Recuento de huellas e indicios del misterio trinitario en la creación, en la historia, y en la mente humana.
ESCUCHA sobre la Pedagogía de Dios
* Toda vida humana es camino; es peregrinación. Pero para el cristiano, ese caminar no es soledad sino experiencia de la pedagogía divina, es decir, de la manera providente y amorosa como Dios nuestro Padre nos guía sin coartar nuestra libertad, atrayéndonos de la oscuridad del pecado a su luz admirable.
* Puede compararse al pecado con aquellos mosquitos pestíferos que cuando pican a la vez esparcen una cantidad justa de anestésico, de modo que la víctima no tome interés en el daño que se le está haciendo. Por eso es notable en la pedagogía divina cómo logra despertarnos de la languidez y la comodidad irresponsable hasta mostrarnos la realidad de lo que somos sin por ello dejarnos caer en la desesperación.
* Por lo menos siete etapas distinguimos en ese proceso pedagógico guiado por Dios:
(1) Conservar la capacidad de distinguir lo bueno de lo malo, empezando por afuera y llegando hacia el interior.
(2) Llevar a las personas a asumir compromisos (alianza) de modo que puedan conocer su propia fragilidad e incoherencia.
(3) Ayudar a percibir los ciclos de “súplica, respuesta, irresponsabilidad, necesidad.”
(4) Hacer experimentar las consecuencias de los propios actos.
(5) Mostrar qué sería lo lógico, pero luego actuar con un amor que supiera lo lógico.
(6) Revelar las limitaciones más profundas y llamar a la humildad, la compasión y sobre todo la plegaria.
(7) Enviar al Espíritu Santo, resumen y plenitud de todo don.
LA GRACIA del Martes 28 de Mayo de 2013
Dios no se deja ganar en generosidad.
¿Qué podemos hacer por el Reino de Dios?
* La expresión “Reino de Dios” es inmensa y ha sido reflexionada y discutida desde muchos ángulos. En este caso, vamos a partir del comienzo del Evangelio de Marcos, allí donde el Señor Jesús muestra que la fe, la conversión y la llegada del Reino están íntimamente conectadas.
* La realidad del reino es misteriosa pero téngase en cuenta que en cuanto a la fe, un “misterio” no es algo que no se entiende sino algo que nunca se agota; algo que nunca terminamos de entender.
* Lo primero, pues, para la llegada del Reino es acoger el llamado a conversión que nos hace Cristo. nuestros pecados retrasan y nuestra respuesta diligente y creyente apresura la llegada del Reino (véase 2 Pedro 3,12).
* Pero hay también una dimensión supra-individual, comunitaria, pública, social, del Reino. Y en este sentido hemos de hacer preguntas incómodas: ¿A quiénes no estamos llegando? ¿Qué hemos perdido y debemos recuperar? ¿Adónde no hemos podido entrar? ¿Cómo está el proceso de relevo de la fe? ¿Van creciendo las vocaciones? Y ante todo: ¿Agrada a Dios lo que hacemos y lo que evitamos?
[Predicación en la Cena Cursillista 2013.]
Seminaristas y Sacerdotes renovados
Siete Recomendaciones que Cristo enseñó a sus discípulos desde la realidad de la vida compartida:
1. Pasar de lo bueno a lo mejor. La vida que Pedro, Andrés, Santiago y Juan llevaba en su oficio de pescadores era una vida honesta, obediente a la Ley (Pedro dirá después que nunca entró a su boca nada impuro), e incluso piadosa (Andrés y Juan, por lo menos, hacían “retiros espirituales” con Juan el Bautista. Pero Cristo los lleva a un nuevo nivel: los pone en movimiento. Dejar de crecer es decrecer. El que se contenta con lo “bueno,” un día se confirma con lo “regular” y al final resbala en lo “malo.”
2. Los discípulos solían disputar sobre quién era el primero. Esa discusión se prolonga en la Iglesia cada vez que queremos que nuestra opinión sea la que cuente, o que los mejores lugares, los aplausos más fuertes o las más abundantes colectas de dinero sean nuestras. Eso no se soluciona alternando, rotando o negociando. Sólo se corrige cuando el corazón abraza la humildad y el servicio.
3. Admitir la falibilidad humana. Pedro se pregunta una vez cuántas veces debe perdonar. Quien lleva cuentas ya está perdido porque no puede evitar que su caridad desaparezca mucho antes de llegar a la cifra “límite.” La única manera de sobrevivir emocionalmente en la vocación sacerdotal, que conlleva tantas ingratitudes y ataques, es sentirse flotando en el amor vivo y compasivo de Dios.
4. Por cobardía, conformismo o pereza los discípulos “no querían preguntarle” a Cristo cuando él les hablaba de la Cruz. ¿Es que se creían ya formados, en el sentido de que ya sabían lo suficiente? Hemos de pedir a Dios que nos dé apetito por su verdad según aquello del profeta Jeremías: “Cuando encontraba palabras tuyas, las devoraba…” Hay que saber además que al final de ese camino está la cruz. Y no vale decir que la Cruz ya quedó superada con la resurrección. Si bien eso es verdad para Cristo, lo que en cambio sigue siendo cierto para el discípulo es que si no toma su cruz cada día no es verdadero discípulo.
5. El automatismo y un cierto pensamiento mágico nos tienta a nosotros tanto como a ellos, en parte por la rutina. Pero cuando los apóstoles se estrellaron con su impotencia para expulsar un cierto demonio descubrieron que el amor y la fe no pueden dejarse envejecer en el alma; aprendemos además que se renuevan a partir de la oración fervorosa, personal, humilde, entregada; y también a partir del ejercicio de una voluntad que aprende a decirse NO para regalarle a Dios un SÍ cada vez mayor.
6. “Denles ustedes de comer” dijo Cristo a los apóstoles cuando ellos querían deshacerse de la multitud para poder cenar tranquilos. El verdadero discípulo entiende que el servicio no es una simple tarea, y la evangelización es mucho más que un horario de oficina. La verdadera donación empieza cuando el amor reconoce que su hora es la de Dios.
7. Cuidado con la autosuficiencia. El exceso de confianza en sí mismo llevó a Pedro y a otros a negar a su señor, cuando la pasión de Cristo. “Lo que soy lo soy por gracia de Dios,” decía san Pablo, y no cabe que usemos otro lenguaje nosotros.
LA GRACIA del Lunes 27 de Mayo de 2013
Mala noticia: se puede perder a Cristo. Buena noticia: hay siempre alguna pobreza nuestra que le puede servir de puerta.
LA GRACIA del Domingo 26 de Mayo de 2013
SOLEMNIDAD DE LA SANTÍSIMA TRINIDAD
Aunque no podemos abarcar a Dios, nuestra razón ayuda a deshacer las objeciones contra su misterio de unidad y trinidad.
ESCUCHA, Una entrevista sobre el presente y el futuro de la Educación Superior
Entrevista realizada por el P. Jorge Sosa Chinome, O.P., estudiante de Maestría de la Universidad Santo Tomás.
ESCUCHA, En cierto sentido la confianza es TODO
¿Qué sustenta finalmente mi vida, más allá de las variables circunstancias? Las únicas respuestas válidas son: la nada o DIOS.
LA GRACIA del Sabado 25 de Mayo de 2013
La chispa divina en el ser humano está en su capacidad de reconocer y participar de la sabiduría divina.
Catolico Soy, 3 de 3
[Conferencia ofrecida a todos en el Coliseo del Colegio Santa Anita, en Lima. Mayo de 2013.]
* El desafío principal que reciben los católicos de parte de los que no creen nada de la revelación bíblica, o la ponen al mismo nivel de cualquier otro libro o práctica religiosa de cualquier clase, se llama “laicismo.” La pretensión laicista es eliminar toda capacidad de influencia de la fe católica en el mundo, particularmente en la constitución de la ética que ha de regir las relaciones sociales y humanas en general.
* El laicismo obra por etapas, básicamente dos: (1) Descalificar todo lo religioso como una esfera de pensamiento desconectada de la verdad, es decir, puesta al mismo nivel que la fantasía o el deseo caprichoso. (2) Atacar a la Iglesia, así descalificada, sin brindar tampoco un tratamiento equitativo ni justo. Ejemplo de esto último: agresiones a los templos, a los obispos; burlas, sarcasmo; lenguaje obsceno que pretende neutralizar la capacidad de defensa o respuesta.
* La mejor respuesta frente al laicismo no la pueden dar los ministros sagrados ellos solos, que son principalmente objeto de descalificación sistemática y de burla. La respuesta real al laicismo es un laicado formado en su fe pero también formado en aquellas aristas de discusión más complejas de nuestro tiempo.
* Para que ello sea realidad se necesitan por lo menos cuatro elementos de madurez en el laico: (1) Formación permanente; (2) Vida sacramental plena; (3) Pertenencia real a una comunidad de fe; (4) Ejercitación en la tarea de compartir la fe en al evangelización directa.
Catolico Soy, 2 de 3
[Conferencia ofrecida a todos en el Coliseo del Colegio Santa Anita, en Lima. Mayo de 2013.]
* Los desafíos que enfrentan hoy los católicos pueden clasificarse en dos grandes grupos. En un grupo podemos incluir todos los que admiten la Biblia como Palabra de Dios, pero no admiten la autoridad de la Iglesia para enseñar o interpretar la Biblia. En el otro grupo tendríamos a aquellos para los que la religión, en general, es algo que a lo sumo puede ser tolerado como una actividad privada sin capacidad alguna de influencia en el área de lo público. En esta reflexión nos referimos al primer grupo.
* La Biblia es una obra de increíble complejidad, con una historia absolutamente única que abarca unos 1400 años. Recoge por tanto perspectivas, experiencias, episodios y normas que han encontrado su lugar a lo largo de ese largo proceso.
* La Constitución Dei Verbum del Concilio Vaticano II nos da una clave interpretativa inicial que sirve de base: Dios es autor pero no elimina ni cancela la verdadera autoría de los hombres, y quizás mujeres, que plasmaron esa palabra bajo la guía del Espíritu Santo. En concreto, esto descarta la idea de la revelación bíblica como una especie de “dictado” que seria más perfecto en la medida en que el ser humano desapareciera más, y fuera como un tubo inerte que deja pasar “agua de cielo.”
* La verdad que nos da la Biblia es firme y segura pero no es la verdad de la ciencia moderna, habida cuenta que la misma ciencia moderna se ve a sí misma como una sucesión de teorías que siempre están en camino de revisión y mejoramiento. La verdad bíblica se refiere a quién es el hombre ante Dios; quién es el Dios que ha querido salir al encuentro del hombre; y cómo el hombre puede acoger la salvación que Dios le brinda con misericordia.
* No es de extrañar entonces que los hagiógrafos, que fueron “verdaderos autores,” según la expresión de Dei Verbum, se hayan servido de expresiones lingüísticas o concepciones científicas muy limitadas o incluso deficientes: la verdad para la que recibieron el don del Espíritu no es la verdad sobre la Relatividad General de Einstein (que un día será superada por alguna otra teoría) sino que, usando su conocimiento limitado, expresaron cosas que son ciertas, en el plano propiamente religioso y teológico de quién es el hombre, quién es Dios, y cómo se recibe la salvación. Sobre esta base puede establecerse poco a poco qué es lo que los autores han querido decir.
* Queda el tema de cómo interpretar esa palabra, en el sentido de preguntarnos qué nos quiere decir Dios con las palabras que los hagiógrafos nos dejaron. Es aquí donde resulta fundamental la autoridad de la Iglesia. Sin ella no queda otra cosa que la mentira en la que creyeron e hicieron creer a otros los Reformadores Protestantes, a saber, que la Palabra se interpreta a sí misma, o que cada uno puede interpretarla con sólo apelar a su conciencia y al Espíritu Santo.
* Muy al contrario, la Biblia muestra que es la obra y el tesoro de una comunidad peregrina en la fe: el Pueblo de Dios. Sólo en el seno de la Iglesia, a la que Cristo quiso jerárquicamente constituida, y sólo a la luz de lo vivido, practicado y creído en la Iglesia (a esto llamamos “tradición”) se interpreta correctamente la Palabra.
LA GRACIA del Viernes 24 de Mayo de 2013
Si tu amistad no está en Dios es sólo complicidad.
Catolico Soy, 1 de 3
[Conferencia ofrecida a todos en el Coliseo del Colegio Santa Anita, en Lima. Mayo de 2013.]
* La Renovación carismática ha sido particularmente elocuente en mostrar la importancia que la experiencia de saberse amado por Dios tiene en la transformación de una vida. No cabe duda que ese amor primero, impregnado de gozo que contagia, es una base firme para abrazar y practicar la fe pero no lo resuelve todo.
* Debemos saber que los enemigos de la fe ciertamente se preparan de muchos modos, y entre ellos, a través de argumentaciones sofisticadas que resultan seductoras para muchos. El carácter de las discusiones éticas y religiosas de nuestra época reclama una formación amplia y firme. Formarse ya no es una opción más: es una obligación de la que no puede uno eximirse sin exponerse gravemente a daños irreparables.
* Hay entonces que entregar al señorío de Cristo todo nuestro ser, y eso incluye por supuesto nuestra inteligencia, así como los demás talentos que de Dios hemos recibido.
* Algunas páginas web particularmente útiles en nuestra formación:
ESCUCHA, El mal termina cancelandose a si mismo
(1) La vida cristiana es ardua; pero (2) Las dificultades no son para nuestro daño; y (3) La victoria está asegurada para quien permanece en Dios.
LA GRACIA del Jueves 23 de Mayo de 2013
Revisión de algunos de los temas clásicos en la literatura sapiencial.



