SOLEMNIDAD DE SAN JOSÉ
En la vida de San José lo elocuente son los hechos, más que las palabras.

Alimento del Alma: Textos, Homilias, Conferencias de Fray Nelson Medina, O.P.
SOLEMNIDAD DE SAN JOSÉ
En la vida de San José lo elocuente son los hechos, más que las palabras.
(1) Cuaresma es itinerario que libera de ídolos. (2) Lo grande no es tanto el mal que se deja sino el bien que se elige. (3) Purificar el corazón es aceptar una vida con pocos aliados.
CUARTO DOMINGO DE CUARESMA
Aún de la experiencia del destierro, que fue un morir, Dios saca un fruto admirable, presagio de resurrección.
58. Múltiples son los vínculos que existen entre el mensaje de salvación y la cultura humana. Dios, en efecto, al revelarse a su pueblo hasta la plena manifestación de sí mismo en el Hijo encarnado, habló según los tipos de cultura propios de cada época.
De igual manera, la Iglesia, al vivir durante el transcurso de la historia en variedad de circunstancias, ha empleado los hallazgos de las diversas culturas para difundir y explicar el mensaje de Cristo en su predicación a todas las gentes, para investigarlo y comprenderlo con mayor profundidad, para expresarlo mejor en la celebración litúrgica y en la vida de la multiforme comunidad de los fieles.
Pero al mismo tiempo, la Iglesia, enviada a todos los pueblos sin distinción de épocas y regiones, no está ligada de manera exclusiva e indisoluble a raza o nación alguna, a algún sistema particular de vida, a costumbre alguna antigua o reciente. Fiel a su propia tradición y consciente a la vez de la universalidad de su misión, puede entrar en comunión con las diversas formas de cultura; comunión que enriquece al mismo tiempo a la propia Iglesia y las diferentes culturas.
La buena nueva de Cristo renueva constantemente la vida y la cultura del hombre, caído, combate y elimina los errores y males que provienen de la seducción permanente del pecado. Purifica y eleva incesantemente la moral de los pueblos. Con las riquezas de lo alto fecunda como desde sus entrañas las cualidades espirituales y las tradiciones de cada pueblo y de cada edad, las consolida, perfecciona y restaura en Cristo. Así, la Iglesia, cumpliendo su misión propia, contribuye, por lo mismo, a la cultura humana y la impulsa, y con su actividad, incluida la litúrgica, educa al hombre en la libertad interior.
[Constitución Gaudium et Spes, del Concilio Vaticano II, n. 58]
“Yo me lo imagino joven, fuerte, quizá con algunos años más que Nuestra Señora, pero en la plenitud de la edad y de la energía humana. Sabemos que no era una persona rica: era un trabajador, como millones de otros hombres en todo el mundo; ejercía el oficio fatigoso y humilde que Dios había escogido para sí, al tomar nuestra carne y al querer vivir treinta años como uno más entre nosotros…”
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La pedagogía divina ha hecho posible que ciertas palabras e invocaciones se colmen de sentido para el creyente. Crecer en la fe no es tanto aprender cosas nuevas cuanto profundizar en las experiencias fundamentales a las que nos remiten los modos de apelar a Dios según la Escritura, empezando por la expresión “Altísimo.”
Ningún sacrificio puede darle a Dios algo que Él no tenga; la misericordia, en cambio, dona el corazón que Él ha querido no tener sino sólo cuando se lo damos.
Los “proto-mandamientos” son aquellas disposiciones para cumplir y vivir los mandamientos. Destacamos: escuchar. recordar, admirar, practicar y proclamar.
Los verdaderos ídolos no son los de papel, madera o yeso, sino las codicias y mimos que le entregamos a nuestro “yo.”
Radicalidad, Comunidad, Seguimiento de Cristo, Carisma: cuatro términos que, desde diferentes ángulos, sirven para presentar en síntesis la esencia de la vida consagrada.
No existe verdadera “neutralidad” frente a la religión. Quien sólo tolera, acabará persiguiendo.
Quien no reconoce una naturaleza humana tampoco reconoce que hay leyes vinculantes que nos ayudan a encontrar nuestro genuino bien.
[Retiro de Cuaresma, 2012, para la Comunidad Hispana en Lafayette, Louisiana.]
Tema 3 de 3: Comunidad en el Amor de Cristo.
* Del carril para llevar varios pasajeros (el “car pool” de las autopistas norteamericanas) podemos aprender que sólo en comunidad es posible ir mejor, más seguro y más rápido hacia la meta. Eso se cumple en la vida de fe también.
* El apóstol san Pablo ofrece en su Carta a los Filipenses, capítulo 2, una recomendación para construir comunidad: que todos miremos a Cristo, y que de Él aprendamos la humildad, la caridad y la obediencia.
[Retiro de Cuaresma, 2012, para la Comunidad Hispana en Lafayette, Louisiana.]
Tema 2 de 3: Discernimiento.
* “Recargar nuestra fe” no es sólo asunto de mayor impulso (motor) sino también de tomar la ruta correcta (dirección). Por eso necesitamos discernimiento.
* El primer y fundamental espacio para la verdad en nuestra vida es aquel “secreto” del que habla Cristo en el capítulo 6 de San Mateo. Cuando buscamos ser verdaderos ante Dios, sin que importe el aplauso o burla de la gente, ganamos esa luz que en verdad puede orientarnos.
* A la luz de esa verdad, nuestros temores, nuestra idea de “éxito” y nuestra manera de servir a los demás toman un nuevo aspecto, marcado por el estilo de Jesucristo.