Tavito salía de casa rumbo a la escuela, su papa había notado que se estaba olvidando el libro de matemáticas, y dice a su pequeño:
-Espera hijo ¿No te olvidas de nada?
-Creo que no papa, responde Tavito.
-Entonces el papa apunta al libro de matemáticas que se estaba olvidando.
-¡Ah! Es ese libro; no me interesa llevarlo, es el de matemáticas.
– ¿Por qué no te interesa? Pregunta preocupado su padre.
-Bastantes problemas tengo ya papa, para llevar más…
Problemas y más problemas quien no lo los tiene, todos los días tenemos que enfrentar diferentes problemas y dificultades.
¿Qué hacer cuando llegan las dificultades? En lo personal cuando atravieso por diversos problemas me refugio en los consejos de San Pablo cuando dice:
“Nos sobrevienen pruebas de toda clase, pero no nos desanimamos; estamos entre problemas pero no desesperados, nos persiguen pero no estamos abandonados; nos derriban pero no nos destruyen” (2da Corintios 4,8-9)
Las matemáticas de los problemas en nuestra vida siempre tendrá la tendencia negativa de: sumar problemas, multiplicar angustia y desesperación, restar la esperanza y dividir nuestra fe.
La matemática de Dios es diferente, cuando llegan los problemas Él nos dice que tenemos que Sumar todas las bendiciones, multiplicar y aumentar Fe y Esperanza, esto hará restar nuestros problemas y dividir la angustia y desesperación.
De un texto de Adhemar Cuéllar.