La fe que transforma el mundo, 2 de 3, Cuestiones de fondo

[Encuentros con seminaristas, capellanes y docentes de Colegios de la Arquidiócesis de Guayaquil, en Abril de 2013.]

Hay presupuestos antropológicos y y filosóficos que sirven de terreno fértil para los sofismas de nuestro tiempo:

  1. La pretensión de que sólo puede darse justicia si se afirma la igualdad: de género, clase, religión, y demás. La respuesta católica es que la igualdad fundamental en la dignidad no riñe con que seamos distintos ni se opone a una sana y enriquecedora complementariedad. Lo que hay buscar es el servicio mutuo, y no tomar como objetivo fundamental y único la supresión de las diferencias.
  2. La tiranía de la mayoría numérica que degenera en el gobierno de los lobbies o grupos de presión (“colectivos,” que llaman en España). Respuesta católica: hay que dejar en alto la conciencia de que la verdad no se determina por mayorías, y educar en las grandes virtudes que no pasan de modo, como la sabiduría y la prudencia.
  3. El uso reflejo de las ciencias humanas: “ingeniería social.” A medida que conocen más del ser humano saben también más cómo manipularlo; por ejemplo, cómo hacer aceptables comportamientos que al principio son rechazados. La respuesta católica implica la educación en la virtud, por ejemplo, en la templanza, y además supone la persistencia en la tarea de la evangelización.

La fe que transforma el mundo, 1 de 3, Sobre algunos sofismas de nuestro tiempo

[Encuentros con seminaristas, capellanes y docentes de Colegios de la Arquidiócesis de Guayaquil, en Abril de 2013.]

He aquí algunos de los sofismas más repetidos:

  1. Sólo puede juzgar de religión el que es neutro ante la religión, es decir, el que no cree en la religión.
  2. Allí donde hay una mayoría católica hay que prohibir las manifestaciones de fe católica porque ofender a las minorías no-católicas
  3. Controlar la población es controlar la economía
  4. Para mejorar la salud pública el camino son las campañas de sexo seguro
  5. Liberar a la mujer es hacerla semejante al varón
  6. La orientación sexual es como la raza, y hay que darle tratamiento de “derecho humano”
  7. Los cambios sociales que se impulsan en todas partes, en contra de la dignidad del amor humano, y en contra de la vida misma, son inevitables e irreversibles

ESCUCHA una catequesis y semblanza espiritual del Papa Francisco

[Conferencia en la Parroquia de María Reina, en Puerto Azul, Guayaquil.]

Papa Francisco

(1) ¿Qué es un Papa? ¿Cuál es el fundamento bíblico e histórico del ministerio del Obispo de Roma?

(2) Algunos datos biográficos y semblanza de Mons. Jorge Mario Bergoglio.

(3) El programa espiritual que propone el Papa Francisco: Caminar, Edificar y Confesar a Jesucristo.

(4) Nosotros y el Papa.

ESCUCHA, Nuevos desafios para la catequesis en el siglo XXI

[Predicación en el Congreso de Catequistas de la Arquidiócesis de Guayaquil, en Abril de 2013.]

Congreso de Catequistas en Guayaquil

* Hay que entender que el panorama social ha cambiado drásticamente en el último medio siglo, o cosa parecida: la sociedad, o la opinión pública, en todo caso, no son ya aliados en la formación de los valores cristianos, sino que a menudo hacen contrapeso a la propuesta de Cristo, aislando, ridiculizando, o declarando odioso lo que predica la Iglesia.

* Muchos predicadores y catequistas no han tomado plena conciencia de este cambio de paradigma. Creen entonces que la catequesis puede seguir siendo lo que era en circunstancias distintas, cuando bastaba con comunicar unos contenidos, sabiendo que la vida familiar y parroquial, y el tono moral de la sociedad en su conjunto, iban a ser aliados en la formación para la vida cristiana. Las cosas no son así en este momento, y a menudo los catequizados se encuentran ante un pluralismo que lo confunde todo con todo; o se ven reducidos en la práctica a condición de minorías, aunque los bautizados seamos, por ahora, mayoría.

* Algunas estrategias de cara al futuro:

(1) Conectar de manera más visible el kerigma con la catequesis.

(2) Ver la formación en la fe como un proceso que acompaña la vida y no como episodios pre-sacramentales.

(3) Descubrir que la formación no es sólo intelectual sino que ha de tocar emociones, recuerdos, proyectos, y debe conducir a la experiencia integral de Cristo en todo su realidad y su misterio.

(4) Necesitamos formarnos y formar nuestra gente para ser minoría, no por complejo o arrogancia, sino como semilla del Reino de Dios, al modo del Siervo de YHWH.

(5) No podemos perder la familia. No basta con tocar individuos: los procesos catequéticos han de ser fortalecidos y no derrumbados por la familia.

(6) No se puede desconectar la catequesis de la formación para el activismo, es decir: cómo hacer eficazmente presencia pública de nuestra fe.

(7) El fin propio de una verdadera catequesis es la santidad, y ello incluye el cultivo explícito de vocaciones al sacerdocio y la vida consagrada como señales eminentes de la santidad de la Iglesia.