Unción de Cristo y del cristiano, 6 de 6: Partícipes del mismo Espíritu que ungió a Cristo

[Retiro con la comunidad hispana de Bernardsville. Diciembre de 2014.]

Tema 6 de 6: Partícipes del mismo Espíritu que ungió a Cristo

* ¿Qué hace el Espíritu Santo de Dios cuando unge a una persona? Lo podemos responder mirando la persona de Jesucristo, aquel que recibe el Espíritu “sin medida” (véase Juan 3,34). En el tercer evangelio Cristo describe su misión como obra de la abundancia de Espíritu que ha recibido, y que lo ha ungido (Lucas 4,18-19; véase Isaías 61,1).

* Cada uno de nosotros, en virtud de la oración sacerdotal de Jesucristo (Juan 17), tiene el “derecho” de reclamarle a Dios la “herencia,” porque, según san Pablo, nosotros somos co-herederos con Cristo, que por pura misericordia, ha querido ser primogénito y no sólo unigénito.

* Lo primero que hace el Espíritu es hacernos hijos de Dios y hacer que nos reconozcamos como tales. Es el Espíritu el que nos permite clamar: ¡Abbá! ¡Padre! (Romanos 8,15). En segundo lugar, el Espíritu reforma todos nuestros valores y afectos, ordenándolos según Dios, “porque los que viven conforme a la carne, ponen la mente en las cosas de la carne, pero los que viven conforme al Espíritu, en las cosas del Espíritu.” (Romanos 8,5).

* El Espíritu nos otorga también sus dones y carismas, que son herramientas, armas y expresiones vivas de la gloria de Dios para bien de la Iglesia y alegría del pueblo santo frente a los perversos ataques del demonio, el mundo y la carne.

Unción de Cristo y del cristiano, 5 de 6: Renovados desde dentro por el Espíritu

[Retiro con la comunidad hispana de Bernardsville. Diciembre de 2014.]

Tema 5 de 6: Renovados desde dentro por el Espíritu

* San Lucas nos habla de cómo de Cristo sale una fuerza o poder que sana a todos (Lucas 6,19). La Ley de Moisés, que en esto corresponde a la experiencia de multitud de padres y educadores, enseña que una manzana dañada es suficiente para dañar el resto de la caja. Moisés prevé el poder del mal y por eso aísla al leproso, que contagiará a todos, y también apedrea al que ha pecado gravemente.

* Podemos decir por contraste que la “fuerza” que irradia Cristo, el Ungido, es el reverso de lo que Moisés tenía. En Marcos 1 vemos a Cristo tocando a un leproso, y la lepra no contagia a Cristo sino que la salud de Cristo “contagia” al leproso. estamos ante un bien que es potente.

* Es lo mismo que contempló Ezequiel en aquel río que salía del templo (véase Ezequiel 47,1-12), y que crecía como reproduciéndose a sí mismo, y que repartía salud y fecundidad. es la imagen de una fuente que brota desde dentro del corazón de Dios, y que quiere brotar desde dentro del corazón del cristiano, como brotó del Corazón Sagrado del mismo Cristo.

* Esa fuente que mana desde dentro hace superar la “lógica de la transacción.” Para entender mejor qué quiere decir esta lógica, que es la que impera en el mundo, y que mira ante todo al propio interés, sirve la conferencia: Todo lo que el Espíritu puede hacer en tu vida.

* La generosidad que da el Espíritu brilla de modo sublime en los santos, sobre todo en los mártires, que lo han dado todo sin reservarse nada, y también en los que han destacado por su misericordia.

Unción de Cristo y del cristiano, 4 de 6: La gran paradoja del corazón humano

[Retiro con la comunidad hispana de Bernardsville. Diciembre de 2014.]

Tema 4 de 6: La gran paradoja del corazón humano

* Una de las enseñanzas básicas que deja el conjunto del Antiguo Testamento es que en el corazón, en cuanto centro de nuestras convicciones y decisiones, reside la verdad del ser humano. Una verdad que tendemos a ocultar por conveniencia o por miedo. Una verdad que, sin embargo, es indispensable abrir porque de otro modo la aparente seguridad será solamente seguridad de nuestra propia prisión.

* El corazón intenta a la vez conservar su libertad y para eso se aísla, pero al aislarse, se aprisiona en su soledad. ¿Cómo intenta la gente superar esa paradoja? Hay varias soluciones falsas:

(1) El castillo. Es el nombre de aquella idea de que uno puede crear un espacio “amable,” por ejemplo, la propia familia, y luego considerar que dentro de esas cuatro paredes hay orden y felicidad mientras que el resto del universo es inhóspito, cruel e injusto. Lo malo de este enfoque es que deja sin posibilidades de completo desarrollo social a los hijos, que por necesidad saldrán un día de ese entorno “seguro;” y tampoco es bueno en este enfoque que la familia queda privada de la mayor parte de su servicio a la sociedad, sobre todo en lo que atañe a los que no tienen familias felices.

(2) El rinoceronte. Es la imagen de aquellos que consideran que pueden asumir la dureza y rudeza de la vida y que como estrategia basta con volverse resistente a toda crítica, burla o indiferencia. por supuesto, una sociedad de rinocerontes es inhóspita y conduce a la ley del más fuerte.

(3) El modelo postmoderno. Corresponde al estilo del “carpe diem.” Algo así como: disfruta el momento, pásala bien, vive y deja vivir, y luego despídete de la fiesta. El problema es que todo ello deja una profunda insatisfacción. Además, este modelo de acción tritura todo deseo de maternidad porque la maternidad es siempre camino que sobrepasa el instante y se prolonga en amor que marca la historia.

* ¿Qué hacer entonces? El corazón tiene otras rutas: las que nos mostró y abrió Jesucristo, el Ungido del Padre, con su ejemplo,plegaria y sacrificio.

Unción de Cristo y del cristiano, 3 de 6: Las visiones de Ezequiel

[Retiro con la comunidad hispana de Bernardsville. Diciembre de 2014.]

Tema 3 de 6: Las visiones de Ezequiel

* El profeta Ezequiel de familia sacerdotal, conoció bien la corrupción de la fe en el pueblo e incluso en los sacerdotes. Vio con horror como la alianza quedaba reducida a un formalismo frío y la vida del templo, a un ritualismo sin alma. Entendió así dos cosas:

(1) La gloria de Dios abandona el lugar donde el pecado se entroniza.

(2) El corazón humano es el lugar donde el pecado quiere llegar; su deseo es usurpar el trono y templo de Dios en el hombre, es decir, su corazón, y por ello, la sola Ley no es capaz de crear la fidelidad que la misma Ley exige.

* Un punto culminante es la visión del capítulo 37 de Ezequiel. En ella encontramos que Dios, el creador, es el único que puede crear una realidad nueva. Y Dios lo había anunciado con infinita misericordia: “Os daré un corazón nuevo y os infundiré un espíritu nuevo” (Ezequiel 36,23-28).

* Esa intervención del Espíritu, que todo lo renueva, es lo único que hace posible que vuelva la gloria divina y se pose sobre el nuevo templo.

Unción de Cristo y del cristiano, 2 de 6: Los Jueces, líderes carismáticos

[Retiro con la comunidad hispana de Bernardsville. Diciembre de 2014.]

Tema 2 de 6: Los Jueces, líderes carismáticos

* Mientras Moisés guiaba al pueblo, él era como la voz y presencia de Dios, no sólo para las cosas mayores, como determinar qué ruta debían seguir por el desierto, sino también en las cosas menores, como por ejemplo las disputas entre vecinos.

* A Moisés le sucedió Josué, su ayudante, que cumplió un papel importante en dirigir al pueblo a tomar posesión de la tierra prometida, y en dar testimonio de su fe inquebrantable: “Yo y mi familia serviremos al Señor” (Josué 24,15).

* Pero una vez que Josué muere y el pueblo de Israel tiene ya su tierra podemos decir que se da una severa crisis de liderazgo. “Cada uno hacía lo que le parecía,” dice Jueces 17,6 y 21,25. Mientras tanto, los filisteos asedian a Israel con ataques pero también con seducciones. Tal ha sido la fuerza del mal, ya desde antiguo: intimidarnos con sus agresiones y persecuciones, o debilitarnos y encadenarnos con sus seducciones.

* ¿Quién puede “poner orden” a una situación que está “des-ajustada”? Aquí entra el concepto hebreo de “justicia” como armonía, orden y bondad que caracterizan las obras de Dios. Ser “juez” es “hacer justicia” o sea, traer la justicia dey orden de Dios a un mundo que se “des-ordena” por el pecado.

* Los “jueces,” así entendidos, se caracterizan porque en ellos se ve la mano de Dios. El Señor “está con ellos” y es eso, solamente eso, lo que explica que sean capaces de defender a Israel y guiarlo a la victoria.

Unción de Cristo y del cristiano, 1 de 6: El bien de un buen retiro espiritual

[Retiro con la comunidad hispana de Bernardsville. Diciembre de 2014.]

Tema 1 de 6: El bien de un buen retiro espiritual

* Una comparación con lo que vivieron los israelitas en Egipto es útil en este tema. Las condiciones de los hebreos en Egipto no eran las mejores pero tenían ciertas cosas: alimento, vestido y vivienda, además de trabajo. Su vida circulaba alrededor de una “rueda”: trabajar, consumir y entretenerse. El sistema era suficientemente bueno para ellos pero sin embargo se quejaron ante Dios, y conviene preguntarse por qué.

* Dios, a través de Moisés, ordena al faraón que detenga esa “rueda” y que permita al pueblo salir al desierto a encontrarse con Él y a celebrar fiesta en su honor. Faraón no le ve propósito a esa interrupción y más bien ahoga con nuevos trabajos a los israelitas. ¿A qué le teme el faraón?

* Cuando una persona hace una pausa en su “rueda,” al principio se siente a disgusto pero poco a poco su inteligencia y su voluntad se empiezan a recuperar, a actuar con libertad, y entonces se articulan las preguntas profundas, trascendentes, definitivas; preguntas que no tienen que ver con el “cómo” sin con el “para qué.” Eventualmente esas preguntas nos llevan a descubrir a Dios como primer amor y a descubrir cuán valiosos somos para Él.