[Retiro espiritual con las Hermanas Dominicas de la Inmaculada, de la Provincia de Santa Rosa, en el Perú. Octubre de 2014.]
Tema 12 de 12: La misión: somos enviados
* La Iglesia no existe para sí misma, nos han recordado los Papas Benedicto XVI y Francisco.
* No podemos resolver con tanto empeño nuestras situaciones internas, sean psicológicas, comunitarias o sociales, que no quedan recursos para salir de nosotros mismos.
* En otras ocasiones el confort de la vida aburguesada nos hace ciegos a las necesidades reales de conversión de nuestro prójimo pues todo nuestro contento está en cumplir con objetivos, cuadros de planeación y organigramas y cronogramas.
* ¡Ay de mí, si no evangelizare!, exclama san Pablo. Esa interjección de lamento indica que mi bien está ligado al bien que de mí ha de brotar.
* El amor viene de Dios pero si no lo damos se pudre en nosotros: el amor que recibes, si no lo das, se fermenta en ti.
* Algunas pistas misioneras:
(1) Hacer misión es “cosechar,” que significa que somos deudores de los que nos han antecedido, y significa también que hemos de estar atentos a la oportunidad, como quien detecta cuándo está madura la mies.
(2) El amor mismo quiere abrirse paso en nuestra vida y a través de nosotros. Misionar no es inventar o suponer un amor, sino tomar en serio el amor recibido.
(3) Toda misión busca un fruto que perdure, y por eso todo misionero debe centrarse en unir a su gente con cristo,el que ha vencido incluso al umbral de la muerte.
(4) Y sobre todo, nunca olvidar que Cristo cumple su promesa, y está con nosotros todos los días hasta el fin del mundo (Mateo 28).