El sentido de la vida para ateos y catolicos

[Una entrevista con Christian Huerta, de SemperFiat.com]

– ¿Venimos de la no existencia y vamos a la no existencia?

– ¿Lo único que da sentido a la vida es vivir el momento presente de una forma inmanentista?

– ¿El dogma frena el desarrollo del intelecto?

– ¿Por qué preguntar no siempre es igual a la búsqueda honesta de la verdad?

http://www.youtube.com/watch?v=DkOXbO-JeeU

ESCUCHA, Fe, Valores y Sociedad

[Conferencia ofrecida al cuerpo docente del Colegio Reina de los Ángeles en Lima, Perú.]

* Primer cuestionamiento inicial: Vemos avanzar la corrupción en tantos lugares de nuestro mundo, en países ricos y pobres. ¿No deberíamos hablar de un fracaso de la educación ante ese hecho? ¿No fueron a algún colegio esas personas?

* Segundo cuestionamiento inicial: Vemos avanzar la legislación contraria a la familia, la vida y la dignidad de la persona humana. ¿No hay ningún católico entre los que apoyan con su voto el llamado “matrimonio” gay, o el aborto, o la eutanasia?

* Esos cuestionamientos nos llevan a preguntarnos sobre la capacidad comunicativa de la educación, como la conocemos. Dos nociones parecen necesarias para superar la situación: más sentido de comunidad educativa, de modo que incluya y articule mejor la relación con padres de familia, personal administrativo, alumnos y directivos; y mayor coherencia y convicción en los docentes, que son quienes están mucho más del 90% del tiempo con los estudiantes.

* En la línea de esa convicción y coherencia, hay que pensar la comunidad educativa como un ambiente “en sintonía,” de modo que los varios mensajes que reciben los estudiantes no se cancelen unos a otros. Y esa sintonía es propia del enlace entre la fe, como opción vital profunda, y los valores que se quieren inculcar en los jóvenes.

* Pero hay tres grandes opositores a la idea de que se puede articular la fe (cristiana y católica) con los valores propios de la sociedad en el siglo XXI:

(1) El cientificismo considera que todo el lenguaje de la fe es pura subjetividad, al mismo nivel de la fábula. La verdad, para el cientificista, la da solamente la ciencia, y por consiguiente, una ética que quiera ser común debe prescindir de todo constructo de fe.

(2) El laicismo considera que la fe es una opción privada que afecta únicamente a un segmento de la población, de manera que todo lo que tenga que ver con la fe debe regir sólo en ámbitos privados, mientras que la esfera pública debe orientar sus discusiones sobre bases distintas, ajenas a todo credo.

(3) El individualismo considera que hay un área amplia de la vida humana en que la autodeterminación y la autonomía rigen, de modo que sería invasivo admitir la entrada de la fe, la religión o el clero.

* La respuesta a estas objeciones implica:

(1) Hacer visibles los límites del preguntar y el hablar de la ciencia distinguiéndola cuidadosamente del cientificismo.

(2) Mostrar cómo la fe cristiana, y concretamente católica, lejos de temer la discusión racional de sus presupuestos, la promueve, incluso como preparación a una fe más profunda.

(3) Cuestionar que una persona pueda ser, en lo privado, de modo distinto de lo que es en lo público, como si se pudiera tener “dos corazones.”

Lectura creyente de la Biblia, 08 de 10, Claves de lectura de lo extraordinario

[Curso ofrecido a las Dominicas de la Inmaculada Concepción, en el Perú, febrero de 2013.]

Tema 8 de 10: Claves de lectura de lo “extraordinario”.

* Nuestra época en la Iglesia presencia un gran contraste en cuanto a lo sobrenatural, del escepticismo más duro a la credulidad extrema. ¿Qué criterios son útiles?

(1) Pretender negar los milagros y hechos extraordinarios de la Biblia es un acto de fe cientificista que por supuesto es incompatible con la fe en Dios. Pero la incompatibilidad no la da la ciencia sino el cientificismo.

(2) En cuanto a la negación parcial, es decir, a la tendencia de explicar los milagros como coincidencias, casos de estadística, efectos de sugestión o interpretaciones acomodadas, uno ve que ese método terminará por negar la divinidad de Cristo, su concepción virginal y sobre todo, su resurrección. Es decir: la negación parcial pronto se vuelve negación total.

(3) Se da también el caso opuesto: hay gente que quiere sobrenaturalizarlo todo y ver “espíritus” por todas partes. Esa visión, cercana a la superstición y el animismo, no es tampoco expresión de nuestra fe.

(4) La Iglesia es mesurada con este tema. Sabe que al soberanía de Dios sobre TODA la creación implica que en principio el milagro es posible; pero es posible no como parche o remiendo en una creación imperfecta, sino como señal que hace avanzar en la dirección de su Reino, y de su ser propio.

* En cuanto a mensajes y revelaciones, baste recordar que nuestra Iglesia se expresó bien sobre ello en Dei Verbum: al acción de Dios no suprime la acción humana, y todo intento de presentar las revelaciones privadas como puros dictados implica alejarse de nuestra doctrina propia.

Lectura creyente de la Biblia, 02 de 10, el lenguaje del testimonio

[Curso ofrecido a las Dominicas de la Inmaculada Concepción, en el Perú, febrero de 2013.]

Tema 2 de 10: El lenguaje inter-subjetivo o testimonial.

* No se agota la capacidad comunicativa del ser humano en lo puramente subjetivo y lo puramente objetivo. Esa división parece excesiva y sobre todo incompleta, como lo demuestran algunas preguntas de cierta profundidad filosófica y psicológica, por ejemplo:

(1) ¿Qué es tener una experiencia? ¿Cuál es la diferencia entre saberlo todo sobre el rojo y haber visto el color rojo?

(2) ¿Qué es la conciencia (psicológica, “consciousness”)? ¿Describir las condiciones para que algo exista en la conciencia es igual que entenderla?

(3) ¿Puede construirse una observación objetiva sin la base de algún crédito a la subjetividad del observador?

* La Biblia no es pura subjetividad ni pura objetividad. Es inter-subjetividad en clave de TESTIMONIO, según esta “ecuación”: Testimonio = Hecho real + Interpretación genuina. Entendiendo por “genuina” la interpretación que no pretende llenar una ignorancia ni engañar. Este modo de lenguaje cuenta, a la vez, lo sucedido y el impacto que produjo.

* En ciertas circunstancias es posible remontarse del testimonio al solo “hecho real” pero en otras oportunidades eso no es posible. Incluso cuando no es posible, no hay que dudar que existe, así nos resulte imposible de conocer directamente.

Lectura creyente de la Biblia, 01 de 10, Introduccion

[Curso ofrecido a las Dominicas de la Inmaculada Concepción, en el Perú, febrero de 2013.]

Tema 1 de 10: Introducción sobre el modo de lenguaje de la Biblia.

* ¿Cómo imaginar el lenguaje que hace posible que Dios se deje conocer del hombre?

* Hay dos posturas extremas:

(1) Para unos, la revelación es como un “dictado” y el hagiógrafo o autor sagrado es un simple escribiente.

(2) Al otro extremo, están los que sólo consideran como digno de crédito la verdad científica, y que por tanto piensan que la revelación es pura subjetividad. Para estos últimos, la Biblia es puro mito, y sólo la objetividad total, que se supone patrimonio de la ciencia, conduce a la verdad.

* Pero, ¿hay quizás punto medio entre la subjetividad de la fantasía y la supuesta objetividad de la ciencia?

Ciencia e ideologia

“Algún día se escribirá esa historia: la de cómo las ideologías dominantes forzaron la ciencia del siglo XX y, esperemos que solo en parte, la del siglo XXI. Mientras no se haga, seguirá hablándose del antagonismo entre razón y fe, entre religión y progreso, con descuido de la más estridente evidencia: que el progreso científico y humano se ha dado y sigue dándose (piénsese, por ejemplo, en los derechos de las mujeres) en los países de cultura cristiana. Entre tanto, mientras nadie explique, por ejemplo, cómo las revistas científicas rechazan papers que no están de acuerdo con lo políticamente correcto, se mantendrá la falsa oposición…”

ciencia e ideologia

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Es el relato del Genesis un mito?

Fr. Nelson, el relato del Génesis puede entenderse como un mito? – M. Ceballos.

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La palabra “mito” suele entenderse como fábula o aún peor, como engaño. Ninguna de las dos cosas es el Génesis. Es un relato que enseña verdades profundas en un lenguaje que no tiene aspecto ni presunciones de científico. Para aprovechar el texto del Génesis, como en realidad sucede con toda forma de literatura. Si yo leo que un poeta le escribe a su amada y le dice “las perlas de tu dientes…”, y me pongo a burlarme porque afirmo que ese poeta es un tonto que no sabe que los dientes no están hechos de perlas, lo único que estoy demostrando es mi torpeza al leer poesía.

En el mismo sentido, el Génesis, concretamente en sus capítulos iniciales del 1 al 11, es una narración que quiere dejarnos una buena cantidad de enseñanzas profundas: sólo hay un Dios, único creador; el mal surge del abuso de la libertad, primero en los ángeles y luego en los hombres; la rebeldía contra Dios produce hostilidad en nuestra manera de relacionarnos con la naturaleza y sobre todo engendra división y odio entre las personas. Este es el tipo de enseñanzas que a través de un lenguaje hermoso, sencillo y a la vez sugerente trae el Génesis, y por eso mismo, tal es su espacio de verdad, lejos de fábulas y de engaños.

La Verdad y el Amor, 08 de 12, Prueba de lo que no se ve

[Retiro Espiritual en el Real Monasterio de Monjas Dominicas en Caleruega, Octubre de 2012.]

Tema 8 de 12: Prueba de lo que no se ve

* San Pablo, especialmente en sus Cartas a los Gálatas y a los Romanos, hace contraste entre considerarse salvo “por las obras (de la Ley de Moisés)” o “por gracia, y mediante la fe.”

* Lo primero está representado básicamente por la corriente farisaica. No suena absurdo: cumplir los términos de la alianza para que se hagan realidad los bienes y bendiciones de la alianza. El problema está en que, por más que se quieran detallar los deberes específicos que manda la Ley, dos cosas son inevitables: la casuística (“¿Cuántos pasos se pueden dar en un sábado sin romper el sábado?”) y sobre todo el hecho de que conocer el bien no soluciona el defecto básico del ser humano que no está en el conocer sino en el desear, saborear y decidir lo bueno.

* La fe, en cambio, es como un salto de confianza a los brazos del Padre muy amado. Los bienes que de él recibimos, y que son bien manifiestos en la persona y la obra de Cristo, son la razón de nuestra confianza que ya no lleva cuentas del infinito que recibe, y por tanto puede arriesgarse a amar, perdonar y servir al prójimo sin llevar cuentas tampoco. Lo que pretendía la Ley se logra finalmente en el régimen nuevo, el de la gracia y la fe. La Ley sirvió de pedagogo hacia la fe.

* En la Carta a los Hebreos, capítulo 11, se da una especie de definición de fe, en la que se incluye la expresión: “prueba de lo que no se ve.” Para aprovechar esa definición conviene indagar bien a qué alude el autor de la Carta, sobre todo porque no faltan los que ven en un texto así un pie para sus críticas. Según ellos, la “prueba de lo que no se ve” sería un modo de conocimiento “irresponsable,” una especie de exaltación del mito y la fábula, o un parche para nuestra ignorancia.

* La verdad es que “lo que no se ve” dentro del contexto del autor de Hebreos, no tiene relación directa ni cercana con lo que investiga la ciencia moderna, basada en la experimentación, la repetición y la formulación de leyes. “Lo que no se ve” es la respuesta a las preguntas existenciales más hondas, aquellas que por su misma naturaleza escapan al método científico. ¿Cuál es mi bien? ¿Vale la pena perdonar? ¿En dónde está mi felicidad? ¿Hay esperanza más allá de la muerte? Este tipo de cuestiones no dependen de datos experimentales solamente, y ni siquiera pueden resolverse con la sola luz de la razón porque un examen de la razón muestra que ella es más sierva que señora, puesto que se la ve tan dispuesta a rodear de justificaciones las opciones que complacen nuestros apetitos y conveniencias.

* Es allí, en el rango de esta clase de preguntas, donde tiene su lugar “lo que no se ve,” y es allí donde la fe aporta una luz profunda, que sin embargo no consiste tanto en certeza del lugar adonde voy sino confianza al reconocer con quién voy.

* Tal tipo de fe no nace de un salto de la fantasía sino que es respuesta al testimonio que recibo de la comunidad creyente, y también y sobre todo, al testimonio interior que recibo del don del Espíritu. Y es esa fe la que se convierte en prueba de lo que no se ve, y garantía de lo que se espera.

Hombres de Fe, 6 de 8, Cientificismo y Laicismo

¡Hombres de Fe! – Curso de Formación Permanente para la Diócesis de Socorro y San Gil

Tema 6. Cientificismo y Laicismo

  • El espacio intelectual más importante en la Edad Media fue la Iglesia Católica. Nicolás Copérnico, Alberto Magno, Galileo Galilei e Isaac Newton, entre muchos otros, representan un conjunto amplio de mentes originales, de gran penetración en los misterios de la ciencia y las riquezas del mundo natural. Todos eran profundamente religiosos.
  • Con el nacimiento de la Royal Society en Inglaterra, con la consolidación de la masonería, y con el fondo oscuro de las guerras de religión en Europa (s. XVII) el panorama cambia. Una nueva clase social, ávida de poder y de independencia académica, quiere separarse de la tutela de la nobleza y del régimen eclesiástico.
  • Las antipatías extra-científicas que desierta una Iglesia poderosa y latifundista se trasvasan al ámbito del conocimiento, ahora visto como un instrumento de ascenso social y político. Es lo que sucede en la Ilustración (s. XVIII).
  • Para erigirse como “árbitros” por encima de las disputas religiosas, los “ilustrados” deifican una razón objetiva, aséptica, neutra, que sólo existe en sus discursos. La estrategia funciona por una combinación de factores políticos y la hábil manipulación de las masas.
  • Surgió así el librepensamiento. La respuesta de la Iglesia a menudo supuso aliarse con partidos y facciones políticas, quizás para protegerse. El efecto fue desastroso. Mucho más eficaz, en cambio, ha sido la expresión viva y comprometida de la solidaridad y la misericordia.
  • APÉNDICE sobre la presencia publica de la religión: (1) Nótese que cuando se trata de religión se quiere aplicar un criterio distinto al que se aplica en otras áreas de la sociedad: en todos los demás aspectos el parecer de la mayoría implica el descontento pero la obediencia de la minoría; en asunto de religión se quiere que aunque haya una mayoría cristiana, su parecer no será respetado. (2) Cuando se habla de que los signos religiosos de una confesión “ofenden” a los demás, se está extrapolando el término ofender. Una cosa es manifestar una diferencia y otra reprimir, insultar o burlarse de las creencias de otro. (3) Recuérdese que prohibir una expresión pública también es coartar un derecho. Alguien que pretendiera impedirme mostrar mi gratitud o afecto por mi madre con una foto, me estaría ofendiendo, ciertamente. Es preciso instruir a los fieles sobre sus derechos en materia de manifestación pública de la fe.

Una vision nueva y critica del caso Galileo

“El llamado “caso Galilei” ha sido un lamentable equívoco de la Iglesia. Así lo reconoció en su día numerosas veces Juan Pablo II (desde 1979 a 1992, cuando se dio por concluido el debate). Se ha sostenido con insistencia la idea de que fue este asunto, el juicio y condena a Galileo, la raíz del conflicto entre los científicos y la fe. Por mi parte, no lo creo: ya conocen mi tesis de que la fricción tuvo su origen en ambientes masónicos de la Ilustración…”

Galileo Galilei

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Razonitis

“Razonitis es una inflamación de la razón. Un uso abusivo de la razón. Un forzar de más una facultad. Un creerte la razón universal encarnada.”

Razonitis

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Sobre la incredulidad de muchos en los milagros de Jesus

Lo que sigue es mi comentario a esta entrada del blog Reforma o Apostasía del P. José María Iraburu..


Precioso y minucioso análisis, P. Iraburu: GRACIAS. Comento tres cosas:

(1) Por supuesto no hay que oponer–ni el artículo comentado lo hace–historicidad y significación teológica. El gnosticismo larvado que incluyen posturas como la de Torres Queiruga viene a decirnos que la materia no importa, y que sólo importa el sentido o significado: la enseñanza, la “gnosis.” Muy al contrario, la estructura de los textos es “sacramental”: presupone el hecho sucedido que, precisamente en la solidez de su acontecer, sirve de base para el sentido noético, espiritual o teológico. Por ejemplo: la VERDAD del caminar sobre las aguas, invita a reconocer la VERDAD del señorío de Cristo sobre la creación, de un modo que el judaísmo sólo atribuyó a Dios, pues sólo él domeña la arrogancia de las aguas, según aquello del final del libro de Job.

(2) Otro punto importante lo comentaba Bruno Moreno hace unos meses: existe el prejuicio cientificista de que toda la gente de la antigüedad vivía en un mundo de fantasía donde cualquier cosa podía suceder en cualquier momento. Es como si se pensara que para ellos que alguien esté paralítico muchos años, y un día se levante, es parte de un mundo donde cualquier cosa puede pasar. Si ello fuera así, los autores sagrados se sentirían con cierta licencia para contar como acaecidas cosas que nunca pasaron. Gracias a Dios, los textos son lo suficientemente claros como para mostrar el impacto, la extrañeza, la incredulidad que esos hombres, lo mismo que nosotros, sentimos cuando percibimos que el mundo creado cede el paso ante la majestad y la compasión de su Creador.

(3) Ayuda mucho a la fe en la realidad de los milagros el haber presenciado unos cuantos. Sé bien que la Renovación Carismática no tiene monopolio del Espíritu Santo, ni más faltaba, pero, con mis propios ojos, y en cierto sentido como fruto de mi pobre oración, he visto milagros sobre cuerpos y mentes, incluyendo sanaciones físicas. Cuando leo esos malabares de teólogos que parece que sólo salen de sus despachos para ir a simposios donde hablan con otros de su mismo estilo y lenguaje, suspiro implorando a Dios que alguna vez todos ellos puedan asomarse a un lugar donde de veras se ore, se adore y se celebre el amor incontenible e inexhausto de Dios.