Curso de Sacramentos II, parte 13 de 13: Familias santas, familias misioneras

Familias santas, familias misioneras

Hacia una espiritualidad conyugal y familiar.

Nos apoyaremos en la Exhortación Apostólica Familiaris Consortio del Papa San Juan Pablo II, junto con apuntes magisteriales de los Papas Pablo VI y Francisco.

Multiplicidad de la realidad familiar. Debido a la múltiple repercusión que tiene la familia en la sociedad se puede decir que el futuro de lo sociedad va a depender del futuro de la familia.

¿Por qué hace falta una espiritualidad conyugal y familiar? Porque el cristiano no tiene dos vidas. Al ser bautizado queda impregnado de una espiritualidad que se ve mejorada con una buena familia o bien queda dañada y frenada para siempre. En el matrimonio, o hay un triunfo y un avance en Cristo o bien supone un fracaso cristiano de la pareja. La preocupación por la espiritualidad propia, familiar, social han quedado desterradas por la afectividad egoísta, el sentimiento, el gusto, las decepciones y los fracasos.

Primacía de Jesucristo.

De la misma manera que un candidato al sacramento del Orden lo que le debe llevarle a entregar su vida a Dios es por encima de todo el proclamar la gloria de Cristo, así la primera razón que deberían de tener los novios para casarse es la de darle gloria a Cristo.

El hombre debe entrar al matrimonio para ser Cristo (entrega total) y así hacer plena a la mujer, mientras que la mujer para ser Iglesia agradecida, solícita y fiel del esposo.

Esta Primacía florece en la familia según decía Pablo VI más allá del simple cómo me siento yo ni en lo que me hace feliz a mí. Para ver las raíces de estos problemas puede consultarse una serie de charlas bajo el título Reconocer el naufragio. Aquellos que no han conocido el amor desinteresado y están heridos en este tipo de soledad deben acudir a la Comunidad de Fe que es donde podrán recibir ayuda y sanación.

La pareja se convierte en un signo del Amor de Dios, según San Juan Pablo II. Un signo que expresa:
la capacidad de comunión que significa que Dios puede crear una nueva realidad, un camino de santidad, con el ejemplo sublime de la Familia de Nazaret, así como el muchas parejas canonizadas.

El signo del Amor de Dios se puede desglosar en las Virtudes Domésticas, que son las propias de la convivencia humana, y que han sido resaltadas por Pablo VI. Mencionemos siete:

Abnegación.- Son las renuncias continuas que nos hacen compartir la Cruz. Los más abnegados no son los ermitaños sino los religiosos de vida comunitaria contemplativa.

Respeto.- Reconocer en todo momento los derechos del prójimo. Buscar qué es lo bueno en el otro.

Comunicación.- Evitemos las suposiciones o pensamientos propios sin ninguna base y acostumbrémonos a salir de ellos. Conviene recibir retroalimentación de otros sobre nosotros mismos y de aquello que se nos oculta. No siempre es malo tener cerca aquellos que no nos simpatizan porque nos pueden dar una visión más completa de nosotros mismos. Con esta virtud se nos invita permanente a salir de nosotros mismos.

Perdón.- Algunos les cuesta perdonar porque es una manera de tener poder sobre la persona que te ofendió. Se protege el dolor para sacarlo continuamente y así evitar que la persona pueda crecer. En I Cor 13 se dice que el amor no lleva cuentas.

Educación.- El Papa habla del proceso o bien del camino en el que estamos inmersos. El hecho de ser caminantes nos hace imperfectos porque no hemos alcanzado la meta. Cristo me acepta como soy, pero no me deja como soy. Todo crecimiento requiere plazos.

Acogida.- La familia tiene que ser espacio donde caben todos los excluidos. Sin confundir la acogida y la amistad con la complicidad y con el pactar con los errores o defectos de los demás.

Silencio.- Entendido como una puerta hacia la interioridad. Se ha de aprender a crear espacios donde se entre en uno mismo.

La familia tiene responsabilidad, según dice San Juan Pablo II. El bien de la familia también implica un apostolado propio en la sociedad.

Curso de Sacramentos II, parte 12 de 13: Evolución del sacramento del matrimonio

Sinopsis de la evolución del Sacramento

Evolución del Sacramento del Matrimonio

La singularidad del Matrimonio radica en que los ministros propios de dicho sacramento sean los contrayentes y no los clérigos.

Evolución Teológica:

¿Cuándo empieza a evolucionar? Ya en tiempos de los Profetas la unión de Dios y su pueblo, llamada Alianza, es considerada como la más perfecta. En la palabra Alianza se condensa todo lo que se desea para la unión matrimonial. Esa elección mutua entre Dios y su Pueblo es lo más parecido a la unión de dos esposos. Ezequiel (Ez. 23) lleva esta comparación hasta el extremo donde muestra la relación de Dios y su Pueblo, en este caso de infidelidad. De la misma manera, el profeta Oseas tiene textos desgarradores donde describe la relación con su esposa que le ha sido infiel. Dios es el novio y el Pueblo la novia.

Cristo en continuidad con este lenguaje de los Profetas se compara con el Novio. El celibato de Cristo es profético, consagrado en virginidad, en el cual se espera a la venida de la novia. Una novia que tuvo sanarse, embellecerse y ser preparada para el encuentro nupcial con su Novio.

Para San Pablo, el matrimonio es algo más fruto de un deseo, algo más que una solución para procrear, algo más que un contrato, se mira desde lo sagrado. Es un gran misterio que, a su vez, ilumina otro gran misterio que es la unión de Dios y su Pueblo.

No se puede tocar la realidad sacramental del Matrimonio, sin ofender a Dios. Desde Moisés y con la proclamación de los mandamientos (No adulterarás) se entiende la inviolabilidad del Matrimonio.

Desde un principio se ha visto la unión fecunda del hombre y la mujer como un signo providencial del amor de Dios. La imagen de Dios no está solo en el hombre o en la mujer sino en la riqueza y fecundidad de la unión de los dos, (Gen. 2).

No es de extrañar el gran impacto que a los judíos les ocasionaba el ver maltratada la unión de pareja y la unión de Dios y su Pueblo. El culto a los Baales y cultos mistéricos eran auténticas profanaciones que escandalizaban gravemente al pueblo hebreo. En su carta a los Romanos (Rom 1, 18ss), San Pablo nos describe la ira de Dios en el pasado.

Evolución Comunitaria.

Al igual que la fe y la pareja se benefician recíprocamente, la Comunidad Eclesial y la vida familiar también se iluminan mutuamente. En las Cartas Pastorales (I Timoteo, Tito, …) se habla que un hogar sano facilita el servir en la Iglesia. Y a su vez la realidad familiar debe ser iluminada por la realidad de la fe. La antropología y la teología del Matrimonio deben ir unidas para San Pablo. (Ef. 5) La vida de familia se hace posible solo en el contexto de total sumisión a Cristo.

Hay un realidad sagrada en la unión entre hombre y mujer. La realidad es querida por Dios y estable. La relación está abierta a la fecundidad y a la Comunidad Eclesial. En contraste con el Paganismo, el Adulterio es la negación de toda la realidad sagrada del Matrimonio. Durante siglos no había pecados más graves que Apostasía, Homicidio y Adulterio. El Adulterio es un suicidio moral.

Evolución Litúrgica.

Según San Ignacio de Antioquía en su Carta a Policarpo, sección V, los cristianos se casan pero con bendición del obispo para que el sacramento sea conforme al Señor y no al deseo de los contrayentes.

Los orígenes litúrgicos del sacramento están en que los que contraen Matrimonio debe vibrar en la misma frecuencia que la Comunidad. Familia e Iglesia están sincronizadas. Antiguamente, desde los primero siglos del cristianismo, había una unión entre el consentimiento humano y la bendición divina y no era extraño que se bendijese el tálamo nupcial (Ceremonia galicana). En la espiritualidad cristiana no existe la distinción entre lo privado y lo público. Existe el pudor, la modestia y la castidad, pero no olvidemos que todo pecado tiene una dimensión comunitaria.
En la Edad Media se normaliza las ceremonias en las iglesias y se desechan la liturgia que se realizaba en el hogar de los contrayentes.

El Concilio de Trento se deja claro que lo que constituye el Matrimonio es el Consentimiento.

Repercusiones de la sacramentalidad del Matrimonio: Recupera la conciencia del Matrimonio como fuerza de Gracia. Además, se afirma el ex opere operato, queriendo decir que más allá de las fragilidades de los novios, sacerdotes, … nunca Cristo falta a la cita allí donde se celebra la ceremonia. Cristo llega para quedarse, no quiere irse pero no es magia ni encantamiento.

Pablo VI subraya dos ideas: (i) que la familia sea Iglesia doméstica y (ii) que la Iglesia sea familia de los hijos de Dios.

Curso de Sacramentos II, parte 11 de 13: Hombre, mujer e ideología de genero (2 de 2)

Hombre-mujer e ideología de genero (2 de 2)

Complementariedad del padre y de la madre con la nueva criatura

La relación no es simétrica entre los hombres y las mujeres y por lo tanto el igualitarismo es un error que incluso lleva a la violencia mutua.

Amor femenino.

¿Cómo será la relación de la madre con la nueva criatura? Se llamará una relación desde la continuidad. Esta continuidad se ha convertido en un argumento sofista y muy fuerte para defender el aborto alegando que el nuevo ser es parte de la mujer y puede hacer lo que quiere con el feto. La madre ama el bebé desde la continuidad. Mientras que el padre lo conoce desde la discontinuidad, desde la madre, por tanto es un amor mediado. Según Santo Tomás de Aquino, de Dios no emana el nuevo ser, sino que es diferente a Él mismo y por lo tanto es creado por Él. También hay una discontinuidad ente Dios Padre y el ser humano nacido.

Dar a luz es una experiencia profunda más allá de la fisiología que hace a la mujer más madre y de ahí que las feministas intenten evitarlo. La madre va a ofrecer el soporte, la acogida, el apoyo y la aceptación. La mujer está hecha y confeccionada para que el nuevo ser viva dentro de ella y crezca. El poder de observación en la mujer está desarrollado de una manera especial y analiza el nuevo ser, cosa que el hombre es incapaz.

Amor masculino.

El amor masculino obra desde la discontinuidad desde la distancia. Ve al hijo en contexto, lo ve todo desde fuera, como uno más de una manera objetiva. En el hombre hay una mirada externa con objetividad. El hombre busca solucionar problemas pero también debe aprender a dar más apoyo emocional como hace la mujer. “¿Qué es lo bueno aquí?” es lo que se pregunta él, mientras que la mujer busca más el sentimiento. En definitiva, el hombre se preocupa sobre qué hace (lo bueno), sin embargo en la mujer se pregunta sobre cómo se siente (bien).

Lo que viene de la naturaleza humana es: mirada externa objetiva y exigente para el hombre, mientras en el caso de la mujer ella acoge, apoya sentimentalmente y anima. La combinación maravillosa de estas dos tendencias es lo que hace que el ser humano avance gracias a la complementariedad.

Hoy en día se ha perdido la exigencia paterna y se ha abusado del “sentirse bien”, por falta de padres. La continuidad sin padre se vuelve complicidad. Al no creer en la discontinuidad nos volvemos en un mundo individualista. El amigo es el que no me corrige, critica y se vuelve mi cómplice. Se forman las tribus de gente de iguales gustos que se sienten bien. Llegamos a un subjetivismo, que se convierte en la degeneración de lo femenino por no tener lo masculino.

Jesucristo se compara con el novio, con el esposo y el padre.

En Cristo vemos un modelo de humanidad impresionante. Santo Tomás de Aquino enfatiza que la plenitud de lo humano está en la masculinidad, postura que sin embargo es discutible. Sí es firme en cambio que en Cristo se ve una perfecta combinación de la continuidad y de la discontinuidad, de la acogida y la exigencia, de lo grandioso del corazón del hombre y de la mujer.

El Papa Francisco con la palabra misericordia hace mención a esta maravillosa integración entre la continuidad y discontinuidad. La misericordia en Cristo significa que me Él me acoge como soy (continuidad) pero no me deja donde estoy (discontinuidad). En el pasaje de la mujer adúltera la acoge pero no la deja en la vida de pecado. Cristo me recibe pero también me transforma.

Cristo acoge y exige. A los primeros discípulos se ve cómo los llama (acogida) y los manda predicar (exigencia). A los Zebedeo en su afán por ser los primeros, a San Pedro en su deseo de no permitir la cruz a Cristo, …

La llamada continua del Señor se ve en el seguimiento, donde se encuentra la integración de la acogida y la exigencia. El concepto que reúne, desde el punto de vista bíblico, el cómo me siento así como el qué estoy haciendo: la salvación. En el pasaje de Zaqueo vemos que se siente bien y además hace el bien, prototipo de este seguimiento que salva.

La síntesis de la continuidad y discontinuidad, de la acogida y de la exigencia y del cómo me siento y del qué hago es la misericordia, seguimiento y salvación.

Conclusión: Cuando se anula la diferencia entre hombre y mujer nos privamos de toda la riqueza de su complementariedad y de toda la construcción que ha brotado de la sabiduría, del poder y del amor de Dios.

Curso de Sacramentos II, parte 10 de 13: Hombre, mujer e ideología de genero (1 de 2)

Hombre, mujer e ideología de genero (1 de 2)

Diferencia y complementariedad entre el hombre y la mujer.

Hay quienes piensan que al diferenciar se discrimina a los que no piensan así y que esta no es una postura que totalmente abarca la realidad humana. En la Iglesia, dependiendo las grados, hay diversas maneras aproximar este problema. Desde el punto vista teológico y antropológico conviene argumentar al respecto. Vamos a presentar argumentos sólo antropológicos y otros que son argumentos propiamente cristianos suponiendo la Revelación. Son diferentes.

Argumentos propiamente antropológicos:

Argumentos a priori

– Son los que estudian la bondad o maldad del acto visto en sí mismo independientemente de las consecuencias. Es difícil argumentar de esta manera y de ahí que a veces se recurra y se caiga en trampas como son los sofismas del falso dilema provenientes de la lógica matemática y de ninguna utilidad en el mundo real.

– Necesitamos concentrarnos en el estudio del problema mismo sintetizado en la pregunta: las diferencias de comportamiento entre hombre y mujer ¿pueden explicarse satisfactoriamente solo a partir de factores culturales? Esta pregunta es a priori.

Argumentos a posteriori

– Son los que toman su fuerza para aceptar una determinada postura estudiando no tanto la bondad/maldad del acto en sí, sino por las consecuencias que conlleva. Ejemplo de ellos lo tenemos en la Ideología del Género se han presentado estos tipos de argumentos. Los que defienden esta Ideología piensan que de ese modo la sociedad será más libre, incluyente y abierta.

– Estos argumentos suelen fallar porque muchas veces dependen de encuestas sesgadas, estadísticas apañadas y de opiniones pseudocientíficas que hacen concluir lo que se desea en un momento determinado sin necesidad de ser lo verdadero o correcto. El estudio estadístico de la sociedad, sociometría, es engañoso en la medida en que es manipulable.

– Estos argumentos escogen parcialmente lo que se quiere evaluar y por ello con el manto mágico de la ciencia se puede demostrar lo que se quiere.

Vemos que los factores socioculturales no son suficientes para explicar las diferencias entre hombres y mujeres. La razón es porque los factores biológicos y de configuración psicológica-neuronal-emocional son demasiado diferentes como para negar una diferencia. La demostración se hace a partir de los sentidos y del cerebro humano. Se han hecho estudios con bebés que, sin condicionamientos sociales, sin uso de lenguaje y solo por su interés, se ha demostrado que los niños se fijan visualmente más en las figuras mecánicas y las niñas en los rostros humanos.

– El periodista noruego Harald Eia, nos brinda una interesante investigación, motivada por la búsqueda de la verdad antes que la voluntad de querer afianzar cualquier teoría a priori. Es un video muy ameno que nos permite introducirnos en el gran tema de la ideología de la igualdad de género.

Curso de Sacramentos II, parte 09 de 13: Vida y espiritualidad del sacerdote

Vida y espiritualidad del sacerdote

Se va a seguir el esquema propuesto por el Papa San Juan Pablo II en su Exhortación Apostólica Pastores dabo vobis. Un esquema aprovechable no solo para sacerdotes sino también para todos los servidores del Evangelio.

La caridad, como centro y principio interior, y las dimensiones de la formación sacerdotal.

El hecho que presente varias dimensiones es una invitación al equilibrio. Hay que evitar enfatizar solo la espiritualidad o solo la ayuda social, misionera o la consejería psicológica. No se trata de absolutizar ninguna de estas dimensiones sino de balancearlas de una manera sana.

Dimensión espiritual:

  1. Una persona espiritual es la que aceptado a Jesucristo como el señor de su vida y por tanto todas las áreas de su vida están sometidas y comparecen ante Jesucristo. Los santos son los más adelantados en esta dimensión.
  2. La persona espiritual tiene la experiencia del poder y la gracia del Espíritu Santo. Tiene conciencia de que Dios es el que obra, pero sin que por eso se caiga en una mediocridad pactada.
  3. La verdadera espiritualidad es siempre sentido de pertenencia a la Iglesia.
  4. La auténtica espiritualidad es una cercanía con la Palabra Divina para evitar que conozco al verdadero Jesucristo.

Dimensión intelectual:

  1. Se trata de tomar en serio el Depósito de la Fe. Lo que tiene primacía no es lo que a mí me llama la atención o mi experiencia subjetiva sino un encuentro con Jesucristo real y su Palabra.
  2. Se debe dar un encuentro inmediato y al mismo tiempo un encuentro mediado con la Palabra de Dios y por lo tanto habrá que acudir humildemente a la Historia para averiguar lo que ya se ha dicho y las respuestas que se han dado a cuestiones y problemas.
  3. Se precisa tener formación  sólida, profunda y fundada sobre las cuestiones más relevantes y candentes de nuestro tiempo y así evitar caer en posturas cómodas e irresponsables. Hay que estar despiertos y al día.

Dimensión humana:

  1. Tiene que ver con el ejercicio armónico de nuestra condición psicosomática. El cuidado del cuerpo es importante y debe tenerse en cuenta, sin caer en la exageración. La armonía entre el cuidado del cuerpo y alma es necesario
  2. También es preciso un cierto equilibrio y armonía en la dimensión social de las relaciones humanas. Hay que evitar los extremos de “corazón duros y resecos” que conduce al distanciamiento y a la amargura y aquellos que son “demasiado humanos”.
  3. Hace falta cultivar las virtudes humanas: justicia, prudencia, fortaleza y templanza. Por ejemplo, hay que evitar imprudencias porque el sacerdote no se es dueño de su figura pública.

Dimensión apostólica:

  1. Significa el cultivo del deseo y las estrategias para transmitir la fe a todo el Pueblo de Dios. El sacerdote debe salir de su comodidad y evangelizar a todo tipo de personas. El celo apostólico debe traspasar fronteras y estratos sociales.
  2. Evitar hacer grupos donde se siente a gusto y limitar la evangelización a solo gente selecta.
  3. El celo por el apostolado solo se sacia en la santidad. La preocupación por las ovejas de Cristo es para que lleguen a su plenitud de la santidad.

Fuentes o entornos donde se vive la espiritualidad sacerdotal:

  1. La fraternidad sacerdotal donde los reconocernos nuestros hermanos  y aprendemos a servirlos como tales hermanos que son.
  2. La formación permanente, sin la cual no cabe la dimensión intelectual y espiritual. Más allá de los títulos se trata de enfatizar la lectura y la perseverancia.
  3. La Comunidad, que hay que cuidar por su relación con lo humano e intelectual.
  4. La Eucaristía es la mayor responsabilidad. Cristo no se reserva nada y ello nos debe cuestionar.

Modos de presencia del sacerdote.

  1. Hermano: San Agustín decía: para vosotros soy obispo, con vosotros soy cristiano. Esto es ser hermano. La gente nos necesita hermanos sin que se nos suba los títulos.
  2. Maestro: el sacerdote debe enseñar y dejar una palabra oportuna que guíe y alimente.
  3. Testigo: la Iglesia necesita recibir del sacerdote la Palabra de Dios como mensaje instantáneo y fresco.
  4. Pastor: el sacerdote está supuesto a guiar y dirigir el rebaño de Dios.

 

Curso de Sacramentos II, parte 08 de 13: Cuestionamientos personales y eclesiales

Cuestionamientos personales y eclesiales

Introducción. Desfiguración del ministerio sacerdotal.

  1. La Iglesia es más que un conjunto de personas. Podemos decir que tiene una naturaleza teándrica y ello se siente de una manera muy especial en el sacramento del Orden.
  2. Se supone que el ministro es el sucesor del apóstol, pero surge la separación a este ideal y ese distanciamiento conlleva la dificultad de reconocer el Evangelio en el ministro o en la comunidad. Cualquier pecado es una desfiguración del ministerio. Hay cuatro de ellos que tienen una caja de resonancia tremenda y sobresalen en este desvirtuar el ministerio del Orden:

La falta de fe en Cristo.- Esta incredulidad hace que uno este más preocupado por sus propios intereses y compensaciones más que los de la comunidad. El ministro se convierte en un funcionario que intenta mantener contento a su jefe.

Egoísmo.-  Se espera la generosidad del ministro consagrado. Cuando se le exige mucho y éste no tiene abundancia de amor entonces se cuestiona la razón de su ordenación. Los ministros egoístas tienden a ver su ministerio como un privilegio, algo que desfigura totalmente el servicio y hace imposible la discusión.

Abuso.– Corromper al inocente es una de los mayores motivos de escándalo.

División.- Es lo contrario a lo que Jesús pedía cuando decía… Que todos sean uno. Como consecuencia de las divisiones internas entre los cristianos, las esferas públicas se han aprovechado para expulsar a la religión. Como consecuencia la Verdad se reduce a la verdad subjetiva o a la verdad científica y el tema de la Ética queda fuera de discusión.

Cuestionamientos referidos a la persona del ministro.

  1. Estos cuestionamientos personales se suceden continuamente: ¿Por qué solo hombres son sacerdotes?; Cuestión del celibato; Cuestión de la pobreza (caso de la herejía de los Fraticelli ,siglo XIV).
  2. Una manera de enjuiciar los condicionamientos personales o doctrinales que suponen un vivir ajenos a la vida de Cristo es alegar que la validez del sacerdocio nunca depende de esos posibles desajustes. Otro modo de verlo y que supone una manera de defenderse la Iglesia nos llevaría al capítulo de los impedimentos (dispensados o no dispensados), es decir, se trata de saber dónde se traza la línea. Como tarea se podría investigar cuáles son los impedimentos y si se pueden o no dispensar. (ver en CDC, en Cap. II De los Ordenandos, Art. 3 De las Irregularidades y otros Impedimentos).
  3. Las licencias son los permisos para celebrar los sacramentos que conceden los obispos a sus sacerdotes. Sirven también como medida de protección que tiene la Iglesia para evitar llegar a juicios canónicos si no se siguen las normas.
  4. Otra manera de protegerse son las penas canónicas en casos extremos. Esta penas pueden llegar a una suspensión a divinis (para siempre).
  5. Sobre por qué el sacerdocio se restringe a los hombres conviene volver a San Juan Pablo II en su Carta Apostólica ?Ordinatio Sacerdotalis. Se dice que Cristo estaba por encima de los condicionamientos culturales y lo prueba el que acepte hombres de todo tipo y condición, o bien que permita que una mujer pecadora pública le abrace, llore y unja sus pies, o que envíe como primer testigo de la Resurrección a una mujer. El grupo es heterogéneo porque Cristo es libre para elegir quien desee, pero sin embargo Él no eligió mujeres y nosotros sus seguidores no estamos capacitados para cambiar esa elección de Jesús.
  6. En el tema del celibato se está de acuerdo que es una norma disciplinaria. Pero se ve (Pablo VI) que los bienes del celibato nos llevan a mantenerlo:
  • Generosidad y disponibilidad del sacerdote célibe,
  • Ayuda para evangelizar con las misiones,
  • Carácter de signo: renuncia por el Reino.

Cuestionamientos eclesiales contemporáneos.

  1. Ministerio petrino. Hay una desfiguración del ministerio con los escándalos de los Papas (siglo X y XVI son ejemplos vergonzosos), pero a pesar de ello Cristo le dio un mandato a Pedro que no murió con el Apóstol. Cristo ha confirmado en la fe a los Papas.
  2. Curias Vaticanas. El pecado puede desfigurar la fe debido a los secreteos, intrigas, escándalos, etc., pero este aspecto de corrupción puede ser contrarrestado con una vida espiritual sólida. Santo Tomás dice que en el sacerdote se aúna el oficio y la persona. Todo puede ser ofrecido incluso las debilidades. El sacerdocio y la ofrenda están unidos no solo en toda vida cristiana sino también en el sacerdocio ministerial.

Curso de Sacramentos II, parte 07 de 13: Liderazgo y poder en la Iglesia, parte 2 de 2

Liderazgo y poder en la Iglesia, parte 2 de 2

¿Cuál es la fuente del liderazgo en la Iglesia? Cristo: es Su manera de amar y vivir la que clarifica cómo se debe ser un líder y tener poder en la Iglesia.

Relación Noticia y Comunidad.

La comunidad (ekklesía) o asamblea convocada se relaciona con el verbo llamar o convocar que a su vez proviene de la palabra voz. Es importante resaltar que todo en la Iglesia surge de una noticia, de una palabra, de un testimonio (Hech. 2).  La noticia es la semilla y la predicación de esa noticia es la que suscita la comunidad.

Así al nacer la Iglesia en Pentecostés encontramos …

  • que el anuncio de Joel se cumple cuando dice que se derramará el Espíritu sobre toda carne.
  • que San Pedro nos explica que es la Resurrección de Cristo la que hace posible la efusión del Espíritu.
  • que se produce un llamamiento al arrepentimiento con el Bautismo.

La primera persona que tiene autoridad dentro la Iglesia, la tiene en cuanto portador-testigo de la Noticia.

Ante esta Noticia (de la Resurrección) caben tres posturas:

  • ¿es una alucinación? pero nadie se deja matar por una alucinación.
  • ¿es un engaño para manipular? pero la manera coherente de vivir y hablar desmiente la idea que sea un engaño.
  • ¿es la gran noticia: el Evangelio? La Noticia nunca se va a separar de los ministros, que la propagan y dan testimonio.

Es importante destacar que la Comunidad Eclesial no surge de la necesidad de salvaguardar un bien. El poder y la autoridad no está en los miembros que constituyen la Comunidad. La Iglesia es sociedad humana por aquellos que la constituyen, pero a diferencia de las otras asociaciones humanas en la Iglesia la voluntad constituyente no está en los miembros (no me habéis elegido vosotros a mí, sino que yo os he elegido a vosotros). El de los apóstoles portadores de la gran Noticia.

La Noticia no es del pasado porque la Eucaristía nos la hace constantemente presente. La Noticia es anticipación de una realidad más allá, el Cielo.

La lista quedará: 1. Apóstoles, 2. Noticia, 3. Eucaristía, 4. Anticipación del futuro, 5. Comunidad.

La estrechísima relación entre las cinco palabras anteriores nos ayuda a entender el Sacramento del Orden. Diremos que el Orden Sacerdotal es …

… la continuación en la historia del testimonio de los apóstoles con todas las implicaciones y consecuencias (la victoria que nos viene de la cruz, la actualización con la Eucaristía y la construcción de una Comunidad llamada a una eternidad).

El Sacramento del Orden no reemplaza los otros dones. Es esencial pero no es lo máximo. Es primero en el orden de la constitución pero no primero en valor. El valor primordial es la donación, es la caridad, es el amor.

¿Qué se espera del sacerdote?

  • Que el sacerdocio sea un regalo del amor de Jesús.
  • Que muestre cómo es el amor y el Evangelio de Jesucristo.
  • Que me conduzca a la Eucaristía, donde desaparece el sacerdote.
  • Que me lleve al Cielo.
  • Que construya Comunidad.

 

Curso de Sacramentos II, parte 06 de 13: Liderazgo y poder en la Iglesia, parte 1 de 2

Liderazgo y poder en la Iglesia, parte 1 de 2

Introducción

La discusión abierta sobre la exclusión de las mujeres del Sacramento del Orden siempre ha suscitado el tema del poder de la Iglesia.

Hay una noción clave en nuestra Iglesia que nos ayuda a entender este tema: la jerarquía. La jerarquía es el poder de lo sagrado. En un intento de luchar contra este término, desde la antigüedad y sobre todo en la actualidad, todo símbolo sagrado, como la vestimenta, se considera como sospechoso de merecer un trato especial. Se tendió incluso, no hace mucho, a excluir los símbolos sagrados o bien se ha llegado a invertir el lenguaje jerárquico.

A veces, se ha intentado inculturar la religión para hacerla más accesible al pueblo, sin embargo los resultados han sido contradictorios. Véase en casos concretos de la tradición religiosa asiática y europea (Taiwán y zonas rurales de España).

¿Cómo hacer una discusión seria al tema del poder? Hay dos errores que hay que evitar: 1) arrogancia: la visión petulante y vanidosa de la jerarquía; mientras que el otro extremo es 2) igualitarismo: la autoridad inculturada.

¿Cómo surge la autoridad y el poder en los grupos humanos?

Hay distintos modos de ejercer la autoridad  y en cada caso depende de alguna circunstancia concreta que es lo que se llama criterio (dinastía, fuerza, saber,…).

Hay dos tipos de saber: exotérico (formal, público y con fuerza de argumentar) y esotérico (oculto e interno). Es importante distinguir la autoridad de los maestros exo y la autoridad de los maestros eso. De notar es la situación política insalvable en el siglo XIV con los Papas de Avignon (galicanismo). Santa Catalina de Siena con su saber místico-profético evitó que el Cisma de Occidente que se inició en 1378 no durase más de 50 años. Santa Catalina, maestra y doctora de la Iglesia, tuvo un poder muy importante que estaba en su saber.

Otro maestro y doctor de la Iglesia fue San Bernardo de Claraval (s. XII); contemporáneo de Bernardo es Pedro Abelardo, prototipo del saber exo argumentativo. Mientras que por lo contrario San Bernardo se fundaba más bien en el saber eso.

Los reyes tienen autoridad por su dinastía, los generales por su fuerza, los maestros por su saber (exo/eso), los amantes por el amor: la autoridad del amante se debe a que el amor tiene muchas dimensiones y poderes; hay líderes carismáticos que saben utilizar gestos con los que se pueden arrastrar multitudes.

El sacerdocio no tiene ninguna de estas autoridades mencionadas anteriormente. El Sacramento del Orden no es oficio de funcionario (maestro, general, reyes, carismáticos,…), sin embargo, sí que debe tener algo de todas estas autoridades:  un buen sacerdote debe y tiene que …

  • presentar resultados,
  • saber ganarse a la gente,
  • tener clara la doctrina,
  • tener algo de místico,
  • aplicar la fuerza en algunos momentos y finalmente,
  • tiene que tener alguna dinastía según el orden de Melquisedec.

 

Curso de Sacramentos II, parte 05 de 13: Evolución del Sacerdocio en la Sagrada Escritura

Evolución del Sacerdocio en la Sagrada Escritura.

1. Rasgos generales de la religiosidad en la Ley de Moisés.

Pedagogía de distinción entre lo sagrado y lo profano.

Aparecen una serie de tabúes (distinción entre lo puro e impuro) que en principio parecen caprichosos, pero que en realidad pretenden poner límites a la curiosidad, al apetito y al orgullo del propio yo (hybris). Los límites educan.

Singularidad de la tribu de Leví.

Única tribu que no tiene tierra.
Tienen ciudades pero no tienen el medio de subsistencia que es la tierra. Los levitas han de ser mantenidos. El sacerdote vive del Señor. Dios sostiene a Israel.

Los levitas son los que explican la ley.
No solo sacrifican sino que sobre todo son maestros que enseñan la ley.

Los levitas tienen grados.
La tribu de Levi son levitas, a los descendientes de Aarón son los sacerdotes, a los que se suman el Sumo sacerdote.

Las fiestas en honor de Yahvé.
Estas festividades son umbrales que nos acercan a Dios. La Pascua es una memoria/anuncio y el Sábado es un grito de libertad que rompe la rueda del producir-consumir-entretenerse.

2. Límites de la religiosidad en el sacerdocio del AT.

  • Ritualismo: honran con los labios, pero el corazón lejos de Dios.
  • Egoísmo de clase: los sacerdotes velan solo por sus intereses.
  • Idolatría: ofrecían sacrificios pero su vida era gobernada por la astrología cayendo en el escepticismo.

3. Relación con el poder (con los reyes y los profetas).

Denuncia donde se ve cómo los sacerdotes se alían con los poderosos. Intento de manipular el sacerdocio para convertirlo en oficio (funcionario). Hay peligro de que el sacerdocio quede subsidiado por el poder. Se cae en la cobardía y en la incoherencia dentro del sacerdocio. El sacerdocio queda marginado y a disposición del poder civil.

4. Relación entre profetas y sacerdotes.

Los profetas denuncian los límites del sacerdocio de su tiempo. Anuncian que tiene que haber un cambio. El conocimiento tiene que tener una ruta diferente y no puede quedarse en la casta sacerdotal. El conocimiento quedará abierto a todos.

5. El Día del Señor.

Los sacerdotes son llamados al arrepentimiento. Tanta corrupción tiene que traer el Día del Señor. Separar sacrificio y sacrificador es la raíz del problema. El sacerdote como funcionario mata toda devoción y llega la mediocridad.

6. Novedad en Cristo y su sacerdocio.

Lo que hace distinto al sacerdote es que él no es distinto de su sacrificio. Lo vemos en Jesucristo. Cuando el sacerdote es un alter Christus entonces se convierte en sacerdote y víctima a la vez. El sacerdote funcionario termina traicionando su vocación porque lo único que busca es sus intereses. Sin embargo, el sacerdote que no se reserva nada, según el NT reúne las siguientes características: pleno, perfecto, único, suficiente e irrepetible. La unión entre sacrificador y sacrificio es lo que hace nuevo el sacerdocio en el NT. Es el Espíritu Santo el que hace que Dios esté a los dos lados del puente (sacerdote).

Curso de Sacramentos II, parte 04 de 13: Fundamentos de la Unción de los Sacramentos

El misterio y el ministerio de la sanación.

1. Unidad psicosomática del ser humano y extensión del término “salud”.

La palabra salud está relacionada con la palabra salvación. La salud sale de la esfera de lo puramente físico. Todo lo concerniente a lo psíquico tiene una relación profunda con lo corporal. La salud afecta y es afectada por la unidad psicosomática del ser humano. Hoy en día, para explicar este fenómeno, tenemos dos extremos:

1.1. Filosofías orientales que hablan de la relación de la mente y el cuerpo pero acabando en panteísmos o en sincretismos.

1.2. Materialismo y ateísmo de la medicina occidental que niegan todo tipo energías o fuerzas espirituales dejando sin respuesta a todos los fenómenos espirituales.

La interacción entre el cuerpo y la mente es un mundo por investigar en el que se necesitan brillantes científicos y a la vez buenos cristianos. Podemos afirmar que el hombre posee una profunda unidad psicosomática y que el término salud es muy amplio debido a la misma complejidad del ser humano.

2. ¿Qué trae el pecado? (panorama bíblico)

2.1. Siendo el pecado una ruptura con Dios y dado que el ser humano, desde un punto de vista antropológicogoz de unidad sustancial, resulta lógico pensar que el pecado tiene repercusiones en todas las áreas de nuestro ser. La Biblia las muestra comenzando por la relación que existe entre pecado y enfermedad, sin que de ahí pueda uno apresurarse a sacar una regla general:

2.1.1. Rebelión de Aarón y María, hermanos de Moisés (Núm. 12). Pecado de murmuración de los hermanos, castigo a María con la lepra (enfermedad), arrepentimiento posterior, intercesión de Moisés y perdón de Dios.

2.1.2. Muerte del hijo de David fruto de su crimen. (II Sam. 11-12) Vemos un pecado cometido por el Rey David, denuncia del Profeta Natán, arrepentimiento del rey, declaración formal del perdón por el profeta y sin embargo hay una consecuencia del pecado ya perdonado. Esto es clave para entender la teoría teológica de las Indulgencias.

2.1.2.1. Perdonar es abrirse a una nueva historia, pero no es un “aquí-no-ha-pasado-nada”.

2.1.2.2. Las Indulgencias aluden a las consecuencias del pecado (pena temporal) en la historia humana. Las Indulgencias ingresan una fuerza temporal que supera las consecuencias del pecado. La abundancia del bien supera la consecuencia del mal.

El fruto del pecado de David (un niño) muere (enfermedad-castigo) a pesar de los sacrificios de David. Después sigue la vida normal aceptando en esta muerte la voluntad de Dios. Vemos de nuevo la relación y el vínculo entre pecado-enfermedad y muerte.

2.1.3. La profanación en la “Cena del Señor”. (I Cor. 11, 29-30) Los que profanan la Fracción del Pan enferman. Hay un vínculo claro entre pecado y enfermedad.

2.1.4. Ciego de nacimiento (Jn. 9) Le preguntan quién pecó éste o sus padres, lo cual significa que tenían claro el vínculo pecado-enfermedad, (en este caso será una excepción porque el ciego no nació así por culpa de pecado).

Podemos decir que se da un vínculo general pecado-enfermedad pero que no es uno a uno e inmediato, porque de hecho en los Salmos aparece que a muchos malvados les va bien; y también en la Biblia se da el ejemplo contrario como le sucede al santo Job que siendo bueno sufre de modo impresionante.

3. Promesa del Nuevo Mesías. Misión del Profeta. (Is. 61 – Lc. 4)

“… anunciar la buena nueva a los pobres me ha enviado, a vendar los corazones rotos; a pregonar a los cautivos …” Cristo pasó haciendo el bien (Hech. 10). Su “bien” se muestra particularmente en:

3.1. Pobres: la pobreza es una forma de cautividad. El pobre está aprisionado.

3.2. Enfermos: la enfermedad es una pobreza porque se carece de recursos.

3.3. Cautivos: la cautividad es una enfermedad porque los prisioneros se consideran como desecho de la sociedad y se les margina.

Todas estas realidades sociales se interrelacionan en todas las direcciones–cosa que no es fácil si vamos a la praxis cristiana. Así por ejemplo, la Teología de la Liberación se fijó en la pobreza y en la cautividad pero olvidó la enfermedad. No se puede transformar la estructura de la sociedad sin tocar el pecado personal.

3.4. En Lc. 4, vemos a Cristo como es un manantial de amor y de sanación. Los efectos que traen la obra de sanación son:

3.4.1. Asombro que revienta el esquema pesimista que provocó el pecado. “Nunca hemos visto a nadie así.” (Mc. 2, 12)

3.4.2. Alegría, que evita la desesperación y los falsos consuelos pecaminosos. El alma alegre está blindada a la tentación y el demonio no puede atacar.

3.4.3. Conversión interior que es un entrar a sí mismo. En el pasaje de los 10 leprosos a nueve les cambió la salud, a uno le cambió la vida.

3.4.4. Poder de la sanación y curación física que se manifiesta a partir de Pentecostés. (Hech. 2-3). Evítese los extremos de una posición mágica argumentando que sin milagros no hay evangelización, pero tampoco se caiga en un neopositivismo desmitologizador que intenta anular milagros.

Es entonces evidente que hay un círculo, que aparece en Lc.4, que define el programa de evangelización de Jesucristo, y que el ministerio de sanación de Jesús es hecho incontestable que heredan los primeros discípulos de Cristo.

Curso de Sacramentos II, parte 03 de 13: Confesión y penitencia en el segundo milenio

Sacramento de la Confesión – Confesión y Penitencia – Segundo Milenio

La idea de Comunión (koinonía) es clave en el Primer Milenio, mientras que es Gracia la que resulta fundamental en el Segundo, sin ser términos excluyentes. Hay tres riesgos que se corren al no entenderse bien el concepto de la Penitencia en el Segundo Milenio:

  • riesgo de suprimir la Gracia,
  • riesgo de cosificar la Gracia,
  • riesgo de subjetivar la Gracia.

Riesgo de suprimir la Gracia.

  • Se trata de creer que yo estoy comprando el amor de Dios, pero el perdón de Dios no se compra según en el NT.
  • Un peligro que conlleva la penitencia es que puede dar la sensación que es uno el que consigue el perdón por el acto penitencial olvidándose que ya Cristo lo consiguió en la Cruz.
  • Hay una perdida de claridad ante el infinito valor del sacrificio de Jesucristo.

Riesgo de cosificar la Gracia.

  • La Gracia se convierte en algo (cosa) que tengo o pierdo. Pero la Gracia no es tanto algo que se tiene, como estar en plena Comunión con Dios.
  • Se cosifica la Gracia en el Matrimonio cuando llevando una vida ajena al Evangelio y sin embargo se exige la ceremonia. Al igual sucede cuando se pretende comulgar por homenajear a un difunto. Se cosifica la Gracia, la Absolución y la Hostia Consagrada.
  • Los Sacramentales (imágenes, agua bendita, escapulario, estampa,…) también llegan a cosificar con la consiguiente burla al poder de Dios.

Riesgo de subjetivar la Gracia.

  • Se cae en error contrario a la objetivización (cosificación) que consiste en la subjetivización: la Gracia solo la puedo juzgar yo. Como Lutero pensaba, solo mi conciencia y la Biblia son suficientes.
  • Al igual que la cosificación lleva a la idolatría y la superstición, mientras que la subjetivización cae en el relativismo.

¿Cómo resuelve la Iglesia estos riesgos?

El análisis sereno de la Teología fue el que ayudó a entender correctamente la teoría del Perdón y la Gracia. La exposición sistemática de estos conceptos fue la que aclaró dudas y disipó los riesgos. Véase Suma Teológica – Parte IIIa – Cuestión 90, donde Santo Tomás trata el Sacramento de la Penitencia.

Aportes de Santo Tomás:

Relación entre la virtud de la Penitencia y el sacramento de la Penitencia. (véase IIIª q. 84 a. 8 y también IIIª q. 84 a. 10 ad 4.). Sto. Tomás recupera la dimensión existencial del arrepentimiento en una época en la que se ya se empezaba el fenómeno de la cosificación. El arrepentimiento es un dolor de amor frente al mal conocido. La inteligencia (ve la incoherencia) y la voluntad (se duele del mal) entran en funcionamiento en el arrepentimiento.
Al hablar de virtud se está refiriendo a un camino que no se hace solo sino en unión con Cristo para la remisión de los pecados (“completo en mi carne lo que falta a las tribulaciones de Cristo, en favor de su Cuerpo, que es la Iglesia” Col. 1, 24).

Partes del sacramento de la Penitencia.

  • Contrición: dolor de corazón y propósito de enmienda.
  • Confesión: confesión oral de los pecados.
  • Satisfacción: cumplir la penitencia.

Análisis del Concilio de Trento (9 capítulos)

  • Cap. I. De la necesidad e institución del sacramento de la Penitencia.
  • Cap. II. De la diferencia entre el sacramento de la Penitencia y el Bautismo.
  • Cap. III. De las partes y fruto de este Sacramento.
  • Cap. IV. De la Contrición.
  • Cap. V. De la Confesión.
  • Cap. VI. Del ministro de este Sacramento, y de la Absolución.
  • Cap. VII. De los casos reservados.
  • Cap. VIII. De la necesidad y fruto de la Satisfacción.
  • Cap. IX. De las obras satisfactorias.

Como ejemplo, en el capítulo VIII se dice: “…corresponde a la clemencia divina, que no se nos perdonen los pecados, sin que demos alguna satisfacción; no sea que tomando ocasión de esto, y persuadiéndonos que los pecados son más leves, procedamos como injuriosos, e insolentes contra el Espíritu Santo, y caigamos en otros muchos más graves, …” Lo cual significa que las obras satisfactorias son pura misericordia divina que actúa como “medicina” para curar los malos actos y para ayudar a crear nuevos hábitos de conducta. El Concilio de Trento, por tanto, aporta una gran clarificación sobre los problemas de la cosificación y supresión de la Gracia.

Aportes del Concilio Vaticano II.

  • Ubicación teológica del sacramento de la Penitencia.
  • Hay que situarlo en la estructura de la Iglesia teniendo en cuenta la dimensión comunitaria del pecado.
  • Se recupera dimensión eclesiológica y comunitaria del pecado.
  • Recuerda que la forma ordinaria de la Penitencia es la Confesión individual.
  • Solo en caso de peligro de muerte, no convirtamos la excepción en norma.
  • Recuperar la conciencia del don.
  • El Concilio quiere subrayar el papel fundamental de la misericordia divina.

Curso de Sacramentos II, parte 02 de 13: Confesión y penitencia en el primer milenio

Confesión y Penitencia – Primer Milenio

El Sacramento de la Reconciliación ha ido evolucionando en su praxis a lo largo de la historia. Las diversas formas de entender la realidad del pecador han ido cambiando desde los tiempos de los apóstoles hasta el día de hoy. Nos fijaremos en tres etapas:

1a etapa: Persecuciones: la cuestión de los que traicionan su fe. (siglos I-III).

¿Qué hacer ante el pecado de los bautizados?

Problema central: San Pablo, en Rom. 10, 9, nos dice que si proclamas con tus labios y crees con tu corazón serás salvo. Se trata de la oferta de amor de Cristo que te ama hasta el extremo y que te debería impedir ofenderle. Sin embargo, a Dios se le ofende, ¿qué hacer ante la realidad del pecado?

Los pecados que singularmente perturban a las primeras comunidades son tres: Adulterio, Herejía-Apostasía y Homicidio. Estos pecados suponían un dilema entre la excomunión con la consiguiente separación del pecador de la Comunidad o bien la acogida pero, eso sí, condicionada. Y es cuando se ve qué sentido tiene lo que la Biblia enseña sobre penitencias de todo tipo.

Solución propuesta: Hay que hacer un itinerario del pecado al perdón. Ese camino está marcado por la penitencia. ¿Por qué se pide una penitencia? Porque:

  • garantiza que el pecador no vuelva a recaer,
  • exterioriza un arrepentimiento genuino que no se queda en palabras, y
  • es una compensación o justicia (futura satisfacción).

La Comunión eclesial (koinonía) se resiente por los pecados y todos sufren. Todo pecado tiene una repercusión comunitaria, porque la falta de santidad en uno de los miembros de la Comunidad hace que la obra de Dios no pueda ser plena ni en el pecador ni en el otro. Dice San Pedro (1 P 4,10-11) … sirva cada uno a los demás con el don que haya recibido, cuando se peca se deja servir a la Comunidad y se la ofende. Cuanto más público es el pecado, más daño se hace a la Koinonía. Se ve fácilmente la relación entre la Teología Sacramental y la Eclesiología. Al ser el pecado una realidad eclesiológica surge otro problema a resolver: la reconciliación no puede ser solo personal. La pérdida de la resonancia comunitaria del pecado será la antesala de la disociación entre vida privada y vida pública que en el mundo moderno ha autorizado al hombre a obrar como le place: individualismo liberal.

¿Qué lugar tiene el obispo? En el enfoque de Lutero, el ministro (ya no sacerdote) tenía una misión de puro funcionario, que vemos que se ha infiltrado muchas veces en el Catolicismo actual. Pero para los antiguos, en cambio, la figura del ministro, en especial del obispo suponía un orgullo en la certeza gozosa de su origen apostólico. El carácter fundamental que los primeros cristianos descubrían en los apóstoles, fundamentalmente en los Doce, es que eran los testigos de la verdad del sacrificio y la pascua de Jesucristo. Al morir estos primeros testigos, cobra un papel esencial la sucesión apostólica.

– Los obispos no eran funcionarios sino garantes del depósito de la fe, convirtiéndose en fuente del nacimiento de la Comunidad.

– Por ello también los obispos eran los únicos facultados para imponer la penitencia y los únicos que recibían de nuevo a los penitentes después del camino de la reconciliación para perdonar los pecados por una potestad recibida de los obispos anteriores, e incluso en un primer lugar de Jesucristo a sus apóstoles.

2a etapa: Controversias arriana, nestoriana y monofisita. (siglos IV-VII).

Para destacar ene ste tiempo, la abundante provisión de reconciliaciones con la Iglesia en razón de las varias herejías.

3a etapa: Confesión auricular (siglo VII en adelante).

Conscientes de los riesgos (marginación, temor, desconfianza) que conllevaba la confesión pública practicada en la Iglesia durante los primeros siglos, algunos monjes irlandeses trajeron de Oriente una nueva modalidad de confesión llamada Confesión Auricular. Los cambios que se produjeron fueron los siguientes:

  • El obispo no es el único que perdona pecados.
  • El ministro de la Reconciliación pasó a ser el sacerdote, por delegación de la licencia recibida del obispo.
  • La Penitencia pasa del ámbito público al privado, de lo solemne a lo discreto, de lo único a lo repetido.
  • Se facilita la comprensión y acogida para los que se sienten débiles.
  • Se pasa del grupo de penitentes al anonimato, convirtiéndose en un derecho para todo cristiano, según el Derecho Canónico, la confesión anónima y privada.

Riesgos y avances de la Confesión Auricular.

Los riesgos son los que siguen:

  • El primer riesgo es la disminución del sentido comunitario.
  • El segundo problema es que aparecen catálogos de pecados con la sana intención de valorar adecuadamente los pecados, pero con ellos surge una peligrosa concepción tarifaria de la confesión. Se cae en la compra y venta del perdón, indulgencias y en la simonía.
  • El sacerdote tiene la tentación de convertirse en un “pequeño Papa,” que dispone de la salvación de las almas a su capricho llevados de su laxitud o de su excesiva rigurosidad.

Los avances que conllevó la Confesión Auricular son:

  • Atrajo a mucha gente a la confesión por el alivio que proveía y la discreción.
  • Los confesores proporcionaban formación, educación y ayuda más adecuada sobre cómo el penitente debía mejor examinarse su conciencia.
  • Ayuda a integrar la victoria sobre el pecado con la conversión permanente.

Curso de Sacramentos II, parte 01 de 13: El pecado

Sacramento de la Confesión – Por qué es necesario hablar del pecado.

Los Siete Sacramentos fueron declarados por la Iglesia Católica en el Concilio de Trento, siglo XVI. El Catecismo promulgado por San Juan Pablo II en 1992 divide estos siete sacramentos en tres grupos: iniciación, curación y servicio. La vida cristiana sigue también esta división. Trataremos la Confesión, uno de los Sacramentos de curación.

Para qué sirve la Religión.

Veamos la función que cumple la Religión en nuestra sociedad porque está visto que hoy en día lo que no sirve para nada se anula y se hace desaparecer. Así surgen una serie de necesidades sociales, podemos decir que a la sociedad humana lo que le sirve tiene que ofrecer una o más de estas posibilidades:

  • Resolver problemas.
  • Traer bienestar.
  • Proveer códigos de convivencia.

La Religión, de algún modo, ha intentado facilitar alguno de estos beneficios. Por ejemplo, suministrando educación, la Iglesia ayuda a “solucionar un problema,” es decir, cubrir una necesidad. Aunque luego lo que ha nacido como acto suplementario se integra como un servicio dentro de las expectativas de lo que el Estado debe proveer.

En cuanto al bienestar, la Iglesia invita a la alegría en sus festividades litúrgicas–aunque luego suceda que muchas veces pierden su carácter religioso y son tomadas por la sociedad en servicios laborales de descanso.

Sobre los códigos de convivencia, la Iglesia es útil por los normas éticas y de comportamiento que comparte. Esto agiliza las relaciones entre los ciudadanos. Sin embargo, al final sucede que las normas vistas como patrimonio simplemente “humano” son compendiadas en leyes civiles que el Estado hace suyas.

Importancia de las periferias existenciales.

Hoy en día estamos en una época post-cristiana. Cabría preguntarse si hay algún espacio para la Religión. Parecería que no. Sin embargo, vamos a ver que el Evangelio sí tiene su lugar propio y su modo de entrada: las periferias.

Desde el punto social, en el primer siglo del cristianismo vemos que la evangelización comienza en los márgenes de la sociedad, en la periferia, como bien nos recuerda el Papa Francisco. Por contraste, cuando la Iglesia ha pensado que todo está resuelto y se instala en su bienestar entonces, sucede tanto a las comunidades religiosas como a la Jerarquía, que viene el declive. En este sentido, la Iglesia ha nacido y sigue renaciendo de las periferias sociales, culturales y existenciales de las personas excluidas: “los que no”.

Desde el punto existencial, la evangelización comienza en mi historia personal cuando soy consciente de mi debilidad, mi carencia, suciedad y descuido. Todos tenemos áreas “fachada” donde nos sentimos fuertes y áreas “basura” donde nos vemos débiles. Es por las áreas basura por donde entra Jesús. Las periferias existenciales son las áreas basura, que en Teología se llama PECADO.

Pecado, en esta aproximación inicial, es algo así como “lo que no quisieras que se supiera de ti.” A la conciencia del pecado no se llega por la sola denuncia exterior, porque cuando somos acusados solemos refugiarnos en nuestra área fachada. Más que la denuncia externa es el Espíritu Santo el que revienta las resistencias internas del corazón.

El pecado surge cuando uno es consciente de la incoherencia de su propia vida con sus sueños y propósitos. El pecado rompe con:

  • mis propias razones,
  • mis propios sueños y anhelos profundos,
  • mis propios principios de acción.

Cuando este rompimiento se da, podemos decir que nos vemos obligados a enfrentar el pecado, que es la basura que está en mi periferia existencial. Cuando yo reconozco la incoherencia en mi ruptura interior es cuando descubro el pecado en mi vida.

Volviendo al esquema de la necesidades sociales, vemos que la Evangelización no comienza con los códigos de convivencia, ni con proveer bienestar sino que todo empieza en las periferias, en concreto con el tema de la basura (pecado). Hoy en día, por desgracia, con todo un sistema de juego de palabras y de eufemismos se intenta hacer desaparecer la realidad del pecado.

Hacer desaparecer el sentido del pecado es crear una muralla de ladrillo delante de la puerta de la basura.

Los sacerdotes hemos sido cómplices muchas veces de este grave error cuando:

  • evitamos hablar del pecado con la intención ingenua de acercar a la gente. Se usan eufemismos para maquillar la realidad del pecado. Interesante leer Exhortación Apostólica, Reconciliato et Paenitentia de San Juan Pablo II (§13-§18).
  • damos a entender la desaparición del infierno. La Iglesia enseña que sí existe y que no está vacío (los ángeles caídos están ya en él). En este tema hemos ido de extremo a extremo.
  • no hablamos del arrepentimiento. Ya no se habla e incluso se dice que la persona arrepentida es una persona con conflicto y patológicamente enferma.
  • desaparece entonces el perdón, pues al no haber de qué arrepentirse no tiene objeto pedir perdón.
  • reducimos la palabra misericordia, que se queda en un término que proporciona bienestar, pero que no pasa de eso.

CONSEJOS ENCARECIDOS:

  • Desconfíen de las lecturas espirituales que eviten hablar de estos términos (pecado y afines).
  • Desconfíen de los textos de Teología que no traten los términos aludidos y como consiguiente tampoco hablen del amor de Jesús hasta la sangre.
  • Tomen distancia de los discursos fáciles del tipo “Teología de la Prosperidad” o “Teología del Bienestar,” y por supuesto, la inmensa mayoría de la Literatura de Superación.