Cuidado con despreciar una celebración Eucarística que es válida y a la vez licita solo porque quiero imponer mi criterio, mi gusto personal, mi espiritualidad particular y eso finalmente desgarra al Cuerpo de Cristo.
Del pan material al Pan del Cielo: tal es el itinerario que Cristo propone en su predicación, robusta y clara, del capítulo 6 de San Juan.
Hay que destacar el lugar que tiene la comunicación de vida porque los alimentos de esta tierra, más que dar vida, simplemente aplazan la muerte.
Y destacar que los bienes que Dios nos hace no lo convierten en un Dios “montallantas,” que se limitaría solamente a rearar nuestro automóvil para que nosotros sigamos decidiendo la ruta. Es el Dios y señor, que quiere su lugar como piloto de sabiduría y amor en nuestra historia.