Es muy duro perder a nuestros padres. En su piedad, sin embargo, Dios ayuda al consuelo de nuestro corazón de diversas formas: ante todo, con su misma presencia, sobre todo en la Eucaristía. Y después, con una fuerza que sólo conoce quien lo ha vivido: el cariño, amistad y oraciones de tantas personas.
Por eso, a todos: GRACIAS por sus manifestaciones de cercanía con motivo de la muerte de mi padre, Bernardino de Jesús Medina Villa.