MEMORIA DE SAN BERNABÉ, APÓSTOL
La historia de Bernabé nos lleva a descubrir la esencia de la historia de la misión en la Iglesia: multiplicar el misterio y el don de Jerusalén.

Alimento del Alma: Textos, Homilias, Conferencias de Fray Nelson Medina, O.P.
MEMORIA DE SAN BERNABÉ, APÓSTOL
La historia de Bernabé nos lleva a descubrir la esencia de la historia de la misión en la Iglesia: multiplicar el misterio y el don de Jerusalén.
La postura cristiana ante el Antiguo Testamento supone: valorar lo que allí se dice pero reconocerlo incompleto, pues su plenitud está sólo en Jesucristo.
La sal conserva, da sabor y a su tiempo, incomoda. La luz muestra el camino, avisa del peligro y sabe deleitar.
Dos consignas nos deja el Corpus Christi: (1) La fe no es para esconderla; (2) Dios quiere celebrar su misterio en mi casa, y en mí, como en casa.
[Predicación en el Monasterio “Madre de Dios” de las Dominicas Contemplativas en Baena, España.]
* ¿Por qué en la antigüedad las alianzas se sellaban siempre con sacrificios, o con sangre? Para indicar el grado de compromiso de los implicados.
* ¿Por qué era tan importante para Salomón celebrar matrimonios con mujeres de tan variadas tribus y naciones? porque pensaba que al mezclarse los linajes de sangre se garantizaba una paz más firme.
* ¿Qué impactó más a los antiguos paganos cuando florecía el cristianismo? Dos cosas, que ambas implican entrega de la vida: la vocación virginal y el martirio.
* La sangre es el lenguaje del amor sin reservas; es el lenguaje de la vida que se dona totalmente.
[Predicación en el Monasterio “Madre de Dios” de las Dominicas Contemplativas en Baena, España.]
Cuatro escenas del A.T. nos ayudan a descubrir las riquezas del sacramento eucarístico.
* Los sacrificio de comunión estipulados en el Deuteronomio nos hablan de la unidad entre nosotros y con Dios.
* El maná caído del cielo nos recuerda la providencia divina, de quien todo lo bueno hemos de esperar.
* El banquete prometido por Isaías anuncia la gratuidad y la universalidad del don con que Dios nos alimenta.
* Y sobre todo, el cordero pascual nos enseña que esta es una comida de familia, que trae libertad y que nos pone en movimiento.
San Bernabé debe ser recordado como aquel que dirigió la primera misión propiamente dicha.
Comulgar para Vivir en Comunión
Nuestra vida cristiana y nuestra consagración religiosa pueden alcanzar su perfección si tan sólo nos hacemos cuatro preguntas que brotan al comulgar: ¿Quién se nos da? ¿Cómo se nos da? ¿Por qué se entrega? ¿Para qué?
La efusión de la Sangre del Cordero nos está recordando que hemos sido amados hasta el extremo.
[Predicación en el Monasterio “Madre de Dios” de las Dominicas Contemplativas en Baena, España.]
La Eucaristía es en primer lugar “acción,” acto, evento, suceso: no es repetición ni representación sino unión de la Iglesia, más allá del tiempo y el espacio, con el único sacrificio redentor, el de Cristo en la Cruz.
Pero los testimonios, ya desde la Iglesia Antigua, muestran que los cristianos entendían que había una presencia permanente, en el sentido de que el pan no vuelve simplemente a ser pan ni siguió siendo pan, al ser “eucaristizado.” Tal es la raíz remota de la adoración eucarística.
Un recuento de la estructura del año litúrgico para situar el elogio que Jesús hace de la exigua donación de la viuda pobre.
Con valentía Cristo denuncia la ignorancia y la apariencia con que han venido obrando los escribas.
La novedad en el modo de amar a Dios, como lo pide el Deuteronomio, es que este Dios no es uno entre muchos.
Ejercicio de Lectio Divina sobre la presentación que el apóstol Pedro hace del misterio de nuestra redención.
Las Cartas Pastorales nos permiten asomarnos al celo del apóstol Pablo por el futuro de los evangelizados, más allá de su partida de esta tierra.
Esperamos el retorno de Cristo, que está en su solo designio; pero a la vez lo apresuramos en cuanto sabemos que no es indiferente a nuestro anhelo.