Christmas Time

María de la PazA casual stroll through the streets of Dublin at this time of the year may only spell abundance. People carrying big boxes and multi-colored packages; people readying themselves for the numerous gatherings and feasting occasions of the season are the common sight for these days. It is not easy to recognize that, buried beneath all those gifts and boxes, there are human beings whose deepest desires so often are not being fulfilled. I think the big challenge nowadays is to spot our needs, our most profound needs, those that cannot be sorted out with a fat wallet or with irresistible bargains.

There are many kinds of poverty and some of them can be concealed with relative ease. In terms of affection and need of care many people could be starving right now but their desperate condition is not apparent. They walk by, get jobs, pay their bills, do their shopping, eat and drink and may become friendly or even amusing–yet their hearts can well be very sad and their lives strangely empty and meaningless. We only come to know that something was ever wrong deep down in them when they do unusual things. Regretfully, it could be too late when the alarm goes on. Many have committed serious harm to others or themselves by that time.

If concealing that many of us are people in want can be so dangerous, I guess the opposite can bring healing refreshment to our souls. Our emotional and spiritual hunger should no be hidden or disguised but honestly acknowledged in order to act accordingly. This is the one gift Christmas brings in a very discrete yet so powerful manner. Christ was born in direst conditions and stripped from even the most common cares. As a true destitute, he exposed not only his needs but ours. At the same time, no greater gift has come to this Earth than Christ himself. Thus, the contemplation of his condition is not only bringing to light where our true needs lie, but where our true wealth is coming from.

The Blessed Virgin stands as the privileged witness to this reality. She is at the same time the poorest and the richest of all mothers. So forsaken and so tenderly looked after by God’s providence; no one held a treasure of greater value; no one was so dismissed when bringing it to the world. Mary knows very well the poor disposition of the human heart, whose selfishness appeared plainly on Christmas’ eve; she knows perfectly too the terrible need of that same heart, which out of its own misery is so slow in learning the lessons of mercy.

Let us approach the manger. Let us see our reality along with the astonishing reality of God’s love for us. Let us ask for Mary’s eyes to behold the Son of God in such a way that He may bestow on us his true and lasting gifts.

94. Verdaderos Pastores

Buen Pastor94.1. En el Nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.

94.2. La Escritura ha dejado constancia de cómo una parte de los israelitas comprendieron el peligro que entrañaba la monarquía. Especialmente es la boca de Samuel, el profeta, la que se ha levantado para advertir de las tentaciones que acecharían al rey del pueblo de Dios (cf. 1 Sam 8,11-18).

94.3. Si bien lo miras, todas las posibles fallas del rey se resumen en una: suplantar a Dios, es decir, tomar para sí los honores debidos Dios y usurpar los atributos divinos para hacer que sus intereses sean favorecidos por el pueblo destinado a cuidar de los intereses de Dios.

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Enchanted – Encantada

EnchantedAyer fui a ver Enchanted, y aquí están mis impresiones y reflexiones. Advertencia: lo que aquí escribo puede arruinar el desenlace de la película a quien no la haya visto.

Debo decir que la trama no es obvia, y de hecho yo no diría que es una película “para niños.” No es que sea inconveniente para los chiquitos sino que tal vez los mensajes más interesantes están más allá de su percepción promedio. En buena parte este filme se disfruta por la sutileza de las reacciones de los seres humanos ante las graves cuestiones del afecto, la soledad, el conflicto, la separación y el egoísmo, y ello no aparece en grandes efectos especiales sino más bien en alusiones en los diálogos o en el rostro de los actores. De ellos, por cierto, quiero destacar a Patrick Dempsey (el Robert de Nueva York) : es impresionante la expresividad de su rostro en múltiples situaciones. La Encantada, Giselle, actuada por Amy Adams es realmente buena también, sobre todo en eso tan difícil que es transmitir un torrente casi continuo de alegría, donaire y ternura para con todos. Los actores, en general, están a la altura.
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Ejercicios sobre el perdón, 13

Listo para matar.El Odio
(1 Juan 3,15)

Continuemos nuestra reflexión sobre algunos sentimientos nocivos, pues cuando alguno de ellos está vivo en nosotros, somos incapaces de perdonar. Les propongo que reflexionemos sobre unos de esos sentimientos. Necesitamos descubrirlos en nosotros y aprender a eliminarlos de nuestra vida. Pero, necesitamos ser honestos con ellos, es decir, reconocerlos, declarar sobre ellos la verdad, sin disculparnos, sin defendernos, sin fingir. Esto nos exige manifestarlos, lanzarlos fuera de nosotros. El gran problema es que esos sentimientos y emociones, muchas veces, los mantenemos ocultos, no dejamos que se curan, perjudicando así nuestro equilibrio y nuestra capacidad de ser felices, de tener relaciones satisfactorias. Iniciaremos nuestra reflexión sobre el sentimiento más nocivo, el rey de los malos sentimientos, el odio, que si se enquista en nosotros, destruye y nos destruye, pues “quien odia a su hermanos es un asesino” (1 Jn 3,15). Anestesiar el odio, por ejemplo, el dolor o la rabia que él produce con drogas, alcohol, trabajo, etc, en vez de descargarnos y aligerarnos de él nos va destruyendo poco a poco.

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¿Y qué bien trae la religión?

Jesús te llamaDinesh D’Souza, un investigador de la Hoover Institution en la Universidad de Stanford, es el autor de «What’s So Great About Christianity» (¿Qué tiene de Grande el Cristianismo) (Regnery Publishing). Uno de los mayores problemas, sostiene el autor es que muchos ignoran el papel que ha jugado el cristianismo durante siglos.

Una creencia común es que, tras llegar a un punto álgido de civilización durante los tiempos de los griegos y de los romanos, el mundo se hundió en la oscuridad durante la Edad Media, rescatado sólo gracias a que se volvió a las fuentes clásicas durante el Renacimiento. El siguiente avance importante fue, supuestamente, el Iluminismo, que abrió las puertas a la Edad Moderna.

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93. Soledad Apostólica

Torre en el desierto93.1. En el Nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.

93.2. Haces bien en reservar tiempos de soledad para ti. Aunque pase alguna vez que esos tiempos estén marcados por la tentación y la prueba, es preferible que te sepas probado a que no te sepas caído.

93.3. La soledad, en efecto, hace como visible a tus enemigos, y ello es bueno para ti y malo para ellos; pues cuanto más claro quede quién sirve y quién no sirve a Dios, tanta mayor libertad tiene tu conciencia para resolverse por Dios y afianzarse solamente en Él.

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Ejercicios sobre el perdón, 12

Tablas de la LeySentimientos Negativos

Después de haber reflexionado sobre algunos sentimientos positivos, sobre la afectividad que se nos da para amar, vamos a reflexionar sobre otros sentimientos o actitudes negativas que nos impiden vivir una vida de amor, de equilibrio; que nos impiden amar a los demás y entregarles, en cambio, desamor, rechazo, resistencia. El hombre fue creado para el amor, palabra que designa cosas diferentes, carnales o espirituales, pasionales o pensadas, graves o ligeras, que construyen o que destruyen. Amamos a los padres, a los hijos, al esposo/a, a un amigo, a un compañero, a un animal, a una cosa agradable. La Biblia es testigo de de sentimientos de toda clase. Se mezclan en ellos la rectitud, el pecado. Por eso los LXX escogieron, entre tantas palabras que designan el amor, el verbo “ahab”; en griego “agapán”; que en el Nuevo Testamento vendrá a ser una palabra exclusivamente religiosa. El hombre bíblico sabe del valor de la afectividad, palabra cargada de una experiencia humana densa y concreta, aunque no ignora sus riesgos.

Dios, que es amor, ha tomado la iniciativa para entablar con el hombre un diálogo de amor y para enseñar a amar unos a otros. Dios inicia el diálogo amoroso ofreciéndole una libre adhesión a su voluntad, a través de un precepto. Adán desobedeció, pecó. Después de pecar, se escondió. Dios, como un padre lleno de amor y no sin ansiedad, lo busca: “¿Dónde estás? El hombre contestó: Te oí andar por el jardín y tuve miedo, porque estoy desnudo; por eso me escondí” (Gn 3,9s). Es desconcertante y es común el miedo. En el miedo se condensan una cantidad de sentimientos negativos. Este es el primer sentimiento negativo que aparece en la Biblia.

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