propio ciclo.
[Predicación en la Fundación MOCE en Palmira, Valle – Colombia, Noviembre de 2012.]
Tema 1 de 3: ¿De quién he sido discípulo?
* Aquellos que despiertan nuestra admiración, atención o interés de alguna forma se convierten en nuestros “maestros.”
* En este sentido, uno ha tenido muchos maestros, a veces sin darse cuenta. Los jefes de pandilla, las codicias del consumismo, y la tiranía de la opinión pública, son ejemplos notables.
* Pero muchos de esos maestros son monstruos de egoísmo que desgastan y debilitan, hasta producir la muerte.
* Por eso es maravilloso descubrir al Maestro que da la vida por sus amigos. Y frente a tantos engaños e idolatrías de este mundo, la consigna debe ser: “Yo me merezco un maestro mejor.”
13. Quien sabe guardar lo donado por Dios y cultivarlo, alcanza la madurez espiritual, y de esta manera y con el auxilio del Espíritu, puede ayudar a Cristo para conducir a los hermanos que empiezan. Y sabe que él no es ni puede ser el maestro, sino que en nombre del Maestro divino, lleva a los hermanos el consejo del Espíritu, para que complementen lo que el Espíritu les hace llegar a sus almas. El discípulo avanzado puede ayudar al Maestro con los demás discípulos y postulantes.
La Jerarquía eclesial es la indicada para ejercer la ayuda espiritual a la feligresía; principalmente los Obispos, quienes están en nombre de los Apóstoles, que a su vez son los enviados fidedignos de Cristo. Y como en los feligreses o laicos también hay discípulos y también los hay avanzados, necesitan de la venia de la Jerarquía para enseñar; y de la aprobación de un Obispo para conducir espiritualmente. De otra manera, podrán tener un gran conocimiento intelectual y hasta vivencial; pero si no son enviados, el saber trasmitido no tiene raíz espiritual verdadera.
7. Es por lo anterior que “hacer discípulos” no sólo es un proceso de educación, enseñanza e instrucción, sino que previamente es la recepción de un don, el cual hay que pedir con corazón sincero (ya presintiéndolo). El discípulo no se hace por mera instrucción, sino que es un don y una transformación que se recibe por obra y gracia del Espíritu; y se reciben los dones, carismas y virtudes por medio del Bautismo, y se nutren a través de los demás Sacramentos.
Así se comprende la aparente paradoja de la fe y la razón: “Cree para que entiendas, pero entiende para que tengas fe”. Pues tanto la fe como la recta razón son dones recibidos para cultivarlos en unidad; quienes no poseen dichos dones no pueden resolver la aparente contradicción. Lo mismo pasa con la paradoja del discipulado: no puede ser discípulo quien no reciba el don y no puede recibir el don quien no se comporte como discípulo. Y lo mismo con la paradoja de la consagración religiosa: sólo pueden consagrarse quienes poseen (por el Bautismo) las virtudes de la obediencia, la pobreza y la castidad, las cuales se reciben (se consolidan) en la consagración.
Todo en la Iglesia y en la Doctrina de Cristo es un don y misterio excelsos, entre ellos y de gran valor está el Bautismo como Sacramento de iniciación católica.
Nos tomaría mucho tiempo y espacio para apenas bosquejar un poco las bondades y características del Bautismo. Aquí sólo expondremos algunas, explicando la importancia de bautizar y estar bautizado para la educación católica. En el CATECISMO DE LA IGLESIA se encuentra explicado el Bautismo de manera maravillosa.
En la dura polémica con los falsos apóstoles, Pablo se ve obligado a precisar muy bien qué es ser un verdadero discípulo. [Una homilía para la Fiesta de Todos los Santos de la Orden Dominicana.]