Bienes Invisibles

Tomás es un chico de siete años que vive con su mamá, una pobre costurera, en su solo cuarto, de una pequeña ciudad del norte de Escocia. La víspera de Navidad, en su cama, el chico espera, ansioso, la venida de Papá Noel. Según la costumbre de su país, ha colocado en la chimenea una gran media de lana, esperando encontrarla, a la mañana siguiente, llena de regalos.

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Carta De Charles Dickens A Su Hijo

Londres , Octubre de 1868.

Querido hijo mío:Te escribo hoy esta carta porque tu partida me preocupa mucho, y porque quiero que lleves contigo unas palabras mías de despedida, para que pienses en ellas de cuando en cuando, en los momentos de tranquilidad. No necesito decirte cuánto te quiero, y que siento mucho, lo siento en el alma separarme de ti. Pero la mitad de esta vida está hecha de separaciones, y son dolores que hay que sobrellevar; además, la vida con sus pruebas y peligros te enseñará más que cualquier estudio o tarea que pudieras realizar.

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Un Ciego Con Luz

Había una vez, hace cientos de años, en una ciudad de Oriente, un hombre que una noche caminaba por las oscuras calles llevando una lámpara de aceite encendida. La ciudad era muy oscura en las noches sin luna, como aquella. En determinado momento, se encuentra con un amigo. El amigo lo mira, y de pronto lo reconoce.

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Dios No Se Equivoca

Hace mucho tiempo, en un reino distante, su monarca no creía en la bondad de Dios. Tenía, sin embargo, un súbdito que siempre le recordaba acerca de esa verdad. En todas las situaciones decía:

-¡Rey mío, no se desanime, porque todo lo que Dios hace es perfecto. El nunca se equivoca!

Un día el rey salió a cazar junto con su súbdito, y una fiera de la jungla le atacó. El súbdito consiguió matar al animal, pero no evitó que Su Majestad perdiese el dedo meñique de la mano derecha. El rey, furioso por lo que había ocurrido, y sin mostrar agradecimiento por los esfuerzos de su siervo para salvarle la vida, le preguntó a este:

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¡Se parecen tanto!

Diversos estudios han demostrado que el cerebro de las personas radicalmente optimistas y el de las personas absolutamente pesimistas trabajan de modo muy similar. Ciertamente hay diferencias bioquímicas notables, por ejemplo en las dopaminas, pero ello no parece deberse a la manera como el cerebro trabaja sino que es un fruto de su propio modo de obrar.

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No todo son ventajas

El diseño de nuestro blog tiene varias ventajas como ya habíamos comentado. Pero hay inconvenientes, como en todo en la vida.

Yo no conocía ese sistema de los “pingbacks.” Es un método para reportar sintonía entre páginas web, en general, o entre weblogs, en particular. Una cosa sana que ayuda, o que debería ayudar, a que quienes habitamos el ciberespacio estemos en contacto, y además, sepamos hasta dónde pueden llegar a caminar las ideas que un día salen a la luz.

El problema es que ese mismo sistema es una plataforma magnífica para todo tipo de abusos. La versión que tuvo este diario hasta hace unas horas contenía una sección de “referidos,” o sea, páginas que han hecho pingback a mi diario. Y todo estuvo bien hasta que empezaron a aparecer unas páginas rarísimas de porno, spam, violencia y toda suerte de basura. Para tristeza mía, no era un indicativo de que esas personas se estuvieran convirtiendo a fuerza de leer estos posts: ¡sencillamente se estaban haciendo propaganda! ¿Responsable? El pingback. Pues se acaba el pingback.

Espero que las cosas mejoren, pues parece que eso también estaba ralentizando el servicio general de mi página web, hasta el punto de retrasar el envío de boletines. Pido a Dios que todo marche mejor de aquí en adelante.