[Predicación para los matrimonios en el Encuentro Internacional de La Mansión, en Noviembre de 2014.]
Parte 2 de 2: Los frutos
* Desde el descubrimiento de la bondad y la santidad de Dios cada uno llegará al acto maravilloso de amor y fe de la Virgen María: “Aquí está la esclava del Señor.” Desde esa disponibilidad, el querer de Dios se hace presente como una vida de crecimiento en la fe y en el amor.
* Las parejas han de ver su sacramento del matrimonio no como el recuerdo de algo del pasado sino como un manantial de gracia que permanece vivo y les acompaña y fortalece. En su oración, han de dirigirse al Cristo que de un modo singular mora en ellos como principio de unidad según el precioso plan de Dios.
* Los hijos, por su parte, no se consideren únicamente como sujetos de derechos. Han de vencer al maligno, como dice la 1 Juan. Y en esto lo esencial es valorar los tesoros de sabiduría que vienen de los mayores, empezando por los propios padres.