ESCUCHA, Bajo el radar

Una enseñanza sobre el conocimiento de sí mismo en la luz que la misericordia de Dios nos concede.

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* Las experiencias que bebés y adolescentes suelen tener, que sienten los problemas pero en realidad no los conocen, se dan también en otras fases de la vida. Más de una vez necesitamos que nos ayuden a “descifrarnos.” Los buenos amigos, psicólogos, consejeros o sacerdotes a menudo cumplen esa función.

* Después del pecado original, la Biblia nos muestra a Dios preguntando a Adán y Eva. Esas preguntas tienen una enorme profundidad y fecundidad: ¿Dónde estás? ¿Qué es lo que has hecho? El solo intento de formularlas de modo equivalente ya nos pone en la ruta correcta de interpretación del texto: no es una escena de un Dios bravo sino el primer capítulo de la misericordia divina, que empieza por llevar a esta pareja a “descifrarse.”

* Si Dios saca a Adán y Eva del paraíso es porque ese no es lugar de salvación. El paraíso adormece, apaga las alarmas, nos vuelve idólatras, nos encierra en la satisfacción a la vista.

* Dios acude en nuestro auxilio con multitud de regalos de su amor y ternura pero solemos estar ciegos precisamente por obsesionarnos con nuestros “paraísos.” Por eso tiene que llevarnos también por otros caminos para que podamos conocernos a nosotros mismos y llegar así a reconocer su plan de amor con nosotros.

* Dios entonces nos conduce por el silencio, el desierto, la contradicción, la debilidad, la tentación, la decepción, el fracaso… al principio podemos sentir solo ira, frustración o tristeza pero su Providencia está obrando y al caer nuestros ídolos su voz nos alcanza de maneras nuevas.

* En ocasiones de obstinación nuestra y de excesiva misericordia suya, Dios utiliza también “misiles” de alto calibre como por ejemplo: experiencias de cercanía de la muerte; diatribas en contra nuestra, que nos dejan sin respuesta y sin palabras; cercanía casi tangible con el demonio, para que veamos a quién estábamos sirviendo.

* Por otra parte, y más allá de las discusiones o la dialéctica, a todos hace bien y a todos mejora la visión hacer el bien, es decir, salirnos de nuestro círculo de intereses y descubrir al hermano que sufre. Es un camino pedagógico predicado y vivido por el Papa Francisco.

* Si así nos disponemos para dejar obrar a Dios nuestra visión cambia, sobre todo con respecto a lo que somos en realidad. A esta experiencia Santa Catalina la llama “conocimiento de sí mismo.”

Curso de Liderazgo Católico para el siglo XXI, 8 de 8: Claves de formación

[Curso de Formación con un grupo de Superioras de las Hermanas Canonesas de la Cruz. Lima, enero de 2015.]

Sesión 8 de 8: Claves de formación

Primera clave: integralidad
* Dar unidad al proceso; enlazar la conversión, con la formación, y la maduración con la fecundidad.

Segunda clave: balance entre lo existencial y lo doctrinal
* No todo son “experiencias” ni todo son “doctrinas”
* No todo es narrativo ni todo es teórico

Tercera clave: descubrir el sentido teológico de la comunidad
* Los jóvenes traen usualmente la idea postmoderna de grupo

Cuarta clave: desarrollo sano de la crítica y la autocrítica
* El examen crítico del entorno y la conciencia de cómo se opone al plan de Dios es profundamente liberador
* Necesidad de escribir, de leer y de ser leído. Articular. Verbalizar.

Quinta clave: Establecer lo no-negociable
* Entender el balance entre la solidez y la flexibilidad
* Asumir que no se peude ser todo ni ser una colección de caprichos
* Re-apropiarse de la vidaen Cristo y para Cristo.