Retiro de Cuaresma 2011. Predicación en la parroquia de St. Patrick, en Miami. Tema 6 de 6: Juan Pablo II, testigo del amor de Dios. El Reino de Dios consiste en que Dios reine, ya se trate de personas, comunidades o el mundo entero. Dios reina allí donde el orden que él ha querido se realiza, es decir, donde lo visible se somete a lo invisible y lo temporal a lo eterno, de modo que se cumpla lo dicho por san Pablo: “Todo es vuestro, vosotros de Cristo, y Cristo es de Dios” (1 Corintios 3,16).
Ese reinado divino no llega por imposición de fuerza ni por decisiones drásticas y externas porque estas sencillamente producen ciclos que cambien el rostro del poder pero no al poder mismo. Reina Dios, en verdad, allí donde llega en verdad su amor. Y el amor llega de modo personal: no es una noción sino el fruto propio de la donación que Dios hace de sí mismo al otorgarnos su Santo Espíritu.
Juan Pablo II insiste en que el rostro privilegiado del amor redentor es misericordia. Así lo vivió él, y así lo dejo instituido en la fiesta de Divina Misericordia.