Aborto aumenta mortalidad materna y daña salud de mujeres

“Los especialistas, provenientes de diversas partes del mundo, afirmaron que el aborto no es necesario para promover la salud de las mujeres ya que en realidad la perjudica. Además rechazaron las hipótesis de los que apoyan la expansión del aborto como “derecho”, enfatizando que en los embarazos, incluso aquellos considerados como de alto riesgo, no generan un conflicto entre las necesidades de la madre y las del niño…”

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Honestidad de una que abortó y se arrepintió

“Lynn, una mujer canadiense que abortó y subió a YouTube los documentos relacionados al procedimiento, así como su ecografía asegura que siente “una profunda pérdida por esta bebé” y que siempre la amará. Según la información difundida en el video que difundió en internet, Kari abortó en 2010, a las 12 semanas de embarazo…”

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La aberrante verdad de la pionera del feminismo y el aborto

“El 11 de mayo murió a los 90 años, el filósofo humanista Harry Stopes-Roe, el hijo de Marie Stopes, pionera del feminismo y el aborto que dio su nombre al mayor promotor de abortos en el Reino Unido, Marie Stopes International, organización amiga de ONU Mujeres. En los últimos días, el Daily Mail ha destapado los vejámenes padecidos por el intelectual británico, durante su infancia y educación. El periódico expone que Marie Stopes, quien fuera «venerada como la gurú del progenitor responsable», en la vida privada «trató a su hijo con una crueldad abominable»…”

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Valiente discurso del Papa Francisco a los Directores de la ONU

“La funcionaria de derechos humanos de mayor rango en la ONU, Navi Pillay, miraba hacia abajo y estaba inquieta mientras el Papa Francisco daba un mensaje provida sin ambigüedades al secretario general Ban Ki-moon y a altos funcionarios de la ONU. Los niños por nacer son «nuestros hermanos y hermanas», dijo el papa Francisco a Pillay y a sus colegas reunidos en Roma para una reunión de coordinación. La oficina de Pillay facilita la tarea de los comités de la ONU que hace poco dijeron al Vaticano que modifique la enseñanza de la Iglesia sobre el aborto…”

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La dignidad del cuerpo y los restos fetales quemados

“Si hay preocupación por el tratamiento digno de unos restos humanos es porque, en el fondo, se diga o no, se les reconoce a esos restos la condición de humanos. Con lo cual, indirectamente, se reconoce que abortar es matar a un ser humano. Se pide para su cadáver un reconocimiento que, no sin paradoja, se le niega al embrión humano vivo…”

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Refutando los sofismas de los abortistas

“El obispo de San Sebastián, José Ignacio Munilla ha presentado su carta pastoral “El descarte del aborto”. Usa la palabra “descarte” que toma de numerosos discursos del Papa Francisco, que denuncia la mentalidad de “usar y tirar” a las personas, descartarlas como objetos inservibles. Francisco hace una lista de personas “descartables”, utilizables o eliminables: ancianos, enfermos, niños, pobres en general, los no productivos… y también el niño por nacer…”

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Vengo por otro aborto, doctor

Al abortuario de la ciudad XYZ llega Laura*, una mujer adulta pero no demasiado mayor. Tendrá unos 40 años. Con voz resuelta pide hablar con uno de los doctores, que ella sabe que trabaja ahí. Al fin le conducen al consultorio donde él atiende. Es el mismo lugar donde años atrás ella abortó a su primer hijo.

– Doctor Martínez*, es imposible que usted se acuerde de mí. Han pasado muchos años. En aquella ocasión, usted realizó un…

– Realicé lo que aquí se hace, estimada señora–interrumpe él, con gentil firmeza: interrupción voluntaria del embarazo. En nuestros archivos debe reposar la documentación que en su momento usted firmó con plena libertad.

– No vengo por eso. Vengo porque necesito otro aborto.

Él la mira con extrañeza. No hay la menor señal externa de embarazo en su cuerpo. Entonces le pregunta:

– ¿Está usted segura?

– ¿Segura de que quiero este otro aborto? Por supuesto, doctor. Pero es un aborto distinto…

– ¿Qué quiere decir? ¿Por el tamaño del feto?

– No. Yo quiero que me ayude a matar una voz.

– Disculpe, señora, pero no estoy para perder tiempo. ¿Quiere o no quiere un aborto?

Ella, como si no entendiera la pregunta, prosigue:

– La semana pasada fui con mi hermana al grado de secundaria de su hijo. ¿Sabe? Si mi hijo hubiera nacido, habría tenido la misma edad que mi sobrino. Si hubiera nacido, ese día se hubiera graduado. Si hubiera nacido, hubiera podido abrazarle, como hizo mi hermana con su hijo. No me hubiera quedado yo abrazando el aire, y oyendo esta voz que ahora usted escucha, y que me repite muchas veces: “Si tu hijo hubiera nacido… Si tu hijo hubiera nacido…”

El doctor se quedó mirándola, perplejo y muy incómodo. Ella terminó:

– Usted, que sabe mucho de abortos, ¿no sabe cómo se mata esa voz, para que yo pueda dormir tranquila? ¿Sabe matar esas voces, de miles y miles de mujeres, que no pueden impedir hacer sumas y restas todos los días? ¿O es que para que muera esa voz tengo que morir yo?

El doctor miró su reloj, y comentó fríamente:

– Su tiempo de consulta ha terminado, señora. Debo atender a otra persona.

Laura se levantó de su silla, y añadió con ademán de despedida:

– Entiendo. Es mi deber entonces advertir a esa otra mujer, joven, nerviosa, y confundida, como yo lo estuve un día, que nadie podrá matarle nunca esa voz. Ojalá usted un día la escuche, doctor. Adiós.

* Nombres ficticios.

Se rasgan las vestiduras porque matan… al niño equivocado

“Una madre espera mellizos. Uno de ellos padece una malformación congénita de corazón. Los doctores explican a los padres las operaciones a las que deberá someterse su hijo para poder llevar una vida ‘normal’. La madre, llena de compasión, decide abortar. Los médicos inyectan veneno al niño para que muera (lo mismo hicimos con mi perro hace unos años), pero… envenenan al niño equivocado. No es una historia de ficción. Sucedió hace unos días en Australia. Ahora los dos bebés están muertos. El niño sano murió en lugar de su hermano, condenado a muerte por su propia madre. El niño enfermo nació por cesárea unas horas después… para morir al ser prematuro…”

matan al niño equivocado

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Era abortable!

“Su nombre es Emmanuel Joseph Bishop y echando un vistazo a su historial se puede decir sin miedo a equivocarnos que está uno o dos escalones por encima del resto de chicos de su edad. Y este jovencito talentoso tiene síndrome de Down. Es decir, en muchos países la ley permite eliminarlo antes de su nacimiento: abortable por Down…”

Abortable?

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