Los ángeles y las mentiras de la Nueva Era

“La New Age (Nueva Era) ofrece una angelología radicalmente diferente a la doctrina Bíblica Católica. Vemos esto claramente cuando salió a la venta en mayo de 1996 el primer tomo de Los grandes temas del Esoterismo llamado: “los ángeles, hijos de Dios y hermanos del hombre”. Para el cristiano, no hay nada tan distinto, tan opuesto a su fe que el esoterismo mezclado con los ángeles de Dios. Otro ejemplo típico, esta en el libro “ángeles” del ya fallecido teósofo C. W. Leadbeater donde promueve la creencia en los ángeles, y a la vez la reencarnación y viajes fuera del cuerpo…”

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Hermosa oración a San Miguel Arcángel

¡San Miguel, el Arcángel! glorioso Príncipe, el jefe de las huestes celestiales; guardián de las almas de los hombres; vencedor de los ángeles rebeldes! ¡Qué hermoso eres, con tu armadura. ¡Nosotros te amamos, querido Príncipe del Cielo!

Nosotros, tus felices devotos, anhelamos disfrutar de tu protección especial. Pedimos a Dios tener parte de tu coraje robusto; orar para que podamos tener un amor fuerte y tierno para nuestro Redentor y, en todo peligro o tentación, ser invencibles contra el enemigo de nuestras almas.

¡Abanderado de nuestra salvación! Quédate con nosotros en nuestros últimos momentos y cuando nuestras almas dejan este exilio terrenal, llévanos con seguridad al trono del juicio de Cristo, y que nuestro Señor te mande llevarnos rápidamente al reino de la felicidad eterna.

Enséñanos a repetir el grito sublime: “¿Quién como Dios?”

Amén.

Ángeles de Dios

20141130

Ángeles de Dios,
que en las alturas del Cielo
veneráis al Altísimo,
y en los caminos de la Tierra
sois ministros de su Providencia
para con los hombres:
haced nuestros corazones
semejantes a los vuestros:
prontos a la alabanza de Dios
y al servicio de nuestros hermanos.
Por Jesucristo, Nuestro Señor.
Amén.

Cánticos Cristológicos, 3 de 4, Colosenses

[Retiro de Semana Santa en el Convento de Santo Domingo, en Bogotá, versión 2014.]

Tema 3: Cristo en Colosenses 1,12-20

* En la Grecia antigua se juntaban dos mundos: Oriente y Occidente. En ciudades como Colosas se multiplican los predicadores y de la misma forma abunda todo tipo de filosofías y religiones. Algunas de estas teorías hablan de fuerzas y misterios, y usan un lenguaje complejo, a la vez que usan símbolos que apuntan las dimensiones trascendentes del cosmos.

* Los hombres de aquella época, lo mismo que nosotros, terminan por preguntarse qué o quién gobierna el mundo. Están convencidos de que las fuerzas en juego no son solamente las que alcanzan a ver nuestros ojos. Sus mentes se abren a un mundo espiritual en que hay muchos poderes y muchos señores.

* Pablo ve en esa situación una oportunidad para afirmar la primacía de Cristo: Él es el Señor, de TODO, lo que vemos y lo que no vemos, lo que conocemos, y lo que no conocemos, incluso más allá del alcance de nuestra imaginación.

Cualidades y cantidades en hombres y en ángeles

Mi pregunta viene específicamente en este fragmento de un libro del P. Ovila M.: “Las personas que constituyen la especie humana, difieren por la materia y por sus relaciones cuantitativas; Por otro lado, los Ángeles, buenos y malos, que son también personas y cada uno de los cuales constituye una especie única, difieren por sus relaciones cualitativas.” ¿Cuáles son las relaciones cuantitativas y cualitativas? – C.V.A.

* * *

Parece bueno el contenido del libro, a juzgar por las citas que me transcribes.

Esa pregunta tiene que ver con los conceptos de materia y forma, conceptos aristotélicos, que la Iglesia, después de Santo Tomás de Aquino, aplica a la realidad del ser humano, definido como unidad substancial de cuerpo y alma.

Si uno se pregunta qué hace distinta a una persona humana de otra, sabiendo que la diferencia no puede venir de la especie, porque ambos son de especie humana, resulta evidente que la causa de la diferencia no está en alguna CUALIDAD esencial, que estaría en el alma, porque, en esencia, todos somos simplemente miembros de la especie humana. La diferencia debe provenir entonces del cuerpo: son las proporciones, duraciones y distribuciones de los elementos materiales y corporales los que nos hacen distintos, en concordancia con la historia personal de cada uno de nosotros. Cuando se habla de proporciones, duraciones y distribuciones se puede decir que se está hablando de CANTIDADES. Por eso se dice, en filosofía clásica, que las diferencias entre seres humanos no son esencialmente cualitativas sino cuantitativas.

Si ahora pasamos al caso de los ángeles, de inmediato se nota una diferencia con los seres humanos: ni los ángeles buenos, ni los malos, tienen cuerpo. No hay realidad corporal en ellos. No pueden ser distintos unos de otros en razón de proporciones, duraciones o distribuciones, porque todo ello es propia de la materia. Entonces un ángel no se diferencia cuantitativamente de otro. pero sí son distintos. Entonces deben ser distintos cualitativamente, o lo que es lo mismo, aunque ambos son ángeles, no son de la misma especie: las cualidades esenciales de uno y de otro deben ser diferentes porque si no, ellos no serían diferentes.

Esto es lo que quiere decir que en los seres humanos las diferencias son cuantitativas, y entre los ángeles son cualitativas.

Amistad con los Santos Ángeles

Gustosamente harían su oficio los Santos Angeles Custodios con aquella alma que les decía: “Angeles Santos, yo os invoco, como la Esposa del Cantar de los Cantares, ‘ut nuntietis ei quia amore langueo’ -para que le digáis que muero de amor”.

Sé que te doy una alegría copiándote esta oración a los Santos Angeles Custodios de nuestros Sagrarios: Oh Espíritus Angélicos que custodiáis nuestros Tabernáculos, donde reposa la prenda adorable de la Sagrada Eucaristía, defendedla de las profanaciones y conservadla a nuestro amor.

Bebe en la fuente clara de los “Hechos de los Apóstoles”: en el capítulo XII, Pedro, por ministerio de Angeles libre de la cárcel, se encamina a casa de la madre de Marcos. -No quieren creer a la criadita, que afirma que está Pedro a la puerta. “Angelus ejus est!” -¡será su Angel!, decían. -Mira con qué confianza trataban a sus Custodios los primeros cristianos. -¿Y tú?

Más pensamientos de San Josemaría.