Aclimatar la paz en la familia, 1 de 2, Vocabulario básico

[Ciclo de conferencias para el Ministerio de Padres y Madres Orantes, de Chía, Colombia. Septiembre de 2014.]

Tema 1 de 2: Vocabulario básico

* En el actual proceso de paz en Colombia hay varias palabras que han hecho su ingreso progresivamente. La dureza de la violencia y de la GUERRA hizo anhelar la PAZ, por supuesto; la pretendida justificación de la guerrilla nos recordó que es necesaria la JUSTICIA. Pero luego llegaron otras palabras que no tienen relación directa con el dialecto de la política: se empezó a hablar de PERDÓN y de RECONCILIACIÓN. El punto es que ese camino tiene como único motor visible otra palabra: NEGOCIACIÓN, y los creyentes tenemos serias razones para creer que la negociación basada en los puros cálculos humanos es insuficiente.

* Hay que destacar el lugar de las palabras RECONCILIACIÓN y PERDÓN que pertenecen muy claramente al vocabulario de la predicación cristiana. Un paralelo con la Revolución Francesa viene al caso. Las tres palabras del conocido lema de la Revolución tienen su fuente en nuestra fe pero, paradójicamente, los a sí mismos llamados “ilustrados” consideraban que la Iglesia era el gran obstáculo para el avance de la razón.

* Se llega así a una situación absurda en que hay “fraternidad” pero sin reconocer ni la paternidad de Dios ni la maternidad de la Iglesia. La “libertad” cristiana es salir del poder y la influencia del pecado; sin esas referencias, ser libre es no tener coacción y buscar lo que a cada quien le plazca. La “igualdad” cristiana supone que estamos ante una misma necesidad, que es la redención, y estamos abiertos a una misma esperanza, que es la salvación en Cristo; sin esa mirada, la igualdad es una imposición estatal.

* Es una buena noticia que haya un proceso de paz pero el tomar algunas palabras y cercenarlas de su fuente y hábitat propio contiene numerosas trampas en las que puede traicionarse la esperanza de los más pobres y necesitados.

* ¿Y el papel de la Iglesia? A través de su misión propia presta un verdadero servicio:

(1) Iglesia-Testigo: que muestra con testimonios específicos cuál es el verdadero perdón y cómo se llega a la reconciliación.

(2) Iglesia-Educadora: que ayuda a discernir y priorizar sobre sólidas virtudes y valores.

(3) Iglesia-Profeta: que llama a todos a la conversión, y no solamente a los actores inmediatos del conflicto armado.

Laudes & Vísperas para la semana del 14 al 20 Septiembre

citara

Domingo 14 de Septiembre: XXIV del Tiempo Ordinario, Ciclo A

Lunes 15: Memoria de Nuestra Señora de los Dolores

Martes 16: Memoria de los Santos Cornelio y Cipriano, mártires

Miércoles 17

Jueves 18

Viernes 19

Sábado 20: Memoria de los Santos Andrés Kim, y compañeros mártires

Catheriniana – 05, Teología del Amor, parte 1

[Catheriniana es una serie de reflexiones sobre aspectos de la enseñanza de Santa Catalina de Siena. Para sacar mayor provecho de estas conferencias es muy recomendable revisar primero la serie sobre su vida, y después la serie sobre los fundamentos de su doctrina espiritual. Si se quiere acceder a todas las publicaciones de este blog sobre la Santa Doctora, hacer click aquí.]

Tema 5: Introducción a la Teología del Amor

* Santa Teresa del Niño Jesús descubrió, al llegar a la madurez de su breve vida, que su vocación era el amor: “En el corazón de la Iglesia, yo seré el amor…” La experiencia de Santa Catalina es semejante, en cuanto que ella descubrió el lugar absolutamente central de amar pero hay dos diferencias: (1) Catalina ve que amar es plenitud a la que todos estamos llamados como una auténtica vocación; (2) Esa convicción marca toda su enseñanza y marcó toda su vida.

* Es interesante recorrer la vida de Catalina y descubrir las fuentes donde ella aprendió a amar. Está en primer lugar su familia: numerosa, llena de vida y de afecto. Pero lo decisivo empieza con aquella visión que tiene hacia los seis o siete años de edad. Como San Pablo, ella podrá decir, ya desde esa temprana edad, “Cristo me amó, y se entregó por mí” (véase Gálatas 2). Aún más: ya de niña percibe que Dios es suficiente (“Sólo Dios basta,” dirá Santa Teresa de Jesús, un par de siglos después). Quiere ser ermitaña y considera que puede prescindir de todo y de todos porque Dios velará por ella.

* Esa certeza de que Dios es fuerte, bondadoso, sabio y ante todo, providente, permea toda la experiencia espiritual de Santa Catalina. Cuando la familia se opone a su forma de vida ascética y orante; cuando pretenden prepararla para matrimonio; cuando tiene que hablar ante el Capítulo General de los Dominicos, o cuando se ve a las puertas de la muerte en la ciudad de Florencia: en todos esos casos, ser amada significa para ella ser sostenida, protegida, guiada.

* La experiencia del amor que tiene Catalina es entonces la del Dios que permanece, el Dios del que uno se puede fiar, el Dios que supera nuestros planes y los de nuestros adversarios, el Dios que nos invita, dándonos el testimonio de su Hijo, a apoyarnos en Él. Dejarse amar es descubrir a Aquel que “es,” y descubrir en cambio que todo lo demás, incuyéndonos nosotros mismos “somos los que no somos.”

* La experiencia de fortaleza en la soledad no es experiencia de aislamiento sino simplemente saber que lo que no cabe esperar de las creaturas sí puede y debe esperarse de Dios Padre Creador.