[Predicación a la Comunidad SANCTUS – Santo Domingo Guzmán, de México, DF.]
* No todo padecer es fructífero. hay un padecer que es estéril, o perdido.
* Consideramos cinco formas de padecer estéril:
Acomplejado: el que cree que sólo se merece que las cosas le salgan mal, por sus culpas, o porque es “de malas” o porque pesa sobre él fatalismo o un maleficio.
Masoquismo: buscar y a veces obtener placer del sufrir físico, para estímulo fortísimo de los nervios, o emocional, para generar caricias de autocompasión.
Estoicismo: simple soportar, desde la convicción de que hay cosas que no se pueden cambiar.
Cobardía: por evitar problemas futuros, prefiero aguantar males y dolores presentes en los que debería actuar.
Vicioso: consecuencia del abuso del placer; por ejempo, la resaca después de emborracharse. Es un padecer cíclico.
* Y luego consideramos dos formas fecundas de padecer:
Inversión o esfuerzo para lograr un bien.
Ofrecimiento para detener el poder del daño que pasa de una generación a otra, y de una persona a otra.
[Predicación a la Comunidad Immáh, en Retiro el 10 de Marzo de 2013, en Bogotá.]
¿Ha llegado el fin de los tiempos?
* Hoy en día circula, especialmente por Internet, todo un cúmulo de mensajes de tipo apocalíptico, junto con las más diversas interpretaciones de esos mismos mensajes. Lo inusual de la renuncia de un Papa (Benedicto XVI), despierta curiosidad y preguntas en muchos, y tal es el ambiente que favorece ese tipo de mensajes.
* ¿De qué fuentes provienen esos mensajes? Hay en la Biblia el libro del Apocalipsis; existe también la literatura apocalíptica, dentro y fuera de la Biblia; y hay además una serie de mensajes, que se atribuyen a Jesús o a la Virgen, algunas veces con gran despliegue y aprobación, como es el caso de Fátima, otras veces con alcance más bien modesto, cual sucede con tantas manifestaciones privadas que tienen hoy en día no pocas personas, a las que se suele llamar “instrumentos.”
* Esos mensajes no son consistentes sino que se contradicen bastante. Algunos aseguran que Benedicto XVI fue el último Papa verdadero, de modo que su sucesor sería ya un instrumento del mal; otros en cambio aseguran que el Papa que suceda a Benedicto XVI será especialmente estricto, y por ello será rechazado. Algunos ven la renuncia del Papa como algo inusual pero dentro de lo explicable y normal; otros en cambio sostienen que el Papa fue obligado a renunciar o que se vio abrumado por traiciones, presiones y escándalos y por eso renunció.
* Muchos, en todo caso, creen que se puede hacer corresponder estos hechos de nuestra historia con los relatos del libro del Apocalipsis o con partes de los mensajes cifrados que supuestamente se hallan en revelaciones privadas. Según ellos, estaríamos entrando en una etapa de la historia que se llama “fin de los tiempos.”
* El problema es que esa manera de interpretar la literatura apocalíptica hace de los textos una especie de “guión” de cine que estaría sólo al alcance de gente muy perspicaz. Ambas presunciones parecen ajenas a la Biblia: una interpretación de correspondencia, o de guión de cine, supone una especie de fatalismo y viene a declarar como inútil la apertura del ser humano hacia la conversión. Según indicaba el entonces Cardenal Ratzinger, ya en el año 2000, las profecías son siempre condicionales, porque finalmente la ley último del actuar divino está en aquello de “No quiero la muerte del pecador, sino en que cambie de conducta y viva,” según dijo el profeta Ezequiel.
* Es más correcto y sano leer el Apocalipsis, y toda literatura de su tono, como una invitación perpetua a la conversión y la esperanza, sabiendo que las escenas allí descritas son como prototipos del actuar del mal en sus diversas fases, y anticipaciones también de la presencia salvífica del Dios que nunca deja de ser Dios. El anticristo, por ejemplo, es presentado en singular en el Apocalipsis mientras que San Juan, en su Primera Carta, habla de “muchos anticristos,” donde se ve que una lectura por “prototipos” es más correcta y cercana a la Biblia.
* Queda claro que somos apremiados en la tarea de la conversión y la fidelidad, pero no por vía de pánico ni de lecturas sofisticadas, que en todo caso estarían lejos de la comprensión de los más sencillos. Nuestra fidelidad y caridad al proclamar el Evangelio de salvación son la mejor manera de aguardar al Señor “hasta que vuelva.”
[Serie de reflexiones para la Asociación de Vírgenes Seglares Dominicas, en Colombia.]
Tema 1: Contexto histórico
* Santa Catalina vivió de 1347 a 1380. El siglo XIV en Italia está marcado por una realidad política: lo que podemos llamar una serie de ciudades-estado, entre las que descuellan Florencia, Nápoles, Venecia, y la misma Siena. Los Estados Pontificios son vistos por muchos como una región administrativa más, sujeta a las codicias y contiendas. Las luchas entre las regiones y el abandono de los caminos dejan ver un panorama sombrío en el que abundan el pillaje, el vandalismo y la inseguridad.
* El siglo XIV es también el siglo de grandes epidemias de la llamada “peste.” Los poblados diezmados precipitan en el colapso incluso las actividades económicas más básicas. No sólo murió cerca de una tercera parte de la población de Europa sino que muchos huyeron de las garras de la enfermedad para caer en las de la mendicidad. El efecto fue particularmente devastador en la vida de la Iglesia: monasterios abandonados, ausencia de vocaciones, responsabilidades y puestos que nadie puede asumir. La situación del clero diocesano es aún peor, pues la institución del Seminario como camino de formación institucional sólo surgirá en el siglo XVI de modo que, a una formación muy pobre le sobrevino una escasez dramática. La condición general de la Iglesia es deplorable.
* La señal más visible de ese estado de cosas está en que el Obispo de Roma no vive en Roma. desde 1305 los Papas se han acogido a la protección del reino francés, en la localidad de Avignon. Aunque de un modo práctico eso garantizó cierta estabilidad y protección a la persona del Papa, pero tuvo un efecto destructor en el tono espiritual de la curia, que cada vez se mundanizó más, y un efecto desastroso en el peso que los cardenales franceses consideraron que tenían. A la larga esta será una causa del gran Cisma de Occidente, en 1378.
* Es verdad que la gestión diplomática y sobre todo el testimonio de vida de Santa Catalina lograron que el Papa Gregorio XI regresara a su sede, acabando con muchos desórdenes. Pero este Papa muere en 1378, y la nueva elección, hecha en Roma, recae sobre aquel que escogió el nombre de Urbano VI. Los franceses alegaron que había serias amenazas contra ellos y que por eso habían votado sin libertad, y que por consiguiente su voto era nulo. En ese orden de ideas, ya en Avignon, eligieron de nuevo Papa, que adoptó el nombre de Clemente VII. Catalina misma murió no mucho después, en 1380, pero empeñó lo último de sus fuerzas en apoyar al Papa legítimo, y en orar con ardor inigualable por la Iglesia toda.
[Congreso en Poza Rica, México, en Marzo de 2013.]
Tema 4 de 4: Creer en todo tiempo y saber celebrar nuestra fe
* La fe es necesaria en todo tiempo. En el momento malo para evitar la desesperación; en el momento bueno para evitar la soberbia.
* La fe es necesaria en todos los oficios y profesiones, porque sin ella se pierde la perspectiva sobre quién es el ser humano, de modo que sin la verdad de Dios se disuelve la verdad del hombre hecho a imagen de Dios.
* Puesto que la fe es don; puesto que es regalo de tantísimo valor e importancia, es justo agradecerla y celebrarla.
* Para celebrar la fe, los cristianos seguimos el esquema general que viene del pueblo judío. Es un esquema basado en la secuencia temporal pasado – presente – futuro.
* Celebramos la fe en primer lugar mirando al pasado y haciendo MEMORIA de las maravillas del Señor. Esta fase la podemos llamar “anámnesis.”
* Celebramos luego la fe reconociendo en el hoy la PRESENCIA actuante y transformante de Dios por su Espíritu, cuya venida imploramos en la “epíclesis.”
* Y mirando hacia el futuro, confiamos en la PROMESA del señor, y aguardamos su “parusía.”
* Al celebrar la fe nos disponemos también para compartirla, de modo que todo discípulo está llamado a ser un misionero.
[Congreso en Poza Rica, México, en Marzo de 2013.]
Tema 3 de 4: Enemigos falsos y verdaderos de la fe
* La fe es un don que no podemos construir, pero sí está en nosotros, por lo menos, hasta un cierto punto, el cuidar, cultivar y defender ese don.
* Hay conflictos ficticios que oscurecen la naturaleza de la fe y del acto de creer. Son tres principalmente:
(1) La razón y la fe. No son opuestas: tienen su origen en Dios y buscan la verdad. El Nuevo Testamento no nos pide dejar de pensar cuando nos invita a creer. De hecho, la razón ayuda a clarificar, exponer y defender la fe frente a las objeciones contrarias. Razón y fe no se oponen pero racionalismo y fideísmo, sí crean incompatibilidades insolubles. Pero el racionalismo no es racional, ni el fideísmo es genuina fe.
(2) La ciencia y la fe. No son opuestas: la ciencia establece hechos y datos; descubre patrones y suele expresarse en leyes matemáticas, pero cuál sea el sentido de esas leyes, y cuál su origen último, trasciende a la ciencia. No es la ciencia sino el cientificismo lo que se opone a la fe.
(3) El dolor y la fe. No son opuestos, pues, ¿qué se resuelve con no creer? Además, Cristo nunca anunció una vida sin dificultades, sino que dijo que había que tomar la cruz cada día.
* Hay también conflictos reales; tres principalmente:
(1) El ídolo de la prosperidad, que nos llena de arrogancia y falsa seguridad.
(2) La ignorancia, que lleva a herejía o sincretismo.
(3) La lucha contra el poder de las tinieblas. Siempre hemos de recordar que el carácter de don de la fe implica que necesitamos del donante para conservarla: “Líbranos de la tentación.”