Cómo se forma un discípulo, parte 2 de 2: El campo de entrenamiento

Cómo se forma un discípulo, parte 2 de 2: El campo de entrenamiento

* La gran transformación que tuvieron los discípulos de Cristo–de rudos, ignorantes, ambiciosos, vanidoso y cobardes a prudentes, valientes, generosos, humildes y sabios–tiene su fuente ante todo en los misterios de la Cruz, la Pascua y Pentecostés.

* Y sin embargo, cabe preguntarse: Durante el tiempo que los Doce estuvieron en tanta cercanía con el Mesías, ¿qué recibieron de Él, que fuera formación como discípulos? Porque sin duda ese tiempo debió tener una razón de ser y una fecundidad peculiar.

* El examen de los Evangelios nos lleva a descubrir ocho puntos principales en el “entrenamiento” que Jesucristo dio a sus discípulos:

(1) Los guía por diversos lugares y situaciones.

(2) Los escucha y corrige.

(3) Les predica, sobre todo de la Cruz.

(4) Ora por ellos, en frente de ellos y con ellos.

(5) Los lleva a servir a la multitud.

(6) Les explica en profundidad su mensaje.

(7) Los sirve con humildad.

(8) Los hace sus testigos y los envía.

Cómo se forma un discípulo, parte 1 de 2: Los fundamentos

Cómo se forma un discípulo, parte 1 de 2: Los fundamentos

* Quienes reconocemos a Jesucristo como nuestro Maestro tenemos el hermoso deber de aprender a ser sus discípulos.

* Si miramos a los Evangelios, lo primero que destaca en el grupo de los Doce es la extraordinaria diversidad y contrastes entre ellos, en varias direcciones y sentidos: por su origen, nombres, relación con el Imperio Romano, nivel de educación, y aun otros factores.

* Entendemos que esa diversidad entre los apóstoles fue querida por Cristo, pues Él mismo asegura que no fueron ellos los que lo eligieron a Él sino lo contrario. Posiblemente el motivo de esta variedad de llamados es el mismo que asegura Santo Tomás de Aquino al hablar de la variedad de las obras de Dios Creador: ninguna obra por sí misma puede expresar suficientemente la grandeza de la majestad divina y la riqueza interior de su sabiduría.

* De modo que la primera conclusión es que hemos de aprender a reconocernos como frutos de un mismo amor que nos ha unido, siendo como somos tan distintos.

* En la raíz de los diferentes modos del amor redentor de Cristo está el hecho de que hay como dos grandes vertientes en la acción de la gracia divina: la inocencia (expresión del amor que preserva de caer en el mal) y la penitencia (expresión del amor que levanta al que ha caído).

* Puede decirse que todos tenemos “áreas de inocencia” y “áreas de penitencia,” y también podemos encontrar santos en que brilló más una u otra forma de la obra de la gracia divina.

* Lo importante en cuanto a nuestras áreas de inocencia es que sigan el modelo precioso que tenemos en la Virgen María, es decir: humildad, gratitud, alabanza, servicio al prójimo, de modo que todo lo que es bueno, sano o fuerte en nosotros se gaste en dar gloria a Dios y amor a nuestros hermanos.

* Lo importante en cuanto a las áreas de penitencia es que no las usemos como pretexto de que “así somos” sino como manifestaciones de la gracia transformante de Cristo, y testimonio que ayude a otros a dar el paso de la fe hacia el Señor.

Historia de la Juventud, 3 de 3: Desafíos para nuestros jóvenes

[Conferencias ofrecidas en la Radio Católica Unidos por Cristo y María, en California. 2016.]

* Hemos visto que hay cuatro características que marcan profundamente esa etapa que llamamos juventud: Exploración, entusiasmo, crítica e independencia. Ello significa que en las crisis propias de esta edad de la vida la solución no es eliminar estos factores, por ejemplo, buscando que el joven vuelva a ser “dócil” (niño) sino más bien, encauzando la fuerza propia de la juventud hacia lo que vale la pena.

* Con esa claridad, podemos ofrecer una clasificación de los desafíos que enfrenta la juventud en nuestro tiempo según el siguiente esquema:

(1) Con respecto al cuerpo y la salud, hay tres puntos problemáticos:

+ El atractivo de las diversas adicciones, a menudo auspiciadas por los Estados, los medios de comunicación y las empresas que esperan gran lucro de, por ejemplo, vender la marihuana.

+ La obsesión con el cuerpo perfecto, que en ocasiones conduce a anorexia, bulimia, o procedimientos quirúrgicos innecesarios, extremos y peligrosos.

+ La excesiva importancia de la dieta, hasta arruinar la capacidad del organismo de consumir ciertos alimentos perfectamente sanos y saludables.

(2) Con respecto a la vida social, hay variso riesgos:

+ La obsesión por tener pareja como si carecer de pareja significara dejar de existir socialmente.

+ La dependencia del grupo o de la moda.

+ El individualismo, que exalta todos los derechos y toma muy poca cuenta de los deberes.

(3) Con respecto a la inteligencia, hay que evitar los extremos del fundamentalismo pero sobre todo del relativismo.

(4) Con respecto a la voluntad, hay que rescatar la palabra “amor,” que ha sido secuestrada y ensuciada de muchos modos.

(5) Con respecto a la memoria, hay que aprender a valorar lo propio de nuestras raíces, y ello incluye apreciar y agradecer lo que han hecho nuestros mayores y antecesores.

Historia de la Juventud, 2 de 3: Origen de aquello que hoy entendemos por “juventud”

[Conferencias ofrecidas en la Radio Católica Unidos por Cristo y María, en California. 2016.]

* Mientras que en la Antigüedad y en los comienzos de la Edad Media la sociedad se organizaba en torno a la producción de bienes y servicios básicos, a partir del siglo XII varias cosas empiezan a cambiar, en especial dos:

(1) El surgimiento de las universidades hace que una proporción considerable de hombres jóvenes se congreguen en espacios y tiempos más cercanos. El estudio despierta la capacidad intelectual, con multitud de preguntas, y a la vez amplía el horizonte de conocimiento más allá de lo que eran las fronteras usuales en el mundo feudal, en el que la única autoridad era la familia y el único modo de hacer las cosas era el que “siempre” se había seguido en cada sitio.

(2) El comercio va impulsando el mejoramiento de las vías de comunicación, que a su vez empujan el afianzamiento de los “burgos,” lugares ya no sólo de paso sino también de vivienda. Nuevos modos de vivir y nuevos criterios de poder se establecen en tales burgos, que a menudo se autodenominan “libres” (como en Frei-burg). Más comunicación significa también más oportunidades de comparar lo que se ha conocido con otros modos de hacer las cosas.

* Estos cambios dan origen al surgimiento de una nueva etapa en la vida, la que hoy conocemos como “juventud,” en la que no se tienen las responsabilidades plenas del adulto pero todavía tampoco se está bajo el estricto modo de autoridad de los niños. Más libertad de la autoridad y menos deberes frente a la sociedad se supone que es el “crédito” que la sociedad pone en la cuenta de los nuevos “jóvenes” para que puedan crecer en su propia formación, con el compromiso implícito de servir después, con una cualificación mayor, a la misma sociedad.

* Cuatro características van a marcar desde entonces a la juventud:

(1) Deseo de un horizonte vital más amplio (exploración).

(2) Experiencia gozosa del hecho mismo de vivir y compartir (entusiasmo).

(3) Inteligencia capaz de preguntar, aprender y disentir (crítica).

(4) Rebeldía frente a aquello que no se comparte (independencia).

* Estas cuatro características servirán para bien o para mal según la formación moral y la coherencia interior de cada joven, hombre o mujer: pandilleros o santos.

Historia de la Juventud, 1 de 3: En tiempos de Jesús

[Conferencias ofrecidas en la Radio Católica Unidos por Cristo y María, en California. 2016.]

* El tipo de personas que asociamos con la juventud es una realidad social que tiene mucho menos tiempo de lo que usualmente creemos.

* Por supuesto, la gente pasaba por las edades que nosotros asociamos con ser “joven” pero pasaba de un modo diferente, y ello por dos razones principales:

(1) Porque la expectativa de vida era mucho más breve; en época de Cristo el promedio de edad al morir podía estar alrededor de los 40 años.

(2) Porque la producción de los bienes básicos requería una proporción inmensa de tiempo de todos en la sociedad, de modo que las nuevas generaciones pronto eran indispensables para seguir realizando aquellas actividades necesarias para el simple funcionamiento de la sociedad.

* El modo típico de crecimiento de una persona en época de Cristo era como sigue:

+ Hasta cerca de los doce años de edad, niños y niñas estaban en el hogar, bajo cuidado principal de la mamá, sin escuela y con algunas actividades ocasionales de ayuda en el trabajo del papá.

+ Cuando las niñas tenían su desarrollo, la preocupación principal era asegurar que se casaran y tuvieron pronto sus propios hijos. Recuérdese el límite de edad al morir, cercano a los 40 años de edad.

+ Los niños, los varones, por su parte, a partir de esa misma edad, aproximadamente, se convertían en aprendices más o menos permanentes de sus papás.

* Esto explica por qué la gente piensa que la Biblia no dice nada sobre la “juventud” de Cristo: en realidad, sí dice lo necesario: durante esos años era, como los demás niños hebreos de la época, un adulto pequeño, aprendiz del oficio de artesano, que tenía su padre en la tierra, San José.

LA GRACIA del Viernes 10 de Junio de 2016

Empieza por renovar tu corazón frente a Aquel que todo lo ve y luego a partir de las buenas intenciones dale paso a las buenas decisiones, sacando lo que no debe estar en tu vida.

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Curso de Sacramentos II, parte 04 de 13: Fundamentos de la Unción de los Sacramentos

El misterio y el ministerio de la sanación.

1. Unidad psicosomática del ser humano y extensión del término “salud”.

La palabra salud está relacionada con la palabra salvación. La salud sale de la esfera de lo puramente físico. Todo lo concerniente a lo psíquico tiene una relación profunda con lo corporal. La salud afecta y es afectada por la unidad psicosomática del ser humano. Hoy en día, para explicar este fenómeno, tenemos dos extremos:

1.1. Filosofías orientales que hablan de la relación de la mente y el cuerpo pero acabando en panteísmos o en sincretismos.

1.2. Materialismo y ateísmo de la medicina occidental que niegan todo tipo energías o fuerzas espirituales dejando sin respuesta a todos los fenómenos espirituales.

La interacción entre el cuerpo y la mente es un mundo por investigar en el que se necesitan brillantes científicos y a la vez buenos cristianos. Podemos afirmar que el hombre posee una profunda unidad psicosomática y que el término salud es muy amplio debido a la misma complejidad del ser humano.

2. ¿Qué trae el pecado? (panorama bíblico)

2.1. Siendo el pecado una ruptura con Dios y dado que el ser humano, desde un punto de vista antropológicogoz de unidad sustancial, resulta lógico pensar que el pecado tiene repercusiones en todas las áreas de nuestro ser. La Biblia las muestra comenzando por la relación que existe entre pecado y enfermedad, sin que de ahí pueda uno apresurarse a sacar una regla general:

2.1.1. Rebelión de Aarón y María, hermanos de Moisés (Núm. 12). Pecado de murmuración de los hermanos, castigo a María con la lepra (enfermedad), arrepentimiento posterior, intercesión de Moisés y perdón de Dios.

2.1.2. Muerte del hijo de David fruto de su crimen. (II Sam. 11-12) Vemos un pecado cometido por el Rey David, denuncia del Profeta Natán, arrepentimiento del rey, declaración formal del perdón por el profeta y sin embargo hay una consecuencia del pecado ya perdonado. Esto es clave para entender la teoría teológica de las Indulgencias.

2.1.2.1. Perdonar es abrirse a una nueva historia, pero no es un “aquí-no-ha-pasado-nada”.

2.1.2.2. Las Indulgencias aluden a las consecuencias del pecado (pena temporal) en la historia humana. Las Indulgencias ingresan una fuerza temporal que supera las consecuencias del pecado. La abundancia del bien supera la consecuencia del mal.

El fruto del pecado de David (un niño) muere (enfermedad-castigo) a pesar de los sacrificios de David. Después sigue la vida normal aceptando en esta muerte la voluntad de Dios. Vemos de nuevo la relación y el vínculo entre pecado-enfermedad y muerte.

2.1.3. La profanación en la “Cena del Señor”. (I Cor. 11, 29-30) Los que profanan la Fracción del Pan enferman. Hay un vínculo claro entre pecado y enfermedad.

2.1.4. Ciego de nacimiento (Jn. 9) Le preguntan quién pecó éste o sus padres, lo cual significa que tenían claro el vínculo pecado-enfermedad, (en este caso será una excepción porque el ciego no nació así por culpa de pecado).

Podemos decir que se da un vínculo general pecado-enfermedad pero que no es uno a uno e inmediato, porque de hecho en los Salmos aparece que a muchos malvados les va bien; y también en la Biblia se da el ejemplo contrario como le sucede al santo Job que siendo bueno sufre de modo impresionante.

3. Promesa del Nuevo Mesías. Misión del Profeta. (Is. 61 – Lc. 4)

“… anunciar la buena nueva a los pobres me ha enviado, a vendar los corazones rotos; a pregonar a los cautivos …” Cristo pasó haciendo el bien (Hech. 10). Su “bien” se muestra particularmente en:

3.1. Pobres: la pobreza es una forma de cautividad. El pobre está aprisionado.

3.2. Enfermos: la enfermedad es una pobreza porque se carece de recursos.

3.3. Cautivos: la cautividad es una enfermedad porque los prisioneros se consideran como desecho de la sociedad y se les margina.

Todas estas realidades sociales se interrelacionan en todas las direcciones–cosa que no es fácil si vamos a la praxis cristiana. Así por ejemplo, la Teología de la Liberación se fijó en la pobreza y en la cautividad pero olvidó la enfermedad. No se puede transformar la estructura de la sociedad sin tocar el pecado personal.

3.4. En Lc. 4, vemos a Cristo como es un manantial de amor y de sanación. Los efectos que traen la obra de sanación son:

3.4.1. Asombro que revienta el esquema pesimista que provocó el pecado. “Nunca hemos visto a nadie así.” (Mc. 2, 12)

3.4.2. Alegría, que evita la desesperación y los falsos consuelos pecaminosos. El alma alegre está blindada a la tentación y el demonio no puede atacar.

3.4.3. Conversión interior que es un entrar a sí mismo. En el pasaje de los 10 leprosos a nueve les cambió la salud, a uno le cambió la vida.

3.4.4. Poder de la sanación y curación física que se manifiesta a partir de Pentecostés. (Hech. 2-3). Evítese los extremos de una posición mágica argumentando que sin milagros no hay evangelización, pero tampoco se caiga en un neopositivismo desmitologizador que intenta anular milagros.

Es entonces evidente que hay un círculo, que aparece en Lc.4, que define el programa de evangelización de Jesucristo, y que el ministerio de sanación de Jesús es hecho incontestable que heredan los primeros discípulos de Cristo.

Curso de Sacramentos II, parte 03 de 13: Confesión y penitencia en el segundo milenio

Sacramento de la Confesión – Confesión y Penitencia – Segundo Milenio

La idea de Comunión (koinonía) es clave en el Primer Milenio, mientras que es Gracia la que resulta fundamental en el Segundo, sin ser términos excluyentes. Hay tres riesgos que se corren al no entenderse bien el concepto de la Penitencia en el Segundo Milenio:

  • riesgo de suprimir la Gracia,
  • riesgo de cosificar la Gracia,
  • riesgo de subjetivar la Gracia.

Riesgo de suprimir la Gracia.

  • Se trata de creer que yo estoy comprando el amor de Dios, pero el perdón de Dios no se compra según en el NT.
  • Un peligro que conlleva la penitencia es que puede dar la sensación que es uno el que consigue el perdón por el acto penitencial olvidándose que ya Cristo lo consiguió en la Cruz.
  • Hay una perdida de claridad ante el infinito valor del sacrificio de Jesucristo.

Riesgo de cosificar la Gracia.

  • La Gracia se convierte en algo (cosa) que tengo o pierdo. Pero la Gracia no es tanto algo que se tiene, como estar en plena Comunión con Dios.
  • Se cosifica la Gracia en el Matrimonio cuando llevando una vida ajena al Evangelio y sin embargo se exige la ceremonia. Al igual sucede cuando se pretende comulgar por homenajear a un difunto. Se cosifica la Gracia, la Absolución y la Hostia Consagrada.
  • Los Sacramentales (imágenes, agua bendita, escapulario, estampa,…) también llegan a cosificar con la consiguiente burla al poder de Dios.

Riesgo de subjetivar la Gracia.

  • Se cae en error contrario a la objetivización (cosificación) que consiste en la subjetivización: la Gracia solo la puedo juzgar yo. Como Lutero pensaba, solo mi conciencia y la Biblia son suficientes.
  • Al igual que la cosificación lleva a la idolatría y la superstición, mientras que la subjetivización cae en el relativismo.

¿Cómo resuelve la Iglesia estos riesgos?

El análisis sereno de la Teología fue el que ayudó a entender correctamente la teoría del Perdón y la Gracia. La exposición sistemática de estos conceptos fue la que aclaró dudas y disipó los riesgos. Véase Suma Teológica – Parte IIIa – Cuestión 90, donde Santo Tomás trata el Sacramento de la Penitencia.

Aportes de Santo Tomás:

Relación entre la virtud de la Penitencia y el sacramento de la Penitencia. (véase IIIª q. 84 a. 8 y también IIIª q. 84 a. 10 ad 4.). Sto. Tomás recupera la dimensión existencial del arrepentimiento en una época en la que se ya se empezaba el fenómeno de la cosificación. El arrepentimiento es un dolor de amor frente al mal conocido. La inteligencia (ve la incoherencia) y la voluntad (se duele del mal) entran en funcionamiento en el arrepentimiento.
Al hablar de virtud se está refiriendo a un camino que no se hace solo sino en unión con Cristo para la remisión de los pecados (“completo en mi carne lo que falta a las tribulaciones de Cristo, en favor de su Cuerpo, que es la Iglesia” Col. 1, 24).

Partes del sacramento de la Penitencia.

  • Contrición: dolor de corazón y propósito de enmienda.
  • Confesión: confesión oral de los pecados.
  • Satisfacción: cumplir la penitencia.

Análisis del Concilio de Trento (9 capítulos)

  • Cap. I. De la necesidad e institución del sacramento de la Penitencia.
  • Cap. II. De la diferencia entre el sacramento de la Penitencia y el Bautismo.
  • Cap. III. De las partes y fruto de este Sacramento.
  • Cap. IV. De la Contrición.
  • Cap. V. De la Confesión.
  • Cap. VI. Del ministro de este Sacramento, y de la Absolución.
  • Cap. VII. De los casos reservados.
  • Cap. VIII. De la necesidad y fruto de la Satisfacción.
  • Cap. IX. De las obras satisfactorias.

Como ejemplo, en el capítulo VIII se dice: “…corresponde a la clemencia divina, que no se nos perdonen los pecados, sin que demos alguna satisfacción; no sea que tomando ocasión de esto, y persuadiéndonos que los pecados son más leves, procedamos como injuriosos, e insolentes contra el Espíritu Santo, y caigamos en otros muchos más graves, …” Lo cual significa que las obras satisfactorias son pura misericordia divina que actúa como “medicina” para curar los malos actos y para ayudar a crear nuevos hábitos de conducta. El Concilio de Trento, por tanto, aporta una gran clarificación sobre los problemas de la cosificación y supresión de la Gracia.

Aportes del Concilio Vaticano II.

  • Ubicación teológica del sacramento de la Penitencia.
  • Hay que situarlo en la estructura de la Iglesia teniendo en cuenta la dimensión comunitaria del pecado.
  • Se recupera dimensión eclesiológica y comunitaria del pecado.
  • Recuerda que la forma ordinaria de la Penitencia es la Confesión individual.
  • Solo en caso de peligro de muerte, no convirtamos la excepción en norma.
  • Recuperar la conciencia del don.
  • El Concilio quiere subrayar el papel fundamental de la misericordia divina.

Curso de Sacramentos II, parte 02 de 13: Confesión y penitencia en el primer milenio

Confesión y Penitencia – Primer Milenio

El Sacramento de la Reconciliación ha ido evolucionando en su praxis a lo largo de la historia. Las diversas formas de entender la realidad del pecador han ido cambiando desde los tiempos de los apóstoles hasta el día de hoy. Nos fijaremos en tres etapas:

1a etapa: Persecuciones: la cuestión de los que traicionan su fe. (siglos I-III).

¿Qué hacer ante el pecado de los bautizados?

Problema central: San Pablo, en Rom. 10, 9, nos dice que si proclamas con tus labios y crees con tu corazón serás salvo. Se trata de la oferta de amor de Cristo que te ama hasta el extremo y que te debería impedir ofenderle. Sin embargo, a Dios se le ofende, ¿qué hacer ante la realidad del pecado?

Los pecados que singularmente perturban a las primeras comunidades son tres: Adulterio, Herejía-Apostasía y Homicidio. Estos pecados suponían un dilema entre la excomunión con la consiguiente separación del pecador de la Comunidad o bien la acogida pero, eso sí, condicionada. Y es cuando se ve qué sentido tiene lo que la Biblia enseña sobre penitencias de todo tipo.

Solución propuesta: Hay que hacer un itinerario del pecado al perdón. Ese camino está marcado por la penitencia. ¿Por qué se pide una penitencia? Porque:

  • garantiza que el pecador no vuelva a recaer,
  • exterioriza un arrepentimiento genuino que no se queda en palabras, y
  • es una compensación o justicia (futura satisfacción).

La Comunión eclesial (koinonía) se resiente por los pecados y todos sufren. Todo pecado tiene una repercusión comunitaria, porque la falta de santidad en uno de los miembros de la Comunidad hace que la obra de Dios no pueda ser plena ni en el pecador ni en el otro. Dice San Pedro (1 P 4,10-11) … sirva cada uno a los demás con el don que haya recibido, cuando se peca se deja servir a la Comunidad y se la ofende. Cuanto más público es el pecado, más daño se hace a la Koinonía. Se ve fácilmente la relación entre la Teología Sacramental y la Eclesiología. Al ser el pecado una realidad eclesiológica surge otro problema a resolver: la reconciliación no puede ser solo personal. La pérdida de la resonancia comunitaria del pecado será la antesala de la disociación entre vida privada y vida pública que en el mundo moderno ha autorizado al hombre a obrar como le place: individualismo liberal.

¿Qué lugar tiene el obispo? En el enfoque de Lutero, el ministro (ya no sacerdote) tenía una misión de puro funcionario, que vemos que se ha infiltrado muchas veces en el Catolicismo actual. Pero para los antiguos, en cambio, la figura del ministro, en especial del obispo suponía un orgullo en la certeza gozosa de su origen apostólico. El carácter fundamental que los primeros cristianos descubrían en los apóstoles, fundamentalmente en los Doce, es que eran los testigos de la verdad del sacrificio y la pascua de Jesucristo. Al morir estos primeros testigos, cobra un papel esencial la sucesión apostólica.

– Los obispos no eran funcionarios sino garantes del depósito de la fe, convirtiéndose en fuente del nacimiento de la Comunidad.

– Por ello también los obispos eran los únicos facultados para imponer la penitencia y los únicos que recibían de nuevo a los penitentes después del camino de la reconciliación para perdonar los pecados por una potestad recibida de los obispos anteriores, e incluso en un primer lugar de Jesucristo a sus apóstoles.

2a etapa: Controversias arriana, nestoriana y monofisita. (siglos IV-VII).

Para destacar ene ste tiempo, la abundante provisión de reconciliaciones con la Iglesia en razón de las varias herejías.

3a etapa: Confesión auricular (siglo VII en adelante).

Conscientes de los riesgos (marginación, temor, desconfianza) que conllevaba la confesión pública practicada en la Iglesia durante los primeros siglos, algunos monjes irlandeses trajeron de Oriente una nueva modalidad de confesión llamada Confesión Auricular. Los cambios que se produjeron fueron los siguientes:

  • El obispo no es el único que perdona pecados.
  • El ministro de la Reconciliación pasó a ser el sacerdote, por delegación de la licencia recibida del obispo.
  • La Penitencia pasa del ámbito público al privado, de lo solemne a lo discreto, de lo único a lo repetido.
  • Se facilita la comprensión y acogida para los que se sienten débiles.
  • Se pasa del grupo de penitentes al anonimato, convirtiéndose en un derecho para todo cristiano, según el Derecho Canónico, la confesión anónima y privada.

Riesgos y avances de la Confesión Auricular.

Los riesgos son los que siguen:

  • El primer riesgo es la disminución del sentido comunitario.
  • El segundo problema es que aparecen catálogos de pecados con la sana intención de valorar adecuadamente los pecados, pero con ellos surge una peligrosa concepción tarifaria de la confesión. Se cae en la compra y venta del perdón, indulgencias y en la simonía.
  • El sacerdote tiene la tentación de convertirse en un “pequeño Papa,” que dispone de la salvación de las almas a su capricho llevados de su laxitud o de su excesiva rigurosidad.

Los avances que conllevó la Confesión Auricular son:

  • Atrajo a mucha gente a la confesión por el alivio que proveía y la discreción.
  • Los confesores proporcionaban formación, educación y ayuda más adecuada sobre cómo el penitente debía mejor examinarse su conciencia.
  • Ayuda a integrar la victoria sobre el pecado con la conversión permanente.

LA GRACIA del Jueves 9 de Junio de 2016

“Ser mejores que los fariseos” es abrirse al amor que llega a nosotros por Jesús para recibir su gracia y ser renovados desde el centro de nuestro ser.

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Curso de Sacramentos II, parte 01 de 13: El pecado

Sacramento de la Confesión – Por qué es necesario hablar del pecado.

Los Siete Sacramentos fueron declarados por la Iglesia Católica en el Concilio de Trento, siglo XVI. El Catecismo promulgado por San Juan Pablo II en 1992 divide estos siete sacramentos en tres grupos: iniciación, curación y servicio. La vida cristiana sigue también esta división. Trataremos la Confesión, uno de los Sacramentos de curación.

Para qué sirve la Religión.

Veamos la función que cumple la Religión en nuestra sociedad porque está visto que hoy en día lo que no sirve para nada se anula y se hace desaparecer. Así surgen una serie de necesidades sociales, podemos decir que a la sociedad humana lo que le sirve tiene que ofrecer una o más de estas posibilidades:

  • Resolver problemas.
  • Traer bienestar.
  • Proveer códigos de convivencia.

La Religión, de algún modo, ha intentado facilitar alguno de estos beneficios. Por ejemplo, suministrando educación, la Iglesia ayuda a “solucionar un problema,” es decir, cubrir una necesidad. Aunque luego lo que ha nacido como acto suplementario se integra como un servicio dentro de las expectativas de lo que el Estado debe proveer.

En cuanto al bienestar, la Iglesia invita a la alegría en sus festividades litúrgicas–aunque luego suceda que muchas veces pierden su carácter religioso y son tomadas por la sociedad en servicios laborales de descanso.

Sobre los códigos de convivencia, la Iglesia es útil por los normas éticas y de comportamiento que comparte. Esto agiliza las relaciones entre los ciudadanos. Sin embargo, al final sucede que las normas vistas como patrimonio simplemente “humano” son compendiadas en leyes civiles que el Estado hace suyas.

Importancia de las periferias existenciales.

Hoy en día estamos en una época post-cristiana. Cabría preguntarse si hay algún espacio para la Religión. Parecería que no. Sin embargo, vamos a ver que el Evangelio sí tiene su lugar propio y su modo de entrada: las periferias.

Desde el punto social, en el primer siglo del cristianismo vemos que la evangelización comienza en los márgenes de la sociedad, en la periferia, como bien nos recuerda el Papa Francisco. Por contraste, cuando la Iglesia ha pensado que todo está resuelto y se instala en su bienestar entonces, sucede tanto a las comunidades religiosas como a la Jerarquía, que viene el declive. En este sentido, la Iglesia ha nacido y sigue renaciendo de las periferias sociales, culturales y existenciales de las personas excluidas: “los que no”.

Desde el punto existencial, la evangelización comienza en mi historia personal cuando soy consciente de mi debilidad, mi carencia, suciedad y descuido. Todos tenemos áreas “fachada” donde nos sentimos fuertes y áreas “basura” donde nos vemos débiles. Es por las áreas basura por donde entra Jesús. Las periferias existenciales son las áreas basura, que en Teología se llama PECADO.

Pecado, en esta aproximación inicial, es algo así como “lo que no quisieras que se supiera de ti.” A la conciencia del pecado no se llega por la sola denuncia exterior, porque cuando somos acusados solemos refugiarnos en nuestra área fachada. Más que la denuncia externa es el Espíritu Santo el que revienta las resistencias internas del corazón.

El pecado surge cuando uno es consciente de la incoherencia de su propia vida con sus sueños y propósitos. El pecado rompe con:

  • mis propias razones,
  • mis propios sueños y anhelos profundos,
  • mis propios principios de acción.

Cuando este rompimiento se da, podemos decir que nos vemos obligados a enfrentar el pecado, que es la basura que está en mi periferia existencial. Cuando yo reconozco la incoherencia en mi ruptura interior es cuando descubro el pecado en mi vida.

Volviendo al esquema de la necesidades sociales, vemos que la Evangelización no comienza con los códigos de convivencia, ni con proveer bienestar sino que todo empieza en las periferias, en concreto con el tema de la basura (pecado). Hoy en día, por desgracia, con todo un sistema de juego de palabras y de eufemismos se intenta hacer desaparecer la realidad del pecado.

Hacer desaparecer el sentido del pecado es crear una muralla de ladrillo delante de la puerta de la basura.

Los sacerdotes hemos sido cómplices muchas veces de este grave error cuando:

  • evitamos hablar del pecado con la intención ingenua de acercar a la gente. Se usan eufemismos para maquillar la realidad del pecado. Interesante leer Exhortación Apostólica, Reconciliato et Paenitentia de San Juan Pablo II (§13-§18).
  • damos a entender la desaparición del infierno. La Iglesia enseña que sí existe y que no está vacío (los ángeles caídos están ya en él). En este tema hemos ido de extremo a extremo.
  • no hablamos del arrepentimiento. Ya no se habla e incluso se dice que la persona arrepentida es una persona con conflicto y patológicamente enferma.
  • desaparece entonces el perdón, pues al no haber de qué arrepentirse no tiene objeto pedir perdón.
  • reducimos la palabra misericordia, que se queda en un término que proporciona bienestar, pero que no pasa de eso.

CONSEJOS ENCARECIDOS:

  • Desconfíen de las lecturas espirituales que eviten hablar de estos términos (pecado y afines).
  • Desconfíen de los textos de Teología que no traten los términos aludidos y como consiguiente tampoco hablen del amor de Jesús hasta la sangre.
  • Tomen distancia de los discursos fáciles del tipo “Teología de la Prosperidad” o “Teología del Bienestar,” y por supuesto, la inmensa mayoría de la Literatura de Superación.

LA GRACIA del Martes 7 de Junio de 2016

La Palabra de Dios quiere transformarnos para que le demos un sentido pleno a nuestra existencia y para que iluminemos a nuestros hermanos.

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LA GRACIA del Martes 26 de Abril de 2016

La fe se vive verdaderamente unidos a nuestros hermanos en comunidad, lugar de encuentro donde se predique, se ore, se exhorte y se cuide a nuestros pastores.

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¿Quién es un “Azazel” mencionado en el libro Levítico?

Padre, en el libro de Levitico capitulo 16 verso 10 menciona un macho cabrio que echan en suerte y dice que es para Azazel. ¿Quién es ese Azazel?

* * *

Era un modo de entender el perdón. En aquella época los hebreos sentían que le podían echar encima sus pecados a un animal, y que ese animal yéndose al desierto se encontraba con los demonios, y los demonios, y entre ellos Azazel, se quedaban con esos pecados. Un modo un poco rústico, apenas inicial, de entender lo que es la redención.

Sin embargo, tengamos presente que los estudios de AT suelen ser más áridos, difíciles de entender y difíciles de aplicar. Por eso en las primeras etapas de nuestra formación bíblica y cristiana es mejor concentrarse en el Nuevo Testamento.

Nociones básicas de lógica

“Se define la lógica como «el arte directiva de la razón, por la que ésta procede ordenadamente, con facilidad y sin error». Es, pues, un saber práctico (arte), y sirve como instrumento para las demás ciencias. Hay una lógica natural, espontánea, y una lógica científica…”

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