98.1. En el Nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.
98.2. El paso del tiempo te va dando la idea y figura de la muerte; esta es una profunda realidad que no estás oyendo por primera vez. Muchas de las personas que tratas son una breve visita a tu vida, y a mucha gente que has visto, ya no la volverás a ver. Por varios de los lugares donde has estado ya no regresarás y hay personas incluso que murieron sólo horas después de verte; algunos otros partieron a la eternidad minutos antes de que te acercaras a sus ciudades, países o puertos. Sé que tú sabes todo esto, pero es saludable que lo recuerdes, y por eso es bueno que yo te ayude para que resuene en tus oídos.


Les invito a reflexionar en un sentimiento muy perjudicial en nuestras relaciones, el rencor, que nos hace incapaces de perdonar. Ciertos sentimientos los Tenemos reprimidos o escondidos ciertos sentimientos desde la infancia o juventud hasta hoy. En muchas oportunidades esos sentimientos se somatizan y pueden manifestarse en forma de dolores de cabeza crónicos, problemas estomacales, dolores de espaldas, etc. Una persona decía que todos los días, a cierta hora, sentía dolor de cabeza. Se le dijo que recordara desde qué edad empezó a sufrir ese dolor y qué le aconteció en esa ocasión. Recordó que a los 7 años su padre lo había castigado injustamente. Él había mantenido desde entonces un rencor contra su padre. Ahora reconocía el posible motivo del castigo, perdonó a su padre y el dolor de cabeza desapareció, porque se liberó del rencor.
De corazón a corazón


96.1. En el Nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.
