LA GRACIA 2023/11/27 Nos llenamos de cosas porque estamos vacíos de amores

Pon en primer lugar el amor a Jesús y su Evangelio y seguro que vas a descubrir que hay muchas cosas que te sobran. Nos llenamos de cosas porque estamos vacíos de amores.

[REPRODUCCIÓN PERMITIDA en redes sociales, blogs, emisoras de radio, y otros medios. Tu donación hace fuerte la evangelización católica. ¡Dona ahora!]

Sanando la voluntad herida, 2 de 2

Sanación de la voluntad herida. Tema 2 de 2: La obra de la gracia.

* La teología de Santo Tomás distingue la obra de la gracia cuando es “operante,” o sea, obrando en nosotros pero como sin nosotros; y cuando es “cooperante” es decir, cuando, habiendo transformado ya la raíz de nuestra voluntad, y por consiguiente esta voluntad “coopera” con Dios, siendo siempre Dios la causa primera principal de todo bien en el hombre redimido.

* Los pasos típicos de la gracia operante se pueden ver en la parábola del hijo pródigo: (1) Sentir fastidio o pesar de la propia situación, y reconocer que uno nació para otra cosa. (2) Admitir la posibilidad general o abstracta de llegar a ser diferente. (3) Plantearse un cambio actual, inmediato, como posibilidad próxima. (4) Una decisión: “me levantaré;” decisión de salir de la comodidad y ventajas del pecado. (5) La confesión, sincera, dolida y humilde, que asume la propia realidad, no como un final sino como un nuevo punto de partida.

* La gracia cooperante crece con la formación en el amor. Textos sugeridos: (1) Qué es es la vida nueva: 1 Pedro. (2) Crecer en el amor agradecido y la alabanza: Salmos 145 a 150. (3) Crecer en la verdad del Evangelio, y no en un Cristo imaginado: Evangelio según san Marcos. (4) Buscar la propia vocación porque somos amados para ser llamados: 1 Timoteo. (5) Afianzar la raíz: el Sermón de la Montaña, Mateo, capítulos del 5 al 7. (6) Prepararme para la batalla: 1 Juan. (7) Abrirse a una esperanza de victoria final: Apocalipsis, capítulos del 19 al 21.

Sanando la voluntad herida, 1 de 2

Sanación de la voluntad herida. Tema 1 de 2: Redefiniendo lo imposible.

* La voluntad es la facultad del querer. Tiene actos que van “hacia afuera,” es decir, que producen un efecto actuando sobre algo. Tiene también actos interiores, “hacia adentro,” es decir, los propios del afecto y del amor como tal.

* La voluntad es transformada por el amor de Dios, que es el Espíritu Santo. Su Don trae luz a la inteligencia y fuego al corazón.

* Dios, cuando actúa en el corazón, redefine qué es posible y qué es imposible. A menudo, lo que uno juzgaba imposible se vuelve no sólo posible sino deseable, de modo que la virtud misma se vuelve amable y cercana.