Nada tan razonable como arrepentirse y hacer penitencia

Tres series de tres palabras olvidadas en nuestro tiempo:

Abnegación
Mortificación
Penitencia

Silencio
Reflexión
Arrepentimiento

Enmienda
Conversión
Confesión

Tres preguntas:

¿Ha perdido la gente capacidad de sacrificio?

¿Han perdido nuestros jóvenes la generosidad?

¿Son la mediocridad y la corrupción el único destino posible de nuestra sociedad?

Y sin embargo, el hambre sigue ahí…

* Muchos jóvenes buscan con ardor algo que valga la pena; buscan algo mayor que ellos donde puedan inscribir sus ganas de dar un significado a la vida: no quieren ser prisioneros de la rueda del Producir-Consumir-Entretenerse. Ejemplo impactante: europeos, hombres y mujeres, uniéndose a las filas del Estado Islámico.

* Y los que no encuentran algo que les exija y entusiasme, reflejan en su rostro amargado y desilusionado que no se puede huir del esfuerzo sin huir de lo mejor de uno mismo.

* Incluso algunos de los nuevos líderes en la política o la economía se van aproximando a ese modelo porque se han dado cuenta de que hay una porción del pueblo que busca claridad, definición, rutas capaces de congregar gente y fuerzas.

La excelencia nos cautiva

* De hecho seguimos buscando al excelencia: nos sigue interesando quién gana el campeonato de fútbol, el reinado de belleza, el Tour de Francia; queremos saber quiénes son las 500 empresas más exitosas y quién rompe al barrera de almacenamiento de memoria por centímetro cuadrado.

* En cuanto a lo que tenemos y usamos, preferimos, en general, tener el mejor celular posible; la mejor habitación posible; la mejor salud a nuestro alcance.

* Y por eso, cuando nos demuestran que los líderes no son fieles a sus promesas o principios, sentimos asco y decepción. Es que estamos hechos para la excelencia. Y algo, muy dentro de nosotros, nos hace presentir que a esa altura no se llega sin esfuerzo. Es como si sólo necesitáramos un poco de inspiración o una luz nueva para lanzarnos por el camino de la renuncia, la perseverancia y la resiliencia.

Las tres palabras clave

Silencio – nueva apertura, “reseteo” (del inglés, reset), apelación al INTERIOR, al corazón, al alma
Reflexión – amor a la VERDAD
Arrepentimiento – amor al BIEN

De este nuevo comienzo surgen:

Penitencia: debo entrenarme, recuperar dominio sobre mí

Estudio: necesito más claridad y discernimiento

Formación de la voluntad: porque no basta el gusto ni basta la emoción

Breve ordo para la semana del 28 de febrero al 5 de marzo de 2016

Videos de micro-homilías para esta semana:

https://www.youtube.com/playlist?list=PLRmr1_QLb8pcMDskVZyG2bbtmEAxWwqwZ


Liturgia de las Horas para esta semana:

28 de febrero de 2016: Domingo III de Cuaresma, ciclo C

Lunes 29:

Martes 1 de marzo de 2016:

Miércoles 2:

Jueves 3:

Viernes 4:

Sábado 5:


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Evangelizar con la música y el arte, 4 de 4: Lo nuestro no es el arte por el arte

[VI Encuentro de Música y Teatro organizado por la Renovación Carismática Católica del Paraguay]

Tema 4 de 4: Lo nuestro no es el arte por el arte

La música, como tantas otras actividades humanas, puede convertirse en una especie de fin en sí mismo. Algo parecido aconteció con el estudio de la lógica en la formación de los candidatos al sacerdocio: mientras que el Concilio de Trento miraba a los estudios de lógica como una herramienta para analizar discursos contrarios a la fe y como un instrumento de pensamiento para expresarse con mayor coherencia y claridad, sucedió con el paso de los años y los siglos que la lógica misma se convirtió en un estudio elaborado, independiente y sumamente abstracto. La inercia académica sigue enseñando esa nueva lógica en los seminarios y por eso muchos seminaristas se preguntan qué tienen que ver las leyes de la implicación en las tablas de verdad con el mundo de verdad.

Lo mismo puede suceder, y de hecho ha sucedido con la música: el altísimo talento de grandes compositores les ha llevado a producir piezas musicales tan sofisticadas, en términos de voces, instrumentos o arreglos, que simplemente quedan por fuera de todo marco razonable en la liturgia. El fin se ha perdido y parece que la consigna fuera “el arte por el arte mismo.” Eso no es lo nuestro.

En cuanto a los auditorios, hay que recordar dos cosas. Primera: que no olviden a quién pertenece la gloria; a exaltación irresponsable del artista lo aparta de su vocación más profunda. Segunda: que tampoco minusvalores la labor del artista católico, sobre todo cuando se le da la espalda para apoyar más bien empresas de música protestante.